Capítulo 12: Exilio

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"Aprenderá a dominar el color de ojos colocando el real de la personalidad original. Es diferente a las demás, tiene la fuerza que solo un demonio puede poseer. En la mente de una persona solo pueden existir dos personalidades y ya eso es un problema mental. Entonces... ¿La tercera? ¿Qué es exactamente?"

—YoonGi, no queda mucho tiempo para el ritual. —dijo SeokJin. —La luna ya está por llegar a su punto más alto. Él los pondrá a todos alrededor de una fogata y les dictará las palabras del ritual. Todos ellos entregándose a Mort. —le dijo. —Mort, no existe. Mort, es un demonio que engañó vilmente la cabeza de JiMin y el causante fue Tobías.

Dicho eso, YoonGi dejó el libro en el estante y salió corriendo hacia la puerta sin mirar atrás. Abrió la puerta y corrió por el pasillo, llegando de nuevo por donde había entrado. Dejó de respirar para sumergirse de nuevo en la oscuridad y el aroma putrefacto de los muertos. Corrió entre los cadáveres y subió las escaleras empujando con fuerza la puerta. Atravesó el pasillo de los dormitorios y subió las escaleras al no ver a nadie. Todo estaba solitario.

Al llegar al altar, todo estaba de color dorado y con grandes manteles rojos. La gran cruz se encontraba al revés y había un gran libro rojo abierto en una mesa de madera. Había demasiadas velas encendidas las cuales iluminaban todo el lugar. YoonGi, se tomó unos segundos para tomar aire. Si iban al bosque, eso quería decir que, tendría que salir del convento. Caminó a paso rápido entre las bancas cafés que se encontraban mirando hacia al altar, pisando la larga alfombra roja que llegaba hasta la gran puerta alta. Abrió la gran puerta y salió del convento. La oscura y fría noche lo abrazó y la luz de la luna era su única guía hacia los grandes árboles que se encontraban frente al convento. YoonGi, empezó a correr.

A lo lejos divisó varias antorchas encendidas con fuego y las risas de algunos chicos. Escuchó voces y la voz de Tobías quien les indicaba el camino. YoonGi, se apresuró y los alcanzó en total sigilo. Encontrándose con la última fila, TaeHyung y JungKook iban con ellos. El castaño, carraspeó y se acercó a ellos por detrás.

—Quiero que los dos miren adelante y nunca miren atrás. —les dijo, haciendo que los dos se exaltaran. —Les dije que no vinieran. —dijo. —Necesito que me escuchen y hagan todo lo que yo les diga. —se colocó en medio de los dos. —Se apartarán del grupo y regresarán al convento. Esta noche ustedes podrían ser parte de rituales..., simplemente huyan.

—¡Hemos llegado! —la voz de Tobías se escuchó en eco. —Bajen sus tiendas y ármenlas. MinGi armará la fogata para todos. Esta noche, nos divertiremos.

—¿Cómo que rituales? —susurró JungKook. —¿De qué? ¿A quién mierda quiere invocar?

—Un demonio que él mismo metió en JiMin. —TaeHyung, me miró.

—Eso quiere decir que JiMin...

—Sí, la única personalidad que desapareció de JiMin fue Kan. —se lamió los labios para seguir. —Ustedes, finjan armar la tienda y se largan. ¿Entendieron? —los dos asintieron y se abrieron paso.

YoonGi, observó la espalda del padre mientras hablaba con MinGi. Llevaba una gran túnica negra y en sus manos llevaba una antorcha y en la otra cargaba un libro de portada roja como el que había visto YoonGi en el altar. Tobías se giró y se encontró con la mirada de YoonGi. El castaño fingió una sonrisa y se metió las manos en los bolsillos delanteros y se acercó a él.

—¡Doctor! —dijo. —Ha venido.

—Sí, un poco retrasado, pero llegué. —una sonrisa sarcástica se asomó en sus labios. —¿Qué haremos esta noche, padre?

