𝟏𝟔

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

────────────────────────
ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛El héroe número dos.❜
────────────────────────
Omnisciente.
────────────────────────

Habían días donde Kai no podía dormir, se movía de forma constante en su cama y de alguna manera u otra, terminaba reviviendo pesadillas acerca de su familia—, pero era algo que muchos no notaban, pues la albina intentaba de no reflejar su cansancio mediante sus expresiones estoicas—. Disimulaba bien y lucía como si su vida no hubiera sido una tragedia. Mientras que la clase de la profesora Midnight iba finalizando, Kai no dudaba en tomar notas de su profesora. Los profesores no se quejaban del estado académico de Kai, pues era altamente inteligente y responsable con cada uno de sus trabajos, incluso los que estaban atrasados. Aunque sus profesores la tenían en vela, confiaban en su proceso y en el duelo que Kai iba sobrellevando por ella misma. Además de ser orgullosa, era prepotente, por lo que incluso sus compañeros la dejaban ser y sanar a su forma. Era claro que ellos deseaban estar más para la albina, e intentar hacerla feliz como antes, pero su cambio era más que notable.

—Bien alumnos, es todo por hoy, vayan al almuerzo.—indicó su profesora cuando la campana resonó, haciéndolos levantar de su asiento.

—Kai, ¿almorzarás con nosotros hoy?—cuestiono Izuku al levantarse, Kai guardo sus libros y lo pensó por un momento.

—Tu invitas el almuerzo entonces.—expresó ella, sonriendo de lado en forma de broma, pero a Izuku no le seria problema invitarla.

—Hay que ponernos al día, tengo muchas cosas que contarte.—articuló con esperanza de compartir con su mejor amiga, quien asintió.

—Espera un momento, Nakamura.—pidió la profesora Midnight, llamando la atención de Kai antes de que esta pudiera salir.

—Te esperaré afuera.—indicó Izuku, mostrando respeto ante su profesora y dándole privacidad con su compañera quien asintió.

—Si es sobre la tarea pasada... lo lamento por no haberla podido entregar antes, estaba entrenando para retomar la licencia provisional.—comentó Kai, sonriendo pasmada y nerviosa.

—Jovencita, tus notas son impecables, de eso no debería preocuparse.—denegó Midnight, cruzándose de brazos.—¿Cómo has estado?—le preguntó de una forma sutil y suave.—Con todo.—aclaró, haciendo más profundo el tema.

—Estoy algo preocupada.—admitió Kai, sosteniendo el mango de su mochila con fuerza.—No estoy durmiendo bien.—añadió.

—¿Alguna cosa que quiera hablar?—curiosa se dirigió a su alumna, quien pareció reflejar problemas para hablar con una adulta.

—No, no.—negó ella, nerviosa.—Es un poco difícil aún, venir aquí y que ella no esté, es difícil. Y con todos mirándome, esperando altas expectativas de mi me da mucho miedo.—explicó, cabizbaja.—No quiero decepcionar a nadie.—añadió, con una tristeza abrazarla fuertemente.

—Estamos orgullosos de ti por todo lo que has sabido sobrellevar a tu edad, somos conscientes del gran futuro que te espera.—alentó Midnight, llevando su mano hasta el hombro de Kai.

—Gracias, profesora.—expresó Kai en agradecimiento cuando sintió ese destello cálido despejar cada signo de tristeza.

—Ve a almorzar, tus amigos te esperan. Nos veremos mañana.—dijo, por lo que Kai asintió, alejándose brevemente de ella.

—¿Ha visto al profesor Aizawa?—preguntó Kai antes de salir por la puerta, esperando pacientemente a que su profesora respondiera.

—Estará afuera unos días, tiene la tutela de una persona sin cuidado, cuando regrese quizás le cuente. Posiblemente antes del festival cultural.—explicó Midnight, para así Kai asentir y salir.

—Hasta mañana, profesora.—se despidió, saliendo del aula para así sentir una presencia emocionante atrás de ella esperándola.

—¡Nakamura! ¡Llevaba días buscándote!—Mirio con una genuina sonrisa se dirigió a ella, aún lado estaba Izuku, sonriente por tal saludo.

—Mirio, oí que fuiste parte de una misión con Izuku y otros de las diferentes clases de primer año.—comentó Kai, viéndolo sonreír pero a la vez, perder el encanto.

—Si, sobre eso... —musitó con pesadez.—Tuve algunas complicaciones y pérdidas.—añadió, intentando de disimular su tristeza.

