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Pov YoonGi:

Luego de ese desayuno tan incómodo con JiMin, había llegado el día de su cumpleaños. Me encontraba apenas levantándome de la cama y cepillando mis dientes, pues NamJoon había salido temprano del apartamento supuestamente a conseguir algo importante. Quién sabe qué, pero que se lo lleve el diablo.

Solté un gran bostezo y salí del baño para ir a la cocina. Él por lo menos había comprado algunas cosas para comer en casa, ahora debería hacerme lo que encuentre para el desayuno. Opté por un pan con huevo frito. De todas formas, era lo que más me apetecía en una mañana casi tarde.

Me preparé el desayuno y me hice un café. Empecé a envolver el regalo para JiMin en papel de regalo y luego lo metí en su bolsa decorada, hice una tarjeta, pero no le puse mi nombre. Sí, había entrado en pánico.

De: Tu hermoso gato

Para: Su amado JiMin.

Trauma para mi pobre JiMin.

Bueno, como verán. Estaba ansioso y algo triste. Quizás JiMin para su cumpleaños le gustaría tener de regreso a su mascota. Aunque no crean, quisiera regresar para estar con él de esa manera. Él se había vuelto tan importante para mí que solo podía pensar en su felicidad y su hermosa sonrisa.

Rayos, en serio me gusta tanto JiMin.

Mientras masticaba el desayuno, veía la televisión. Pasaban un programa de comedia el cual me entretuvo mucho, mientras esperaba que NamJoon regresara de su salida, pero alguien llamó a la puerta. Dejé el plato en la pequeña mesa de madera que se encontraba en el apartamento y miré la puerta uno segundos. ¿Debería abrir?

Me lamí los labios y caminé hacia puerta. Pegué la oreja a esta para escuchar los ruidos provenientes de afuera, pero me alejé de ella cuando volvieron a tocar fuertemente.

—¡¿NamJoon?! —esa voz nunca la había escuchado.

Arrugué el ceño y abrí la puerta encontrándome con un peli-negro bastante alto. Llevaba ropa deportiva y estaba algo sudado, parece que había estado haciendo ejercicio. Cuando este me vio, arrugó su ceño al esperar la persona no indicada.

—Perdona, ¿Kim NamJoon vive aquí?

—¿Por qué? —levanté una ceja.

¿Un amante? ¿Novio? ¿Ex? ¿Quién era este atractivo chico en busca del horrible de NamJoon?

—Ah... —se rascó la nuca. —Soy hermano de su mejor amigo. ¿Tú eres?

¿El hermano de JiMin? No puede ser.

—Oh, sí. Yo... Mingi. —saludé. —Él salió hace unas horas. Está por venir.

Él asintió y me miró de pies a cabeza. Qué desagradable.

—¿Novio de NamJoon?

Hice una mueca.

—Conocido. —respondí yo. —Más bien amigo.

—Ah, vale. —sonrió y se pasó una mano por el cabello negro. —¿Puedes hacerme un favor?

¿Y los favores son gratis? A cambio, pido a tu bello hermano.

—Claro, dime.

Él me extendió una bolsa de regalo decorada. No había prestado atención de que la traía en las manos.

—Es el cumpleaños de JiMin hoy. Así que le compré algo cuando salí, pero si lo llevo a su apartamento puede darse cuenta y quiero que sea sorpresa. ¿Podría guardarlo aquí? —preguntó él. —Vendría unos minutos antes de que empiece la fiesta.

—¿Fiesta? ¿Hará una fiesta? —pregunté.

Era extraño porque JiMin no iba tanto a fiestas, bueno supongo que será porque cumpleaños y quiere al menos despejarse de que su hermosa mascota no está con él.

—Sí, yo la estoy organizando con él. Vendrán un par de personas nada más. Puedes venir con NamJoon si gustas. —dijo él.

Yo tomé el regalo de sus manos y lo llevé a dentro para volver a la puerta.

—Muchas gracias por la ayuda. —dijo él. —Nos vemos más tarde.

—¿A qué horas será? —pregunté yo.

