CAPÍTULO 20: THE NEW SANDMAN?

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—— THE NEW SANDMAN? ——

Davina observó la vandana de metal, esperanzada de no tener que usarla. La última vez que lo había hecho, el Encapuchado había sido capaz de controlarla, lo que la hacía preguntarse si eso se debía al poder que él poseía o si se debía al hecho de que estaba usando sus alas. Una parte de ella quería que fuera lo primero, porque cuando pensaba en la posibilidad de que fuera lo segundo un escalofrío causado por la repugnancia la recorría por completo, a su vez que intensificaba sus crecientes deseos de venganza. Un sentimiento que únicamente ocupaba su cabeza, ya la daba igual el deber, solo quería encontrarlo y matarlo, como si aquello la pudiera devolver aquello que la había arrebatado, y tal vez podía ser así o tal vez no, pero si le mataba nadie más estaría en peligro, nadie más moriría o perderia aquello que tanto les caracterizaba, antes eran humanos con dones, cuando el don desaparecía sólo eran humanos, como los millones que había en el mundo. Lo especial que tenían y que les llenaba de orgullo dejaba de existir y les instauraba el sentimiento de lo mundano, de lo ordinario y lo cotidiano.

—Rose ya se ha dormido, es el momento de actuar.— La informó Sueño a Davina, haciendo que la protectora se colocara la vandana. Aunque aquella no iba a ser la primera vez que acompañaba al eterno a través de los sueños, siempre se la hacía un nudo en el estómago. Ya que cuando se está despierto se puede alterar y engañar quienes somos, pero dormidos ninguna criatura viviente es capaz de mentir, posiblemente los sueños representarán no sólo nuestros anhelos y nuestros miedos, sino también la clase de criaturas que somos cada uno de nosotros.

—¿Crees que supone un peligro?— Preguntó Davina sin entender porque ella debía de ir, ya que la mayoría de las veces Sueño prefería ir en solitario, hecho que ella agradecía porque meterse en los sueños de una persona la parecía una especie de violación de la privacidad.

—El poder del vórtice es algo único, tan único que se escapa a la comprensión. Desconozco como puede responder, y teniendo en cuenta que Gold tiene a su hermano y que ese... misterioso encapuchado sigue por ahí...— Empezó a decir Sueño haciendo que Davina comprendiera la gravedad de la situación.

Con el uso de su arena, Sueño consiguió que él y Davina entrarán en el mundo de los sueños, viendo que se encontraban en una calle donde lo único que destacaba aparte de las casas y del parque que había detrás de ellos, era un deportivo de color naranja.

—¿Por qué esta pasando esto? ¿No íbamos a buscar a Jed?— Preguntó Rose mientras se acercaba a Sueño seguida de Peige la cual la dedico una sonrisa a Davina, la cual se la devolvió sabiendo que estaba haciendo bien su trabajo, tal y como se esperaba de una futura protectora.

—Y eso hacemos.— Respondió Sueño con obviedad sabiendo que solo Rose podría encontrar a su hermano en todos aquellos sueños que, de forma inconsciente, estaba atrayendo hacia ella.

—¿Y por qué estamos en los sueños de nuestros amigos?— Preguntó en esta ocasión Peige ya que, al igual que Rose, no sabían porqué estaban invadiendo de una forma tan descarada los sueños de quienes querían.

—Por que Rose atrae los sueños de los demás hacia ella.— Respondió Sueño haciendo que ambas amigas se mirasen mutuamente, al entender que eso podía significar que también podría atraer, hacia ella, el sueño de Jed.

—O las pesadillas.— Puntualizó Davina mientras ponía los ojos en blanco, observando el sueño que alguien debía de estar teniendo, el cual desde la perspectiva que se mirase podría ser o no una pesadilla.