Habían cosas que hacían sentir a Kai algo mal y era estar ajena de lo que pasaba—, pues los primeros meses en la academia compartía más con sus compañeros y estaba atenta q cada una de las cosas que sucedían con ellos—. Incluso llegó a interferir en situaciones que los pondría en aprietos, un ejemplo de eso fue la pelea que tuvo con el asesino de héroes para defender la convicción de Tenya, que aunque fuera egoísta en ese momento, sin duda una que Kai ahora entendía más que nunca, porque una vez eres oprimida por los villanos o un cercano a ti, sientes una rabia que te impulsa a devolver un golpe de gran impacto—, incluso aunque eso te haga perder tu honor como héroe—. Kai no evitó sentirse mal e oír toda la historia, de cómo los héroes combatieron contra una ganga de villanos que experimentaba con una pequeña quien portaba un don sumamente extraordinario como poderoso. Y en eso, no pudo evitar bajar la cabeza al oír las consecuencias de rescatar a esta niña que parecía importante para Izuku, e incluso él mismo Mirio, quien perdió su don con tal de salvarla y sacarla de ese infierno.

Detallaron que la pequeña Eri estaba en descanso, por tal razón el profesor Aizawa se mantenía fuera de clases, pues estaba tutelando a la menor a quien caracterizaron como una dulce e inocente niña que Kai debería conocer pronto. Además de, Mirio había perdido también a su reclutador, quien era un viejo asistente del ex héroe número uno, All Might. Pasaron el almuerzo con el rubio, quien no dejó de mostrar una faceta serena, pese a lo que acababa de confesar. Algunos veían como Izuku y Kai estaban sentados en la misma mesa con dicho personaje, pues Mirio tenía alta popularidad en la academia UA. Él era perteneciente a los tres grandes, era respetado por eso y también admirado. Aunque Kai, como su clase habían oído de ellos, aspiraban a ser sus propios héroes y reflejo de cada uno de esos sueños que tenían desde niños. Ella irónicamente estaba comiendo una comida que para alguien era típica en su mesa a la hora de almorzar y por eso, al ver la Soba frente a ella no evitó buscar a Shoto con la mirada.

—Kai obtuvo su licencia, quizás pueda pronto hacer misiones con nosotros.—articuló Izuku, mirando como Kai retomaba la mirada en ellos, algo nerviosa por no encontrar a Shoto.

—¿Si? ¡Eso es increíble Nakamura! Sé que serás una gran heroína.—exclamó Mirio con algo de emoción, haciendo a Kai sonreír pasmada.

—Endeavor fue mi reclutador en las pasantías, podría trabajar con él, pero no tendría caso, usualmente sus pasantes tienen un don similar al suyo.—contó Kai, mirando a Mirio.—Pienso reclutarme con Hawks, me invitó a hacerlo.—añadió.

—No es una mala opción, de hecho, es el héroe número dos ahora mismo. Creo que te beneficiaría demasiado Kai.—opinaba Mirio, aún lado de ella, aconsejándola.

—Pienso que deberías intentarlo, si tienes duda puedes preguntarle a Tokoyami, es pasante de Hawks.—infirió Izuku, por lo que Kai buscó a su compañero en la cafetería pero tampoco lo encontró.

—Mira, lo importante es intentarlo, si no te va bien, algo aprenderás de eso.—añadía Mirio, buscando alentar a Kai, quien asentía.

—No quiero hacer el tema incómodo, es solo que Uraraka me mencionó que la Liga fue parte de la pelea contra los Chisaki cuando fueron los héroes a rescatar a Eri.—musitó Kai, absorbiendo la Soba.—Pero... ¿alguno de ustedes combatió con mi hermano?—preguntó, tímidamente.

—De hecho, si.—ella giró su cabeza, mirando a la hermosa perteneciente de los tres Grandes, acompañada del otro que pertenecía a dicho grupo; Nejire la miraba sonriente, pero Tamaki estaba muy apenado por eso.

—Es una falta de respeto que irrumpas una conversación así, Nejire, no me atrevería.—comentó Tamaki, apenado por eso.

—No, no se preocupen, no hablábamos algo importante.—infirió Kai, sonriendo pasmada cuando Nejire se sentó a su lado sin preguntar.

—Esto no va ser para nada confortante, pero tu hermano es el villano más guapo y educado que he conocido.—Kai sentía sus mejillas calentar, oyendo a Nejire decir tal cosa.—Aunque bueno, igual es un villano.—añadió, de forma sincera.

—Nejire.—llamó Mirio algo serio, pues Nejire no lo hizo de mala intención, no sabía el contexto, pero no hizo que Kai la hiciera sentir incómoda.

