30

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Los corazones aún laten.

───

Lavaba mis manos en el fregadero de mi hogar, mientras observaba a Olivia algo entristecida sentada en el sofá. Ella acariciaba el cabello de mi hermana, la quien horas antes estaba siendo sostenida por Negan. Seque mis manos, sintiendo el vendaje incomodarme, estaba suelto. Decidí quitármelo, aunque me sentía incómodo de que pudieran verme, ya debo cambiar mi vendaje lo más pronto posible. Bote el vendaje en la basura, camine por la cocina la cual había  dejado impecable luego de haber compartido la mesa de mi hogar con Negan, quien estaba aquí esperando la llegada de mi papá. Habíamos llegado hace unas horas, llego con toda su gente y se encontraban afuera esparcidos por la comunidad. Me quedé parado en el margen de la pared observando cómo Judith era cargada por Olivia, esta dejó a mi hermana en el suelo ante la curiosidad de ver qué Negan estaba haciendo allá afuera.

No tarde en observar cómo Olivia decidió salir dejando a mi hermana algo curiosa, era una bebé y quería ir siempre a donde fuésemos nosotros. Le sonreí observando ese cabello de un castaño bastante claro, Judith era hermosa y podía jurar que ella cuando creciera seria la viva imagen de mi mamá. Me arrodillé, acercándome a su cabeza y dándole un beso en su frente, ella tocaba mi rostro e incluso tocó mi cicatriz. Me sentí amado por mi hermana, ella no podía estar un día sin mi, cuando me veía llegar a casa luego de pasar largas tardes con Aliana ella solo sonreía, ella era mi sol. Agarre un muñeco, era un conejo que Daryl le había regalado al encontrarlo en algún sitio que desconocía, se lo puse en sus manos y me levanté con cuidado para dejarla adentro; la dejaría sola pero quería ver qué sucedía afuera. Abrí la puerta, caminando al balcón y observando a Olivia parada en la baranda, mientras que mi visualización se enfocó a Negan y Spencer Monroe jugando billar pero la audiencia era grande; los residentes observaban ese juego.

Suspire, entre tanta multitud faltaban muchos rostros que hoy en día estaban ausentes con paraderos desconocidos. Frustrado no tarde en girar en mis talones y volver a adentrarme en la casa, la ausencia de Carol y Morgan se resaltó entre tantas personas; Natasha y Aliana, también se encontraban en esa lista. Cuatro personas con mayor significado en esta grupo estaban en algún lugar que desconocía, eso me alteraba cada pensamiento que podía tener. Necesitaba en estos momentos la presencia de mi papá, lo necesitaba aquí conmigo y que me brindara la mayor seguridad de que todo estaría bien, aunque fuera mentira. Me senté en el sofá, observando a mi hermana balbucear con el muñeco que le había entrado minutos antes de salir. Me sentía frustrado ante tantas ausencias en esta comunidad, la preocupación de saber del bienestar de Aliana me preocupaba. Estaba siendo egoísta cuando sólo estaba pensando en ella pero es que ella es la única que altera cada emoción en mi interior, ella hace que la sensibilidad en mí sea máxima y que cada suspiro que dé, me recuerde a ella. La puerta nuevamente se escuchó abrirse, observando así el rostro de una Rosita desconcertada.

—¿En que diablos estabas pensando cuando decidiste ir tras ellos?—ella me miró fulminante, en su rostro se notaba la molestia del acto que hice y tan solo le reservé un comentario ante su regaño.—Eres también mi responsabilidad cuando Michonne o Rick no están, necesito que seas responsable con cada paso que des Carl, no puedes tomarte la responsabilidad de ese tipo de misiones; arriesgas tu vida y puedes arriesgar la de todos.—me quedé con la cabeza agachada mientras ella reprendido por Rosita, quien se veía molesta ante mi salida esta mañana.—¿Donde esta Enid?—pregunto.

—La lleve a Hilltop... —suspiré.—Ella se iría sola por eso salí, podía haberle pasado algo grave, no podía dejar que se fuera sola, Rosita.—explique mi punto, mientras que Rosita parecía más calmada.

