𝟏𝟗

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❛El principio del frío invierno.❜
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Él estaba ahí, sentado en el sofá mientras veía la televisión. Yo estaba encima de un pequeño banco, tendida en la encimera de la cocina para lavar los platos junto a nuestro padre. Sonreí. Estábamos aquí, todos. Mis pequeñas manos se llenaron del enjuague, creando burbujas que mi padre detonaba frente a mi. Mi madre estaba de espalda, ordenando los platos, pero había un silencio. Siempre estuvo ahí, esa tensión entre ellos. Nunca lo noté, tampoco entendí porque no había un vínculo, desde que tengo cinco años recuerdo que mi hermano siempre huyó de mi madre, como si ella no lo entendiera, pero sus brazos se estiraron hacia mi y me abrazó cuando me levantó del banco, besando mi mejilla y haciéndome ver sus azulados ojos, mientras que mi padre acarició mi cabello, Naoto seguía solo en el sofá, mirando la televisión. Parpadeé con pereza, la lejanía del sueño me hacía sentir una agonía profunda en mi corazón, más aún cuando abrí mis ojos y observe un techo. Soñolienta me moví.

Sentí una punzada en mi brazo, dándome cuenta que tenía un vendaje que recorría todo mi brazo. Tenía una bata azulada, estaba en el hospital y había un silencio estremecedor. Restregué mis ojos, sin recordar bien lo que me atrajo hasta aquí, solo se que al girarme observe en la mesa de noche una hermosa caja de plástico con esos deliciosos dulces adentro. Un lazo azulado lo envolvía, tome la nota que había y la leí. "Estamos en la habitación de al lado. Atentamente Shoto". Una sonrisa se escapó, fue inevitable cuando sus ojos con tonos diferentes me llevaron a un paraíso dulzón como esos Mochis que había dejado en la mesa de noche. Ahora lo recordaba, la pelea con el asesino de héroes y mi hermano. Respire hondo, me levante de la camilla con cuidado y me coloqué unas pantuflas. No habían enfermeras así que me escabullí por la puerta para oír las voces de ellos, fue un alivio, pero algo más sentí cuando abrí su puerta y lo vi de pie, mirando a ambos extremos suyos para prestar atención a una conversación que llevaban a cabo.

—Kai.—cuando Deku me nombró con emoción, la mirada de Shoto se apegó a mi como la de Iida, los tres reposaban juntos.

Mi corazón empezó a latir rápidamente, no era por miedo, si no por los nervios que me azotaron cuando sus ojos me miraron. Se sentía como si nadie estuviera ahí, solo él. Fue un impulso erróneo, quizás imprudente ante estar lastimada y sentir incomodidad en mi costado, pero no pude evitar dirigirme con tanta desesperación hacia él. Mis brazos rodearon su cuello, el vendaje de mi brazo izquierdo rasgó mi herida, la cual debía estar saturada, pero mi expresión no se decayó por el dolor o incomodidad del leve roce, me mantuve serena y llena de calma cuando sentí su calidez. Él era unos centímetros más alto y siempre debía colocarme un poco de puntas, para así sentir sus manos detenerse en mi espalda baja. Me levante abrumada por un viejo recuerdo que se convirtió en un sueño pero de un momento a otro, solo quería ver a este chico y sostenerlo de la manera en que lo estaba haciendo ahora, como si se convirtiera en mi única calma. O en mi lugar seguro y maldita sea, daba demasiado miedo, pero creo que realmente yo me estaba enamorando. Me deslicé con pena, aislándome de él para así notar su seriedad disfrazar el sonrojo de sus mejillas.

—Todoroki, Nakamura, entonces mis sospechas eran ciertas. Están juntos.—me distancié de Shoto, para así mirar en mi lado izquierdo a Iida acomodar sus anteojos y mirar al suelo con una gran sonrisa.

—Creo que no hay porque preguntar Iida, es muy obvio.—comentó Deku, pero no lo miré, pues me sostuve en el brazo vendado de Iida, todos estábamos lastimados y desafortunadamente heridos levemente.