—Me gusta tu peinado.—admitió Kai con una sonrisa, por lo que Nejire sintió como ese halago le había alegrado el día por completo.

—¡Y a mí tu diadema! Es tan hermosa, ¡como tus lindas pecas!—expresó emocionada, Kai se sonrojó y sonrió, de forma genuina.

—Bien Kai, ¿cuando entrenarás para tus movimientos especiales?—preguntó Mirio algo curioso, por lo que Kai se quedó pensativa ante eso.

—Quiero nombrar uno, "cascada de hielo". Es una imponente ola fría que podría congelar a mis oponentes, pero debo escoger un buen movimiento para eso.—comentaba Kai, pensando.

—O quizás una "ola fugaz", podría ser una fuente de agua que te hace avanzar rápidamente. La has usado antes.—articuló Izuku, mirándola.

Ella asintió, pensando en eso e incluso emocionándose. Pero no pudo olvidar lo que Nejire había dicho sobre su hermano, por lo que quedó en su mente durante toda la comida. Sin duda, eso a Kai le había sabido algo amargo, pero prefirió mantener silencio y no decir nada al respecto. Debía aceptarlo, tenía razón. Posiblemente no recordaba y tampoco entendía la presión a la que su hermano fue sometido, tampoco sabía bien de sus orígenes y todo lo que la entrelazaba con la Liga. Al menos con uno de los integrantes. Sería difícil para Kai digerirlo, pero no creían necesario explicarle todo con tal detalle, creían que aún no era el momento de que ella supiera todo. Era de las pocas veces que Kai almorzaba con sus compañeros, pues en las últimas semanas estaba enfocada en entrenar, como también estudiar. Quería seguir permaneciendo con unas notas impecables que sus profesores halagarían, pues Kai se enfocaba y ponía esfuerzo en cada una de sus asignaturas para presentar dichos resultados.

—Espero que Mirio pueda recuperar su don.—expresó Kai al llegar a la alianza, sosteniendo su mochila mientras veía a Izuku.

—Si, yo también.—añadió, esperanzado.—Oye Kai, ¿por qué no hablas con Tokoyami sobre Hawks? Te ayudaría a saber sobre él.—opino.

—Quería hablar con All Might también, ¿crees que puedas contactarlo? No me dio tiempo de decirle hoy al finalizar la clase.—comentó Kai, caminando con Izuku por la sala de estar.

—Se que no debería preguntar pero... ¿qué quieres hablar con él?—cuestiono Izuku con suma curiosidad, mirando a Kai.

—Hay cosas que aún no entiendo sobre lo que pasó esa noche.—respondió Kai, en un tono bajo para que nadie oyera.—Quiero saber sobre Nana Shimura.—esclareció, muy honesta.

—Yo le dejaré un mensaje, ¿esta bien?—le preguntó, Kai asintió rápidamente para así irse.—Por cierto, mi mamá te envío una carta, nos echa de menos.—contó, mirándola.

—¿Sabes? Si alguna vez alguien tuviera que adoptarme, no me molestaría ser un Midoriya.—mencionó Kai, sonriendo en broma.

—Eso... ¡eso sería genial!—exclamó Izuku con emoción, para así Kai revolver su cabello y asentir aún más emocionada por eso.

—Oye ¡Kai! ¿Ya decidiste si irás con el héroe número dos?—se asomó Eijiro, acercándose a Kai con curiosidad, mientras que Denki oía.

—Déjenla decidir por su cuenta, solo son unos aficionados.—expresó Jiro, para así abrazar a Kai por el hombro y alejarla de estos.

—¡Sí! Ella es capaz de decidir sola.—interpuso Mina, cruzándose de brazos aún lado de Eijiro quien solo rodeó los ojos.

—Lo siento.—expreso Shoto cuando chocó con Kai al soltarse de las chicas, ambos se miraron de una forma detenida que todos notaron.

—No te preocupes.—musitó Kai con melancolía al tenerlo cerca, ella se adentró al ascensor en el justo momento que él lo hizo.

—¿Tensión en el ambiente?—se preguntó Denki, mirando como Shoto y Kai se enrojecían ante tener todos las miradas en ellos.

—Oh quizás tensión amorosa.—aclaró Eijiro, aún lado suyo, Katsuki frunció el ceño y rodeó los ojos, evitando mirar hacia donde todos veían.

—Basta chicos, enfóquense en estudiar.—pidió Momo, sosteniendo unos cuadernos que todos miraron con desinterés.