—Uhm, a eso de las 5 de la tarde. —sonrió. —Trae tu mejor alcohol.

Uh, hace bastante ya que no sé qué es tomarme una cerveza o un shot. Estoy tan triste con esta maldita vida que llevo y a la persona que me gusta no puede decirle: "Ay mira, soy tu mascota y me encantas en todos los sentidos de la palabra". Puedo estar traumándolo y sería algo increíble decirle a JiMin que soy su gato.

Yo asentí y él se regresó al apartamento de JiMin. Cerré la puerta y terminé mi desayuno, apagué el televisor y miré la hora en el reloj de pared de la sala. Faltaba exactamente 5 horas para ir al cumpleaños de JiMin y NamJoon no aparece. ¿Dónde mierdas se había metido? Tampoco me dejó dinero. Idiota.

Exactamente, dos horas después. NamJoon, entró por la maldita puerta con una sonrisa victoriosa. Traía en su mano una bolsa negra y caminó hacia a mí donde veía la televisión. Sí, me quedé viendo programas de asesinatos mientras este aparecía. Ya aprendí a como matar y que nadie me encuentre luego de 6 años. ¿Debería practicar con NamJoon?

—Casi muero por una sobredosis de aburrimiento. —me quejé sin levantarme del sofá.

—Me encontré con JiMin ahora que subí. Se veía algo triste, en serio te extraña. —bajé la mirada. Ojalá pudiera darle mi regreso de regalo de cumpleaños.

—¿Cómo quieres que regrese con él? —se pasó una mano por el cabello castaño.

—Yo creo que es mejor que le digas la verdad, YoonGi.

¿Estaba loco o qué? ¿Cómo me iba a creer que yo era su gato?

—¡¡Claro!! JiMin me creerá enseguida, me abrazará y comerá conmigo atún. —rodé los ojos y solté un suspiro.

—Dile la verdad y ya está. —me crucé brazos.

—¿Qué has traído en esa bolsa? —señalé.

—Nada importante.

Levanté una ceja.

—Te demoraste casi un siglo en regresar por "nada importante" —hice comillas. —No soy estúpido. ¿Qué es?

—Un consolador. —se puso serio.

Reprimí una sonrisa.

—¿Para qué un consolador?

—Regalo para JiMin.

—Que enfermo de tu parte. —hice una mueca.

—Habló el hombre gato que fantasmea en cogerse a su dueño. —abrí la boca para protestar, pero él dijo: —El consolador es algo importante para aquellos que no tienen actividad sexual seguida.

Ese soy yo, prácticamente. Tengo meses que no sé qué es tener actividad sexual.

—Si me permites, tengo hambre. —dijo y caminó con la bolsa aún en manos hacia la cocina. —¿Quieres un sándwich? Tengo ganas de té también. —preguntó desde la cocina.

—¿Por qué no? —respondí yo, volviendo la mirada a la televisión. —Por cierto, el hermano de JiMin ha traído su regalo. Dice que vendrá por el antes de la fiesta.

—¿Fiesta? —NamJoon, salió de la cocina con el ceño arrugado. —¿Qué fiesta? JiMin, no mencionó ninguna fiesta.

—Así dijo su hermano.

—Oh, no... —abrió los ojos. —Min, necesito que vayas al apartamento de JiMin.

—¿Para qué o qué?

—Puede que JungKook la cague invitando a muchas personas. Deberías decirle a JiMin sobre la fiesta.

—¿Y si mejor lo llamas?

—Oh, vamos. Desayunaste con él. Cree que tenemos algo, no creo que sea mala idea.

—Sí, claro. Súper normal hablar con el mejor amigo del tipo con el que mantienes una relación de sexo casual. —me levanté del sofá y apagué la televisión. Miré al reloj y vi que marcaban las 3PM de la tarde. —Dijo que era a las 5. —miré a NamJoon. —Me bañaré entonces.

Caminé hacia el pasillo.

—¡TOMARÉ PRESTADA ROPA! —grité.