—Lo sé, pero por alguna razón me alegra demasiado que mis queridos compañeros conecten entre sí, espero que algún día también tengamos tiempo para experimentar sensaciones tan bonitas.—sonreí cuando los ojos de Iida me miraron ante sus palabras, la expresión relució demasiado honesta.

—Así es Iida. Pero aún estoy trabajando en eso, para ser el mejor.—la mirada de Shoto se detuvo en mi, por lo que me sonrojé y denegué, ya no había que ocultarlo más.—Kai, ¿dormiste?—me preguntó Shoto, mirándome.

—No realmente.—respondí, denotándome preocupada mientras los veía con sus vendajes.—No fue igual que en la USJ, esta vez peleamos con alguien experimentado y con una ideología capaz de romper la formación de los próximos héroes.—comente, mirándolos.

—Es increíble que nos dejara vivir a propósito.—musitó Shoto, denotando en él los vendajes en sus brazos.

—¿De eso hablaban?—les pregunté curiosa, manteniéndome en el borde de la camilla de Deku, quien intercambió unas tensas miradas con Shoto e Iida.

—De tu padre.—afirmó Shoto, con su voz serena y sutil, me hablo con la verdad sin sensibilidad, por lo que me tensé.—Iida lo vio antes de encontrarse con el asesino de héroes.—mencionó, por lo que miré a Iida, buscando confirmación sobre eso y no tardó en asentirme.

—Él intentó inmovilizar unos Nomos.—detalló, mirándome detenidamente.—Pero estaba tan cegado por encontrar al asesino de héroes que olvidé por un momento que estaba ahí.—añadió, algo apenado.

—No solo eso.—interfirió Deku, levantando su mirada para verme.—El héroe con quien fue a pasar mi pasantía, Gran Torino, estuvo con tu padre.—afirmó.

—¿Qué está sucediendo?—se preguntó Iida confundido, al notar que Deku y yo parecíamos atar unos cabos.—No comprendo—afirmó, mirándonos desconcertado.

—Estoy buscando a mi padre.—me atreví a contar, mirando al suelo.—Se que es difícil de explicar, incluso creer, pero por alguna razón mi padre intenta de que lo encuentre. Creemos que posiblemente sea inocente de lo que sucedió hace cuatro años. Y ahora que dices eso, que él quería detener unos Nomos, afirma que no está con la liga de villanos.—aclare, dejándolo algo inquieto.

—¿Es posible?—se preguntó, me encogí de hombros, viendo a Shoto verse pensativo al igual que Deku.—No quiero levantar falsas acusaciones de las que ya tiene, ¿pero por que sería inocente?—cuestiono, intentando de entender.

—Hace cuatro años, All Might fue quien enfrentó a Thundermen cuando los nuevos héroes profesionales que venían de la agencia del segundo mejor héroe murieron a causa suya.—explicó Deku, para así Shoto verlo ante la mención de su padre.—Pero All Might no lo inmovilizó, su fuerza es demasiado bruta como para que pudiera escapar. La razón es porque All Might cree que pudo haber sido una falsa acusación, o una trampa, por tal razón cree que es inocente y qué hay una explicación para eso.—explicaba Deku.

—Lo que sea, parece muy complicado de entender.—admitió Iida, mirando el suelo de igual manera que los demás, pensativo.—Hay cosas que no encajan. Mato a esos hombres, no es algo que podamos ocultar, debe haber algo más. Pero si hay una posibilidad de saberlo, te ayudaré. Después de todo, aunque no deba entrometerme, te lo debo.—miré a Iida, sintiendo un alivio en mi.

—No quiero arrastrarlos a esto.—musité, mirándolos a los tres.—Creo que no debería involucrarlos. Mi madre me dijo que... —me quede detenida en seco, recordando sus amenazantes palabras ese día en la estación de trenes.

—¿Qué te dijo tu madre?—me preguntó Deku.—¿Qué te dijo la profesora Tamira?—arreglo rápidamente, algo apenado.

Quería decir algo. Pero recordé el rostro de mi madre y el desespero que había en sus ojos desde el día en que le preguntaba sobre la verdad de hace cuatro años, de ese maldito día que me perseguía. Tanto ese día en la cocina, como en el auto antes del comienzo de la pasantía, en el rostro de mi madre se veía el miedo y la euforia. Era como si estuviera intentando de esconderse. Quizás no era porque me ocultara algo, tenía miedo. Lo noté cuando sostuvo mi brazo con fuerza, lo noté cuando en la cocina me daba la espalda intentando de evadir el tema. Su rostro lleno de temor, su cuerpo reaccionando al pánico fue lo que pensé cuando recordé las frías palabras que me dijo en el auto. "Las consecuencias podían ser interminables". Si, fue eso lo que menciono. ¿Interminables? Se oía como una cadena de patrones sin fin, que continuaban a pesar de arrancar la raíz. De hecho, ahora que lo pensaba daba demasiado miedo e incluso recordando sus ojos desesperanzados, los de mi hermano en la noche escandalosa de ayer se me reflejaron. Como en el recuerdo convertido en sueño, algo ataba a mi madre y a mi hermano que tenían la misma mirada de miedo, el mismo desespero.

—Nada importante.—evadí, pero la mirada detenida en Shoto me hizo saber que él no se trataba mi tape, sus ojos buscaron entender mi repentina mentira.

—La profesora Tamira se encontraba en Hosū. Apagaba los fuegos.—comentó Iida, desviando igualmente el tema.

—No puedo creer que sea nuestra profesora. Yo solía verla en la televisión, es muy determinada.—opinó Shoto, con una voz opaca y amarga, pero seria y firme, sumamente atractiva.

—Oye Kai, ahora que lo pienso. ¿De donde tu hermano sacó su don?—se preguntó Deku.—La mayoría de las personas heredan sus dones mediante los padres.—opinó.—Tu madre manipula el agua, como tu lado izquierdo. Tu padre manipula la electricidad, pero tu hermano manipula la mente. ¿De donde?—me quede viéndolo, desconcertada.

—Dicen que mi lado derecho lo obtuve de mi familia paterna. Si no me equivoco era mi abuela Kira quien manipulaba el hielo, así que posiblemente fue como una fusión de tercera generación.—explique, analizando.—Pero, mi abuelo paterno Kanato tiene control y manipulación total del clima, posiblemente de ahí mi padre desarrollo la electricidad, su don es potente como un rayo en una tormenta eléctrica.—explique, quedando inquieta ante eso.

—Midoriya, ¿qué estás queriendo decir con eso?—le cuestiono Shoto, cuando lo noto pensativo y con los ojos abiertos grandemente.

—¿Es posible que una de las cosas que no quieran decirte es el origen de tu hermano?—mi cuerpo se tenso ante la respuesta de Deku, dejándome en blanco por un momento.

—Midoriya, eso que estás diciendo podría ser una acusación muy sensible, ten cuidado.—pidió Iida, en un tono firme, pero negué.

—Pero, es que tiene razón.—afirme a Iida, para así ver a Deku.—No lo había pensado antes. Quizás... quizás mi hermano no es hijo de... —decirlo me amargaba el paladar, así que no pude culminarlo, más aún cuando abrieron la puerta y eliminaron la tensión.

—Oh, los chicos heridos ya están despiertos.—me giré, levantándome del borde de la camilla de Midoriya para denotar la presencia de esos dos hombres que vimos en Hosū, eran los profesionales que escogieron a Midoriya e Iida para sus pasantías.—Tengo muchas quejas respecto a ti, pero antes de eso, tienes una visita.—artículo, abrí mis ojos grandemente cuando aquel se avecinó al cuarto.

—El jefe de la policía de Hosū.—nombre, quedándome aún lado de Midoriya quien estaba mirando también asombrado.

—Kenji Tsuragamae.—afirmó el pequeño anciano de ropa amarilla y blanca, nombrado la noche anterior Gran Torino; los demás se levantaron de sus camillas, pero el oficial denegó y ladró, porque si, era un perro.

