—— LONG ROAD TO HELL ——

—¿Q-que es lo que queréis de mi?— Preguntó el hombre justamente después de que Elijah le metiera en el bar en el que los errantes de noche descansaban y se escondían durante el día.

—Bueno, supongo que te suena esta pocilga más conocida como el foso.— Empezó a decir el noble mientras Astrid se ponía a su lado y se cruzaba de brazos, había llegado la momento de hacer las cosas por las malas.

—Por extraño que te parezca, hace unas semanas un grupito de humanos como tu, asesinaron a compañeros de los vampiros que ves aquí, reunidos, ante ti.— Explicó Astrid mientras Marcel se quedaba al lado del humano, y todos los vampiros que se encontraban en el foso les rodeaban, a excepción de la zona en la que estaba la puerta, la cual dejaba entrar la luz del sol.

—Tu llevas el registro del ayuntamiento, el último alcalde llevaba el registro de la comunidad sobrenatural, listas de brujas, hombres lobo y vampiros, sobretodo de los fallecimientos.— Prosiguió Marcel sabiendo que solo él podría proporcionales la información que querían, por qué con esa información podrían encontrar a los tres Originales que había sido secuestrados, junto al cuchillo de Papa Tunde. —Lo queremos.— Añadió el moreno con firmeza.

—Yo no donde está.— Mintió el hombre intentando no parecer asustado, pero era evidente que tenía miedo, porque sabía a la perfección donde estaba y quienes estaban delante de él, haciéndole un interrogatorio.

—Los dos sabemos que mientes.— Alegó Elijah mientras ponía una expresión de pocos amigos, viendo que el humano parecía que no iba a querer colaborar por las buenas.

—¿Quien tiene hambre aquí?— Preguntó Astrid mientras empezaba a cerrar la puerta, haciendo que todos los errantes de noche mostrarán sus dientes asustando al humano.

—Vale, espera.— Dijo el hombre impidiendo que Astrid cerrará la puerta por completo. —Trasladaron los registros tras morir el alcalde, están en la sacristía de la iglesia de Saint Jennan.— Respondió esperando que de esa forma le dejasen con vida, ya que sabía de lo que eran capaces de hacer todos los presentes.

—¿Lo ves? Ya está, no era tan complicado, ¿verdad?— Insistió Elijah satisfecho de que hubieran conseguido la información que quería, tener a Astrid en aquellos momentos siempre venía bien, porque llegaba a ser más retorcida y eficaz que cualquiera de ellos.

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—Aquí hay otro nombre de la lista, Brynne Deveraux. Según pone, se ahogo hace veinte años.— Comentó Elijah señalando un nombre en el libro. —¿Te suena su nombre?— Le pregunto a Marcel sabiendo que de esa forma obtendría la información que buscaban.

—¿Brynn? Sí, sí, nos veíamos, charlabamos.— Comentó Marcel haciendo memoria.

—Ahorranos los detalles.— Pidió Astrid queriendo que fuera directamente al grano esperando obtener la información que necesitaba.

—Me hacía algún hechizo de vez en cuando, tenía mucho poder.— Garantizó recordando a aquella poderosa bruja, la cual por su desgracia no se comparaba al poder que Davina tenía. —Maldijo a una manada de hombres lobo por qué me habían cabreado.— Añadió mientras la expresión de Astrid se endurecia, ya que había dado con la bruja, con el causante de que tuvieran la maldición y el supuesto motivo por el que Marcel obligó a Brynne a maldecirles. —Por cierto, ¿que creéis que hará Klaus cuando se entere que le dejaste sufrir para salvar a Astrid y a sus lobos?— Quiso saber el moreno, haciendo que los dos Originales se mirasen al darse cuenta de que Marcel sabía lo que había sucedido en la plantación.

—Vamos a evitar discutir temas que no te incumben, Marcellus.— Se limitó a decir Elijah mientras volvía a retomar su búsqueda en los archivos.

—Venga ya, tengo a gente en toda la ciudad. ¿De verdad creéis que no se que los media luna tuvieron una reunión familiar en la plantación anoche?— Preguntó mientras pasaba de mirar a Elijah para mirar a Astrid, la cual le miró con una expresión de pocos amigos, junto a una de advertencia. —Gracias por dejar que se quemará, adiós muy buenas. Pero mi pregunta es, ¿que hacía Astrid con esos lobos?— Insistió Marcel queriendo saber que relación tenía la híbrida con ellos.

—Marcel, conozco tu historia con los lobos de esta ciudad y supongo que sabes que si tocas a Astrid o a Hayley o a Taylor, será lo último que hagas en tu vida.— Le advirtió Elijah haciendo que el vampiro le mirase con seriedad al saber que su amenaza iba muy en serio, pero Astrid solo le dedico una sonrisa de agradecimiento por el simple hecho de que Elijah cuidase de las tres.

—Vale, te he tocado la fibra, ahora que empezábamos a llevarnos bien.— Comentó mientras ponía una sonrisa de diversión.