—A ti también pudo haberte pasado algo grave y eso no lo pensaste. Eres también mi responsabilidad desde que llegue este grupo, no quiero que vuelva a pasar, a quien tu papá reprenderá es a todos nosotros por no haber estado pendiente de ti.—dijo.

—No soy un niño, ya no lo soy Rosita, estoy vivo y estoy aquí, es lo más importante de todo eso.—le respondí levantándome del sofá, observando cómo Judith nos miraba a ambos con curiosidad, Rosita se me acercó algo molesta.

—Para nosotros siempre serás a quien debemos proteger, todo esto es por ti, por ustedes; por tu hermana, por Aliana. Todo lo que hacemos es para darles un mundo mejor en el cual deben vivir, si algo les pasa viviremos con eso el resto de nuestras vidas y no voy a cabar la tumba de alguien más, Carl.—Rosita con su dedo índice me tocó el pecho varias veces, no tarde en bajar la cabeza.

—Lo siento.—me disculpe sabiendo que estaba mal y que ella tan solo se preocupaba por mi, casi nunca lo hacía y sabía que ella no estaba pasando por un buen momento.—Debo contarte algo.—le dije mientras que ella me miró curiosa, debía decirle lo que estaba pasando con Aliana y Carl, pero en ese momento la voz fulminante de Negan se escuchó bastante alta, algo que nos intrigó a ambos.

—¿Acaso tú estás hablándome de Rick Grimes?—fue lo que escuché provenir de afuera, la mención del nombre de mi papá me intrigó, Rosita salió primero a verificar que pasaba y no tarde en darle un vistazo a mi hermana para poder salir y ver qué sucedía.—Tienes pelotas de hablarme así de tu líder.—abrí la puerta, saliendo afuera, deteniéndome en el balcón junto a Olivia, habían más residentes presente y no tarde en ver cómo Rosita se paró en la calle delante de todos y frente a los dos individuos que hablaban.

—Él no pertenece aquí, nunca fue así. Su arrogancia y su ambición por tener el mayor liderazgo nos llevará por un mal camino, no te conviene que eso sea así.—mi rostro había cambiado por completo ante las insinuaciones que Spencer Monroe daba acerca de mi padre, lo mire completamente enfadado.

—¿Qué es lo que me propones?—observe a Negan bastante curioso ante la conversación, él tenía su rostro burlón mientras que proseguían con el juego de pillar, era como un espectáculo.—Me llama mucho la atención lo que puedas pensar, Spencer.—comentó Negan, observando a Spencer lograr meter una bola.

—Antes de todo esto, mi mamá era quien lideraba esta comunidad. Ella siempre deseo que mi hermano o yo fuésemos quien siguiéramos su legado, un legado que ella creo en estos muros.—Spencer se paró en seco, observando a Negan fijamente y explicando sus razones, mientras que su vista, conectó con la mía y pude notar como su semblante cambió al verme ahí presente.—Luego Rick Grimes llegó, implantando reglas y adueñarse del lugar. Yo puedo ser el líder que ella quería que fuera, te conviene lo que necesitas, Negan.—termino de explicar este, quien evadió mi mirada y continuó con el juego mientras Negan lo observaba fijamente.

—Entonces es eso lo que quieres, ser un líder.—afirmó Negan, llevando su mano a su barbilla y parecer dudoso, pasaba su mano por su limpio rostro el cual no tenía rasgos de vello facial ante este afeitarse horas antes cuando llegamos aquí.—¿O me equivoco? ¿Es lo que quieres, estar al mando?—pregunto Negan lleno de curiosidad.

—Si, fuera mucho mejor para ambos.—Spencer estaba decidido de sus palabras, de lo que estaba diciendo y me molestaba mucho como parecía difamar a mi papá ante su ausencia, no me agradaba la hipocresía y mucho menos de personas adultas.

—No lo sé, debo pensarlo.—el rostro de burla de Negan se activó nuevamente, empezando así a sonar sarcástico ante sus palabras.—Un cobarde de líder no me vendría tan mal, alguien que siga mis órdenes y que pierda la valentía con tal de sobrevivir. Bueno, en estos momentos estoy pensando en cómo Rick me amenazo, me odia y es algo obvio. Asesine a sus amigos pero aún así no implica que no sea alguien respetable, él está allá afuera buscando lo que me pertenece. Está tragándose su arrogancia, para hacer las cosas bien por la comunidad. Me doy cuenta que él tiene entrañas, entonces ahí es donde llegamos hacia ti.—sonrió Negan, deteniendo el juego y parándose en seco. Solo ellos dos se escuchaban, todos estaba atentos.—Ahí llegamos a ti, un hombre donde estaba esperando la ausencia de su líder para hablar conmigo y que yo hiciera el trabajo sucio, para así finalmente tú ocupar su puesto.—un gran silencio se formó, uno que Spencer no pudo lidiar, lo que Negan había dicho tenía bastante lógica; el tipo era inteligente, demasiado y debía admitirlo.—¿Por qué no matas a Rico tú? Así finalmente te haces líder del lugar.—Negan sonrió ampliamente, observando a Spencer.

—¿Qué? No, yo no quise decir eso.—respondió Spencer, quien parecía confundido y atemorizado ante las palabras que Negan usó en su contra. Negan se acercó a él, logrando que Spencer pudiera intimidarse ante su cercanía.—No era lo que me refería.—añadió Spencer.

—¿Sabes que estoy pensando?—le pregunto Negan, quien se acercaba mucho más a él, logrando que Spencer realmente estuviese asustado.—Pienso que no tienes entrañas... —fue lo ultimo que dijo Negan antes de que todos los espectadores quedaran igual de asqueados que yo ante el acto que cometió después.

Mi boca se abrió grandemente ante la impresión de lo que había presenciado. Cambie mi mirada ante ser testigo de cómo la gran navaja de Negan cortaba de una línea recta y profunda el estómago de Spencer, tan profunda que sus entrañas habían salido y el sonido que provocó eso había sido repugnante para mi. Las voces, murmullos y los sonidos de impresión que los residentes habían hecho provocó en Negan cierta risa, la cual no quería escuchar. Alce mi vista, observando a Spencer arrodillado en el suelo, un suelo ensangrentado de su propia sangre y cómo sus manos agarraban las entrañas que Negan le había sacado. Estaba asqueado ante tal imagen que no iba a poder bloquear, ahora más que nunca quería borrar todo. Olivia a mi lado tenía la boca tapada por su mano, mientras que todos los residentes estaban de igual forma, todos en shock. Observe fijamente en el rostro de Rosita, en cómo ella parecía aturdida, era la más adelante que estaba y cercana a estos dos hombres que hablaban. Pude ser testigo en cómo su rostro cambió ante las risas de Negan, quien no paraba de burlarse de un Spencer entrando en shock. Negan cogió su bate lleno de púas, el cual estaba en el suelo y lo apretó fuertemente como si estuviera teniendo intenciones de querer golpearle la cabeza a Spencer, dándome amargos recuerdos.

Me removí de mi lugar cuando observe cómo algo que estaba prohibido aquí bajo las reglas de Negan apareció en mi vista, un arma. Negué, queriendo acercarme en el momento en que Rosita fue capaz de sacar un arma y apuntarle a Negan, mi corazón bombardeó fuertemente cuando la bala resonó, y ella fue tirada al suelo con rapidez por una mujer quien no tardó en quitarle el arma con una patada y amenazarla con una navaja en su rostro. El sonido de la bala estaba reciente en mis tímpanos, observando a Negan sano y salvo con los ojos abiertos. El asombro que tenía en su rostro cesó su sonrisa, mostrando un rostro de enfado, ahí estaba el Negan que habíamos conocido y no podía imaginar que algo le pasara a Rosita de tal atrevimiento, aunque fue valiente de su parte. Observe a Negan con su bate en manos, como lo observaba fijamente y en cómo el bate tenía la bala incrustada, este no tardó en sacar la bala y observarla. Nos habían prohibido las armas, nos habían quitado incluso las balas del almacenamiento, las armas que teníamos son por emergencia y ya estaban cargadas.

—¿Has intentado matarme? ¿A mi, a Lucille?—Negan gritó fuertemente, mientras que mi amiga estaba siendo intimidada por una mujer en el suelo, yo solo rezaba que nadie le hiciera daño.—¡Carajos! Eres bastante estúpida para querer atacarnos a ambos, a Lucille.—veía en el rostro de Negan el enfado, en cómo no podía creer tal acto.

—¡La pusiste en medio!—fue lo que escuche de Rosita quien permanecía en el suelo, con un cuchillo intimidándole en el rostro mientras que Negan daba vueltas en el mismo círculo observando su amado bate de béisbol que ahora tendría un hoyuelo a causa de una bala.

—Está bala es artesanal, alguien la ha creado y quiero saber en estos malditos momentos quien la hizo.—Negan dejó ver la bala, y no tarde en adivinar quien la había creado, la mente más brillante del grupo estaba a unos metros de Rosita con un rostro que lo delataba, Eugene miraba fijamente a este hombre enfadado.—Voy a perder la cabeza, la voy a perder.—repetía Negan mientras que observaba a Rosita esperando una respuesta.

—Yo la hice, yo fui quien la creó.—le respondió Rosita altamente desde el suelo, mientras que aquella mujer no dejaba de velarla, Negan tan solo se rió mientras que tenía la bala aún en su mano mostrándola.

—Yo ahora estoy creyendo que me mientes, Arath, córtale su bello rostro.—la mujer no tardó en cumplir la orden de su líder, haciendo una fina línea recta en el rostro de Rosita quien no tardó en gemir y en removerse de su lugar cuando el filo abría su piel.—Vez, tu cutis se ha jodido igual que el de Lucille, estamos a mano.—rio Negan, observando a Rosita quien estaba agitada desde el suelo.—¿Me dirás?—pregunto Negan nuevamente, mientras que Rosita tan solo repitió la misma contestación anterior.—Esta bien, tú lo decidiste así. Arath, mata a alguien, y es ahora.—ordenó Negan.

—¡No! ¡He sido yo! ¡He sido yo!—las palabras de Rosita no fueron suficiente cuando aquella mujer cogió su arma y apuntó a donde yo estaba, mi corazón bombardeó fuertemente cuando la bala resonó cerca de mi oído provocándome un tipo de mareo me agaché con rapidez ante eso, observando que la intención no fue matarme a mi, si no a Olivia.—¡No!—los gritos de Rosita no fueron suficientes para nada, no ante mi gran sacudida y como mi cuerpo tembló en ver a Olivia con un hoyuelo en la cabeza, ella estaba muerta.

—Si no me dices quien fue, morirá el chico por más que me agrade y a ese lo matare yo.—no tarde en levantarme lleno de enfado, de ver a dos cuerpos muertos cerca de mi. Rosita quien aún estaba en el suelo estaba con la boca abierta, su pecho subía y bajaba, incluso lagrimas.—El tiempo corre.—aunque todo pareció detenerse justo en el momento correcto y más cuando la gente se empezó a separara, dejando una línea recta vacía, dejando ver la presencia de a quien más estaba esperando.—Miren quien está aquí, el gran Rick Grimes.—mi papá miro la gram escena turbadora que había ocurrido, no tardó en llevar sus manos a su rostro restregándolo y acercándose a Negan.

—Tu y yo teníamos un trato, llegaste antes y no me gusta lo que estoy presenciando.—papá hablo entre dientes, observando el cuerpo de Spencer tirado en el suelo completamente muerto, y eso que aún no veía el que estaba aquí aún lado de mi.

—Rick, creo que debes primordialmente darme las gracias amigo. Se que hemos empezado mal pero un poco de modales no te vendría mal. Entiendo, destroce las cabezas de tus amigos en presencia de tu hijo, de tus amigos y te hice quedar mal como líder, se que por eso no nos sentaremos juntos los domingos a bebernos un trago y contarnos nuestros oscuros secretos.—Negan y papá estaban uno delante del otro, el ambiente se había vuelto tenso, bastante pero me sentía más seguro con la presencia de mi papá.—Te contaré lo comprensible que he sido el día de hoy, solo para que veas que también puedo ser sensible. Empezaré contándote que tu hijo apareció en mi territorio con una metralleta y emboscó a dos de mis hombres matándolos. Lo traje aquí sano y salvo, incluso le hice la cena.—los azules ojos de mi papá me miraron, me miraron fijamente y no tarde en bajar la cabeza.—Prosigo con este hombre que vez aquí tirado, el cual pensé que no tenía entrañas pero es embarazoso haberme equivocado y que si las tenga, este hombre Rick quería traicionarte, así que decidí matarlo por ti. Aún lado de tu hijo una gorda que debía acabarte la comida en dos días fue matado por Arath, ya que esta mujer que está en el suelo creo una bala artesanal para matarme y es algo que te prohibí, Rick.—explicó Negan, mientras que mi papá miraba a Rosita y parecía frustrado, mi papá estaba vuelto un ocho en esta situación.—Rick sonreí, te he dado dos bocas menos para alimentar.—río Negan, palmeándole el hombro a mi papá.

