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¿Dónde estás Aliana?

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El auto poco a poco fue frenando, mientras que observaba a papá acomodarse y arreglarse, me sentía algo sofocado al estar aquí en la parte trasera con dos grandes mujeres. Rosita a mi derecha no tardó en bajarse del auto, le seguí el paso sintiendo el acalorado ambiente que chocó en mi rostro, provocándome molestia. Cerré la puerta del auto con cuidado, observando a mi lado a Tara limpiarse el sudor de su frente; estaba algo tranquilo con su regreso inesperado el día en que me fui al santuario. Ella me observo y sonrió, no tarde en asentirle, arreglando mi sombrero y esperando a que papá bajara del auto. Veía los grandes muros de Hilltop darnos algo de sombra, habíamos decidido tomar este rumbo temprano en la mañana. Suspire hondo, caminando detrás de Rosita y Tara, quienes se fueron adelante con papá y Michonne. Mi sombrero me daba sombra, aunque estaba cabizbajo, sabía que nos recibirían aquí con las manos abiertas pues Maggie Greene ya nos había presenciado. Estaba ansioso con este encuentro que nos vendría bien a todos, aunque no sabía la razón por la cual papá decidió venir hasta aquí, sabría que valdría la pena.

Los cinco llegamos hasta las grandes puertas de Hilltop, en donde estaban residiendo tres de las nuestras, aunque antes eran cinco; dos aún se encontraban desaparecidas. Suspire hondo, esperábamos a que nos pudieran abrir y dejarnos pasar, mientras que observé a papá mirarme él no tardó en sonreírme, dándome aliento para que estuviera relajado y evadiera mis emociones. Mis manos sudaban y no tarde en llevarlas hasta mi mahón para secar el sudor, observando luego cómo las grandes puertas de Hilltop se abrían delante de nosotros. Siguiéndole el paso a los demás yo no tarde en sentirme aliviado de ver a Maggie Greene en buenas condiciones, aunque quería ir hacia ella y abrazarla, papá se nos había adelantado. Ese gran vínculo nadie ser capaz de romperlo, no había nada más que me causara felicidad que ver estos tipos de encuentro, que ver a mi grupo reunirse con paciencia. Los brazos de papá se estrecharon fuertemente en el cuerpo de Maggie, abrazando a esta gran persona que había caminado junto a nosotros en esta gran aventura. Aunque sabíamos que Maggie estaba en un estado de tristeza, nos alegraba o al menos a mi me alegraba verla feliz.

—¿Como está el bebé?—fue lo primero que escuché provenir de papá, mientras que nosotros cuatro estábamos aparte observando y dándoles espacio. Maggie con una gran sonrisa no dejaba de observar a papá, mientras que en mi campo visual pude ser testigo de cómo Sasha Williams y Enid se acercaban a la escena.

—Estamos bien Rick, el bebé está bien, está a salvo.—pude observar el brillo en los ojos verdosos de Maggie, sintiéndome lleno de felicidad al saber que esa criatura; fruto del amor que ella y Glenn se tenían, estaría a salvo.—Estamos bien... excepto una cosa... —esa sonrisa se borro de su hermoso rostro, provocando un ambiente tenso, aunque ya sabríamos lo que se avecinaba, no pude evitar acercarme a Enid y recibirla con un abrazo.

—Lo siento... —susurro ella en mi oído, no tenía duda de que ella sabía que ya yo estaba enterado de la triste noticia que a todos nos estaba consumiendo de la curiosidad, asentí soltándola del abrazo y cambiando mi mirada a mi campo visual principal.

—Lo sabemos Maggie, y las vamos a encontrarnos nos cueste y quite tiempo, las encontraremos.—papá estaba firme de su decisión algo que me alentó a tener esperanza de que todo saldría bien, aunque no pude evitar sentirme impresionado y con el pecho inflado cuando presencia tal persona.—Tú tenias en razón en cuanto dijiste que debíamos pelear, no quise escucharte no aceptarlo pero estoy aquí porque estoy listo para pelear.—fue lo que dijo mi papá, realmente estaba lleno de firmeza pero para su sorpresa él aún no había presenciado lo que yo presentí.

