𝟎𝟒

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ᴀʀᴄᴏ ᴜɴᴏ ——— ❛Lo que nos mantiene vivos.❜
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Omnisciente.
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Carl caminaba bajo el candente sol de forma abrumada, pues sentía todo aquel calentón traspasar las prendas de su cuerpo. Como consecuencia de esto se sentía más cansado, más aún cuando en sus brazos sostenía a su hermana Judith. Buscó removerla para tener una posición más cómoda por el calambre que empezaba a sentir, notando que Judith tenía su frente sudorosa—, ver a su hermana bebé en aquel estado lo hacía sentir eufórico—. Anhelaba cumplir el deseo de su fenecida madre y encontrar un lugar pronto para establecerse, con eso, asegurar la vida de su hermana y del grupo. Sintió alivio cuando notó que la claridad del sol se vio cubierta de varias nubes grisáceas, prefería mil veces que lloviera ante esta ola de calor. Algunos del grupo iban en silencio, en medio del andar pensaban y contemplaban el alrededor, mientras que otros hablaban entre sí. Entre ellos, Carl notó como Camila charlaba con Tara, una mujer adulta que también se les unió en el camino hace mucho. Tara era simpática, tenía un semblante sereno.

La mirada de Camila se enfocó en Carl, a quien le sonrió—, no se especificaban entre ellos que sucedía, pero se tenían un cariño que parecía ir más allá que una amistad—. Al menos de parte de Camila era notorio, pues Carl era celoso con sus sentimientos. Sin embargo, cuidaba la amistad que mantenía con esta chica, quien consideraba una parte importante de su vida. Tiempo atrás en la prisión, tenerla a ella y a la hermana desaparecida de Maggie, Beth Greene, fue para Carl un consuelo cuando perdió a su madre. Dejaron de mirarse y continuaron en el camino, Carl notaba como adelante estaban los cuatro viajeros que aceptaron durante el camino. Notó que su padre parecía mantenerlos vigilados con la mirada, también con la de Michonne y Daryl. Les daban la confianza, pero temían a que se aprovecharan. Carl pensó ejecutar lo mismo, hasta que vio como Rosita estiró su mano con una botella de agua para pasarle a la embarazada, quien dudó en aceptarla.

—Oye.—Carl dejó de mirar a donde veía, a su lado Nathan camino.—Creo que tome algunas cosas de la cual creo que era tu mochila. Eran unas historietas, quiero devolvértelas.—este gesto le sorprendió a Carl, pues Nathan ya le pasaba las historietas.

—Quédatelas.—indicó Carl, no distante, pero sí frío.—Cuando las termines puedes devolverlas.—esclareció, impresionando a Nathan.

—Amigo, no te preocupes. Si quiero leer alguna te los pediré, pero si quieres los guardo en mi mochila para que no te molesten por tener tanto encima.—expreso Nathan, guardando las historietas.—Nathan, pero de seguro terminarás diciéndome Nate.—el hermano de aquellas chicas se veía amigable con Carl, estrechó su mano para pactar su presentación.

—Carl... pero a diferencia de ti, no tengo una abreviatura a mi nombre.—le dijo aceptando su mano, notando a Nathan sonreír por sentir que hizo las pases con el hijo del líder.

—Se que ya nos habían presentado pero quería hacerlo personalmente.—explicó Nathan, manteniéndose aún lado de él.—Es muy linda.—halago de forma tierna a Judith, quien mantenía sus ojos abiertos y mirando todo.

—Te diría que la sostengas, así vas practicando.—Rick se giró de adelante, dirigiéndose a Nathan cuando notó que socializaba con su hijo, pero Nathan negó, apenado.

—Tienes que prepararte.—opinó Carl, mirando a Nathan mirar a su hermana Natasha, quien caminaba de manera vaga y lenta.

—Me preocupa no saber sobrellevarlo. En cualquier momento nacerá, no sé cómo podremos lidiar con un bebé bajo estos términos, admiro que ustedes lo han podido lograr.—comentó Nathan, en un tono bajo para mantener la conversación con Carl.

—No dudo que puedan hacerlo.—afirmó Carl, aún manteniéndose cortante y sin ganas de hablar, pero no era intencional, esa era su fría personalidad, la cual desarrolló en medio del caos.