—¡¿Para qué mierda me dices si igual te la pondrás?! —me reí ya dentro de la habitación. Caminé hacia el cuarto de baño y cerré la puerta detrás de mí para luego desnudarme y meterme a la ducha.

Con la toalla en mi cadera luego de aquel baño, busqué en el armario de NamJoon algo cómodo. La pregunta aquí es: ¿Cómo tiene ropa interior nueva y con etiquetas? ¿Tanto le cuesta lavar que prefiere comprar ropa interior? Saqué lo más decente que vi con una mueca en mi rostro y me empecé a vestir.

Sí, él es más alto que yo. Pero de suéter estaba bien, había uno que otro pantalón me quedaba algo largo, pero nada que se arregle con solo esconder las botas del pantalón hacia dentro de este. Me coloqué los únicos zapatos deportivos que me ha prestado desde que estoy aquí y me acerqué al espejo de la habitación para secar mi cabello húmedo con la toalla.

NamJoon entró a la habitación con un sándwich en un plato y una taza de té humeante. Dejé de secarme el cabello y me acerqué a él, quitándole el plato de la mano y colocando la taza de té en la mesita de noche. Agradecí por la comida y luego lo vi olfatear por toda la habitación.

—¿En serio usaste mi perfume?

—¿Y? —me senté en la cama para comer el sándwich. —Era oler a jabón o a hombre sexy.

Le di un mordisco al sándwich y mastiqué sintiendo un sabor totalmente peculiar. NamJoon se dio cuenta de mi expresión y levantó una ceja curioso.

—Creo que el queso está agrio. —dije y tragué lo que estaba masticando.

—Es un queso nuevo que compré. Tiene un sabor peculiar. —respondió él con una pequeña sonrisa.

Levanté una ceja interrogandolo y seguí comiendo. No sé fue de la habitación hasta que yo me había terminado el sándwich con el té. Acosador le diré.

Me limpié la boca después de terminar y le entregué el plato y taza vacía a NamJoon. Me lavé las manos, me di una última mirada al espejo y solté un suspiro.

Estoy pensando seriamente en decirle a JiMin la verdad, a pesar de que me considere un tipo extraño y en pocas palabras acosador. Quería decirle. Porque si no regresaba a mi forma gatuna de todas formas podría intentar algo con él. Tengo altas expectativas, ya lo sé.

Salí de la habitación de NamJoon con él siguiendome en silencio. Caminé hacia la puerta y antes de abrirla, miré hacia atrás encontrándome con el castaño en una sonrisa bastante alegre. ¿Por qué sonreía?

—¿Estás bien? —pregunté.

—Todo bien. Apurate y ve con JiMin. —me dijo y caminó hacia la cocina, dejándome solo en la sala.

Abrí la puerta y antes de cerrarla escuché el fuerte grito de NamJoon desde dentro de la casa.

—¡¡QUÉ NO SE TE OLVIDE DECIRLE A JIMIN LO DE LA FIESTA!!

Rodé los ojos y cerré la puerta. Me giré para caminar y avanzar hacia el apartamento de JiMin. Mis piernas empezaron a temblar y mi pulso se aceleró. Sentía la boca seca cada vez que me acercaba más y más a la puerta de este. Finalmente llegué. Solté un suspiro y llamé a la puerta.

Segundos después de mi acción, la puerta fue abierta y un JiMin sonriente apareció frente a mí sin camisa. Pantalones puestos y descalzo.

Jodiamente bueno que está el tipo.

—Ho...la... —saludé.

—MinGi, hola. ¿Qué te trae por acá? —apoyó su espalda en el marco de la puerta para mirarme.

Ya yo le había conocido cada partecita del cuerpo de JiMin. Verlo sin camisa, también me alteraba todo los sentidos. Es muy sexy.

—Eh...——me rasqué la nuca. —NamJoon, decirme que te dijera a ti que tu fiesta hermano te hará. —que tonto soy.

JiMin, levantó una ceja por escucharme decir tremenda estupidez que soltó una fuerte carcajada. Me puso una mano en el hombro haciendo que colocara rígido por el toque. Estupidos nervios.