La puerta del ascensor se cerró y el segundo en que estuvieron ahí, fue eterno—, Kai miraba a otro lado y sujetaba sus manos que empezaron a sudar frío—. Mientras que Shoto no pudo evitar sonreír, pues notaba que aún su presencia ponía a Kai tan nerviosa que le enrojecía las mejillas donde abundaban varias pecas. Era un detalle físico de ella que él admiraba. Sin duda podía pasar rato mirándolos y contándolos como constelaciones de estrellas, para él, Kai era el universo que describían como perfecto. Dejo de mirarla y coloco las manos en su bolsillo, sabía que ella era orgullosa y aunque Shoto fuera a veces arrogante mediante su orgullo, adoraba verla intentar de permanecer en el estado donde ambos aún seguían separados. Una lucha interna le evadía, porque Kai no quería mirar a Shoto, pese a que él la miraba de reojo y esperaba que ella lo mirara. La puerta del ascensor abrió, Kai adelantó un paso que Shoto no tardó en seguir prontamente.

—¿Cuánto quieres cumplir esa promesa que le hiciste a mi padre?—le preguntó en medio del pasillo donde ambos se detuvieron en seco.

—Cuánto antes.—mencionó Kai, girándose para verlo con un rostro melancólico, porque luchaba con la culpa de lo que hizo y creía no merecer el amor que Shoto le brindaría.

—Te apuesto que será la primera promesa que rompas en tu vida.—articuló Shoto con seguridad, dio una cálida sonrisa a Kai y se giró, dejándola sin palabras, aceptando su objetivo.

Ella sonrió tiernamente. Le sonrojaba el hecho de saber que Shoto aún sentía algo por ella, que aunque estuvieran en una faceta distinta, había un punto de esperanza entre medio del caos que los retenía. Kai se giró y caminó por el pasillo que alumbraba el atardecer en un destello de esperanza. Tenía algo de miedo, pero giró su mirada para ver a Shoto irse a su habitación. Él pasaría esta tarde escribiéndole cartas a su madre, le ha dado respuestas de preguntas que Rei ha hecho sobre Kai. La albina no tenía ni idea de que la madre de Shoto la recordaba y procuraba por ella como la niña de cinco años que alguna vez cuidó. Kai se detuvo frente a la puerta de su compañero, pudieron hablar una que otra vez durante alguna clase o afuera de la academia, pero no era que hablaban mucho. Aún así, Kai no se sentía incómoda de ir a pedirle respuestas, por eso tocó delicadamente la puerta de Tokoyami y espero pacientemente que él pudiera corresponderle.

—Tokoyami, ¿estás ocupado?—le preguntó ella cuando lo vio abrir la puerta, él pareció sorprenderse de qué ella estuviera ahí.

—Me sorprende que vengas a buscarme, Nakamura.—admitió él, atrás se veía su habitación con colores oscuros y morados.

—No he tomado una decisión respecto a ser pasante del héroe número dos, por lo que quería oír la opinión de alguien que si lo es.—contó ella.

—Espero que mi habitación no te abrume, en todo caso, ¿qué quieres saber del héroe número dos?—indico su compañero.

—Todo lo que puedas contarme, tengo la tarde libre para oírte, incluso de cómo te sientes trabajando con él.—respondió Kai, adentrándose a la habitación de él para acompañarlo.

—Bien, te contaré mi primer día con el héroe alado. Quizás suene aburrido, pero no sirvo para dramatizar nada en lo absoluto.—Kai asintió y no tardó en sonreír, esperando tomar una decisión.

Fuera prudente o no, Kai esperaba que su futuro se alumbrara, pues veía un valle de tinieblas y ramas que rasgaban su alma hasta dejarla vacía. Por eso pasó esa tarde por primera vez con Tokoyami, no solo oyó detalles del héroe número dos, si no que supo características de este que su compañero respetaba y admiraba. Sin embargo, al otro lado del pasillo Shoto sostenía su celular y sonreía de una manera genuina. Veía la fotografía que le había tomado una vez a Kai, que guardo con sentimiento cuando ella estuvo en coma y él creyó que jamás volvería a verla, pero el sol alumbraba esa tarde y por alguna razón ambos pensaban en el uno al otro con una pureza inocente del amor que se tenían. En el fondo, quisieran aceptarlo o no, se extrañaban y querían más de lo que pensaban. ¿El fuego y el podrían convivir? No era lo mismo para los que veían que Shoto lo lograba con su cuerpo, a con otra persona, irónicamente se convirtieron en el reflejo de un amor pasado que Shoto vio pudrirse cuando niño.

100 votos + 100 comentarios =
Próximo capítulo: Conoce a Eri.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro