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POV Yoongi:

Mi cabeza duele tanto maldita sea, pero me siento cómodo sea donde esté. Mi estómago volvió a doler y eso me hizo abrir los ojos encontrándome con un techo blanco con un adorno que conocía. Estaba en la habitación de JiMin.

Me senté en la cama desconcertado y escuché la fuerte música venir de afuera de la habitación. Llevé mis manos al estómago y me senté en la cama observando el lugar. Me lamí los labios y traté de levantarme de la cama, pero el dolor se hizo más fuerte subiendo el vómito hasta mi garganta. Me levanté de la cama corriendo hacia el cuarto de baño que estaba en la habitación de JiMin; entré empujando la puerta y arrodillándome frente al inodoro para expulsar todo.

Apreté los puños luego de que terminé y tiré de la palanca. Sudoroso y agitado me levanté del suelo y me acerqué al lavamanos para lavar mi boca. Vi la pasta de dientes y busqué un cepillo de dientes nuevo. JiMin, siempre compraba cuatro para alguna emergencia y cuando me refiero a emergencia, me refiero a que se le pueden caer en el inodoro. Es torpe.

Saqué uno del empaque y deseché el resto. Lo lavé con agua e hice una mueca cuando mi estómago volvió a doler. Esta vez fue más fuerte. Cogí la pasta de dientes y me cepillé la boca lo más rápido que pude para luego salir del baño y sentarme en la cama. Me sequé las manos húmedas en mi pantalón. Me senté en la cama soltando un quejido y vi la puerta de la habitación abrirse encontrándome con el castaño alto de gafas; NamJoon.

—Estás vivo. —dijo NamJoon y entró a la habitación cerrando la puerta para que la fuerte música dejara hablar. Traía una cerveza en su mano y hablaba un poco mareado. —Pensé que ya te convertirías en gato.

Levanté las cejas sorprendido.

—¿Qué mierda dices?

—Parece que los pétalos de flor en el té y el sándwich no hicieron efecto. —soltó una risita y apoyó la espalda en la pared que estaba a un costado de la puerta mirándome. Se llevó la lata de cerveza a sus labios y tomó un poco, se lamió los húmedos labios y volvió a sonreírme.

—¿Cómo conseguiste esa flor? ¡Fuiste tú quien me ha hecho tener estos dolores estomacales! —el castaño se bajó las gafas hasta el puente de su nariz.

—Eso me dijo el viejo. Que podrías tener dolores y vomitar muchas veces hasta convertirte al día siguiente. Me dijo que solo te diera dos pétalos... —se rascó la nuca. —Pero... JiMin quería a su gato para su cumpleaños y así que me pasé de pétalos creyendo que podrías cambiar antes de la mañana.

¿Estaba loco? Estoy por matarlo ahora mismo, solo que me es difícil levantarme con los dolores idiotas estos.

—¿Te viste con el maldito viejo? ¿Qué mierda te contó?

—Que es tu castigo por no amar y patear a los gatos. —se burló. —Menos mal y amo a todo tipo de animal, no quisiera convertirme en uno para ser tratado por igual. —se pasó una mano por el cabello.

Solté un suspiro. Ya había comido y bebido los horribles pétalos e iba a regresar como gato en la mañana, pero lo que más me enojaba era que no sabía cómo explicarle a JiMin que yo era su gato, que yo soy YoonGi y que llegué a convertirme en un felino por simplemente no gustarme lo malditos gatos y patear a uno.

—Si tanto quieres a JiMin, díselo. Igual dirá que estás loco. —pestañeó y yo le regalé una mirada asesina.

La puerta de la habitación volvió abrirse con fuerza golpeando a NamJoon, haciendo que este gritara.

—¡Ah! —era JiMin. —¿NamJoon? ¿Qué haces ahí? —se burló y cerró la puerta observando al castaño con la camisa húmeda por la cerveza. Me reí porque se lo merecía por ser un maldito tonto. JiMin, fijó sus ojos en mí y sonrió. —Veo que estás despierto. ¿Estás bien?

—Es molesto aún.

—¿Comiste algo que te haya caído mal? —miré a NamJoon de reojo.

—Eso creo. Quizás un sándwich y un té extraños que me preparó alguien.

—Bueeeno, yo me voy. Cambiaré mi camisa. —sonrió a los dos y abrió la puerta saliendo de la habitación. Nos dejó solos, en silencio, mirándonos uno al otro. Malditos nervios.

—Y... —habló él rompiendo el incómodo silencio. —Me es imposible creer tu relación con NamJoon.

Qué vergüenza.

Me rasqué la nuca y negué nervioso. Él me sonreía cálidamente, me estaba sacando de mis cables. Mis ojos se fijaron en sus abultados labios y mi cuerpo emitió una ola de calor. Tragué duro y aparté la mirada nervioso.

—Él y yo no somos nada... —dije. —Solo somos amigos.

—Ah, entonces si eres un pervertido que entra a las casas. —lo miré con los ojos abiertos.

—¡¿Qué?! ¡No! No soy nada de eso. —él soltó una carcajada y puso su mano en mi hombro haciéndome sentir más incómodo de lo que estaba por su cercanía. Tenía que decirle. —Uhm, JiMin... —rasqué mi nuca.

—Oh, oye... —soltó una carcajada. —¿De dónde sacaste esa cola? —se burló.

Arrugué el ceño. ¿Cola? ¿De qué habla?

Miré atrás y vi una cola blanca bastante peluda de atrás de mi trasero. Me levanté de la cama y traté de esconderla dentro de mi camisa por atrás.

—¿Traes un disfraz debajo de la ropa, MinGi? —preguntó.

—No, JiMin... Yo, puedo explicarlo... —caminé hacia él, con una mano en mi estomago y la otra escondiendo la cola que había salido.

Los malditos pétalos si estaban funcionando, ya estaba en un maldito progreso de volver a ser gato.

—Yo... —me mordí el labio inferior y quité las manos de mi cuerpo. —JiMin, yo soy YoonGi...

Él dejó de reír y levantó una ceja.

—¿Eh?

—Yo soy tu gato... YoonGi. —me rasqué la nuca y él me miraba como si estuviera loco.

—Vale... Ya entiendo. NamJoon y tú han comprado un disfraz de gatito para sorprenderme. —hizo puchero. —Qué lindo de su parte. Gracias.

—¡No! —levanté la voz y le puse una mano en su mejilla para que me mirara a los ojos. —Soy yo, JiMin. Soy cabello blanco y tengo ojos claros como los tiene el gato, soy yo. ¡Soy YoonGi!

JiMin, se quedó mudo unos segundos y miró mi cola una vez más.

—Debo estar ebrio ya... —sonrió. —Casi creo esa tontería.

Solté un suspiro y llevé mi otra mano a su mejilla, acerqué mi rostro al de él depositando mis labios en los suyos. Cerré los ojos y los junté más al sentir que él no se movía y tampoco hacía nada. Pude escuchar mis latidos acelerarse y luego de esos cortos segundos, lo sentí corresponderme el beso. Me quedé estático en la misma posición y simplemente disfruté de esos labios que siempre quise besar, pero yo me separé de él con un quejido.

—JiMin, soy YoonGi. Tengo un maldito hechizo... Ah, mierda... —apreté mi estómago y me senté en la cama. —Puedes preguntarle a NamJoon... Él sabe todo. —me senté en la cama, sintiéndome mareado, escuchaba que JiMin me hablaba pero lo escuchaba en eco. Había perdido la fuerza y toda capacidad mental que me sostenía despierto. Mi cuerpo cayó contra la cama y mi mirada se fijó en el reloj el cual marcaba las 12AM.

Y todo se volvió oscuro.


Ya estamos a un capítulo de su final ♡

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