—Daryl... —susurré para mi mismo al observar a ese hombre estar aquí en el mismo lugar que nosotros, Jesús camino a pasos lentos detrás de él y nadie sabe cómo me sentí cuando vi a mi papá con la misma impresión que yo.

—Oh por Dios, por Dios.—a mi lado Michonne tenia un semblante de felicidad, no era la única, sentía mi pecho inclinado en cuanto observe a mi papá y a Daryl poco a poco acercarse, aquel hombre con ese semblante de seriedad emprendió un llanto al abrazar a mi papá con fuerza. Baje la cabeza sonriente, sintiendo así unas delicadas manos tocarme.

—Carl, mi pequeño, cuanto me alegra tenerte aquí.—abrace con fuerza a Maggie Greene en cuanto se soltó de su abrazo con Michonne, no tarde en sentirme relajado y como si se me hubiese desinflado el cuerpo, sintiendo alejarse todas mis preocupaciones por un momento.

—No sabes cuanto te he extrañado.—le confesé, sintiendo como ella apretó más su cuerpo con el mío, yo sabía cuán triste y rota debía estar ella en estos momentos, no tan solo por su recién perdida; Maggie tiene un gran vínculo con Aliana Johnson. Esta me soltó, mientras que sentí sus labios plasmarse en mi mejilla, observe cómo continuó abrazando y saludando a Rosita, mientras que observé unos ojos azules claros como el agua mirarme.

—Me alegra saber que saliste de allí con vida.—estreche mi mano con Jesús quien me sonrió y no tarde en asentirle, permitiéndole pasó a mi lado izquierdo, mientras que en el derecho Enid estaba allí observando la escena más honorable del mundo, mi papá con su mejor amigo.

Daryl estrechó su mano a mi papá brindándole un arma que le habían arrebatado, el arma que mi papá suele usar desde que todo este caos comenzó. Para ser un adolescente aún tenía mis emociones llenas de debilidad y esto me conmocionaba mucho, podía admitir que estas personas eran mi familia y saber que no estaban completos me agobiaba. El recuerdo de muchas personas que habían pasado por mi vida llegaron a mi mente, hasta las últimas dos personas que perdí recientemente. En silencio empecé a caminar con lentitud ante las guías de Maggie Greene para que la siguiéramos, entre sonrisas y con los corazones en nuestra mano, sabía que nos dirigíamos hacia el líder de este lugar; Gregory. Muchos rostros desconocidos me observaron, aunque solo había venido aquí dos veces; cuando trajimos a Maggie y Sasha con los cuerpos de nuestros amigos, y la última vez que dirigí a Enid hasta aquí. Observe a personas trabajando, aunque mi atención fue captada por ese gran huerto por el cual pasamos con vegetales frescos. Me mantuve detrás de mis compañeros en el momento en que entramos a la gran cosa en donde residía Gregory y algunos residentes.

—Bien, solo les advierto que perderán el tiempo.—comentó Jesus, abriendo una gran puerta delante de nosotros, donde pudimos ver a ese hombre con mayor edad mirarnos con los ojos abiertos.

—Oh no.—negó él ante vernos, mientras que Daryl atrás de mí cerró la puerta.—¿Qué hacen aquí?—preguntó él, sentándose delante de un espectacular escritorio.

—Teníamos un trato, ayudarnos mutuamente, tú ayudarme y yo ayudarte.—fue lo primero que dijo papá, observando cómo este hombre abrió los ojos como plato y rió.

—No por un demonios, ese no fue el trato.—Gregory sentado en su asiento parecía alterado, parecía molesto con nuestra presencia.—Su gente juro que nos salvaría de los Salvadores y fallaron. Así que cualquier tregua que teníamos, se acabo. No fuimos compañeros, no fuimos amigos y nunca nos conocimos.—dijo egoístamente.

—Eres muy valiente, si que valiente eres en quedarte ahí sentado mientras que Maggie y Sasha salvan este lugar, Harold y David murieron, otras personas también, Aliana y Natasha aún siguen desaparecidas; ni siquiera has movido un dedo. Tú coraje es impresionante.—hablo Jesús cruzado de brazos, quien parecía realmente molesto.