—Nathan, ¿qué crees que sea?—Glenn se dirigió a él, esperando una respuesta honesta del chico, quien se vio dudoso por un momento.

—Creo que será niño.—respondió de forma sutil, procesando su respuesta como si imaginara a un bebé varón entre sus brazos.—Y que se parecerá a mi.—aportó de forma orgullosa.

—Juro que si se parece a ti, tendrás que criarlo tú porque no aguantaré tener que ver un doble de ti el resto de mis días.—articuló Natasha, algo fatigada y cansada por la caminata.

—Bien, giraremos aquí a la derecha. Daryl encontró un pequeño río. Creo que podemos así limpiarnos un poco y descansar.—infirió Rick, queriendo guiar al grupo hacia otro lugar.

Giraron por la derecha como así lo había ordenado Rick—, aún lado de Carl pasó Camila, quien se mantuvo aún lado de él—. Si había un factor entre ellos, es que ambos habían dado su primer beso juntos, pero no hablaban sobre eso y se portaban de forma respetuosa entre ellos. Carl le cedió paso a ella, hasta que sintió que lo rozaron. Notó la mirada hostil de Jayden, e incluso la frialdad de la castaña con ojos verdes que ni siquiera lo miró, como si Carl no existiera entre ellos, pero este no dijo nada y camino con su hermana en brazos para seguir a los demás. Notó en ella cercanía con el joven, como si él le proporcionara algún tipo de seguridad. Ambos caminaron juntos entre los del grupo, caminando por el suelo fangoso y lleno de hojas que crujían. Sería un mal rato que llamara la atención de los caminantes, así que todos caminaban de manera sutil. Querían alejarse de los problemas, más aún cuando tenían a Judith y ahora a una mujer embarazada. Ponerlas en peligro no era una opción para Rick.

Sintieron que el día caluroso se tornó fresco cuando miraron el río. Era una estupenda idea darse un chapuzón, lavarse e incluso refrescarse un rato, porque hace mucho no lo hacían. El impacto de la vida normal y sus rutinas diarias en las personas luego del Apocalipsis fue un cambio drástico a los que muchos tuvieron que acoplarse. Ya no se bañaban de forma diaria, tampoco tenía sus provisiones personales y comer tres veces al día era casi nulo. Era difícil pero estaban con vida y era lo único que importaba en este momento. Carl se quedó de pie, mirando como todos tenían la intención de darse un chapuzón. Notó que su padre se veía interesado en Natasha, pero no de una forma más allá, si no por el hecho de que ella estaba embarazada y quería proporcionarle seguridad. Era algo que llamaba la atención de Carl, porque su padre de algún momento a otro cambió y dejó de darle la mano a las personas, incluso de confiar en ellas.

—Es espectacular.—aún lado de Carl se mantuvo Michonne, la adulta miró relajada el paisaje que había frente a ellos con una sonrisa corta.

—No sé qué diablos harán, pero yo me daré un buen chapuzón.—expresó Abraham, quien soltó sus cosas exhaustos sin dejar su navaja, caminando de forma prevenida al río.

—Amigo, para eso estamos aquí.—indicó Tara, acompañó al pelirrojo cuando dejó sus cosas en el suelo, preparada para aventarse en el río como si una niña pequeña viviera en ella.

Carl miró como todos en el grupo se metieron al río. Algunos se quedaron vigilando, así como Michonne y Rick, quienes esperaban que Carl fuera—, pero este se quedó sosteniendo a su hermana y observando a todos—. La pequeña dormía en sus brazos, su frente ya no sudaba y se acobijaba. Carl la veía como una fuente de energía para él y su padre Rick, quien consistente avanzaba día a día con la esperanza de encontrar un hogar donde su hija pudiera vivir en paz. En una esquina, Aliana también miraba a estos desconocidos que se acoplaron en el río y empezaron a nadar, incluso a flotar. Parecía un día normal, como si fuera del bosque no hubiera un peligro que los acechará a cada uno de ellos. Natasha lo pensó hasta que decidió ir. Se levantó su camiseta y su vientre se veía, Nathan se quedó en la orilla del río donde yacían piedras y vigilaba a su hermana mayor, quien dejó caer su peso en el río y rápidamente la suciedad de su rostro e incluso del cuerpo se iba. Ella respiraba hondo, porque en su interior tenía un profundo temor por la vida desde que estaba embarazada.

—¡Vengan!—pidió Natasha, su rostro resplandecía y las facciones que compartía con sus hermanos se esclarecían ante los demás.

—Me quedaré, por ahora.—indicó Aliana cuando Jayden dio un paso y luego se detuvo, queriendo esperarla, continuó ante eso.

Aliana se quedó de brazos cruzados, mirando a cada uno de los habitantes de ese grupo y examinándolos—, no era mentira que ella no confiaba en ellos y se sentía incómoda aún—. Sin embargo, no desistía de la decisión de su hermana en permanecer con ellos. Se encontraron en el punto más bajo de su vida al robar, aunque fuera un método de supervivencia, no eran ese tipo de personas y alguna vez se vieron rodeado de una comunidad que aportaba a la unidad. Pues de un tiempo a otro, los humanos se volvieron la verdadera amenaza. Ella respiró hondo y se levantó su camiseta. Jayden estaba con su hermana mayor, mientras que Nathan se levantaba de cuclillas para alejarse y dejarlos. Su hermano era protector, más aún si se trataba de ellas. Dejo sus cosas aún lado, no se quito sus zapatos, solo la camisa para mantenerla seca. Doblo esta conjunto la chaqueta y empezó a caminar hacia la orilla con algo de temor, pero nada malo podría pasar, todo se veía fuera de peligro y sin caminantes alrededor.

Camino de forma lenta, mirando a su hermana estar inmóvil en la orilla y a Jayden restregar su cabello, el cual yacía húmedo. Tímida se cubrió al cruzarse de brazos para así, sumergirse en la fría agua que le brindó un gran alivio al saber que podría limpiar. Sosteniendo aún a su hermana en brazos, Carl miró a esa dirección y observó como la chica sobresalía con su cabello todo húmedo, sonriéndole a su hermana e incluso a su compañero quien le salpicó agua para quitarle la tensión al ambiente. Se veía que Aliana tenía la misma edad que Carl, que no estaban muy lejos de parecerse por las circunstancias en las que habían crecido, pero aún así se trataban y veían de una forma amenazante, porque no confiaban en ellos y tampoco esperaban hacerlo. Carl apartó la mirada de ella cuando Aliana restregó sus ojos y miró a la dirección donde él estaba. Tanto ella como Jayden y Natasha estaban algo alejados de los del grupo, pero fue Tara junto a Rosita quienes se acercaron hacia ellos para no hacerlos sentir excluidos.

—Me alegra que lo estén disfrutando.—admitió Nathan cuando de cuclillas se puso aún lado de Carl, parecía no tener intención de meterse, quería ayudar a vigilar.

—Igualmente.—respondió Carl, observando a los de su grupo quedarse inmóviles en las aguas del río, estaban olvidando sus pesares.

—Hace mucho no la veía así.—comentó Nathan, refiriéndose a Natasha; su hermana mayor se veía tranquila y más serena con los demás, ella hablaba con Sasha y Bob.

—La otra no parece disfrutarlo.—se atrevió a decir Carl cuando notó cierta actitud estoica en Aliana, quien oía a los demás pero no hablaba.

—Créeme, no lo está haciendo.—respondió Nathan con sinceridad, notando que Aliana se alejaba de la orilla y se mantenía flotando.

Carl la observó, ella flotaba y todo su cabello también, hasta que se oyó un chillido de su parte y su cuerpo se sumergió. Cuando las aguas se movieron de forma brusca, todos se alertaron de forma altanera. La paz que habían estado sintiendo desapareció en un pestañeo—, sin pensarlo Carl dejó a Judith acomodada en el suelo.—Los demás adultos no tardaron en dirigirse a la situación para ponerle prioridad a lo que pasaba, pues la única razón por la cual todo se desvaneció en pánico, era porque habían caminantes en el rio que no habían notado la presencia de ellos. Carl sostuvo bruscamente la navaja en su mano y aunque Rick hubiera preferido que cuidara a su hermana, no le impidió que ayudara cuando los caminantes sobresalieron. Por otro lado, Nathan sacaba a Natasha del agua de una manera brusca y rápida, procurando la seguridad de su hermana mayor, sin olvidar la de su hermana menor, a quien quiso procurar de forma desesperante por no verla en la superficie. Jayden sacaba fuerzas, alejando a los caminantes que se acercaban a ellos.