—A ver, creo que te entendí. —río de nuevo. —Dices que mi hermano me hará una fiesta. ¿Es eso?

Asentí como muñeco de cabeza móvil en un auto.

—¿Cómo sabes eso?

—Tu hermano me invitó

Él asintió y sonrió.

—Pasa. —me dijo. —Parece que NamJoon buscó un buena excusa para sacarte de su apartamento.

Él dio unos pasos hacia atrás y abrió del todo la puerta para que pasara. JiMin, se cruzó de brazos y me dio la espalda para entrar a la casa. Di el primer movimiento para entrar, pero mi estómago empezó a doler.

Me llevé las manos a este y solté un quejido por el dolor y fue ahí cuando sentí las malditas ganas de vomitar en mi garganta. ¿Qué tenía el maldito sándwich que el idiota de NamJoon me había dado? Sabia que algo estaba agrio por el sabor peculiar que tenía.

Entré al apartamento de JiMin, aún con las manos en el estómago y cerré la puerta detrás de mí. Miré a todos lados y me encontré a la competencia sentada en el mueble donde yo dormía mientras JiMin no estaba.

—¡Hola! —saludó TaeHyung.

Mi mente está jugando ahora mismo. JiMin está sin camisa y no estaba solo. Me siento engañado.

—Hola. —aparté las manos de mi estómago disimulando el dolor y me paré firmemente mirando de reojo a TaeHyung.

JiMin, salió del pasillo con una camisa puesta y caminó hacia mí.

—TaeHyung. Él es MinGi. —me señaló. —MinGi, él es TaeHyung.

Ahora que lo pienso. ¿Qué carajos pensaba con ponerme de nombre "MinGi"? Casi me pongo "Minguevo".

Sonreí hipócritamente hacia él y luego miré a JiMin. Este caminó hacia la cocina y yo lo seguí. El dolor de estómago volvió a atacarme. Me mordí el labio inferior fuertemente y empecé a sudar para controlar un poco el dolor.

—¿Quieres un sándwich? —preguntó JiMin.

—No, gracias. Ya comí. —dije yo. —Por cierto, feliz cumpleaños. —él me miró por encima del hombro, mientras sacaba dos rebanadas de pan de la bolsa.

—Gracias. —dijo él, pero soltó un suspiro triste regresando la mirada a lo que estaba preparando. —Fueran más felices si YoonGi estuviera aquí.

Ah, menso. Aquí me tienes, pero en forma humana.

—¿YoonGi? —fingí confusión.

—Es el nombre de mi gato. Se perdió hace unos días y no ha regresado, tampoco lo encuentro. —su voz se escuchaba bastante triste. De verdad, no me gusta ver a JiMin así.

Yo creo que es momento de que le diga la verdad.

—JiMin... —él se giró para mirarme. —Yo tengo algo que decirte...

—Sí, dime.

Mierda, me estaba temblando todo y el dolor de estómago era insoportable. Todo me sudaba y sentía mal sabor en la boca. JiMin, arrugó el ceño al verme y se acercó un poco a mí.

—¿Te sientes bien? —preguntó.

Yo asentí rápidamente. De pronto sentí que mi mundo daba vueltas. Mi cabeza empezó a doler y mis piernas a temblar más de lo normal.

—¿Seguro? Estás más pálido de lo que eres. —me dijo.

—No... —tragué duro. —Estoy bien. Solo escúchame lo que tengo por decir... —dije sin aliento. —JiMin, yo soy...

Un portazo sonó haciéndome cortar las palabras.

—¡Ya vine! —la voz del hermano de JiMin llegó al lugar.

Mis piernas fallaron y me derrumbe en el suelo.

—¡MinGi! —escuché la voz de JiMin y luego la de TaeHyung.

Lo último que vi fue la mano de JiMin acariciando mi cabeza preocupado. Todo se volvió negro en un abrir y cerrar de ojos.

¿Qué carajos tenía el maldito sándwich, NamJoon?

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