—Número uno, ¿acaso no trabajas para mi? Pensé que éramos amigos.—enumeró Gregory observando a Jesús quien lo miraba fulminante.—Segundo, Alena y la otra Sasha como sean no eran parte de este lugar.—alce una ceja ante escuchar como Gregory nombro a nuestras amigas.

—Aliana y Natasha.—corrigió papá con total paciencia, él intento de ser comprensible con Gregory.—Gregory, empezamos esto.—le dijo mi papá, acercándose a su escritorio pero Gregory lo interrumpió rápidamente.

—Tú lo empezaste.—le dijo cínicamente, mientras que papá nuevamente repitió su acción y lo interrumpió.

—Lo hicimos y vamos a ganar.—le recalcó mi papá, intentando convencerlo, era un dime y te diré, me sentía ya cansado de escucharlos.

—Estos hombres son asesinos.—dijo Gregory levantándose bruscamente de su escritorio y dándole la espalda a mi papá.

—¿Así es como quieres vivir? Detrás de tu escritorio viviendo con las reglas de estos hombres y viendo como matan a tu gente, créeme es una buena estrategia de un supuesto líder.—le pregunto mi papá a este hombre quien tan solo parecía intentar de evadirnos.

—A veces Ricky, tenemos que vivir con las bendiciones que tenemos, no podemos vivir peleando todo el tiempo.—rodé mi ojo ante cómo llamo a mi papá, suspire gruesamente y me recosté de la pared observando a este anciano.

—¿Cuantas personas crees que puedan pelear?—Maggie con su ceño fruncido interrumpió la conversación de papá con Gregory para así intentar convencerlo de otra forma, pero yo reí en tono bajo ante la mueca de frustración que hacía Daryl.

—¿Cuantas?—pregunto Gregory con sarcasmo.—Ni siquiera se cuántas personas tenemos Margaret. Pero ¿eso importa? Digo, ¿qué vamos hacer? ¿Haremos una granja con miles de granjeros? Porque eso es lo que son, ellos no querrán pelear.—rio este burlándose de la pregunta de Maggie.

—Estás equivocado.—observe a mi lado como Tara se interpuso, intentando de entonces ella convencerlo pero este tan solo rodaba los ojos.—Cuando las personas tienen la oportunidad de hacer lo correcto se arriesgan.—le comento ella.

—Déjame detenerte antes de que nos des una canción aquí como discurso.—reí nuevamente en tono bajo ante la burla de este hombre, hasta que papá me miró fulminante y mi risa había cesado.—¿Quien diablos entrenaría a estas personas?—pregunto él.

—Yo lo haré.
—Dame una semana.—Sasha y Rosita habían hablado ambas a la misma vez.

—Fue sarcásticooooo... —intente no querer burlarme ante la burla de Gregory hacia Sasha y Rosita, este hombre era un cascarrabias.—No quiero escuchar una palabra acerca de este tema, nunca.—dijo este, pidiendo que diéramos por finalizada la charla.

—Estaríamos mejor sin los salvadores ¿si, o no?—pregunto papá molesto, totalmente molesto, tanto que las ganas de reírme se espantaron.

—Si, claro.—afirmó él, dándole la razón a mi papá quien se veía enfadado.

—Entonces, ¿qué harías para resolver el problema?—aquí Michonne intento volver a hacer que el hombre nos ayudara, ya quería que nos largáramos de aquí, me sentía asfixiado.

—No dije que tuviéramos un problema, tú si. Y lo qué pasó fuera de mi vista, está fuera de mi vista. Fin de la conversación.—volvió a querer dar por finalizada la conversación.

—¿Qué carajos hombres? Estás ahí sentado botando mierda por tu boca, ¿estás de nuestro lado si, o no?—Daryl se acercó a él, quedando en la misma postura en la que estaba papá, quien observó.

—Creo que estuve muy claro con mi posición y no me opondré más a ella, así que quiero agradecerles por haber perdido el tiempo de venir aquí. Y agradecerles en que no estuvieron aquí y que no tuvimos esta conversación, en otras palabras, largo.—fuimos botados como bolsas de basura de la oficina de Gregory, quien nos dio la espalda. Yo fui el primero en salir de esta mugrosa habitación, escuchando los murmullos de mis compañeros enfadados.

—No lo necesitamos de cierta forma.—hablo Daryl con ese rostro de seriedad, donde se le notaba la molestia y incomodidad qué pasó con ese hombre.

—Así es, tenemos a Sasha, Maggie y Jesús aquí, nosotros nos encargaremos de afuera.—comentó papá, observando a Maggie.

—Y a Enid.—añadió ella al observar cómo la chica de cabello castaño lacio y largo apareció en nuestras vistas con un rostro de preocupación.

—¿Qué pasa?—pregunto Sasha al observar a Enid algo ansiosa, esta parecía no poder ni hablar.

—Nada... —respondió ella para luego ver una sonrisa en su rostro.—Solo vengan afuera.—no tardamos en seguir el paso de Enid, quien se adelantó hacia afuera, mientras que salí y observé a varios residentes estar delante de nosotros.

—Enid dijo que quieres que Gregory nos lleve a pelear con los salvadores pero tú liderándonos ¿es cierto?—le pregunto esta señora de tez morena a Maggie, quien no tardo en responder.
—Si.
—¿Crees que podamos ganar?—volvió a preguntar esta señora, a lo qué Maggie no tardo en responder nuevamente con la misma respuesta.
—Si creo.
—Bueno, entonces queremos pelear, queremos intentarlo.—observe a Maggie mirarme con una sonrisa en su rostro, para luego cambiarla y observar a papá quien no tardo en incluirse a la conversación dejando saber cuál sería el plan, mientras que a mi lado Enid me observaba sonriente.

—¿Como estás?—gire a mi lado observando a Enid emprender a caminar junto a nosotros, mientras que los demás estaban charlando, me enfoqué en escucharla a ella.

—Ante todo bien.—respondí.—¿Y tú?—le pregunté con cortesía, observando cómo ella me sonrió de lado, estaba cerca de mi y eso me distraía un poco, me sentía extraño.

—Estoy bien Carl.—respondió tocándome el brazo y bajando la cabeza.—Lamento mucho lo de Aliana, cuando lleguen ellas ya no estaban.—susurró, a lo que repentinamente asentí distanciándome un poco.

—Las encontraremos, tenlo por seguro que así será.—observe a papá palmearle la espalda a Daryl alentándolo que todo estaría bien pero en su rostro se notaba la preocupación de él; Daryl nunca ha sido un hombre optimista, si no realista.

—No sé que haría si no es así Rick, Natasha ha transformado por completo mi vida y no estoy preparado para enterrar a alguien más.—baje la cabeza ante la respuesta de Daryl Dixon a quien escuche suspirar con frustración mientras que preparábamos los autos para irnos, yo sentí una fuerte palmada en mi hombro lo que me hizo soltar un leve gemido. Alce mi mirada observando las grandes ojeras que Daryl portaba, no tarde en bajar la mirada por el gran respeto que le tenía.

—Me alegra saber que estás bien niño.—sentí cómo Daryl me dio un cálido y corto abrazo, algo que valoré y aprecié prohibiendo de él. Alce la mirada, asintiéndole y devolviéndole el gesto.

—A mi me alegra saber que estás de regreso, te necesitábamos.—confesé, este sin una sonrisa y con su semblante de seriedad me volvió a palmear el hombro, alejándose de mí mientras que observé a los demás caminando hacia la entrada y manteniendo una conversación.

—Necesitamos a más personas, necesitamos una cantidad de personas que quieran luchar con nosotros.—hablaba papá buscando un plan.—Tenemos que regresar y ver cuantas personas podamos encontrar, Negan siempre esta preparado.—añadió él, pensando entonces en que volveríamos a Alexandria a buscar a nuestra gente para prepararla.

—Dicen que él tiene gente que trabaja con el porque no tienen opción, podemos convencer a alguno que nos diga su tipo de plan, sus estrategias.—comentó Tara sugiriendo, algo que era cierto y podía funcionar, pues no cabía duda que muchos estaban cerca de Negan por cobardía.