—Vete ya, tus cosas están en la entrada.—mi papá miraba fijamente a Negan a los ojos, sin temor alguno, volviendo la cosa más tensa cuando Negan cesó su risa.

—Me iré cuando sepa quien creo esta bala, y lo haremos por las malas porque intente de ser flexible. Arath.—la mujer nuevamente se puso en su postura, apuntándole la pareja que se aproximó a nosotros, a Eric y a un Aarón débil, quien sangraba y estaba golpeado, mi papá más flexible no pudo volverse ante eso.—Tres... dos...—ese conteo regresivo alarmó mis sentidos, no hasta que un fuerte sollozo resonó captando la atención de Negan.

—Yo fui, yo lo hice ...—el llanto de Eugene sofocó los oídos de Negan quien no tardó en acercarse con intimidación a este débil hombre.—Solo use una vaina usada, un cargador de cuatro agujeros, una pólvora, un embudo y... —explicaba él tartamudeando pero Negan lo interrumpió pidiendo silencio. 

—Te creo, solo necesito que Lucille me dé fuerzas.—suspiro Negan, apretando su bate y acercándoselo al pecho, mientras que él estaba delante de Eugene.—Ya llegó la hora que menos me agrada, la hora de irme.—dijo Negan haciendo un puchero como si estuviera triste pero solo era sarcástico.—Rick, te haré esto más fácil. Te voy a dar una boca menos que alimentar. Me lo llevaré mis cosas y me lo llevaré a él, así Daryl tendrá compañía conocida en mi territorio.—vi como Jayden quien estaba presente en la escena no tardó junto a unos salvadores agarrar la camiseta de Eugene fuertemente, removiéndolo mientras que Rosita se negaba a lo que Negan había propuesto.

—No, Negan.—papá se rehusó a lo que Negan había propuesto, yendo detrás de los salvadores para detener que se llevaran a Eugene pero Negan se atravesó en el medio pidiendo silencio y tan solo silbando para que toda su gente empezaran a marchar a la salida.

Me quedé mirando fijamente el cuerpo pálido de Olivia, ella no volvería a reencarna ni siquiera en caminante. Sentía una tristeza que me invadía todas las emociones, cada una de ellas. Mi corazón latía fuertemente, tan solo lleve mis manos a los talones de Olivia y la arrastre hasta que pude dejarla en la acera. Con molestia observe a los residentes empezar ayudar y incluso acercarse a los cuerpos mientras que mi papá estaba parado ahí en medio de la calle, observando en cómo todo en sólo segundos se cayó. Rosita se levantó del suelo algo ida, caminando lentamente lejos de nosotros. Sacudí mis manos, limpiando mi sudor y viendo el bache de sangre que había en el suelo por la muerte de Spencer. Subí al balcón nuevamente, escuchando unos cortos gruñidos que provenían del hombre que había mencionado. No dije nada y tan solo decidí entrar a mi hogar, sintiéndome agobiado y cansado con lo que acababa de pasar. Mire fijamente la sala, observando cómo Judith estaba acostada en la alfombra, estaba completamente dormida. Suspire fuertemente, escuchando la puerta abrirse y cerrar con brusquedad.

—¡Quiero explicaciones del por qué saliste de esta comunidad cuando te lo tengo prohibido!—el gran grito de mi papá resonó por la casa pero no tan fuerte como cerro la puerta, provocando que Judith diera un leve brinco, provocando que se asustara y empezara a llorar.—¡Carl!—me habló mi papá al ver cómo me encontraba en silencio, no tarde en levantar a Judith del suelo mientras que veía a mi papá mirarme fijamente y molesto.

—Papá lo siento, realmente lo siento.—me disculpe, no quería ocasionarle más problemas, me sentía cansado y Judith no cooperaba con su gran llanto.—Estoy cansado, solo quiero acostarme, solo quiero estar bien por un momento.—suspire, dando vueltas por la sala para que Judith cesara su llanto ante el pequeño susto que mi papá le había provocado.

—¡Yo estoy cansando! Estoy allá afuera cumpliendo con mi deber para que todos ustedes puedan estar a salvo, para que tú y tú hermana estén a salvo, y tú decides en irte de aventurero en busca de intimidar.—hablo él, llevando sus manos a su cintura sin dejar de observarme.—Tienes un papel en esta comunidad cuando no estoy, este es tu escenario y debes protegerlo para que no pasen cosas como pasaron hoy Carl, eres mi hijo y debo protegerte, debo enseñarte responsabilidades y no quiero que vuelvas a salir de esta forma, mucho menos cuando estoy ausente; eres mi hijo y eres mi responsabilidad.—hablo él con firmeza, acercándose a mi cuando noto que Judith cesó su risa pero aún sollozaba.

—Spencer está muerto, Olivia también, se llevaron a Eugene. Estoy bien papá y no te pido que no te preocupes por mi, o por Judith pero mira lo que acaba de pasar papá.—hablé con un tono de actitud mientras que él estaba parado delante de mi, observándome totalmente molesto.—Carol y Morgan aún están desparecidos, papá Tara y Heath no han vuelto, no tan solo eso, Aliana y Natasha desaparecieron papá.—hablé agitado, lleno de enfado y observando cómo su rostro cambió por completo ante eso que había mencionado.—Se que estás cargado pero maldita sea no eres el único que carga con cosas, yo no sé cómo aún mi corazón sigue latiendo pero no me importa pelear en estos momentos, me importa a tener a mi única familia unida, es lo único que quiero. Por Glenn, por Abraham papá.—suspire, quitándome el cabello de la cara y observando cómo mi papá lleno de frustración se sentí en el mueble, llevando sus manos a su rostro y tapándolo.

—Tara regresó hoy en la mañana, antes de irme llegó, Eugene la instaló nuevamente pero no podrías saberlo si te fuiste horas después que me largue.—susurro él.—¿Qué pasó con Aliana y Natasha?—fue lo primero que me preguntó ante lo que le mencioné, pude notar en su rostro la preocupación y en cómo pareció curioso ante lo que narré.—¿Cómo que desaparecidas?—pregunto nuevamente. Suspire, sentándome aún lado de él con Judith en mis piernas.

—Cuando decidí ir allá, lo hice porque Enid se iría y no quería que se fuera sola papá. La lleve a Hilltop y yo decidí irme hacia allá, ellos estaban buscando sus suministros, así que aproveche la ocasión. Jesús estaba allí conmigo, me explico que fueron atacados, que enviaron a Natasha y Aliana con dos hombres más a buscarnos para que ayudáramos, aparentemente fueron emboscadas por los salvadores, encendieron el auto en el que iban y ya no estaban, papá no están y no puedo dejar de pensar en ella; en Aliana.—le explique, observando su rostro lleno de frustración y como tenía más pesos encima de sus hombros.—Papá no quiero perderlas, no quiero perder a nadie más, por favor debemos actuar... —suspire, realmente estaba cansado.

—Yo tampoco Carl, estoy cansado de perder gente... pero sé que ellas están bien, son fuertes... —suspiro, observe como él se acercó a mi y no tarde en abrazarlo, en sentir como me abrazaba a mi y a Judith.—Pero debo protegerlos a ustedes, son mi prioridad, necesito que estén bien.—susurro dándome un beso en la frente, y en cómo me sentí lleno de seguridad con él a mi lado.—Te ves rudo sin el vendaje.—me halagó, mientras que la puerta de mi hogar se volvió a abrir de manera brusca, papá y yo ambos nos separamos del abrazo, observando así a una Michonne agitada y algo nerviosa.

—¿Quien murió?—fue lo primero que preguntó antes de levantarme del sofá con mi hermana en brazos para repetir la historia del día.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro