CAPÍTULO 26: SINCERITY

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—— SINCERITY ——

—¿Por qué estoy aquí?— Preguntó Astrid mientras se apoyaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

—Por que estoy convencido de que serás la única persona a la que no matará en cuanto despierte.— Explicó Elijah mientras dejaba el cuchillo de Tunde a un lado, haciendo que Astrid le mirase fijamente.

—¿Ese es el cuchillo?— Preguntó la híbrida sin apartar la mirada del objeto, el cual la transmitía una extraña, perturbadora e incómoda sensación que no la agradaba en absoluto.

—¿Qué pasa?— Preguntó el noble mientras se limpiaba las manos de sangre sabiendo que a Astrid la pasaba algo, o por lo menos eso era lo que su rostro reflejaba.

—Percibo desde aquí la gran cantidad de poder que hay en su interior, es algo abrumador.— Admitió mientras soltaba un suspiró algo preocupada, ya que no podía creerse la cantidad de magia negra que había en su interior.

—Niklaus estará débil mientras se recupera, cuida de él. Alimentalo si lo deseas, pero por favor despacio hay bolsas de sangre con verbena, así que le abrasara y bebera más despacio.— La informó Elijah a Astrid mientras señalaba con la mirada las bolsas de sangre que había sobre la mesa. —Y aprovecha para persuadirle de que no mate a su hermana pequeña.— Añadió mientras Astrid ponía una mueca de que aquello iba a ser más complicado que hacía quinientos años atrás. —Niklaus, no quería causarte sufrimiento pero no permitiré que le hagas daño a Rebekah.— Le informó Elijah a su hermano pequeño, mostrando que no iba a permitir que ninguno de ellos muriera por una estúpida discusión. —Sospecho que Sabine pretende darnos el golpe final, voy a intentar encontrarla y acabar con todo esto.— Terminó de decir justamente cuando Klaus le hacía unas señas para que se acercara.

—Elijah...— Murmuró Klaus con dificultad, ya que seguía afectado por lo que el cuchillo de Tunde le había hecho. —Me las pegaras por esto.— Añadió mostrando que se vengaria de su hermano mayor.

—Mucho estaba tardando en amenazar a alguien.— Comentó Astrid mientras se sentaba en una silla con tranquilidad.

—¿Leonidas está bien?— Preguntó Elijah preocupado por el hermano de la rubia.

—No se que es lo que le han hecho, pero no está bien aunque finja estarlo.— Admitió preocupada, ya que sabía que debía de descubrir que le habían hecho para ayudarle.

—Buscare la forma de hacerles pagar.— La tranquilizó Elijah sabiendo que todos pagarían por lo que les habían hecho.

—Busca a la bruja que ha llevado esto acabo, quiero tener un par de palabras con ella.— Le pidió Astrid dándo a entender que quería ser ella la que la arrancacara la cabeza.

—No vais a impedir que vaya a por Rebekah.— Comentó Klaus justamente después de que Elijah se marchara.

—Y te acabarás convirtiendo en lo mismo que siempre has aborrecido, en Mikael.— Garantizó la rubia mientras se cruzaba de brazos y apoyaba su espalda en el respaldo de la silla.

—Ni se te ocurra compararme con él.— La advirtió Klaus mientras la miraba con una expresión de pocos amigos.

—¿O que?— Preguntó Astrid sabiendo perfectamente que no iba a hacerla nada.

—Le hicieron escoger.— Puntualizó Klaus sabiendo que Elijah había preferido condenar a sus hermanos.

—Las brujas nos tendieron una trampa.— Puntualizó Astrid con obviedad, sabiendo que si la había escogido a ella había sido únicamente por el bebé.

—Y todo por vuestro estúpido deseo de querer estar con la familia que te dio la espalda.— Comentó el híbrido con burla, haciendo que Astrid le mirase con una expresión de pocos amigos debido a su comentario.

—No me dieron la espalda, Taylor fue a buscarme para llevarme con ellos, para que me volviera el alfa. Pero no lo hizo, y si lo hubiera hecho nada de todo esto hubiera pasado.— Le informó Astrid molesta por lo que había insinuado, al mismo tiempo que Klaus la miraba sorprendido, ya que él no sabía aquello. Ya que si Astrid se hubiera marchado, ellos no se hubieran casado ni serían criaturas inmortales, la decisión de Taylor desencadenó una serie de sucesos que podían haber alterado todo.

—Leo te llama.— Intervino Taylor haciendo que Astrid la mirase preocupada, pero también sabiendo que no podía dejar a Klaus solo. —Yo me encargo.— Añadió comprendiendo que era cuestión de tiempo que recuperase sus fuerzas y se volviera imparable. —Has tenido que hacer enfadar a mucha gente.— Comentó la morena mientras se sentaba en la silla en la que, previamente, Astrid había estado sentada.

—Y mucha otra me ha hecho enfadar a mi.— Garantizó sabiendo que acabaría reclamando venganza hacia lo que Rebekah y Marcel le hicieron casi cien años atrás.

—¿Y piensas pagarlo así con todos?— Preguntó Taylor sorprendida por la actitud del híbrido. —¿Qué será de mi hermana cuando tenga a tu hijo? ¿O de tu propia hija cuando tenga dieciséis años y quiera ir a fiestas y salir con chicos o chicas de su edad?— Quiso saber sin creerse que pudiera a llegar a ser tan vengativo que sería capaz de hacer daño inclusive a aquellos que estaban arriesgando su vida por mantener a salvo a la madre de su hijo y a su hijo.

—Jamás la separare de nuestro hijo, ¿por qué todos creéis que lo haré?— Quiso saber Klaus sin esperar que le diera una respuesta, ya que todos, siempre, pensaban que buscaría la forma de hacer daño a todos, principalmente a Astrid por lo que le hizo. Pero él había comprendido que no le convenía tenerla como enemiga y más en aquellos momentos.

—Tienes una larga lista de opiniones en contra, Klaus.— Comentó la mujer lobo mientras ponía una mueca de que no estaba de acuerdo con él.

—¿Qué haces aquí sino me aguantas?— Preguntó Klaus esperando deshacerse de la mujer lobo.

—Cierto, no te aguanto. Pero me importan, tus hermanos y mi hermana, y si Astrid y Elijah todavía creen que tienes salvación, entonces colaboraré en ayudarlos.— Sentenció sin creerse que Klaus pudiera tener una redención, para ella era un caso perdido al que debían de haber dejado de lado hacia demasiado tiempo, su hermana lo hizo pero aún así había vuelto a su lado y sabía que no era, solamente, por el bebé.

—Siempre creyendo algo que hasta yo dudo que exista.— Comentó Klaus sin creerse que todavía estuvieran buscando algo que para él no existía.

—Si así es como piensas, dios que ánimos te das a ti mismo.— Murmuró mientras ponía los ojos en blanco. —Aunque ahora deberías de replantearte esa lealtad que tantos buscas, Klaus. Sí, tu hermana te apuñaló por la espalda, pero tu no has sido mejor persona, con nadie en tu familia.— Le recordó Taylor sabiendo que era la única, en aquellos momentos, que le podía decir la verdad y no correr el riesgo de terminar muerta, la otra persona era Astrid. —La familia son los únicos que nos dan lealtad, no tus amigos los vampiros, ni aquellos que te siguen por miedo. Sino aquellos que incluso viendo la clase de monstruo que puedes ser para ellos permanecen a tu lado.— Le indicó haciendo que Klaus viera en Taylor un gran parecido con Elijah, y eso le dio verdadero terror. Era como la versión femenina del noble de los vampiros Originales, a excepción de que no iba trajeada.

—Hablas como Elijah.— Se burló Klaus divertido.

—Bueno, puesto a que mi no me puede meter en un ataúd y que si me matas tendrás que enfrentarte a la cólera de Astrid..., creo que es bueno que sea tu conciencia.— Añadió mientras le dedica una sonrisa de diversión sabiendo que le haría enfadar, y la daba igual, lo único que quería era que fuera consciente de los grandes errores que había cometido en su vida. —Si quieres demostrar que eres digno de ser el padre de tu hijo, empieza a actuar de otra forma. ¿Esta es la cara que quieres que vea y conozca? ¿La de un hombre que es capaz de matar a su familia, de encerrarlos, de torturarlos y de destruirlos sólo por capricho, o la de alguien que ha sabido salir adelante frente a las adversidades, que aprende de sus errores y que decide no volver a cometerlos?— Preguntó Taylor viendo que la expresión de Klaus cambiaba, dándose cuenta de que él tenía aquel miedo. Temía que su hijo viera la clase de monstruo que él podía llegar a ser, y era por eso por lo que Elijah y Astrid creían que podría remidirse, porque tenían la esperanza de que volviera el Klaus Mikaelson que ambos conocieron cuando eran humanos. —Tu actitud es lo único que me confirma que debía de haberme llevado a mi hermana cuando la encontré hace mil años, así no hubiera cometido el error de casarte contigo.— Sentenció la mujer lobo haciendo que la expresión de él volviera a cambiar, ya que Taylor era la segunda persona que le consideraba un error en la vida de la híbrida.

—¡Taylor necesito que vengas!— Gritó Astrid alertando a los dos, ya que debía de estar pasando algo con Leonidas.

—¿Qué le está pasando?— Preguntó Taylor acercándose a la habitación del vampiro y viendo que este estaba hablando solo y que había roto varias cosas.