—No lo sé, pero necesitamos otro grupo, sería muy difícil confiar en uno de ellos.—admitió papá, deteniéndose en la entrada ante el llamado de Jesús a nosotros.

—No, no tienen que regresar.—dijo Jesús rápidamente evitando nuestra salida de su comunidad. —Tengo este walkie-talkie, es de ellos, es corta distancia, quiere decir que están cerca y podríamos saber que estarían haciendo.—Jesús mostró en sus manos una de las radios de los salvadores, sonreí, este hombre era ingenioso.

—¿Y por eso no debemos regresar?—pregunto Michonne ante su llamado de atención, Jesús negó y suspiró.

—Quieren otro grupo, así que es hora de que conozcan a Ezequiel.—dijo este con una sonrisa en su rostro, todos lo miramos con confusión y curiosidad.—El rey Ezequiel.—arreglo.

• • •

Otras grandes puertas se abrieron delante de nosotros pero la diferencia es que este era un territorio desconocido al cual nunca había estado. Espere a que mi papá como líder que era entrara primero y así todos lo seguimos el paso. Camine con lentitud detrás de Daryl, mientras que aún lado de mi se encontraba Jesús sonriendo a cada residente que se acercaba, miradas desconocidas que nos atacaban con la mirada; curiosos en saber quienes éramos y que hacíamos ahí, pero para mi sorpresa no todos eran rostros desconocidos. Todos nos detuvimos en seco en cuanto pudimos identificar aquel hombre de tez oscura cruzarse en nuestro camino, este con un rostro de asombro nos miró a todos con una gran sonrisa; tenía delante de mi a Morgan. Observe en cómo él y mi papá estrecharon el brazo, dándose un fuerte abrazo, mientras que los rostros desconocidos observaban este encuentro mi corazón palpitó de la emoción ante lo que mi campo visual había detectado en el fondo a lo lejos venir acá hacia toda prisa. Observe a aquella chica que venía con suma rapidez hacia donde estábamos, esos ojos color miel y cabello castaño azabache que reconocería a donde fuera qué vaya, esa sonrisa impagable con un gran parecido a alguien que tenía en mente en estos precisos momentos y que no tenía duda que estaba aquí.

Sentí una gran alegría en observar cómo a mi lado Daryl Dixon avanzó con toda prisa ante la chica que lo había cautivado estos meses, ante una chica que lo había ablandado. Escuche la tierna risa de Tara ante presenciar al igual que todos los espectadores aquí en cómo Natasha con lágrimas en los ojos se abalanzó encima de Daryl apretándolo con todas sus fuerzas, hoy el día estaba lleno de emociones que ni siquiera yo podía controlar. Observe cómo mi papá tenía una gran sonrisa en su rostro, en cómo estás personas desconocidas parecían conmovida con la pequeña reunión que se formó en su hogar, no dejaba de pensar y en cómo mi mente se volvió un laberinto, si ella estaba aquí y estaba bien; Aliana debía estar más cerca de lo que podía imaginarme. Con el pecho inflado, mi papá estaba aún lado de mi presenciando la escena romántica de estos dos tórtolos delante de nosotros, era inevitable no sentirse feliz. Daryl Dixon acariciaba el rostro de Natasha como si no pudiera creer que ella estuviera ahí, para entonces luego de esto darle espacio y dejar que las chicas se aferraran a ella con felicidad, abrazándola y saludándola. Yo evadiendo los cuerpos de mis amigas y compañeras, no pude evitar entrometerme en el abrazo como si fuera un niño pequeño para sentir el calor de mi amiga, escuchando sus sonrisas y incluso sollozos de felicidad.

—Aw, Carl... —ella hizo un puchero de cariño mientras que sentí sus manos estrecharse en mi cuerpo, me aferré a mi amiga sintiendo su calor y sintiéndome con una preocupación menos al tenerla cerca de mi.—Rick, ven.—no tarde en sentir los fuertes brazos de papá aplastarme más contra el cuerpo de Natasha, quien sonreía, yo sentía su corazón latir fuertemente.—Dios, estoy tan contenta de que estén aquí chicos, de que estén bien.—me solté del abrazo observando cómo Natasha se veía bien, aunque pude observar en su mano un vendaje y en sus cuellos unas raspaduras, incluso en su ceja parecía tener una cortadura, no evite sentirme contento con saber que estuviera bien.

—¿Donde está Aliana?—papá se me adelantó en esfumar su sonrisa antes que yo, todo pareció tornarse oscuro ante ver cómo el semblante de Natasha cambió por completo, parecía confundida y eso cortó mis alas en un instante, pues mi corazón empezó a palpitar ante su pregunta.

—Natasha... se supone que Aliana esté contigo.—le hablo mi papá con cierto temor, un temor que se mezclo con mi preocupación ante eso. Podía jurar que sentía que no podía respirar.

—¿Qué?—Natasha dio pasos atrás, se veía en su rostro la confusión, Daryl se paró a su lado acariciando su espalda y observando cómo Natasha pareció caer en un tipo de transe.—¿Ella no está en Hilltop?—Natasha se preguntaba en voz alta aquella pregunta, esta con la cabeza baja se recostó de Daryl y en su rostro se veía la confusión, esto no podía estar pasando en serio. Mis labios se sentían resecos, mientras que no tarde en suspirar gruesamente.

—Natasha, Aliana no volvió, Harold y David tampoco volvieron... —Jesús se interpuso entre papá y yo quienes estábamos delante de Natasha quien parecía estar llena de confusión, alce mi vista observando a mi papá quien llevó sus manos a su rostro restregándolo como una referencia de que esto no podía estar pasando.

—Esto debe ser una broma, definitivamente.—fue lo que escuché provenir de papá quien parecía frustrado pero créanme, yo realmente lo estaba en estos momentos pero no dejaba de observar a Natasha, yo quería respuestas.

—Natasha.—la llame, observando cómo ella me miró entristecida y confundida, en su rostro se veía el temor de que algo le pudiera suceder a su hermana pero la llame con la esperanza de que ella pudiera narrarme al menos qué pasó y ella tan solo negó.—Maldición... —susurré, observando cómo papá me miró lleno de frustración mientras que los residentes de ese lugar observaba la escena.—No puede ser, ¿donde diablos esta?—pregunté con molestia, con confusión y con temor.

—Dios esto no puede ser, no puede ser es que yo pensé que ella escapó a Hilltop nuevamente.—musitó Natasha, mientras que Daryl la miraba con dudas, todos estábamos confundidos y en busca de respuestas.—Pensé que volvería con Maggie, o con ustedes a buscar ayuda, tan solo reaccione me encontré con Harold y David en el suelo, estaban muertos así que decidí correr cuando observé luces de autos sofocarme o no sé si estaba alucinando pero el auto estaba encendido en fuego, recuerdo haberme arrastrado por la ventana rota y logré haber salido del auto hasta que me arrastre lo suficientemente lejos pero el auto exploto, aún así sentí el impacto. Cuando volví a reaccionar corrí lo más rápido posible, el humo no me dejaba respirar bien y solo escuchaba gruñidos, yo tenía miedo.—narró ella, mientras que en su semblante se veía el horror y miedo que ella sintió pues al expresarlo parecía no querer recordarlo.

—Carol y yo la encontramos con Jerry, él es la Sámano derecha de este lugar. La trajimos aquí y estaba muy mal, hoy fue por fin que decidió salir de la enfermería, me narró todo lo que ha sucedido en este tiempo, lamentó no haber estado ahí Rick.—Morgan interrumpió la narración de Natasha para explicarnos lo que había sucedido, aunque aquel primer nombre al que el nombre me hizo sentir menos despreocupado, Carol también estaba aquí.

—¿Carol?—pregunto papá con confusión.—¿Donde está?—pregunto nuevamente mi papá y Morgan simplemente negó.

—Ella se fue, no esta tan lejos de aquí pero esta bien, puedo llevarlos con ella luego.—comentó Morgan, mientras que detrás de él apareció un hombre con cabello largo y obeso, este con una sonrisa nos observo pero no había alegría que me alegrara en estos momentos.

—¿Cómo se conocen entre ustedes?—el hombre con armadura a quien Jesus nos presento como Richard se asomo a la escena, observando cómo nos abrazábamos y saludábamos.