—Teníamos razón, cada nombre en mi piel es una bruja que ha muerto en sus manos.— Dijo Elijah dándose cuenta de que habían dado con algo. —Todas menos una.— Garantizó mirando a ambos.

—Clara Ward Summerlin.— Leyó Astrid en el libro.

—¿Te dice algo?— Le preguntó Elijah a Marcel, sabiendo que sería el único que podría conocerla.

—No.— Negó el vampiro sin saber quién era.

—Vale, pues sino se suicidó, ¿como murió?— Quiso saber Astrid sin entender que relación tendría aquella mujer con todo aquello.

—De gripe, de la epidemia del diecinueve.— Respondió Elijah sabiendo que debían de investigarla, ya que había sido la única en morir de una forma natural.

—Creo que tenemos la solución, solo que creo que no soy la única que no entiende que significa.— Comentó Astrid sin entender la impotencia de Clara en todo ello, ya que ninguno de los tres sabía que ella era la respuesta a la ubicación de donde estaban Klaus, Leonidas y Rebekah.

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—Oye, he encontrado...— Empezó a decir Taylor al ver aparecer a su hermana, la cual la hizo un gesto para que guardará silencio.

—Acertasteis con la bruja Deveraux.— La dijo en voz baja Astrid, haciendo que la mujer lobo sonriera al ver que tenían una pista sobre quien había lanzado la maldición.

—¿Se sabe algo de Clara, la bruja misteriosa?— Preguntó Marcel apareciendo junto a Elijah.

—No mucho, era enfermera en el sanatorio Flor de Lis.— Respondió Taylor mientras mostraba en la pantalla del ordenador una foto de un grupo de enfermeras.

—¿La reconocéis?— Preguntó Astrid mirando a Marcel y a Elijah, ya que tal vez por el nombre no la conocieran, pero tal vez sí lo hicieran por su físico.

—Arriba, la segunda a la derecha.— Señaló Taylor mientras Astrid se fijaba en la expresión de Marcel, ya que él parecía saber algo que ellos no sabían.

—No, no me suena.— Negó Elijah mientras Marcel se alejaba de los tres.

—Marcel.— Le llamo Astrid mientras se apoyaba en la silla en la que estaba su hermana. —Klaus, Rebekah y Leo están en algún sitio sufriendo terriblemente, si sabes algo dilo.— Le pidió sabiendo que él sabía algo, era evidente por cómo se estaba comportando.

—El sanatorio, estarán allí.— Garantizó Marcel con seguridad.

—¿Seguro? ¿Cómo lo sabes?— Preguntó Elijah sin saber cómo es que el vampiro podía saber la ubicación de los tres Originales.

—Lo se y punto.— Sentenció sin querer darles más explicaciones.

—¿Cómo lo sabes?— Preguntó esta vez Astrid mientras le miraba con una expresión de pocos amigos.

—Si tengo razón, debéis de saber donde nos estamos metiendo.— Empezó a decir mientras miraba, principalmente, a Astrid y a Elijah. —Rebekah y yo hicimos algo y las brujas lo están usando contra ella. Es... algo que no te va a gustar, Elijah.— Comentó mientras los dos Originales se miraban, ¿que podían haber hecho que podría enfadar tanto a Klaus como a Elijah? —Trajimos a Mikael.— Admitió haciendo que la expresión de los dos se transformará en una de sorpresa.

—Llevo casi un siglo preguntándome como nos encontró, que error cometimos para tener que huir del único sitio que fue nuestro hogar.— Comentó Elijah sin creerse que Marcel y Rebekah, en especial su hermana, hubieran sido capaces de hacer algo así. —Sabes que incluso me culpe un tiempo, Marcellus.— Añadió mientras agarraba a Marcel del cuello.

—Elijah.— Dijeron a la vez Taylor y Astrid.

—Niklaus te trato como a un hijo, Rebekah...— Empezó a decir el noble furioso por la traición del vampiro, ya que una parte de él seguía sin creerse que su hermana hubiera pidido ser participe de algo así.

—La quería, y aún la quiero. Solo queríamos estar juntos, pero mientras Klaus estuviera cerca era imposible, pero claro tu no sabes lo que es eso, ¿verdad?— Comentó mirando al noble, haciendo que este le soltara con brusquedad.

—Cuando Niklaus sepa esto se desatará su ira, y no pienso dejar que mi hermana sufra esa furia.— Le advirtió, en señal de que él no haría nada por ayudarle.

—Pues hay que encontrarles antes de que se sepa la verdad.— Sentenció esta vez Astrid sabiendo que ahora sí iban contrarreloj.

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—¿Qué tal bruja?— Sonrió Taylor justamente después de golpear a Celeste en el cuerpo de Sabine. —Me parece que tu y yo tenemos que charlar.— Añadió mientras se cercionaba de que estuviera inconsciente.

—¿Te encargas de ella?— Preguntó Astrid mientras con su oído sobrenatural escuchaba a Klaus gritar el nombre de Rebekah.

—Sí, ¿que pasa?— Preguntó preocupada al ver la expresión de su hermana.

—Parece ser que Klaus no está de muy buen humor.— Admitió mientras se marchaba a velocidad vampirica, sabiendo que debía de esperar el momento exacto para poder intervenir.

—Justo el hombre que quería ver, Rebekah no tendrá suficiente castigo hasta que te vea morir.— Sentenció el híbrido sabiendo que iba a castigar a su hermana de todas las formas que pudiera, y una de ellas iba a ser matando a Marcel.

—Nik, fue idea mía invocar a Mikael. Si haces daño a alguien que sea a mi.— Insistió Rebekah queriendo evitar que Marcel corriera un terrible y doloroso destino.

—Cuanta lealtad a tu amado.— Comentó con burla, aunque en realidad sentía envidia, porque él también tuvo esa misma lealtad por parte de Astrid mucho tiempo atrás y ahora ya no la tenía, y tal vez nunca la tendría, y eso muy en el fondo le dolía. Le dolía saber que una de las personas que más quería y que siempre había estado a su lado ya no lo estaba de la forma que le gustaría. —Sabes, si a mi me hubieras ofrecido, aunque fuera la mitad, no tendría que hacer esto.— Dijo Klaus mientras alzaba el cuchillo de Papa Tunde con el objetivo de clavarselo a Rebekah, pero justo cuando iba a clavarselo, sintió como algo le impedía bajar el brazo, algo que él supo que era magia.

—Hazlo ahora, Elijah.— Le dijo Astrid al noble, haciendo que este le clavara el cuchillo a Klaus en el pecho, el cual miró sorprendido tanto a Elijah como a Astrid.

—Marcharos.— Les pidió Elijah a Marcel y a Rebekah, haciendo que este corriera para ayudar a la Original a levantarse.

—Huid lo más rápido y lejos que podais.— Les indicó Astrid. —Rebekah, espera.— La híbrida detuvo a Rebekah para después ofrecerla de su sangre.

—Gracias, As.— Sonrió la vampira una vez que el veneno de hombre lobo había quedado neutralizado con la sangre de híbrido.

—¿Te encargas bien?— Le preguntó Astrid a Elijah mientras observaba como este dejaba a Klaus en el suelo.

—Sí, ve a buscar a tu hermano, yo me encargo del mio.— La tranquilizó el noble haciendo que Astrid subiera a la planta superior.

—¡Leo!— Astrid grito el lumbre de su hermano, esperando que respondiera en algún momento. —¿Leo donde estás?— Volvió a gritar mientras recorría los pasillos de aquel sanatorio abandonado.

—Tu debes de ser Astrid.— Dijo Genevive poniéndose delante de ella.

—¿Nos conocemos?— Preguntó Astrid mientras la miraba con superioridad a la par que se cruzaba de brazos.

—No, para tu desgracia.— Sonrió la pelirroja mientras intentaba atacar a la híbrida con magia, pero se sorprendió al ver que nada la afectaba.

—Cielo, si intentas atacarme con magia debes de saber que también soy bruja, e híbrida. La híbrida Original, así que fuera de mi camino o te aseguro que te despedazare viva.— La advirtió mientras las venas de debajo de sus ojos se marcaban y sus ojos se inyectaban en sangre.

—Solo iba a señalarte donde está, en ese pasillo.— Mintió Genevive mientras señalaba el pasillo, haciendo que Astrid se acercara y viera a su hermano en el suelo.

—¡Leo! ¿Estas bien?— Preguntó preocupada mientras le ayudaba a ponerse de pies. —¿Quien te ha hecho esto?— Preguntó de nuevo al ver la sangre seca que tenía por toda la ropa.

—Estoy bien hermanita. Sabía que vendrías a buscarme, tu nunca dejaras que me pase nada.— Sonrió aliviado mientras abrazaba a su hermana intentando ocultar el miedo que había pasado, era un Original no podía tener miedo, pero le tenía.

—¿Y este sentimentalismo?— Preguntó Astrid sorprendida ya que no era normal de él, era normal cuando era un niño pequeño y tenía miedo.

—Es solo que me alegro de ver a mi hermana mayor.— Respondió mientras se dejaba ayudar por Astrid.

★★★

Bueno, solo puedo decir que el drama ha comenzado.

Y con ello un hecho, la semana que viene tendrá lugar una de mis escenas más esperada.

Al margen de ello, creo que hay que destacar varias cosas. Por un lado la escena del principio, adoro ver a los Mikaelson siendo los Mikaelson.

Y pasando un poco de largo la escena en el desván, creo que era necesario ver por qué Rebekah y Marcel a pesar de todo hicieron lo que hicieron.

Por supuesto Klaus al final ve que deben de estar juntos, pero lo hace tarde y es ahí donde comete el error. Pero en el fondo solo quiere que su hermana sea feliz y sabe que con el único que llegará a serlo y que estará a la altura de sus expectativas es Marcel.

La escena entre Astrid y Genevive, por supuesto iba a atacarla, pero necesitan a Hope con vida y además de que la tiene miedo, por el hecho de que ella es la criatura más poderosa que existe.

Por último, la escena del final... adoro a Leo y a Astrid, y entenderéis porque son tan importantes estas escenas de ellos. Más de lo que podéis imaginar.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️