—Procurar no perderos en ellos.— Les aconsejo Sueño, sabiendo que si alguna de las tres se perdía, sería casi imposible encontrarlas en aquel lugar. —Rose, tomate tu tiempo, busca tu propio camino.— Añadió mirando al vórtice, haciendo que la chica centrará su atención en la verja que estaba delante de ella y de su amiga, y detrás de Sueño y de Davina. Sin dudarlo se acercó a ella, viendo que estaba colgado el cartel que había hecho para buscar a su hermano, después de quitar el cartel entró en el parque, siendo seguida, muy de cerca por Sueño, mientras que las dos protectoras se quedaron atrás.

—Esto es peligroso, ¿verdad?— Inquirió Peige mientras las dos caminaban a una distancia bastante alejada.

—Cualquier cosa lo es, pero perderse aquí... es perderse para siempre.— Respondió la mayor de las protectoras, haciendo que la menor tragara saliva con dificultad al comprender lo que eso podía llegar a significar y estaba claro que ninguna quería perderse.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

—Finalmente estamos aquí, en el arco de la propentina.— Anunció la princesa mirando a su compañero.

—Sin duda ha sido un largo viaje, señorita Barbara. Y hemos encontrado y perdido a muchos grandes compañeros por el camino.— Admitió Martín Díez Huesos, mientras llegaban a un arco invertido, donde se encontraba una esfera luminosa de color rosa.

—Cuantas vidas perdidas, Martín Díez Huesos, y ¿todo por que? Por una joya de hilo de plata y cuarzo rosa.— Comentó Barbara creyendo que las vidas perdidas no compensaban por aquel particular objeto.

—La propentina no es solo eso, señorita, como su gentil alma ya sabe.— La recordó su fiel acompañante.

—¿Y qué es un vórtice de sueño? ¿Para que es? ¿Qué hace?— Preguntó Rose a Sueño queriendo saber cual era su propósito, ¿por qué ella debía de ser especial? ¿Qué era lo que la hacía especial?

—Te confieso que hay ciertas preguntas para las que ni siquiera yo tengo respuesta. Pero puedo decirte que el vórtice tiene el poder de soñar mundos enteros y de destruirlos.— Garantizó el señor de los sueños, haciendo que las dos amigas intercambiarán una mirada al entender lo que eso podía significar y suponer para el eterno, ya que ella podía ser una amenaza de la que quisiera librarse.

—¿Por eso estás aquí? ¿Por qué Rose puede ser peligrosa?— Le preguntó Peige a Davina una vez que Rose y Sueño volvieron a retomar el camino para ir en busca de Jed.

—No creo que Rose sea peligrosa, solo veo a una joven que quiere recuperar a su hermano. Es cierto que posee un gran poder, un poder que muchos pueden anhelar y codiciar, pero a veces el poder no corrompe a las personas, a veces estás llevan tiempo corrompidas. Si estoy aquí es para protegerla en caso de que sea necesario.— Explicó Davina sabiendo que cualquier lugar, por muy inalcanzable e imposible que pudiera ser nunca llegaba a serlo, en todo momento todo estaban en peligro, y más en aquellos momentos que el Encapuchado tenía más poder del que hace cien años podía haber llegado a imaginar.

—¿Él puede entrar en los sueños?— Preguntó la futura protectora, recordando que al tener varios de los atributos referenciales de varios protectores, podía viajar entre reinos y eso no podía significar nada bueno.

—Posee un gran poder, y tanto Sueño como yo desconocemos de lo que puede llegar a hacer.— Admitió la protectora dragón esperando que el Encapuchado jamás se le ocurriera la idea de viajar entre reinos, por que de hacerlo ninguna criatura podría llegar a estar a salvo.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

Después del sueño de Barbara, los cuatro se adentraron en el siguiente sueño, el cual estaba centrado en un cementerio, el cual no tenía, precisamente, un aire acogedor, sino más bien un aire siniestro listo para cualquier película de terror o incluso para vivirlo en primera persona.

—¿Esa es...?— Empezó a decir Peige al ver una niña de pelo castaño, y vestida con un vestido de color blanco marfil junto a un velo de color negro.

—Zelda, a la edad del hermano de Rose.— Respondió Sueño mientras los cuatro observaban como la niña corría entre las tumbas.

—Mamá y papá me han dicho que me vaya, con que aquí estoy, en el viejo osario. Nadie me entiende, no le importó a nadie, Chantal es la única que me comprende. Ella me acompaña, y me demuestra que es mi hermana del alma.— Dijo mientras se acercaba a una tumba y cogía unas flores muertas mientras seguía correteando. —Las dos somos heroínas góticas, esposas prohibidas de sirvientes sin rostro en la mansión secreta de la noche del aciago deseo.— Añadió mientras se detenía, haciéndoles creer a Peige y a Rose que se había perdido en su propio sueño.

—¿Se ha perdido?— Le preguntó la morena al señor de los sueños.

—Este es su hogar, es lo que casi todos buscan cuando sueñan.— Respondió Morfeo haciendo que Rose le mirase confundida al no entender del todo lo que la estaba diciendo, pero sin saberlo el eterno la estaba dando la pista definitiva para que pudiera encontrar a su hermano.

—¿Su hogar?— Inquirió Rose confundida al no entender a qué se refería, ya que no parecía ser una casa sino más bien el lugar donde cada persona podía sentirse segura.

—¿Sabes cual es el de Jed?— Preguntó Davina haciendo que Rose mirase hacia el panteón en el que Zelda había entrado, en la puerta se encontraba otro cartel, esta vez las letras eran completamente legibles y podía leerse "ayudarme", lo que evidenciaba una pista: Jed necesitaba ayuda.

Los cuatro entraron en el panteón, para después dar a una calle residencial, la cual Rose reconoció de inmediato, jamás olvidaría el lugar en el que había crecido y vivido, siendo también el lugar donde vio, por última vez, a su hermano pequeño.

—¿Conoces este sitio?— Preguntó Peige al ver la expresión de su amiga, la cual parecía ser una mezcla de sentimientos, pero el que más reflejaba era el de la felicidad.

—Aquí fue donde nos criamos, mirad.— Sonrió el vórtice mientras les mostraba el cartel, haciendo alusión a la foto que había en el cartel.

—Lo has conseguido, has encontrado el sueño de tu hermano.— La felicito Sueño orgulloso de lo rápido que la chica había conseguido encontrar a su hermano pequeño. —Ahora nos falta Gold.— Añadió sabiendo que encontrar a la pesadilla iba a ser más complicado.

—¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo le encontramos?— Inquirió Davina sabiendo que debían de dar con Jed y con la pesadilla.

—Huir señor de las pesadillas, o os enviaré al país de los sueños.— Delante de los cuatro y envuelto por una nube de arena apareció un niño, vestido con un traje de superheroe de color rojo y amarillo, junto con un rubí en el cuello y una bolsa de arena en la cintura.

—Jed.— Le llamó Rose al reconocer a hermano pequeño.

—Yo soy el guardián de los durmientes, yo soy el señor de los dominios oníricos, yo soy Sandman.— Anunció haciendo que Rose y Peige le mirasen sorprendidas mientras que Sueño lo hizo con incredulidad, Davina por su parte intentaba hacer un gran esfuerzo por no estallar a carcajadas, al ver que el niño creía que era el señor de los sueños.

—¿Que tu eres Sandman?— Inquirió Sueño sin creerse lo que había escuchado. —¿Te lo ha dicho ella acaso?— Preguntó creyendo que todo aquello era obra de Gold. —¿Dónde está tu ama?— Le preguntó al niño mientras daba un paso hacia adelante.

—No des un paso.— Le advirtió.

—Jed, no queremos hacerte daño.— Intervino en este momento Peige sabiendo que debían de traerle a la realidad, sacarle de aquel personaje que se había inventado para protegerse de lo que fuera que le estuviera pasando.

—Me queréis a mi, no a él.— Habló una sexta voz, haciendo que Rose se quedara estática.

—Oh, venga ya.— Murmuró incrédula al reconocer a la mujer. —Mamá.— Sonrió al verla frente a ella.

—Me temo que esa no es tu madre, Rose.— Se adelanto a decir Sueño, sabiendo perfectamente que ella era Gold.

—¿Rose? ¿Eres tu?— Preguntó Jed al darse cuenta de que era su hermana.