—Tendríamos que empezar con el comienzo.—respondió papá, llevando su mano al hombro de Morgan para sonreírle a este viejo amigo.

—Bueno, deben dejar sus indiferencias aún lado y lo que sea que esté sucediendo, el Rey ya quiere verlos.—fue lo que dijo este hombre desconocido, señalándonos una entrada y guiarnos a ella. Fuimos entrando a una habitación grande, parecía un teatro.

—¡Jesús!—escuche una gruesa voz espantar mis oídos, mire sorprendido y algo aterrorizado aquel gran animal que estaba sentado aún lado de aquel hombre de tez oscura quien parecía estar normal ante la presencia de aquel animal.—Es un gusto verte viejo amigo.—observe cómo todos tenían sus ojos abiertos como platos, era un maldito tigre lo que estaba aún lado de aquel hombre sentado en aquella silla como si fuera un rey. —Cuéntame, ¿qué te ha traído a ver al buen rey Ezekiell? ¿Son nuevos aliados que me has traído?—pregunto él, mientras que detrás de él estaban dos hombres en una posición recta.

—Si, lo son su majestad.—habló Jesús, observándonos y como parecíamos aún asombrados, papá no podía creerlo.—Oh diablos, si, se me olvidó mencionar que tiene un tigre.—sonrió este burlón ante nuestro semblante.—Este es Rick Grimes, líder de Alexandria. Esta es algunas de sus personas, para su sorpresa, Natasha y Morgan pertenecen a ellos su majestad.—nos presentó.

—Bienvenidos al reino aventureros, sus amigos han estado cómodos aquí, son buenas personas pero ahora quiero saber por qué están aquí tan lejos de sus tierras.—hablo este con una voz gruesa y de firmeza, se escuchaba bastante educado.

—Ezekiel... rey Ezekiel. Alexandria, Hilltop y el Reino, nuestras comunidades tienen algo en común; todos les servimos a los salvadores. Alexandria los enfrento y ganamos pero ahora no sabemos a lo que nos enfrentábamos, no hasta ahora. Sabemos que sabes sus reglas, sus violaciones y el temor que causan.—papá presentó su argumento, mientras que vimos cómo el hombre se incómodo y muro de forma fulminante a Jesús quien no tardo en moverse adelante de él y hablar.

—Señor, yo solo les conté...

—Nuestro trató con los salvadores no se conoce entre mi gente, por buenas causas y para mantenerlos a salvo. Yo te conté eso con el propósito que compartíamos el mismo encarcelamiento no para que lo compartieras con la gente.—Ezekiel interrumpió la defensa de Jesús, quien parecía asombrado ante el regaño mientras que aún lado de mi Natasha se reía de la escena.

—Podemos ayudarnos unos a los otros.—se defendió Jesús.—No interrumpas al Rey.—detrás de él habló un hombre obeso y robusto, quien tenía una melena larga y se veía con un puesto de firmeza.

—Te brindamos nuestra confianza ¿por qué la rompiste?—pregunto el hombre, mientras que sentado aún lado de él permanecía el tigre, estaba sentado sin hacer ni un ruido ni parecía ser agresivo.

—Porque quiero que escuches el plan de Rick.—dijo Jesús, observando así a mi papá.

—¿Y cuáles son tus planes, Rick de Alexandria?—papá se acercó más adelante, suspirando y llevando su mano a su cintura, algo que siempre hacía.

—Venimos a pedirle al reino, a pedirle a usted que se unan para que peleemos juntos contra los salvadores, pelear por nuestra libertad y por todos nosotros.—argumentó él, mientras que observe cómo Ezekiel no parecía convencido.

—Lo que estás pidiendo es muy serio.—le comento Ezekiel en respuesta a papá quien asintió ante lo que estaba pidiendo.

—Unas personas murieron, buenas personas fueron asesinadas brutalmente por los salvadores.—observe a Michonne ponerse aún lado de papá, brindándole ayuda.

—¿Quien?—dirigí mi mirada a Morgan, confundido ante que no supiera, pues Natasha se supone que debió haberlo mantenido al tanto.

—Abraham, Glenn. Spencer, Olivia. Eugene está de rehén y no sabemos si Aliana también. Se llevaron a Daryl, logró escapar. Cada segundo que está aquí, se arriesga.—Rosita fue quien contestó de mala gana, parecía estar enojada al hablarle.—¿Dirás que tenías razón?—pregunto ella, muchas veces Morgan nos advirtió.

—No. Solo lamento que se hayan ido.—susurró él, bajo la cabeza.

—Negan mato a golpes a Abraham y Glenn... —le confesó papá, mientras que la mayoría en esta sala de teatro debió haber recordado esa trágica noche.

—Aterroriza Hilltop, pensamos que podíamos vivir con eso pero ha cambiado nuestros puntos de vista. Así que cambiemos el mundo, majestad.—Jesús no se rendía, él estaba dispuesto a apoyar a papá.

—Quiero ser honesto en lo que estoy pidiendo, mi gente es fuerte pero no somos suficientes. No tenemos armas, aún no.—papá dio al tanto nuestra estatus en estos momentos, confesando nuestra escasez de seguridad.

—Tenemos personas y armas. Si damos un paso adelante juntos, podemos hacerlo. Su majestad, no podemos esperar a que las cosas se pongan peor. El tiempo es ahora, debemos adelantarnos.—Richard, uno de los hombres presente en esta habitación se puso de nuestro lado, mientras que Ezekiel parecía aún no convencido este no comentó nada acerca de su comentario.

—Morgan, ¿qué dices?—todos observamos a Morgan, a quien le pidieron su opinión y no tarde en bajar la cabeza.

—Personas morirán, muchas y no sólo los salvadores. Podemos encontrar otra forma, podemos. Negan los captura, los torturas... podemos encontrar otro camino.—dijo este, una respuesta similar a las muchas que nos dio, una que en un pasado debimos seguir, observe a mi lado como Natasha tenía la cabeza baja, le hablé.

—¿Por qué no les dijiste?—pregunté en voz baja, observando cómo ella parecía confundida ante lo que pregunté.—Glenn y Abraham... —le aclare en voz baja, observando cómo ella suspiró.

—Yo... no pude, no he aprendido a lidiar con el tema, no sabía cómo explicarle que dos de nuestros amigos cercanos habían muerto a causa de un psicópata.—me respondió ella en un tono bajo que solo yo podía escuchar.—Y estaba con mucho peso en mis hombres, Daryl y ahora Aliana... —susurro, mientras que bajo la cabeza ante su respuesta, no tardamos en escuchar a papá finalizar una charla con Ezekiel.

—Los invitó a pasar la noche aquí hasta mañana, es lo único que puedo ofrecerles.—baje la cabeza ante nuestra misión fallida, mientras que a mi lado pude ver cómo Natasha suspiro gruesamente.

No tardamos en no decir una palabra, un aliado menos. Me quite el sombrero, haciendo fila para salir, mientras que delante de mi Natasha iba con la cabeza baja no tarde en salir y sentir la brisa, mientras que se veía como estaba oscureciendo. Me mantuve en todo momento detrás de mi amiga por quien llevaba tiempo en preocupación ante su ausencia, ahora el peso que más me agobiaba era la ausencia y paradero de su pequeña hermana. Me senté en el suelo, aún lado de Tara quien estaba cabizbaja y parecía pensativa, el ambiente se había tornado de tristeza. El único brilló delante de nosotros era en cómo Natasha y Daryl se abrazaban fuertemente, era algo de paz delante de nosotros, al igual en cómo Michonne abrazaba a papá, dándole fortaleza. Me mantuve observando a mis figuras paternales quien me alentaron a levantarme y acércame a ellos, con un vacío en el corazón y entristecido ante lo solitario que me sentía, no tarde en acudir a su consuelo y abrazarlos, sintiendo su fuerza y tolerancia abrumarme.

—La encontraremos, ya verás campeón... —susurro papá en mi oído, mientras que sentí como sus brazos me llenaban de seguridad, y como este acarició mi cabello.

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¡Estoy tan contenta! Mi novela ha sido elegida para los premios más importantes de Wattpad!!!!!! Los adoro chico.❤️

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