—Simplemente le daremos la gran bienvenida al próximo integrante del convento. —sonrió. —Y para eso, necesitamos la luna y alguien que lea del versículo. —pestañeó. —Quiero que usted lo lea cuando todos estemos frente a la fogata, doctor.

La sonrisa de YoonGi se esfumó. Había caído en la maldita trampa. Él era quien iba a terminar invocando del todo a Mort.

—¿No puede leerlo alguien más? —Tobías negó con la cabeza y se acercó a YoonGi para susúrrale algo. —Ese alguien estará ocupado en cortar gargantas. —sonrió y se alejó. —Nos vemos en unos minutos. —dicho eso último, se fue dejando a YoonGi en una especie de confusión.

Este se llevó las manos a la cadera y soltó un suspiro. ¿Ahora? ¿Qué mierda iba a hacer? Sintió como una mirada perforaba su nuca y erizaba su piel. Se giró para mirar y se encontró con los ojos cálidos del rubio, quien se encontraba con la espalda apoyada en el tronco de un árbol de brazos cruzados. Este le regaló una sonrisa lasciva y luego un guiño de su ojos derechos. YoonGi, apartó la mirada y buscó a TaeHyung junto con JungKook. Lo vio a lo lejos conversar, mientras sacaban de un gran bolso la tienda de acampar. Corrió hacia ellos y se mordió el labio inferior el cual le temblaba. Una brisa fría movió sus cabellos e hizo entrar en pánico a YoonGi cuando escuchó los susurros de SeokJin.

"Engáñalos..., a los dos."

—Doctor, ¿Adónde huiremos? —preguntó JungKook.

—Solo no deben regresar al convento. Deben ir a otro lado. Sé que esto es un área restringida, cuando llegué a aquí tuve que entregar toda mi información. —comentó.

—No tanto, si nos sumergimos más en el bosque, en unos minutos podemos encontrar una carretera. —dijo TaeHyung. —¿Tu auto? ¿Qué le pasó?

Exactamente, ¿Dónde lo había dejado la última vez?

—¿Cómo sabías que venían en auto? —preguntó YoonGi.

—Cuando llegó, lo vi bajar de uno por la ventana.

—Pero, venías con JiMin... —dijo YoonGi.

TaeHyung, se quedó mudo.

—TaeHyung, ¿Dónde está el auto?

JungKook, fijó la mirada en este sin comprender lo que decía.

—Sé dónde está. —bajó la mirada. —Pero, no podemos irnos sin JiMin.

—¡TaeHyung! —exclamó YoonGi, acercándose. —No es JiMin, quien ahora manda sobre su cuerpo. ¿Entiendes? Si no logro ayudarlo, maldita sea... Nunca volverás a saber de JiMin.

—¡Puedes hacerlo! —vio sus ojos cristalizarse. —¡Sé que puedes regresar a JiMin!

—¡TODOS A LA FOGATA! —la voz áspera de Tobías hizo que los tres se espantaran.

—Es hora, váyanse de aquí ahora mismo. Desvíense en la formación. ¡Ahora! —dijo YoonGi.

Volvió a sentir aquella mirada penetrante quemarle la nuca. Este se giró para caminar hacia la fogata y de reojo miró al rubio que mantenía la mirada fija en él. YoonGi, soltó un suspiro y apretó los puños.

—Puedo engañarlos... —se dijo. —Te salvaré... JiMin. —se acercó al grupo de jóvenes que se sentaban alrededor de la gran fogata encendida.

Tobías mantenía una sonrisa forzada en sus labios, mientras agarraba con fuerza el libro de portada roja. Se encontraba mirando hacia la fogata y a su lado estaba MinGi como siempre solía estarlo. Soltó un suspiro al no ver ni a TaeHyung ni a JungKook alrededor de la fogata, pero veía al rubio, ahí de pie de brazos cruzados con la mirada perdida en el la fogata. Él había dominado a la perfección la coloración de los ojos, había engañado a YoonGi con el color, pero lo delató su manera de actuar y hablar. Si podía hacer eso, ¿De qué más era capaz?