Y bajo el agua, Aliana soltaba bocanadas de aire que no le facilitaban la vida—, pues el agua se adentraba cuando intentaba de empujar en medio del pánico al caminante que la sostenía—. Si la mordía, si la rasgaba con sus dientes perdía y moriría. En medio de su visión borrosa y disociada, tuvo pensamientos que pudieron haberla salvado, pero fue cuando el caminante soltó el agarre que ella en su desmayo casi no sintió. Los brazos de Carl de forma inesperada la sacaron, veía en ella algún rastro de sangre que pudiera quitar la probabilidad de que fue mordida, pero lucía pálida y casi moribunda. Se arrastró con ella a la orilla en ayuda de Nathan, quien sentía sus manos temblar, Natasha era acogida con su ropa para secarla mientras que Abraham de forma brusca conjunto a Daryl aún estaban en el río, pues caminantes salían y caminaban hacia ellos en busca de emboscar a cada uno de los presentes. Rick se limpiaba el sudor y de su hacha sacudía la sangre manchada de los caminantes.

—¡Aliana!—el chillido de Natasha se hizo más fuerte ante ver a su pálida hermana en el suelo, mojada y sin parecer mover algún dedo, pero no veía rastros de nada, Carl no veía rastros de mordedura.

—¡Vamos, vamos!—articuló Jayden, cuando conjuntó sus manos en el pecho de la castaña a la cual todos le daban atención prioritaria en ese momento, mientras que los sollozos de Judith se hicieron presentes en la tensa y frágil situación.

—¡No nos dimos cuenta que habían caminantes! Todo pasó muy rápido.—exclamó Abraham fatigado, su camiseta tenía rastros de sangre y se veía exhausto por los movimientos de remate.

Aliana no reaccionaba a las comprensiones, por lo que Carl de forma impulsiva movió al castaño que se desesperaba y ante la desesperación, no podía hacer nada. Jayden quedó inmóvil cuando lo removieron, por un momento creyó que era Nathan, queriendo ayudar a su hermana—, pero al ver que era el del sombrero alguacil, algo en él se removió incómodo—. Los labios de Carl se plasmaron con los de Aliana, los presentes no imaginaron esta acción, pero ahí estaba él siendo consiente y preciso en salvarle la vida a esta chica que intentó matar hace dos días. Buscaba darle respiración boca a boca y que pudiera sobrevivir. Ante eso, las manos de Nathan fueron las que esta vez se dirigieron al pecho de su hermana para ayudar al chico cuando decidió calmarse en medio del temor de perder a su hermana menor. Con sus manos cruzadas, Nathan le daba comprensiones y esperaba un momento para que Carl le diera respiración boca a boca, volviendo a conjuntar sus labios carnosos con los de ella y sintiendo un cosquilleo.

No era incómodo—, por alguna razón sus labios y los de esa extraña chica encajaban a la perfección—. Fue lo irónico cuando el momento se detuvo y los llevó nuevamente hasta los de ella. Cuando se despegó y miró las facciones tan cerca de Aliana, Carl sintió que perdió la noción del tiempo. Un buche de agua salió de la boca de ella, asegurando su vida y como había vuelto a la realidad con ellos. Fue abrigada por su hermano quien la abrazó y hasta sostuvo como una bebé la cual empezó a mecer. Natasha soltó una bocanada de impresión y apretó fuertemente el hombro de Carl, en actos de agradecimiento por haberlos ayudado. Todos soltaron un suspiro de alivio, mirando a Carl y aplaudiéndole lo que había hecho. Se movió rápido y fue preciso en lo que hacía. Era eso lo que podría distinguirle en un futuro, ser un joven con convicciones e ideales claros, podrían salvarlo o quizás llevarlo a la muerte. Sin importar eso, Aliana siempre recordaría como Carl le salvó la vida a pesar de que su primer encuentro casi la mata.

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