—No lo se, es como si alguien estuviera jugando con su cabeza.— Explicó Astrid mientras volvía a lanzarlo contra una pared al ver que este tenía la intención de atacar a Taylor.

—¿Y como lo detenemos?— Preguntó la mujer lobo alterada, sin saber como iban a poder ayudarlo.

—El cuchillo, traelo.— La pidió Astrid sabiendo que debía de detener a su hermano de alguna forma, y en aquellos momentos esa era la única forma.

—¡¿Qué?!— Preguntó la morena sorprendida por lo que su hermana la estaba pidiendo.

—Taylor traerlo, se lo que me hago.— Le pidió Astrid algo dubitativa sobre lo que iba a hacer. —Lo siento mucho hermanito.— Murmuró la híbrida justamente antes de clavarle el cuchillo.

—¿Q-Qué hacemos ahora?— Preguntó Taylor asustada por lo que había visto, ya que todavía la sorprendía la crueldad con la que los Originales actuaban.

—Tu vigila a Klaus, yo me encargaré de mi hermano, me encargaré de romper el hechizo que sea que le hayan puesto.— Añadió mientras arrastraba el cuerpo de Leonidas hasta la cama para luego subirle a ella con facilidad, puede que estuviera embarazada pero seguía siendo un vampiro.

—Siempre antepone a Leonidas a todos, lo hará también contigo.— Comentó Klaus al ver aparecer a Taylor la cual reflejaba una expresión de verdadero terror ante lo que había visto.

—Es la única familia que no la ha apuñalado por la espalda.— Puntualizó sabiendo que no podía dejarse manipular por Klaus. —Leonidas sigue a su lado a pesar de todo, jamás la ha recriminado nada, acepta sus decisiones, tu encerraste a sus hermanos.— Le recordó esperando que comprendiera que antepondria todo antes que ayudarle. —La tratáis como si fuera alguien débil cuando es más fuerte que todos vosotros.— Añadió mostrando que estaba orgullosa de la fuerza de voluntad de su hermana, a pesar de todo era capaz de perdonar y de seguir al lado de quien más daño la hizo.

—Me abandono.— Puntualizó Klaus en forma de acusación.

—¿Qué querías que hiciera? Estabas cegado con el deseo de romper una maldición que el único bien que te ha traído ha sido la posibilidad de ser padre; desprendias tan poca confianza que incluso mi hermana temía que la obligaras a romper el hechizo que había sobre ella.— Alegó Taylor sin comprender por qué Klaus todavía era incapaz de ver que se había obsesionado tanto con ello que dejó de lado a todos los que quería, dando por hecho que permanecerian a su lado, cosa que no fue en el caso de Astrid, ya que fue la única que tuvo la oportunidad de huir y de tener una vida al margen de lo que suponía estar atada al apellido Mikaelson.

—Jamás la hubiera obligado a hacer algo que no quería.— Insistió Klaus sabiendo que su error había sido obsesionarse con la maldición, ya que todos pensaban que de no haberlo conseguido la hubiera obligado, y eso nunca lo haría.

—¿Sabes porque nunca te ha llegado a perdonar?— Preguntó Taylor sabiendo que Klaus se hacía aquella pregunta, era algo evidente. —No por tus actos, irónicamente, te los perdona como toda la familia Original; sino por las palabras que dijiste de que un vampiro no podía enamorarse. Eso no creo que la gustará, ¿o si?— Le recordó haciendo que él viera que el mayor error había sido ser un estúpido a la hora de evitar que Elijah volviera a enamorarse de una réplica Petrova. —Tú mismo alejas a las personas de ti, Klaus, y las cosas no van a cambiar si tu no pones de tu parte.— Sentenció la mujer lobo, sabiendo que nada de lo que ella hubiera dicho serviría de algo, pero al menos se quedaba satisfecha al saber que alguien le había dicho una verdad, ya que sabía que Astrid no le iba a dar los motivos por los que seguía enfadada con él, aunque aquel sentimiento se asemejaba más al de la decepción, pero al menos esperaba que Klaus fuera mejor padre que lo había sido como hermano y como marido.

★★★

Finalmente hemos llegado a una de las partes que más estaba deseando de esta parte.

Y de verdad creo que es algo importante mostrar ese lado de Taylor, ya que como he recalcado será un personaje importante, principalmente para la reconciliación entre Astrid y Klaus.

Con respecto a lo que dice Klaus de que Astrid siempre elegirá a su hermano, bueno creo que es algo evidente que no hay. Pero bueno.

Creo que la relación de Klaus y Taylor es algo muy importante, principalmente cara al futuro, y por todo lo que ella va a hacer para la familia Original.

Aun así tengo que deciros que os van a encantar.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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