—Bien, en unos minutos empezamos. —anunció Tobías. —Todos, empecemos a dar gracias en voz baja mientras la luna llegue a su punto más alto.

YoonGi, se acercó un poco a la fogata y escuchó los susurros de los jóvenes ante la fogata. Pero, ¿Qué les había enseñado? En vez de dar gracias parecía que estuvieran en la primera fase del ritual. ¡Eso era lo que quería! Se estaba adelantando. Tenía que pensar en algo lo antes posible si quería salvar a JiMin. El castaño se acercó a Tobías y le tocó el hombro.

—¿Empiezo con la lectura? —preguntó YoonGi.

Tobías asintió y le extendió le libro con la pagina abierta. Lucía algo normal, hasta que vio varios símbolos en esta. YoonGi tragó duro y soltó un suspiro. Se puso delante de la fogata y fijó sus ojos en el rubio, quien también se encontraba mirándolo.

—Es hora... —anunció Tobías mirando al cielo. —Llegó el momento.

De los árboles se escucharon algunos pasos y algunos objetos de metales ser arrastrados por el pasto. Un canto macabro bailó con la brisa fría de la noche y de ellos salieron varios hombres con túnicas negras igual que llevaba Tobías, pero estos tenía el rostro tapado con máscaras blancas.

—Doctor, empiece la lectura. —YoonGi, atónito con lo que veía. Bajó la mirada a las letras antiguas escritas y pasó saliva para empezar a leer, pero de nuevo la escuchó la voz de SeokJin cerca de él.

"Ultimas hojas...., está en latín. Solo deja fluir tu lengua al hablar."

Corriendo por el bosque, en busca de huir. TaeHyung se detuvo y tomó aire. JungKook, se giró para mirarlo y tiró de su muñeca para seguir, pero el castaño se soltó de su agarre.

—¡No podemos irnos! —dijo este. —Tenemos que ayudar.

—¿Qué mierda dices, TaeHyung? —contestó el pelinegro. —Vamos a morir si nos quedamos aquí.

—JungKook, no puedo dejar a JiMin.

—Estás tan cegado por el amor que le tienes que no vez que es un maldito demonio. —le dijo JungKook, enojado. —TaeHyung...., por favor. No vayas.

Este apretó los puños y negó.

—Tengo que regresar, es mi mejor amigo. —empujó a JungKook y volvió a correr de regreso a la fogata que yacía encendida.

—¡TAEHYUNG! —gritó JungKook. —¡TAEHYUNG! —lo siguió de regreso a la fogata.

No era solo amor que sentía TaeHyung por JiMin, él se había enamorado de Kan, aquella personalidad de lujuria y desprecio. ¿Cómo explicarle que esa ya no existe?

—¡TAEHYUNG! —gritó JungKook, alcanzándolo.

El castaño se encontraba detrás de un árbol a lo lejos de fogata observando a los mismos hombres vestidos de negros rodeando en círculo a los demás chicos. Pero, el único que estaba de pie era el rubio y TaeHyung lo observaba. Este solo miraba a YoonGi leer las páginas del libro que poseía en un idioma diferente. JungKook, lo alcanzó y agitado también se escondió detrás del árbol.

—Debemos irnos, TaeHyung... Por favor... —el pelinegro le puso una mano en el hombro.

—Si tanto quieres salvar tu vida por tu familia, entonces vete. ¡Huye, JungKook! —le dijo. —No entiendo por qué sigues detrás de mí. ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué te ayude? Ya te dije que puede hacer. Encuentra la maldita carretera tú mismo.

—No te dejaré... —susurró JungKook. —Tú estuviste conmigo cuando no podía afrontar esta horripilante verdad. —pasó saliva. —Quiero huir contigo, TaeHyung.

