006. kaya and usopp

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CHAPTER SIX
❝kaya y usopp❞
one piece season 1 | act. one












LOS TRES CHICOS se pasearon por al menos diez minutos tratando de encontrar a Luffy.

Cuando lo encontraron, estaba frente a un barco que tenía una cabra por mascarón de proa y se encontraba hablando con un chico.

—Ahí estás.

—¡Chicos! —gritó—. Lo encontré. Encontré nuestro barco. Y este tipo nos lo venderá.

—Espera, ¿qué? —dijo el chico tartamudeando.

—¡Sí! El barco. Nos lo llevamos.

—Técnicamente, no está a la venta —murmuró y Luffy frunció el ceño confundido—. Y, técnicamente, yo no soy vendedor.

—¿Trabajas aquí? —preguntó Arabella cruzada de brazos.

—Claro que sí —asintió—. Dirijo el área de Erradicación de Incrustaciones y Residuos Aviares.

—¿Incru qué?

—Limpia la caca de las aves.

—No puede ayudarnos —negó Nami.

—¡Esperen! Sí puedo —los detuvo antes de que se fueran—. Resulta que la dueña del barco es mi mejor amiga en el mundo entero.

—Tu amiga es dueña del barco... —dijo Nami sin creerle nada.

—No solo eso. Es duela de todo el astillero. Es muy muy rica. Podrían llegar a un acuerdo.

Luffy sonrió emocionado— ¿Ven?

—Pues no perdemos nada con una visita —dijo Nami viendo a Arabella con una pequeña sonrisa.

—Nunca vi una casa tan grande —dijo Luffy.

—Impresionante, ¿verdad? Kaya me permite venir cuando quiera.

—¿Todo esto para una persona?

—Vive aquí con su mayordomo y algunos empleados más.

—El dinero revela la naturaleza de la gente —murmuró Nami—. Solo piensan en sí mismos y en sus posesiones.

—Como alguien que conozco —dijo Zoro.

—No empiecen —regañó la pelirroja.

—Si hay pocos empleados, esto será pan comido.

—¿Por qué? —preguntó Zoro—. ¿Planeas dejar la casa limpia?

—Al menos la barreré un poco.

—Si te deja venir cuando quieras, ¿por qué estamos entrando por atrás? —dijo Arabella viendo todo el lugar con incomodidad.

Le recordaba demasiado a la casa de su tío.

—No uso la puerta principal —dijo Usopp—. Esta es la entrada vip para invitados especiales.

—Claro.

—Es un farsante —dijo Zoro.

—Si nos hace entrar, ¿a quién le importa? —dijo Nami.

Usopp se dio la vuelta de la nada.

—Uy. De hecho, hay otra entrada más exclusiva.

Un cuchillo se clavo en la hoja de loto que sostenia a Usopp.

—¿Qué rayos haces aquí, Usopp? —preguntó un señor con peinado extraño.

—Bucho, amigo, Kaya me espera.

—Siempre con tus mentiras —lo agarró de la camisa—. No te queremos aquí, lo sabes.

—No sé nada de eso —contestó nervioso—. Vine a traerle un regalo a Kaya.

—¡Usopp! —gritó una chica rubia agarrada del brazo a un mayordomo—. Qué maravillosa sorpresa.

—¡Kaya! —se acercó a ella con una sonrisa de satisfacción—. Feliz cumpleaños.

—Te acordaste —dijo sonriendo.

—Claro que sí.

El mayordomo se arregló los lentes bajo la mirada de todos.

—Usopp. Ya hablamos de esto. No debes venir sin avisar antes.

—Tonterías, Klahadore —negó Kaya—. ¿Viniste a contarme otra historia? Me encanta escuchar tus aventuras.

—Haré algo mejor. Traje a mi tripulación.

—¿Habla de nosotros? —preguntó Luffy.

—Es un placer conocerlos —dijo Kaya sonriente—. Espero que se queden a cenar.

Arabella quiso salir corriendo cuando vio a Luffy sonreír otra vez.

—Señorita Kaya, esto no estaba en los planes —dijo Klahadore—. La cocina no se preparó para recibir invitados.

—Por favor, Klahadore. Es mi cumpleaños. Podemos hacer algo, ¿no?

—Desde luego, señorita Kaya. Lo que sea por usted.

—¡Muy bien! ¿A qué hora comemos?

—No lo harán —negó el mayordomo—. No con esa ropa —Arabella abrió la boca indignada—. Sham, por favor, lleva a Usopp y sus amigos a los cuartos de huéspedes. Se bañarán y se cambiarán antes de cenar.

—Me vendría bien un baño —dijo Nami sonriendo.

—Odio que la gente me obligue a hacer cosas —murmuró Arabella—. Ahora no voy a disfrutar el baño.

Arabella si disfruto el baño pero se negaba a aceptarlo en voz alta.

En el closet, escogió un vestido celeste que le colgaba del cuello y le dejaba al descubierto la espalda. Tomó un collar con un punto de luz y lo dejó a su lado. Decidió que iba a peinarse por lo que empezó a trenzar la parte delantera de su cabello.

Claro que se demoró la mitad de lo que Nami llevaba escogiendo ropa.

—¿Quién puede necesitar tanta ropa? —preguntó Luffy recostado sobre su espalda.

—No se trata de necesitar, sino de querer —dijo Nami vistiéndose.

—¿Y qué nos ponemos?

—Algo bonito, Luffy —dijo Bella terminando su corona y amarrándola con un moño—. Hay kilos de ropa, ponte algo decente.

—Nunca volverás a tener la oportunidad de usar cosas tan bonitas —dijo Nami y salió del vestidor—. ¿Y bien? ¿Qué opinan?

—Te ves como Nami.

Bella le pegó en la cabeza y Luffy la miro mal mientras Nami volvía al vestidor.

—Eres muy tonto.

—No lo soy —se dió la vuelta y vió a Zoro en la puerta con una bata y sus espadas colgando por su hombro—. ¡Oye, Zoro! ¿Qué vas a ponerte?

Bella se vió en un espejo. La parte delantera de su cabello era una gran trenza en forma de corona que caía encima de su cabello en la parte de atrás. Tomó el collar y lo puso alrededor de su cuello.

Se notaban sus tatuajes.

Tomó una chaqueta.

—Algo negro —dijo Zoro.

—Qué innovador —dijo Nami con sarcasmo.

—¿Ese mayordomo no se les hace familiar? —siguió el peliverde.

—Sí, estuvo en la última cena a la que fui —sonrió Nami.

—Juro que lo he visto antes.

—¿Pueden vestirse así nos vamos? —pidió la pelirroja—. No me gusta este lugar.

Nami salió con un vestido negro —¿Qué tal esto?

—Más Nami —contestó Luffy recibiendo otro golpe—. ¡Ya! ¡Deja de hacer eso!

—Dije que yo iré de negro.

—¡Dios! Pareces un niño de dos años —le dijo Arabella.

—Un niño de dos años no puede partirte a la mitad con una espada.

—Inténtalo.

—Los odio —dijo Nami.

—Siento algo de pena por Kaya —dijo Luffy—. Todas estás cosas. Todo este espacio. Todo esto hace que uno se sienta... solo.

—Los ricos no sienten como nosotros —dijo Nami y Arabella mordió la parte interior de su labio—. Estas cosas no la hacen sentir sola. La hacen sentir importante.

—Bueno, ella le agrada a Usopp. Y nos invitó a cenar. Ya veremos cómo conseguir ese barco.

—Olvídalo. Los ricos no regalan cosas.

—¿Apostamos? —preguntó Luffy y Arabella dejo caer su cabeza hacía atrás.

No tiene paciencia para esto.

—¿Qué quieres aportar? —preguntó Nami sonriendo.

—A que puedo hacer que Kaya nos dé el barco —siguió el moreno.

—¿Y si no?

—Seguimos tu plan. Robar el barco e irnos.

Los dos se dieron la mano y sonrieron.

—Acepto.

Arabella tomó el brazo de Luffy antes de obligarlo a pararse y comenzar a buscarle ropa.

























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