extra 1. in another universe

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EXTRA Nº1
❝en otro universo❞
disaster extra chapter







DESDE QUE TIENE MEMORIA Arabella siempre había vivido en la playa y era un lugar que le daba más paz y tranquilidad que cualquier otro lugar en el mundo. Ir a la playa, surfear y nadar en el mar siempre le ayudaba a aclarar su cabeza cuando todo se volvía demasiado.

Por eso había elegido biologia marina como carrera profesional.

Realmente le encantaba y había descubierto que era bastante buena en el tema. No se llevaba demasiado con sus compañeros, no le interesaba hacer amigos pero tampoco le caían mal. Podía hablar con ellos sin problema y no le molestaba, pero dejarlos acercarse no estaba en sus planes.

Su vida era tranquila con los amigos que ya tenía y no quería encariñarse con gente nueva.

Lastima que su profesor de bioquimica la había llamado a su oficina un soleado jueves por la tarde.

—¡Arabella! —la saludó, antes de apuntar al asiento frente al escritorio—. ¿Cómo estás?

—Bien —asintió, sentandose con una pequeña sonrisa—. ¿Esta todo bien?

—Oh, sí —el profesor Maxwell rió—. Te quería pedir un favor. Se que en la mayoría de universidades los profes deján que ustedes se las arreglen solos pero me importa bastante que todos saquen buenas notas y pasen el ramo. Además, se que no eres muy amiga de tus compañeros.

Arabella frunció el ceño con confusión mientras su profesor seguía hablando sobre lo muvho que le interesaba que todos sus lumnos salieran bien en los examenes. El adulto dejó de hablar y suspiró.

—Lo siento, me salí del tema —volvió a sonreir y la observó—. Hay un alumno de la clase, probablemente lo conoces, le esta yendo bastante mal y te quería preguntar si podrías ayudarle a cambio de puntos extras. Tienes las mejores calificaciones de la clase.

La pelirroja lo pensó un segundo.

No perdía nada. No es que necesitara los puntos extras, le iba bastante bien pero le serviría en algún momento probablemente. Además, tenía tiempo libre y era algo de lo que le gustaba hablar.

—Bueno —aceptó—. No hay problema.

—Genial —el profesor sacó un post-it rosado y escribió un numero de telefono—. Se llama Monkey D. Luffy, escribele cuando tengas tiempo. Muchas gracias, Arabella.

Ella asintió y tomó el sticker antes de agarrar sus cosas e irse de la oficina. Mientras caminaba por la universidad siguió pensando en el tema. Estaba segura de que había escuchado el nombre de Luffy más de una vez pero no recordaba haberlo visto, por lo menos no lo recordaba.

Se subió al auto de su padre, Akira, quién escuchaba música de Harry Styles en alto volumen y le dio un beso en la mejilla como saludo.

—¿Cómo te fue hoy, conejito? —dijo mientras le bajaba a la musica.

—Igual que siempre —sonrió—. El profesor Maxwell me pidió que le haga clases a un chico de la clase.

—¿Chico? —preguntó, alzando una ceja—. ¿Cómo que chico? ¿Cómo se llama? Quiero todos sus datos, el nombre de sus tutores legales y una foto de su cara.

Arabella rió, escribiendo el numero de Luffy en su telefono. Terminó de agendarlo y una foto de un chico moreno, rulos desordenados por toda la cabeza que comía un taco aparecio como foto de perfil. Bella sonrió y apagó el celular.

Lo había visto un par de veces en clase pero nunca lo había visto tomar un solo apunte.

No iba a ser tan facil despues de todo.

Media hora tarde y ni siquiera un mensaje explicando porque.

Arabella ya estaba de mal humor. Le había mandado más de un mensaje tratando de saber a que hora iba a llegar y el moreno no contestó ninguno. Estaba por irse cuando el chico se lanzó al asiento de al frente con la respiración agitada y la frente perlada de sudor.

—¡Lo siento! ¡Lo siento mucho! Tuve que tomar el bus y calcule mal cuanto tiempo tenía para llegar —explico rapido. Arabella notó que tenía un acento, probablemente el español era su primer idioma—. ¿Esperaste mucho?

Bella parapadeo un par de veces mientras se cruzaba de brazos. Luffy aún ni siquiera la miraba a los ojos pues estaba tratando de sacar un cuaderno de la mochila torpemente. Cuando lo logró, dejo el cuaderno sobre la mesa y subió la mirada.

Luffy se quedo boquiabierto.

—Eres aún más linda en persona —murmuró sin creerlo.

La pelirroja sintió sus mejillas calentarse y lo miró mal.
—Llegas media hora tarde.

—Estaba comprando esto —Luffy sacó una caja de chocolates y se la extendió—. Es mi forma de agradecerte por esto. No puedo reprobar esta materia pero de verdad, quimica es mi peor pesadilla.

La chica tomó la caja de chocolates y suspiró.

—Bien —dijo, tomando su lapiz—. Tengo ciertas condiciones si vamos a hacer esto.

—Lo que quieras.

—Primero, tienes que llegar a tiempo —dijo, alzando las cejas—. Te lo perdonare esta vez pero necesito que llegues a tiempo, ¿sí? Y segundo, tómate en serio lo que digo. Esto es algo importante para mí y si vas a hacerme perder el tiempo, no va a funcionar.

—Sí, señora —dijo asintiendo con una sonrisa.

—Perfecto —Bella relajó su expresión y le sonrió—.  Me presento de nuevo, me llamo Arabella Cravalho, tengo diecinueve y he vivido en Los Angeles toda mi vida, sere tu humilde profesora de bioquimica.

—Un gusto conocerte, Arabella —dijo haciendo una leve reverencia—. Me llamo Monkey D. Luffy, también tengo diecinueve y me mude a Los Angeles hace un par de años y sere tu humilde alumno de bioquimica. Espero no me odies durante el transcurso de estas clases.

Bella rió y negó.
—Mientras lo intentes, estaremos bien.

Los dos se sonrieron, haciendo contacto visual. Luffy observó los ojos verdes de Arabella con atención pero fue interrumpido por una mesera que se acercó.
—Hola bienvenidos, ¿quieren pedir algo?

Luffy se pidió un chocolate caliente mientras Bella pidió un café con leche y un brownie. La mesera se fue y los dos chicos empezaron con la clase. Bella notó que Luffy no sabía muchas cosas de la materi.

—¿Vas a clase, siquiera? —preguntó confundida—. Vimos esto tres clases seguidas.

—Soy muy malo en la escuela —dijo Luffy dibujando figuras en el borde de la hoja—. Lo siento.

Bella negó y siguió explicandole hasta que notaron que ya casi iba a anochecer. Luffy insistió pagó la cuenta de los dos y la chica por mucho que se negará, no ganó esa discusion. Salieron del café y caminaron hasta el borde de la playa.

—Gracias por ayudarme —dijo Luffy con una sonrisa—. Eres buena profesora.

—No hay problema —negó—. Me alegro de que empieces a entender.

—¿Mañana a la misma hora? —preguntó Luffy a lo que Bella asintió—. ¿Quieres ir a mi casa? No tengo dinero suficiente para venir a un café todos los días.

Arabella soltó una carcajada.
—Mandame la dirección por mensaje.

Luffy asintió y le dio un corto beso en la mejilla antes de despedirse con la mano e irse corriendo. Arabella rodó los ojos y se subió al auto para manejar a casa.

Nami se lanzó a la cama de Arabella, despertandola de su siesta involuntaria.

—Buenos dias, estrellita.

—Espacio personal —se quejó Bella empujando a Nami para que cayera a su lado—. ¿Qué haces aquí?

—Quiero saber todo de este tal Luffy —dijo con una sonrisa—. Todo.

—Nami dice que tienes novio —dijo Zoro entrando a la habitación con un vaso de agua y un plato de galletas—. Tu mamá hizo galletas, por cierto. Estan muy buenas.

—No tengo novio —replicó, tomando una almohada y golpeando a Nami con ella—. Le estoy haciendo clases porque es un baboso que no va a clases y mi profesor tiene un buen corazón.

—¿Cómo dijiste que se llamaba? —preguntó Zoro masticando una galleta—. ¿Lupi?

—Luffy —corrigió Bella.

—Dijiste que te llamo linda —se burló Nami—. Le gustas.

—Nos conocimos ayer —Arabella rodó lo ojos—. Es imposible.

—Tu lo conociste a el ayer —le corrigió Nami, negando—. Niña ingenua. Están en la misma clase desde el año pasado. Yo creo que el planeo todo esto para hablarte porque eres una antisocial.

—¿Crees que desaprobó casi todos los examenes que hemos tenido hasta la fecha solo para hablar conmigo? —Bella se largó a reír—. Estas chiflada.

—Zoro apoyame.

—No me metan —negó—. Yo vine a comer.

—A veces pienso que solo vienes a verme para comer lo que hace mi mamá —dijo Bella con una mueca.

—Es la realidad —Nami puso su mano en el hombro de Bella—. Tienes que ver las cosas como son.

Bella rodó los ojos y se levantó de la cama, de paso robando una galleta del plato que Zoro sostenía. Nami sonrió y la observó.

—Admite que te cayó bien.

—Me cae bien —asintió—. Pero no me gusta.

—¿Es lindo?

—Es decir, sí...

—Te regaló chocolates, ¿verdad?

—Sí...

—La ama —le dijo Nami a Zoro que rió divertido.

—Me invitó a su casa hoy —dijo, sonrojada. Nami pegó un gritito y Bella la calló—. A estudiar, babosa.

—¿Estudiar qué? ¿Anatomía humana?

Bella abrió la boca en shock y le lanzó nuevamente una almohada a su mejor amiga. Zoro puso cara de asco.

—Que horrible imagen mental.

—Oh,vamos —Nami se cruzó de brazos—. Bella es linda.

—Es como mi hermana pequeña —se quejó Zoro—. Es desagradable.

Tres toques se escucharón en la puerta y Eiko Cravalho se asomó por la puerta con una sonrisa.

—El almuerzo esta listo, bajen a comer.

Zoro dejó el plato de galletas encima de la cama y siguió a Eiko con una sonrisa. Nami se levantó y tomó a Bella por los hombros.
—Le gustas, ya lo veras. Es mi sexto sentido.

Arabella rodó los ojos y las dos chicas fueron al primer piso de la casa para sentarse en la mesa. Akira y Zoro conversaban animadamente mientras ayudaban a Eiko a llevar la comida de la cocina hasta la mesa. Todos se sentaron y Eiko le preguntó a Nami:
—¿Como vas con los estudios, Nami? ¿Te gusta?

—Va todo muy bien —asintió con una sonrisa—. Ahora tenemos más libertad de crear la ropa que queramos y la verdad Bella me ha ayudado mucho con mejorar mis dibujos. Es realmente divertido. Me gusta.

—Aún espero que me hagas unos pantalones como prometiste —dijo Zoro fingiendo estar ofendido.

—Los estoy haciendo, enojón.

—¿Y tu, Zoro? —preguntó Akira—. ¿Cómo te va con el boxeo?

—Bastante bien, la verdad —sonrió—. He estado practicando profesionalmente y he ganado bastante dinero. Mucha gente me ha seguido en redes sociales, es raro.

—Mientras no te rompas ningún hueso —dijo Arabella divertida.

El almuerzo siguió así, entre risas y conversaciones triviales entre todos. Cuando dieron las tres de la tarde, los tres chicos se despidieron y salieron de la casa. Zoro llevaría a Bella a casa de Luffy y a Nami a su casa propia. Luego de unos diez minutos llegaron a un edificio.

—Según la dirección que me envió es aquí —dijo Bella poniendo su mochila sobre sus hombros—. Gracias por traerme, nos vemos.

—¡Usa protección! —gritó Nami bajando la ventana.

Arabella le mostró el dedo corazón y se adentro al edificio. El portero le preguntó a donde iba y llamó por el citofono antes de darle las indicaciones sobre que departamento era y dejarla pasar. Bella subió al elevador y apreto el número cinco.

Una vez llegó al piso, buscó con la mirada el mil cien  tocó el timbre.

—¡Hola! —saludó Luffy, dejandola pasar—. Me alegra que vinieras.

—Soy una mujer de palabra —dijo Bella sonriendo.

—Perdón si esta desordenado —rió, dejando un plato en el lavaplatos—. No escuché la alarma y me levanté tarde.

—No te preocupes —negó Bella, antes de sacar un tupper de la mochila—. Mi mamá hizo galletas e insistió en que te trajera.

Luffy sonrió de oreja a oreja.
—Genial. ¿Comenzamos?

Los dos se instalaron en la mesa de comedor y retomaron donde lo habían dejado el día anterior. Bella se dió cuenta de que Luffy era una persona realmente inquieta. No había dejado de jugar con los lapices, movía la pierna de arriba a abajo constantemente y siempre tenía algo que decir. A pesar de todo esto, avanzaban bastante rapido pero luego de dos horas Luffy se levantó inquieto.

—¿Tienes traje de baño? —preguntó el chico a lo que ella asintió confundida—. ¿Quieres ir a la playa? Mi cerebro no puede almacenar más información o va a explotar.

—Uhm... —Bella notó como caminaba de un lado a otro y suspiró—. ¿Sabes qué? Vamos.

Bella siempre traía un traje de baño en la mochila. Casi siempre iba a la playa luego de clases por lo que era conveniente siempre tener uno a mano. Luffy le prestó su baño para que pudiera cambiarse tranquila y luego los dos salieron del edificio.

—¿Cúal es tu cantante favorito? —preguntó Luffy.

—Me gusta mucho la musica antigua —dijo Bella sonriendo—. David Bowie. ¿Y tú?

—Escucho cualquier cosa que me guste —alzó los hombros—. ¿Tienes novio? ¿O novia...?

—Wow —se burló Bella divertida—. Que disimulado.

—No estoy intentando ser disimulado —dijo Luffy sonriendo.

—No, no tengo novio ni novia —contestó sonrojada.

—Perfecto —murmuró sonriente mientras llegaban a la playa—. El que llega ultimo pierde.

Antes de que pudier reaccionar, el moreno se quitó la camiseta, la lanzó a la arena junto a la toalla y salió corriendo hacia el mar. Arabella pegó un grito de indignación quitandose la camiseta y persiguiendo al chico que se había lanzado de cabeza al agua. Ella se metió al agua riendo pues el se había puesto de pie con el pelo pegado en la cara.

Bella se acercó y le acomodo el cabella para que pudiera ver mientras el reía.

—Tramposo —le reclamó—. No me diste tiempo de reaccionar.

El sol hace que tu cabello brille —dijo Luffy acercandose a ella—. Te ves hermosa.

Arabella se sonrojó y rodó los ojos antes de cruzarse de brazos.
—Me caes mal.

—No te creo —se burló.

Luffy se acercó a ella y la tomó por la cintura con delicadeza. Bella lo observó con confusión.
—¿Qué haces?

Luffy sonrió y de un segundo a otro los dos se encontraron bajo el agua. Arabella trató de alejarse pero Luffy la había abrazado. Por un segundo entró en panico pero luego el de rulos se puso de pie. La pelirroja se quitó el cabello de la cara y golpeó al moreno en el pecho.
—¡Idiota!

—Te ves linda molesta —dijo divertido.

Bella le lanzó agua aguantando la sonrisa que amenazaba por salir. Luffy rió divertido y copió el gesto. Los dos comenzaron a jugar y perdieron la noción del tiempo mientras conversaban sobre todo en el agua. Cuando notaron que el sol empezaba a bajar, salieron del agua y volvieron al departamento.

—¿Quieres comer algo? Podemos pedir pizza —sugirió Luffy con la toalla alrededor de los hombros—. Te cocinaria algo pero no quiero quemar el edificio.

—Esta bien —asintió Bella—. Yo la pido.

