𝟐𝟑

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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Siempre serás tú.❜
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Omnisciente.
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Kai veía su mochila, mientras recogía sus cosas. Respiro hondo—, luego de haber superado a los villanos la clase 1A se dedicaba a recoger sus pertenencias y recibir halagos de los ciudadanos—. Los héroes profesionales sin dudas alardeaban sobre los jóvenes que en una situación solitaria lograron nuevamente derivar una fracción que se vinculaba con La Liga. La albina tenía su cabello recogido por completo y portaba su uniforme de la academia sin su chaleco, mostrando en su brazo un vendaje por su leve lesión en el día anterior. Los ciudadanos ya estaban a salvo, e incluso los pequeños hermanos que despedirían a los jóvenes con algo de tristeza, pero más con gratitud por brindarles un ambiente confiable y seguro, en donde podían confiar plenamente en los héroes. Ante eso, Kai se sentó en la cama donde había estado durmiendo con pensamientos merodeando su cabeza. Sentía orgullo de sí misma por haber sido parte de esta salvación, pero su cabeza seguía recordándole algo.

Llevo su mano hasta la cien cuando la risa de aquel hombre la perturbó, All for One carcomía los pensamientos positivos de Kai, también los que la hacían feliz—, sin embargo el recuerdo viviente y reciente de su beso con Shoto fue el único que desvaneció como magia los pensamientos sangrientos que se plasmaban ante su duda de ser una heroína por lo que ocurrió—. Tocó la comisura de sus labios. No podía dejar de sentirse melancólica por lo que había vivido con Shoto el día anterior y en como sus sentimientos se ataron hasta sus almas, haciéndolos lanzarse contra el otro como dos imanes que necesitaban complementarse. Creyó que casi no vencerían al villano cuando suplico su poder y demostró continuar en su ideal de derivarlos, pero lograron seguir peleando y lo hicieron juntos, aunque el calor la haya abrumado, no temió. Eso la hacía sentirse más segura con Shoto.

—¡Kai! ¡Hawks te espera afuera! Los héroes también se irán con nosotros.—la voz de Ochaco hizo que Kai se alertara, viéndola adentrarse con Momo a la habitación para mirarla.

—¿Cómo sigue tu brazo Nakamura?—preguntó Momo, acercándose para brindarle confianza y ante su preocupación, por lo que Kai le mostró.

—Aún me duele, pero los enfermeros lograron disminuir el dolor.—respondió, notando a Momo sentarse aún lado de ella.

—Hiciste un gran trabajo con los demás, ¡todos lo hicimos! Pero nos alegró mucho saber que pudiste reforzar tus habilidades.—expresó Ochaco.

—Aunque me gustaría determinar más el uso del don cuando se complementa con mi cuerpo, no controlo la duración del sólido en mi, debería recurrir a alguien que sea capaz de entenderlo.—comentó Kai, algo interesada en eso.

—Bueno, podrías hablarlo con Mirio cuando regreses.—ella levantó la mirada, viendo como Izuku la veía con una gran sonrisa.

—Creí que lucirías peor.—admitió Kai, por lo que él se sintió algo apenado por eso, rascando su nuca para así dedicarle una sonrisa.—Lo has logrado, evolucionaste el One for All.—añadió ella, orgullosa de su mejor amigo.

—Bueno... ¡pues! No fui el único en aprender algo nuevo de su don.—comentó risueño, por lo que Kai denegó con una sonrisa serena.—Hawks te espera afuera, ¿quieres que vaya contigo?—le preguntó Izuku, por lo que Kai asintió.

—Terminaremos de ayudarte a empacar.—indicó Momo, por lo que Kai le sonrió y asintió de una forma agradecida, dejando ver el nuevo vínculo amistoso que tendrían ambas.

—Lo agradezco, chicas.—musitó Kai con una sonrisa de lado, mirando como Momo le asintió, dejándole el camino amplio para su amistad.