—Te he estado buscando por todas partes.— Sonrió su hermana justamente cuando ambos se abrazaban.

—Mamá, es Rose. ¡Qué mayor está!— Sonrió Jed mirando a la que creía que era su madre.

—Lo siento, Jed.— Se disculpó Gold justamente cuando Sueño hacia uso de sus poderes desvelando la verdadera apariencia de la pesadilla.

—¡Mamá!— Exclamó al ver que había cambiado de forma. —¿Qué es lo que la has hecho?— Le grito a Sueño mostrando lo furioso que estaba.

—Jed.— Le llamó Rose. —Jed, mírame.— Le pidió mientras le agarraba y le obligaba a mirarla. —Ella no es nuestra madre, mamá no está aquí, pero yo sí. Tienes que decirme donde estás.— Le pidió haciendo que el niño la mirase confundido al no entender lo que estaba diciendo.

—Estoy aquí.— Respondió con obviedad.

—No Jed, esto es un sueño. Cuando despiertes, ¿dónde estarás?— Quiso saber esperando una respuesta por su parte.

—Mira, ¿escribiste tu esto?— Intervino en esta ocasión Peige la cual mostró el cartel donde pedía ayuda.

—El tío Barnaby me dijo que me rompería hasta el último hueso.— Respondió haciéndo que Davina asumiera que aquel hombre le maltrataba, por eso Gold le estaba ayudando, por eso se había creado un personaje, pera evadirse de la propia realidad.

—¿Quien es Barnaby?— Preguntó su hermana confundida.

—La tía Clarice no podrá detenerlo.— Añadió el niño mostrando el miedo que tenía por despertar simplemente.

—¿Dónde están la tía Clarice y el tío Barnaby?— Preguntó Rose sabiendo que debía de encontrar a su hermano antes de que le siguieran haciendo más daño.

—Están en casa, estan en Home Land.— Respondió Jed con obviedad.

—¿Dónde está eso? ¿Dónde está Home Land, Jed?— Preguntó Peige sabiendo que debían de hacer algo para ayudarlo, para sacarlo de aquel lugar.

—Venga, Gold, tenemos que irnos.— Intervino Sueño mirando a la pesadilla, la cual centro su atención en el niño.

—Lo siento, Sandman.— Se disculpó mostrando lo dolorida que estaba por haberle fallado, por no haberle podido ayudar.

—Es hora de despertar, Jed.— Sentenció el señor de los sueños, sabiendo que su objetivo ya se había cumplido.

—Espera, no.— Le pidió Rose sabiendo que Jed tenía que darla más pistas de donde estaba.

—Adiós, Rose Walker.— Se despidió Sueño mientras hacía un gesto con su mano para sacar a todos los presentes del sueño.

—Espera, aun no.— Le suplico Rose. —Jed, ¿dime donde estás?— Le pidió a su hermano una última vez justamente cuando todos despertaban de aquella especie de sueño colectivo.

★★★

La cara de Sueño cuando Jed dice que es Sadman es lo mejor del episodio y de la temporada.

Aunque en realidad en este fue uno de los episodios de la serie más locos, y sin duda uno de los más divertidos para .

Pero siendo sinceros, siento pena por Gold, ella solo quería hacer algo bien, quería ayudar a Jed y me alegra que al final Sueño la... conceda como ese deseo. Le hace ser noble de corazón.

A pesar de lo que ya ha pasado, sólo os puedo decir que aún me guardo dos dramas más bajo la manga. Y os aseguro que no os los veréis venir.

Y bueno para ir cerrando esto, sin duda la relación de Peige y de Davina es algo que creo que nos encanta a todos. Pero algo que yo, así como todos, queremos ver interacción entre Peige y Sueño, pero bueno todo a su debido momento. En especial porque aún no se como afrontarán los guionistas la segunda temporada, aunque mi temor es que la cancelen o se carguen a alguien. Visto lo que ha estado pasando en serie y películas..., pues ya me espero cualquier cosa.

Y por cierto, el nombre de Peige es un nombre que me moría de ganas de usar. Y este era el fanfic perfecto.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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