Los dos se sentaron en el sillón mientras Bella llamaba a la pizzeria. Luffy prendió la televisión y la pelirroja cortó la llamada.

—Deberiamos seguir estudiando —lo regañó.

—Oh, por favor —se quejó el—. Ya estudiamos demasiado. Podemos seguir otro día. Veamos una pelicula.

—Depende —dijo Bella sentandose con las piernas cruzadas—. ¿Que pelicula?

—¿"Diez cosas que odio de ti"? —preguntó con una sonrisa.

Bella sonrió.
—Eres bueno.

—Que puedo decir —alzó los brazos—. Soy increible.

Arabella negó con la cabeza mientras sonreía divertida y cuando aceptó ver la pelicula, Luffy la puso en la tele.

Quizá, solo quizá, le estaba empezando a gustar.

Un mes después, Arabella no podía seguir mintiendose a si misma.

Estaba completamente enamorada de Monkey D. Luffy.

Arabella le echaba la culpa a Nami, se había metido en su cabeza y ahora no habia vuelta atrás. Hoy era sabado y Luffy estaba por primer vez en su casa. Le había dicho que venga a cenar pues sus padres querían conocerlo y Luffy acepto encantado.

Arabella estaba más nerviosa que el por alguna razón.

Los cuatro estaban sentados, comiendo la comida que Eiko había preparado en silencio. Akira tomó la palabra.
—Así que, Luffy, ¿de donde eres?

—Oh, soy de Mexico, señor —sonrió—. Me mude a Estados Unidos con mi abuelo cuando era pequeño y vine solo a Los Angeles para ir a la universidad.

—¿Tu abuelo no quiso venir? —preguntó

—No —negó—. El es militar y siempre quiso que yo me uniera tambien pero preferí venir a estudiar. Nunca nos llevamos muy bien.

—Lo lamento mucho, cariño —dijo Eiko con una mueca—. La familia debería ser lo más importante.

—No hay problema —dijo Luffy sin dejar de sonreir. Bella se preguntaba como no le dolían las mejillas—. Considero que mis amigos son mi familia.

Akira sonrió.
—Me agradas.

—¿Siempre quisiste estudiar biologia marina? —preguntó Eiko—. Arabella quería ser pirata cuando era pequeña.

Arabella se sonrojó hasta las orejas y Luffy sonrió aún más si eso era posible.
—Que chistoso. Yo también.

La pelirroja volteo la cabeza para mirarlo y le sonrió. Luffy le guiñó un ojo y siguió la comiendo.
—Señora Cravalho, cocina demasiado bien.

—Por favor, dime Eiko —negó—. Me haces sentir vieja.

Los padres de Arabella amaron a Luffy. Estuvieron conversando toda la cena hasta que Arabella insistió que iban a llegar tarde. Los dos chicos subieron al cuarto de la chica y Bella cerró la puerta.

—¿Tus amigos van a ir? —preguntó Bella buscando ropa bonita.

—Sí, Sanji ya terminó su turno en el trabajo y Usopp... bueno, el en realidad no hace nada.

Bella rió y cerró la puerta del closet para cambiarse. Se puso unos pantalones cargo verdes con un top blanco y salió de vuelta a la habitación.

El lugar era espacioso. Tenía una cama grande pegada en una esquina y al lado había un escritorio. Había un librero a los pies de la cama repleto de libros de distintos autores y había un pequeño pasillo a la entrada. Las paredes eran de un verde claro y estaban cubiertas con dibujos y fotos.

Luffy se había recostado sobre la cama, viendo la pared de dibujos con admiración.
—¿Lo dibujaste tu?

—Sí —murmuró un tanto avergonzada. Se sentó en el escritorio y sacó un poco de maquillaje—. Lo he dejado un poco de lado ultimamente. Pero me gusta mucho.

—Dibujas increible —dijo sonriendo—. No deberías dejarlo.

Arabella no respondió. Terminó de maquillarse y se levantó, girandose hacia Luffy.
—Termine, ¿te gusta?

Luffy se levantó y se acercó hacia ella con una sonrisa. Ella se quedo inmovil mientras lo veía acercarse más y más. La pelirroja sentía su corazón latir con fuerza cuando sintió la respiración de él mezclarse con la suya. Sus labios se rozaron pero ninguno de los dos avanzó más. Luffy susurró:
—Te ves preciosa, como siempre.

Juntó sus labios mientras tomaba a Bella por la cintura, acercandola más hacia el. La pelirroja rodeó el cuello de el con los brazos, besandolo con una sonrisa. Luffy terminó sentado nuevamente sobre la cama y Bella sentada sobre sus piernas sin dejar de besarse.

Bella jugó con los rulos castaños distraidamente mientras Luffy acariciaba la piel descubierta de la chica con el pulgar. Los dos se separaron y sonrieron.

—Estaba esperando a que hicieras eso —murmuró Bella con la respiración agitada.

Los dos bajaron las escaleras y se despidieron de los padres de Arabella. Luffy fue el primero en salir de la casa, Bella iba a salir pero la mano de su padre la detuvo.

—Antes de que te vayas —dijo, con una sonrisa—. Me alegra que ese chico te haga feliz, se nota que es buena persona. Aún así tengo que decir que si te hace llorar voy a a...

—Asesinarlo —interrumpió Bella con una sonrisa divertida—. Lo sé. Nos vemos, papá.

—Cuidense —gritó, despidiendose con la mano.

Arabella y Luffy se subieron al taxi que iba a llevarlos hasta el bar donde se juntarían con Nami y Zoro. No tardaron más de veinte minutos en llegar y apenas entraron, Arabella reconoció a sus amigos al fondo, discutiendo por alguna razón.

—¿Listo? —le preguntó sonriendo.

—Siempre.

Se encaminaron a la mesa y cualquier discusión que Nami y Zoro tenían, la pausaron para saludar a su amiga. Luffy saludó con amabilidad y se sentó al lado de la pelirroja con una sonrisa.

—Así que tu eres el famoso Lupi —dijo Zoro—. Un gusto conocerte por fin.

—Es Luffy —dijo riendo.

—Lo sabe —dijo Arabella negando.

—Hemos oído mucho de ti —dijo Nami, tomando un martini—. Lo unico que dire es que si le rompes el corazón, te voy a castrar.

—Anotado —dijo divertido, viendo como Arabella se sonrojaba.

Estuvieron un rato conversando y al parecer, Nami y Zoro se llevaban bien con Luffy cosa que dejo a Bella mucho más tranquila. Arabella vio como un chico moreno junto a uno rubio entraban al bar con expresiones confusas y tocó el brazo de Luffy.
—¿Esos no son tus amigos?

Luffy sonrió de oreja a oreja y levantó la mano, llamando la atención de los dos chicos que apenas lo vieron se acercaron con sonrisas. El chico rubio fue el primero en saludar.

—¡Luffy! —chocaron los cinco y luego su mirada se detuvo en Arabella—. Oh, ahora lo entiendo.

—No seas irrespetuoso —dijo el chico de trenzas—. Hola a todos, un gusto, me llamo Usopp.

El rubio sacudio la cabeza.
—Yo soy Sanji.

Sanji saludó a Zoro con la mano y luego su mirada recayó sobre Nami.

—Hola —dijo con una sonrisa boba.

—Ni lo pienses —negó ella.

Usopp rodó los ojos y se sentó al lado de Luffy, arrastrando a Sanji con el. Estuvieron toda la noche hablando. Sanji coqueteaba con Nami cada vez que podía mientras ella se limitaba a rodar los e ignorarlo. Luffy sostuvo la manpo de Bella todo el tiempo y Zoro terminó siendo el más borracho del grupo, cantando en el karaoke.

Porque en todos los universos, los sombrero de paja se encontrarían como una familia.




















author's note:

jiji hola perdon la demora JAJAJAKDKQK

que les parecio el capitulo? :3

si tienen sugerencias para otros extras me salvan la vida pq la verdad no tengo idea de que escribir JJAJAJA los quiero mucho nos vemos!!!

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