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—¿Qué? ¡JiMin! ¡Cálmate! Siempre que me llamas estás alterado. ¿Qué está pasando? —YoonGi arrugó el ceño mirándolo. —Ah..., YoonGi no está.... —NamJoon le lanzó una mirada asesina. —¿La puerta abierta? ¿Alguien entró a tu apartamento? —levantó una ceja y miró a la cajera. NamJoon le sonrió recibiendo su tarjeta y a YoonGi le entregaron la caja de manualidades en una bolsa grande de cartón. NamJoon, siguió escuchando a JiMin por teléfono mientras los dos caminaban hacia la salida de la tienda. —¿Seguro que no dejaste la puerta abierta? Puedo haberse salido.

Salieron de la tienda y NamJoon puso el altavoz dejando escuchar la voz alterada de JiMin y un poco agitada.

—¡ES QUE CÓMO SE VA A IR! —gritó este. —Me abandonó, ya está. Así fue. Escuché que los gatos son traicioneros, YoonGi es así. No me quería y eso que lo alimentaba muy bien.

—Mentiroso, me dabas el asqueroso atún mata gatos. —se quejó YoonGi y luego se tapó la boca.

¿Ah? ¿Quién dijo eso? —preguntó JiMin tras la línea.

NamJoon, acercó el teléfono a su boca para hablar, mientras empujaba con la mano el hombro de YoonGi.

—Que el atún que le dabas no le gustaba. Quizás. Hay gatos locos que huyen cuando sus amos no los alimentan bien. Mírame a mí, ¿Por qué crees que no tengo mascota? Porque se me olvida alimentarla y si la alimento, le puede estar dando jabón en vez de su comida. De cosa me alimento yo y hasta me baño de vez en cuando. —comentó. —Búscalo, no debió haber ido lejos.

Se escuchó otra voz gruesa en la línea, haciendo que YoonGi hiciera una mueca de asco al escuchar a TaeHyung.

—¿Estás con TaeHyung?

Sí, me está ayudando a buscar a YoonGi. —lo escucharon soltar un suspiro. —Y dos días antes de mi cumpleaños. Donde siempre la paso solo y esperaba que este año fuera diferente ya que tenía a YoonGi.

El peli-blanco se quedó serio, mientras que NamJoon negaba con la cabeza.

—Quien sabe, puede que aparezca como regalo el día de tu cumpleaños. —dijo NamJoon. —Ahora, ¿Dónde compraste aquella flor que le dabas a YoonGi?

¿Cuál? ¿El antibiótico? Me lo dieron cuando lo adopté, me dijeron que si el gato se sentía mal, le diera dos pétalos o tres.

—¿Dónde queda la tienda? —preguntó NamJoon.

YoonGi, miró unos segundos hacia la carretera sumergido en sus pensamientos y en uno de ellos pasó la idea de decirle a JiMin la verdad, pero tendría que hacer que todo fuera creíble.

—Listo. —anunció NamJoon, acercándose a YoonGi. —Ya me dijo donde conseguirla. Al parecer durarás así dos días, pero JiMin quiere de regreso a YoonGi gato. —le dijo. —¿Qué piensas hacer?

—¿Puedo quedarme en tu casa? —preguntó YoonGi. —Claro que puedo. Andando. —el peli-blanco se adelantó al caminar, dejando a NamJoon con palabras en la boca.

—¿Qué mi opinión no vale? —caminó para alcanzarlo. —Parece que no existiera en las decisiones que tomas.

Regresando al edificio, YoonGi trató de esconderse cuando llegaron al pasillo en de apartamentos. A lo lejos, YoonGi logró ver la puerta del apartamento de JiMin abierta y él estaba afuera hablando con TaeHyung. El castaño lucía un poco triste, se le notaba por la expresión que traía mientras hablaba con TaeHyung, pero luego recordó que JiMin lo veía.

El castaño apartó la mirada cuando vio a un chico peli-blanco de espaldas. Arrugó el ceño al conocer el color y un vago recuerdo chocó en su mente. Luego, en su campo apareció el rostro contento de NamJoon.

—¡JiMin! —saludó NamJoon, tratando de ocultar a YoonGi. —¿Encontraste al gato?

El castaño levantó una ceja y negó.

—Con TaeHyung buscamos en todos los pisos y no lo encontramos. —se lamió los abultados labios. —¿Alguien se lo habrá llevado?

NamJoon, se llevó las manos a la cadera y negó.

—Los gatos suelen ser así. Tranquilo. Quizás de un milagro aparezca para tu cumpleaños. —le dijo.

—Sí, JiMin. No te desanimes. —le sonrió TaeHyung y le colocó una mano en el hombro. —Si es por estar solo, puede quedarme esta noche.

NamJoon, levantó las cejas chocando con la mirada de JiMin y carraspeó, mientras asentía con la cabeza.

—Amm, yo... —el castaño se rascó la nuca. —Sí, ¿Por qué no? —NamJoon sonrió enseñando los dientes.

—Bueno, chicos. Debo irme. —se metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

—Descansa, Nam. —dijo JiMin.

—Adiós. —se despidió TaeHyung.

Cuando NamJoon se había ido al doblar en la esquina del pasillo. El ascensor del piso sonó su campana y abrió sus puertas. Del ascensor salió un chico peli-negro con una camisa blanca ajustada, chaqueta de cuero y pantalones oscuros. Traía un bolso de manos y hablaba por teléfono. Levantó las cejas al ver a JiMin con la espalda apoyada el marco de la puerta y su lado un enemigo.

—Buenas noches. —saludó. —Hermanito. —saludó a JiMin. —No sabía que conocías a Kim TaeHyung.

JiMin, arrugó el ceño al ver a JungKook. ¿Cómo era que se conocían?

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué no avisaste que venías? —preguntó el castaño.

—Soy tu hermano. ¿Debo avisar que te vengo a visitar? —respondió sin quitarle la mirada de encima a TaeHyung.

—¿Por qué nunca me mencionaste que tenías un hermano, JiMin? —preguntó TaeHyung, mirando al peli-negro.

El castaño los miró a los dos sintiendo la tensión y carraspeó.

—¿Debo ponerle una vela a la virgen de que me hayas venido a verme? —se cruzó de brazos.

—En dos días es tu cumpleaños, ¿Por qué no iba a venir a verte? —sonrió mirándolo.

—Ajá, digamos que te creo. —se burló JiMin. —Pasa, creo que después de todo no dormiré tan solo. —comentó el castaño y miró a TaeHyung. —¿Te quedarás siempre?

—Eh, no. Acabo de recordar que tengo algo que hacer en la mañana. —se rascó la nuca. —Ya verás que YoonGi llegará a ti de nuevo, no te pongas triste. —JungKook, enarcó una ceja mirando al castaño. TaeHyung, colocó su mano en el hombro de este y lo acarició. —Ta llamo mañana. —sonrió y caminó por el lado de JungKook, mirándolo de reojo.

Cuando estuvo bastante lejos, JiMin carraspeó.

—¿Puedo preguntar la fuerte tensión entre ustedes dos? —se lamió el labio inferior.

—No es nada, simplemente cosas del pasado. —JiMin asintió y entró al apartamento, dándole paso a su hermano.

—Oye, ¿Cómo que YoonGi llegará? ¿No estás saliendo con un tipo con ese nombre? —el castaño se quedó helado al recordar lo que le había dicho a su hermano.

—Eh..., sí. Se supone que hoy nos veríamos y no llegó. —se rascó la nuca y cerró la puerta una vez que JungKook ya estuvo dentro.

El peli-negro, observó el apartamento e hizo una mueca.

—Es un apartamento pequeño. —dijo, colocando su bolso en el sofá y observó una gran caja. Arrugó el ceño y se acercó un poco para observar dentro. Encontró una pequeña casa para gatos. —¿A caso tienes gato, Park? —preguntó este.

JiMin, salía de la cocina con un vaso de agua en las manos y asintió.

—¿Y dónde está? —se llevó las manos a la cadera.

—Bueno..., era por eso que estaba afuera. Lo estaba buscando, salí con TaeHyung a comer y cuando regresé encontré la puerta abierta y ya no estaba. —le comentó JiMin.

—¿Sales con TaeHyung? —preguntó JungKook y JiMin le extendió el vaso con agua que traía. El peli-negro levantó las cejas esperando la respuesta del castaño, mientras bebía el agua que le había entregado JiMin. —¿No salías con un tal YoonGi? —JungKook, se lamió los labios húmedos.

—Solo fui a comer con TaeHyung. ¿Por qué tanto interés? —preguntó JiMin. —¿Cuál es tu historia con él?

—¿Yo? —rio irónicamente. —¿Tengo cara de haber tenido algo con él?

—Su tensión habló demás. —ladeó la cabeza.

—Simplemente ten cuidado, suele ser muy extremista. —dijo JungKook y caminó hacia la mesa en donde colocó el vaso vacío. —Tengo tiempo que no veo a tu mejor amigo. ¿Cómo está NamJoon?

—Antes de que te viera, estábamos hablando con él. Está bien. —dijo. —Ven, acomodaré donde dormirás. —JiMin, caminó hacia el pasillo de su habitación guiando a JungKook hacia su habitación. —Podemos compartir cama. Al menos no soy tu que cuando te visito me das una manta y una almohada para dormir en el piso. —le dio una mirada asesina al peli-negro. Este entró a la habitación y se acostó en la cama del castaño riendo.

—¿Cómo íbamos a dormir en una cama sencilla? Al menos tu cama es grande. —comentó JungKook. —Esto es paz... —soltó un suspiro estando acostando en ella y cerró los ojos.

—¿Cuánto tiempo te quedarás?

—¿Me estás echando? ¿Ya te fastidio? —preguntó JungKook sin moverse.

—Solo pregunto. Es muy extraño que me vengas a visitar. ¿Qué pasó con el supuesto chico que te gustaba? ¿HoSeok?

—Ah, estamos hablando... —se sentó en la cama. —¿Tienes hambre? Porque yo sí. ¿Te parece si pido una pizza?

JiMin lo miró y se cruzó de brazos. Algo pasaba.

—¿Qué pasa? ¿Te negó la salida?

JungKook, sacó su teléfono y marcó el número.

—Tengo pizzería que me hacen un descuento por ser cliente frecuente. —sonrió y acercó el teléfono a su oreja ignorando las preguntas de su hermano. —¿Hola? ¿Aún tienen domicilios? Sí, quiero hacer un pedido a la calle Suwon, sí...

JiMin, rodó los ojos y salió de la habitación hacia la sala. Antes de que JungKook llegara y luego de haber buscado a YoonGi, había ordenado un poco las compras. Con ayuda de TaeHyung, él le había comprado por fin una pequeña casa en donde YoonGi pudiera treparse o incluso descansar, pero se había ido.

El castaño se sentó en el mueble triste y soltó un suspiro. Sintió arder sus ojos y antes de llorar, se pasó las manos por estos borrando cualquier exceso de lágrimas. Se lamió los labios y dejó caer la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.

—Regresa a mí, YoonGi. Por favor. —su labio tembló y dejó escapar un sollozo. —Me siento solo.



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