Fue algo que notaron Ochaco e Izuku, la castaña no tardó en mirarlo y sonreírle por lo que veía de sus compañeras—, muy pocas interacciones se vieron entre Kailani y Momo en los primeros meses escolares—. Era claro que creaba un ambiente menos tenso y que hasta quizás, acercaría a Kai con las demás chicas. Camino conjunto a su mejor amigo por el lugar, se irían de este sitio con una experiencia inolvidable que les beneficiará en un futuro. Sin duda había sido una situación abrupta e inesperada, pero supieron manejarlo de la forma más lógica y feroz. Fueron valientes y demostraron sus dotes, habían detalles que arreglar y mejorar, pero cada día la clase 1A apostaba todo por el futuro que ya muchos veían en ellos como uno exitoso. Kai se sentía orgullosa de pertenecer a esta clase y de darse cuenta que ella misma estaba haciendo su nombre, el cual tanto deseo limpiar para su familia en su principio.

—Ahí está.—señaló Izuku, viendo a Hawks firmar camisas de unos fanáticos, quienes le sonreían y hablaban de forma nerviosa.

—¿Tú a dónde irás?—le preguntó Kai, girándose para ver cómo Izuku parecía tener planes de ir a otro lado; lo cual le pareció curioso a ella.

—Iré con Katsuma y Mahoro. Están algo triste porque nos vamos.—respondió Izuku, rasgando su cabello algo nerviosa y apenado.

—Tengo la certeza que muchos niños serán tus seguidores cuando te conviertas en el héroe más grande de todos.—expresó Kai, haciendo que Izuku sonriera de forma sorpresiva.

—¿Tú crees eso?—le cuestionó él, mirando como Kai asentía con una sonrisa.—¿El héroe más grande de todos?—volvió a cuestionar, sonriente.

—Que no se te suba a la cabeza.—pidió Kai, cruzándose de brazos y mirando a otro lado.—Y ya vete, despídete de esos niños que salvaste.—exigió, algo pasmada por su manera de expresarse tan afectiva.

—Vaya, que forma de alentar a otros.—Kai se giró en un sobresalto, mirando a Hawks llegar hasta ella y palmearle el hombro.—Kai, lo hiciste asombroso. ¿Cómo lograste manejar tu don sin irte inconsciente?—le cuestionó, curioso.

—Intenté canalizarlo, llevarlo hasta todo mi cuerpo y convertir mi cuerpo en ello, me ayudó bastante con la energía, aunque creo que debería practicar más.—respondió ella, mirándolo.

—Bien, aún así, lo estás haciendo muy bien sola. Te envié unas cartas antes de que te fueras, pero supongo que ya no tendrás que leerlas, porque estoy aquí.—indicó él, apretando su hombro.—Me preocupaba cómo manejabas tu don luego de lo ocurrido.—comentó él, preocupado.

—Creo que hice una buena combinación con Shoto Todoroki, no están malo el fuego y el hielo juntos.—contó Kai, algo emocionada, por lo que Hawks sonrió con un bufido.

—Creí que Endeavor solo era un viejo chismoso, pero si te llevas muy bien con su hijo.—mencionó Hawks, por lo que Kai se sonrojó e intento mirar a otro lado.—¡Pero demasiado bien!—añadió, pasmándola.—Es bromeando Kai, es muy bueno conjuntar los dones con otras personas, en todo caso si no es riesgoso.—detallaba él.

—El calor me sofoca y hace que mi agua helada se debilite, tanto que no puede congelarse. Debería hacerle unos detalles a mi traje y que tenga siempre una recarga fría para poder soportarlo, me podría beneficiar contra algún otro contrincante.—indicó Kai, mirando a Hawks.

—Bien, tan pronto llegues a la instalación de la academia, envíame tu traje a la agencia y le haré unos ajustes. Puedo enviarlo con algunos contactos.—pidió, haciendo que Kai sonriera.

—Podía quizás hacerlo en la academia, ¡pero eso suena mejor!—exclamo ella, con suma gratitud miro al héroe enfrente quien le sonreía.

—Cuando tengan un receso, esperaré la autorización para que puedas ir a mi agencia, te mostraré muchas cosas, ¡también conocerás a mi asistente! Akira es muy buena.—contó Hawks.

—Me emociona mucho saber que la comisión de héroes te escogió para tutelarme.—admitió Kai con ilusión, halagando a Hawks.—Dime, ¿han sabido algo de mi hermano?—pregunto, haciendo que Hawks apagará su expresión.

—No que pueda contarte, pero te aseguro que todo se resolverá con él. Este del lado de la Liga o no, debes saber Kai que tu hermano igual sufrirá consecuencias con la comisión.—confesó Hawks, Kai no tardó en bajar la cabeza y asentir.

—Lo entiendo.—afirmó ella, entristecida.—Lo dejaré todo en las manos de la comisión, porque confío en ti.—indicó Kai, mirando a Hawks.

—Gracias por confiar en mí Kai, ¡de verdad me halagas mucho!—admitió a Hawks, risueño e incluso orgulloso de sí mismo.

Hawks miró a Kai con mucho orgullo—, conocía a muchos niños que lo admiraban, también hijos de compañeros, pero por alguna razón la admiración de aquella niña albina prevalecía entre todas—. La vio en la pantalla digital en una reunión de la comisión de héroes, señalaban lo que había hecho y el suceso que vivió. Muchas personas creían que era bueno usarla para una causa benéfica contra la Liga, de llevarla como cebo para que la comisión se acercara a su objetivo, pero Hawks vio a una niña indefensa que iba pasar por el evento más traumático de su vida; asimilar que fue usada por un hombre cruel para sacar del medio a una heroína que utilizó por mucho tiempo. Hawks sabía todo sobre Hikari, la había admirado desde niño y fue amargo saber que su vida se dividió en dos, quería ayudar al lado más oscuro hasta que encontró la luz y no supo cómo escapar de la oscuridad. Se acercó a ella y la abrazó, sonrió cuando Kai estaba temblando; era los nervios por abrazar a alguien tan famoso como él, también un sueño, porque era de sus héroes favoritos.

La clase 1A continuó moviéndose, lograron recoger todas sus pertenencias y el puerto estaba lleno de los habitantes de la Isla que los despedirían. Entre la multitud, Kai pudo distinguir a varios héroes más, también a Katsuki con una expresión seria mientras oía una charla de Best Jeanist. Ella lo miró de forma detenida, sin embargo, él no le devolvió la mirada—, Kai siempre lo supo, solo se engañó a sí misma para no sentir lástima por él—. Aún así, no soportaba saber que no podía cambiar nada para que Katsuki no sintiera nada por ella. Por otro lado, los habitantes rodeaban el fuego de Endeavor con emoción y veían al gran héroe estar parado frente a su hijo, quien buscaba entre las personas a la albina de ojos cristalinos que no había visto desde la mañana. Kai estaba entre las chicas, pero no podía verla, solo a las demás que la cubrían. Endeavor no tardó en notar a su hijo desinteresado en tener una charla con él, por lo que suspiró de forma profunda.

—Guarde esto para entregártelo.—Shoto levanto la mirada, observando como su padre traía consigo un estuche que no se inflamaría.—Los collares podrían romperse igual, pero decidí poner las insignias enmarcadas en unos brazaletes.—explicó.

—¿Por que?—le cuestionó Shoto de forma fría, reconociendo aquel estuche y recibiéndolo en su mano sin titubear.—Fue un obsequio para comprarme, incluso a ella con tu falsa aprobación.—masculló, serio y hostil.

—No mentiré que esas fueron mis causas, Shoto.—admitió Enji, mirando a su hijo menor con honestidad.—Pero me di cuenta que fue una forma ignorante de querer obligarte a seguir el camino que yo hubiera querido, ahora solo quiero verte seguir el tuyo propio.—comentó él.

—No puedo creer que tus intenciones sean buenas.—admitió Shoto, mirando la expresión estoica y fría de su padre decaer.—Pero te agradezco por permitirme un camino libre donde pueda ser capaz de querer.—indicó, haciendo que Endeavor retomará un poco de esperanza con su hijo.

—¿Pudieras responder mis mensajes cuando vuelvas a la academia?—preguntó su padre curioso, mirando como su hijo se aislaba de él.

—Siempre y cuando no esté ocupado, papá.—respondió de forma sutil, para continuar yendo hacia su grupo de amistades.

Lo ha hecho bien.—pensó Endeavor, viendo a su hijo asociarse con sus compañeros.—No crei que necesitara saber del mundo exterior, porque tenía miedo que fuera un fracaso, lo convertí en un capricho y no me percaté de lo que merecía.—añadió, viendo como Shoto buscaba a Kai entre los demás.—Sin embargo Kenny, de tanto bromear que nuestros hijos crecerían juntos, los nuestro se enamoraron. Fue como una maldición por haber despreciado nuestra amistad e intentar de sabotear tu carrera por miedo a que fueras mejor.—articulaba, recordando a su amigo.—Me alegra al menos haber cumplido tu última petición.—musitó, con el aire.

—¡Es increíble que Endeavor haya venido!—exclamaron los ciudadanos, enorgullecidos por la presencia del héroe número uno al que Kai decidió mirar de forma detenida.

Es idéntica a Hikari cuando íbamos en la academia. Me provoca lástima al mirarla, pero sé que complementa a Shoto de una forma en la que nunca podré hacerlo. Mi hijo encontró algo que yo siempre tuve y nunca valoré, amor.—continuó pensando, mirando a la albina desviarle la mirada.

—Kai.—ella no tardo en girarse cuando subía al barco, viendo como Shoto caminaba entre los demás para poder llegar a ella.

—¿Si?—se preguntó ella, pero guardaron silencio cuando notaron como todos los ciudadanos estaban allí, despidiéndolos con gratitud.

—A guarda.—pidió Shoto.—Esto es algo que recordaremos siempre.—añadió, notando a sus compañeros despedirse.

—Parece que Deku es dulce para los niños, siempre lo admiran.—afirmó Kai, mirando a Mahoro y Katsuma estar presente con los ciudadanos.

—Quiero entregarte esto.—Kai se giró, sosteniéndose del barandal miró como Shoto abría aquel estuche que ella reconoció.

—Tu los guardaste.—indicó Kai, mirando el brazalete minimalista de oro que enmarcaba una llama como insignia.—¿Pero son brazaletes?—se cuestionó dudosa, recordando el collar.

—Mi padre lo trajo.—confesó, sin desacreditar al hombre que lo veía orgulloso.—No sé qué intenciones tenga, pero las mías son claras.—esclareció, colocándose el brazalete con la insignia de copo de nieve.—Creo que se ven mejor así.—admitió, colocándole el suyo a Kai.

—Si.—afirmó ella, intentando de ocultar el rubor que había en sus mejillas; no sabía cómo Shoto no se sentía nervioso, lo disimulaba bastante bien, porque él estaba temblando ante ella.—Nos dicen adiós.—indicó Kai, mirando a las personas.

—Siempre sería bueno volver si es necesario.—comentó él, viendo de reojo como Kai sonrió al captar la indirecta de su mensaje.

—Si, lo es.—respondió, recordando el beso que sólido ese genuino sentimiento entre ambos, por lo cual se quedaron recostados de la baranda y mirando a las personas despedirlos.

—¿Algún día lo podremos perdonar?—se preguntó él, mirando al puerto donde habían venido los héroes con sus transportes privados; Kai miró como Shoto dirigía su mirada hacia su padre, preocupado.

—Estoy segura que es parte del punto de partida al que ya empezaste a seguir.—respondió Kai, viendo a Shoto afligido a ese sentimiento de rencor que habitaba en él por su padre.

—Tu eres parte de él también.—irrumpió, haciendo que Kai lo mirara como lo más extraordinario en el mundo, dejó de mirarlo para así concentrarse en las personas de la ciudad que extrañarían.

—Te encontraré en el mío de seguro, ¿no es así?—le preguntó Kai, sin mirarlo, manteniendo su mirada en el bullicio y en cómo sus compañeros exclamaban con felicidad la despedida.

—Te dije que te buscaría.—recalcó él, mirando las olas llegar a la orilla y darles un beso delicado para siempre enmarcar su cercanía; era así como se sintió aquel beso de ambos el día anterior.

La brisa se sentía cálida y traía esperanza para los ojos cristalinos de Kai—, ella sonrió ampliamente cuando sintió el tacto de su mano rozar con la de Shoto—. No se dirigieron una sola mirada, porque con un solo roce transmitían cualquier pureza del sentimiento de amor que habitaba en sus corazones. Se oían las olas y Katsuki veía de reojo la cercanía de ambos, afrontaba de una manera amarga lo que su asimilaba, pero en el fondo no pudo evitar sonreír de lado al saber que el semblante de Kai solo se relajaba o cambiaba cuando estaba con el bicolor. Se mantuvo aún lado de Izuku, despidiendo y oyendo las voces irritantes de esos dos pequeños hermanos a los que decidió proteger. Sin duda serían los héroes más grandes de todos, aunque no muchos llegarían al puesto, trabajarían para mantenerse en la línea. Era eso lo que Kai quería mediante esa puesta del sol, pero algo la ataba a no poder seguir a sus compañeros y con ello, a Shoto, su otra mitad genuina.

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Próximo capítulo: Una clase contra otra.

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