El castaño lo miró y soltó un suspiro, pero antes de que este pudiera decir algo escuchó los ahogados gemidos de los chicos. Miró de nuevo hacia la fogata y observó a los hombres de capucha negra cortarles la garganta con un cuchillo, haciendo que la sangre cayera hacia la fogata, pero YoonGi, él no hacía nada. Solo seguía leyendo.

...et auferam vos de aliena corpus vel nulla. Tu autem vade ad te pertinent et ubi non est tangere iterum mortale. Tu manum tuam: et conteret me et verba, quae ego loquor ad te, venenum hominibus. Exite! Get de! Non pertinet ad corpus. Vadat! Et mens ejus exsilium te! —profesó el castaño y apartó la mirada de las palabras para observar al rubio, quien se mantenía estatico de pie con los ojos totalmente cerrados.

—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! —dijo Tobías acercándose para quitarle el libro de las manos al castaño, pero YoonGi fue más hábil y lo lanzó a la fogata. Rodeó al padre y se acercó a JiMin para decir las últimas palabras frente a él.

—En el nombre del padre... —toco su frente. —Hijo... —bajo a su pecho. —Y espíritu santo... —tocó sus hombros para terminar la forma de la cruz. —Amén.

Demás gargantas fueron cortadas y el rubio no abría los ojos. Volvió a escuchar la voz de SeokJin.

"Grita su nombre. Necesitas que despierte antes de que él pierda de nuevo el control."

YoonGi, pasó saliva llevó sus manos a los hombros del rubio y lo agitó.

—JiMin... —llamó. —¡JIMIN! —gritó. —¡JIMIN!

Este abrió los ojos de golpe, dejando ver su iris con la combinación de los tres colores: azul, verde y café. Pero, el café esta vez predominó. El rubio, empujó a YoonGi y se acercó a MinGi, le quitó el cuchillo de tenía en la mano y lo clavó en su pecho con rapidez. YoonGi, quedó estupefacto con lo que veía, ¿Era JiMin?

Los hombres habían acabado con todos los chicos que estaban ahí, se habían escuchado gritos de dolor y de piedad, pero era inútil. YoonGi, no podía salvarlos a todos. Vio al rubio bajar el cuchillo del pecho hacia el abdomen del MinGi y luego lo empujó para que cayera en el pasto. El rubio ensució su pijama blanca y le dedicó una fría mirada a Tobías.

—¡Eres tú! —dijo Tobías emocionado. —¡Funcionó! —se podía ver la alegría en sus ojos. —Mort, por fin ha venido. —el rubio caminó por el pasto hacia él y le regaló una sonrisa.

—Has hecho todo mal... —dijo. —Falta tu sacrificio, padre.

El hombre borró su expresión de felicidad a una de terrorífica, pero antes de que este pudiera decir algo, presenció la sonrisa macabra con dientes del rubio y luego lo siguiente a sentir fue el cuchillo clavándose en su garganta. La sangre le salpicó en el rostro y eso hizo que soltara una escalofriante carcajada. YoonGi, estaba asustado con lo que veía, ¿Quién era ese?

Tobías cayó al pasto y el rubio siguió clavándole el cuchillo por todos lados, mientras reía con pasión. Lo dejó a un lado y fue tras los hombres encapuchados algo temerosos, pero este acabó con cada uno de ellos con solo un cuchillo. A uno se lo introdujo en cuello, otro en la espalda, a dos los acuchilló en el pecho y a al último simplemente se lo introdujo en el ojo.

YoonGi, observaba la escena lleno de terror que no podía moverse. Escuchaba sus fuertes latidos, pero no se movía. No hacía nada. Sintió unas manos que lo arrastraban lejos de ese lugar, pero él seguía con la mirada fija en el rostro ensangrentado del rubio. Esa sonrisa macabra que jamás olvidará y que le causará miles de pesadillas.

—YOONGI ¡REACIONA! —escuchaba las voces de TaeHyung y JungKook llamarles, mientras lo arrastraban lejos de esos. —Tenemos que irnos, YoonGi...

Tenía un ataque te pánico y no controlaba sus emociones. Él simplemente quería ir donde él. El rubio dejó de sonreír y dejó caer el cuchillo al pasto, observó a YoonGi alejarse con tristeza y de sus ojos brotaron lágrimas para luego caer al pasto golpeándose la cabeza.

—¡JIMIN! —gritó este luego de reaccionar.

Se soltó del agarre de TaeHyung y salió corriendo hacia este quien se encontraba tendido en el suelo.

—¡YOONGI, NO! —gritó JungKook.

El castaño aterrizó de rodillas al lado del cuerpo del castaño. Vio sus ropas manchadas de sangre y su rostro salpicado. Le cogió el rostro y le limpió la sangre poco a poco, mientras sollozaba.

—JiMin... despierta, por favor.... —pidió. —JiMin.... Por favor...

TaeHyung y JungKook miraban la escena desde lejos mientras sentían una presión en su pecho. TaeHyung, tragó duro.

—JiMin... —YoonGi le acarició el rostro. —Por favor... —lloriqueó, mientras abrazaba su rostro. —Vuelve a mí...

Sintió moverse debajo de su abrazo y una tos salió de él. YoonGi, bajó la mirada y se encontró con los ojos cafés brillantes del rubio.

—Doctor... —sonrió triste. —Las voces ya no están... —sus ojos se cristalizaron. —Gracias.... —sí, era JiMin. Completamente.

YoonGi, le sonrió mientras lloraba y le acarició la mejilla.

—Debes levantarte. Debemos irnos de aquí. —lamió sus labios.

Pero, cuando JiMin hizo el esfuerzo para levantarse. Estaba tan débil que su cuerpo no soportó y se desmayó en brazos del mayor.

—¡JungKook! ¡TaeHyung! ¡Ayuda! —llamó a estos.

Estos se acercaron para ayudar a YoonGi a levantarlo mientras lo arrastraban lejos del bosque para irse de ahí. Todo había terminado. Era el fin de la pesadilla de JiMin y para ellos. Pero, había algo que quedaba inconcluso... YoonGi sabía que no era Mort quien había poseído a JiMin como tal. Tampoco Kan... Entonces... ¿Quién había sido? ¿Quién había hecho que JiMin cometiera aquella masacre?

Hola, JiMin... Seguro no me recuerdas... Pero, te conocí de niño. —otra voz diferente a su pensamiento se escuchó en el vacío de su descanso. —¿Recuerdas quién fue el culpable de hacer que cabeza sangrara? —dijo. —Confía en mí, JiMin. Yo te llevaré por un buen camino..., solo.... Dame el control de tu cuerpo... Soy SeokJin, ya nos conocemos. Ahora viviremos juntos.

Él había engañado a YoonGi, diciéndole que no podía poseerlo. Él, había mentido. Ahora, poseía la mente de JiMin...., pero, ¿Por qué? ¿Qué quería con JiMin exactamente?

JiMin, entrecerró los ojos cuando escuchó las voces lejanas de YoonGi y TaeHyung. Escuchó un motor del auto encenderse y visualizó el techo de un auto que hace tiempo no veía. Se sentía cansado, agotado y su mente daba vueltas.

El castaño, quien tenía la cabeza de JiMin posada en su regazo. Observó su rostro unos segundos. Le acarició la frente y luego la mejilla. Se sentía bien saber que todo había pasado, pero fue en ese momento, ese instante en que se fijó en sus ojos. La luz fuerte de la luna entró por la ventana del auto alumbrando el sombrío rostro del rubio y así YoonGi pudo ver el color de los ojos. Una extraña combinación de café con rojo. Sus ojos se estaban transformando de color rojo. Entonces... eso quería decir que aquella persona que masacró a Tobías y a su séquito, nunca había sido JiMin.

¿Qué había leído exactamente YoonGi? ¿Aquello en Latín que leyó gracias a SeokJin había sido el error del cambio de color de sus ojos? ¿Había terminado la pesadilla de JiMin o, simplemente ya estaba en el infierno?

—Doctor... —gimiendo el rubio en las piernas del castaño. YoonGi, lo miró. Quería quedarse con él, pero tenía que conducir. —Mi cabeza duele.

—Tranquilo, ya nos iremos de aquí. —dijo este. —Solo debo conducir.

Cuando el castaño quitó la cabeza de JiMin de su regazo, él le sujetó la muñeca con fuerza.

—Doctor, él me está susurrando... —sus ojos se cristalizaron. El café estaban en su punto de color más alto, haciendo desaparecer el rojo. Él estaba luchando con su propia mente.

El castaño tragó duro al escucharlo decir eso. ¿Qué era lo que habla leído en Latín?

—YoonGi, ayúdame... —pronunció entre sollozos el rubio. —No deja de hablar. Está gritando. —cerro los ojos con fuerza.

YoonGi, miró a TaeHyung quien se encontraba en el asiento del copiloto y luego a JungKook, quien lo acompañaba en los asientos traseros junto que JiMin.

—Debemos sacarlo de aquí. —dijo YoonGi. —JungKook, sostén su cabeza. —el castaño abrió la puerta y la cerró para rodear el auto y subirse en el asiento del piloto.

Pisó el acelerador y giró el volante para huir de aquel lugar. Encendió las luces y los truenos no tardaron en iluminar el oscuro cielo. Las nubes grises ocultaron la gran luna y la brisa emitía sonidos escalofriantes. El castaño pasó saliva, mientras se alejaba del convento y apretó las manos en el volante. Miró hacia atrás unos segundos, JiMin descansaba en el regazo de JungKook. Se veía tan cansado.

—YoonGi, ¿Qué fue lo que leíste? —preguntó TaeHyung.

El castaño no lo miró, solo soltó un suspiro.

—No lo sé..., pero... —pisó el acelerador. —Sus ojos estaban cambiando a rojos. —se lamió los labios resecos. —Y eso es anormal. Dice que alguien le está susurrando. —esta vez lo miró. —Y presiento que es alguien más. Hay alguien que quiere manipular la mente de JiMin y.... siento que puede ser peor. —miró al camino y frenó el auto en las altas rejas negras.

TaeHyung se bajó a abrirlas y la fuerte lluvia lo mojó por completo. Él, las empujó para hacer que el auto pasara. Corrió de regreso al auto y cerró la puerta. YoonGi, volvió a acelerar y salió por completo del lugar, llegando a la carretera. Todos soltaron un suspiro de alivio, pero había algo que lo dejaba pensativo a YoonGi, era esa horripilante escena de la masacre. Tenia una corazonada y no era buena.

Confía en mí, JiMin... —susurró de nuevo. —Con mi ayuda, dejarás de ser vulnerable. Solo, déjate llevar. Confía en mí. Tu solo descansa.... Yo me haré cargo.

Una risa áspera y escalofriante hicieron que los tres colocaran expresiones asustadas. JungKook, bajó la mirada al rostro de JiMin y lo vio sonreí con los ojos cerrados. Vio a YoonGi, quien lo miraba por el retrovisor.

—Date prisa... —dijo asustado el peli negro. —Está alucinando.

El rubio se movió en un poco y abrió los ojos encontrándose con el rostro asustado del peli negro. Le regaló una sonrisa triste y luego le acarició la mejilla.

—Estarán bien. —dijo este. —Yo les aseguro eso. —sus ojos eran rojos completamente, el café ya no estaba. SeokJin, volvió a engañar.






























F I N


Yyyyy, hasta aquí llegó nuestra historia. Espero y les haya gustado demasiado, de verdad que le dediqué mucho tiempo a este final para que les gustara <3

¿Creen que debería tener continuación? 

Pronto les subiré el Epílogo. Gracias por llegar hasta aquí <3

Los quiere, Smap <3

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