—Deben ser los estudiantes que vencieron al asesino de héroes, ¿así es?—nos preguntó, mirándonos a todos.—El asesino de héroes tenía heridas graves, tenía quemaduras en el cuerpo y varios huesos rotos. Ahora recibe atención médica, bajo nuestra vigilancia.—artículo, ladeando.—Ustedes saben que como estudiantes de la UA que cuando los superpoderes surgieron la policía le dio importancia a las normas que los regían para que nadie usara sus dones como armas, fue entonces que surgió la profesión de héroes para resolver ese problema. Es por eso que hoy en día pueden usar poderes que podrían matar a otra persona sin ser denunciados, esto es gracias a los primeros héroes que siguieron las normas de la profesión. Aunque pelearán contra el asesino de héroes, que individuos sin autorización usen sus dones para herir a otra persona sin supervisión es una violación.—anunció, dejándonos en silencio.

—Tsk.—se oyó el leve asombro de Shoto mediante el chasquido de lengua pronunciada, de reojo lo miré, desconcertado.

—Las reglas indican que ustedes cuatro y los profesionales Endeavor, Manual y Gran Torino deben ser castigados severamente de acuerdo con la ley.—afirmó, por lo que miré a Shoto preocupada ante esa mención.

—Pero espere un momento, si Iida no hubiera hecho nada el profesional que yacía habría muerto ahí mismo y no ser por Midoriya, conjunto Nakamura, estoy seguro que habrían muerto los dos hasta antes que yo llegara.—mencionó Shoto, en desacuerdo y con una actitud prepotente.—Nadie sabía que el asesino de héroes había aparecido, ¿dice que hemos de seguir las reglas y dejar que murieran?—se cuestionó, puse mi mano sobre su pecho, deteniendo su paso al igual que Midoriya quien lo notó fundido en su molestia.

—¿Entonces está bien romper la ley por beneficio propio?—se preguntó el oficial de Hosū, mientras que de fondo pasaban las noticias de la primera plana.

—¿¡No es el deber más importante de un héroe salvas a las personas!?—se cuestionó Shoto, levantando su tono de voz.

—Por eso todavía no eres un héroe. Es obvio que la UA y Endeavor no te han enseñado lo suficiente. Que lastima.—ante esas palabras tan frías y arrogantes del oficial, solté a Shoto y deje que se acercara molesto, aunque eso podía ser más imprudente de mi parte, me ofendió que se dirigiera a él de esa manera.

—¡No es más que un perro!—comentó Shoto en un gruñido, acercándose al oficial entre dientes y causando euforia en Iida, como Midoriya.

—Espera un momento, déjalo terminar de hablar.—pidió Gran Torino, deteniéndose frente a Shoto, por lo que me sostuve atrás de él y sostuve su brazo, calmándolo.

—Lo que he dicho es la declaración oficial de la policía, pero el castigo si se aplicaría si esto saliera a la luz pública. Si el público se entera, probablemente los aplaudan, pero no podrán evitar el castigo, por otro lado esto es un poco deshonesto. Pero si no se hace público, las quemaduras señalarían que Endeavor lo venció y todo acabaría ahí.—informó el oficial, ladrando.—Por suerte hubo pocos testigos. Podríamos hacer que esta infracción desaparezca, así que nadie sabrá sobre su buen juicio y lo que consiguieron chicos. Ustedes deciden, personalmente no quiero castigarlos a jóvenes héroes muy prometedores por cometer un simple error.—indicó, subiendo su pulgar, para yo así mirar el noticiario.

Además de lo sucedido en Hosū, los heridos y desaparecidos se han hecho presente, entre ellos la héroe profesional, como también profesora de la UA, Hikari Tamira.—todo un silencio se transformó en la habitación ante ese nombramiento.—Se desconoce el paradero de la héroe profesional, debido a su anterior confrontación con el asesino de héroes, Stain.—mis manos empezaron a temblar, por lo que denegué de inmediato.

—Se nos adelantaron.—comentó Gran Torino, baje la mirada para verlo desconcertada y fruncir el ceño.

—Disculpe. ¿Qué demonios es lo que está sucediendo?—me pregunté, mirando a ese oficial detenidamente.

—Tú madre ha desaparecido, joven Nakamura. Luego de lo ocurrido en Hosū unos vecinos alertaron sobre la interrupción en tu hogar, dejaron un desastre y creemos que posiblemente uno de los objetivos de la liga de villanos no es solo All Might, si no tú madre.—afirmo otro hombre, era un oficial que le dio la razón al noticiario de primera hora que pareció detener todo en mi.

Mi pecho subía y bajaba, con un sin fin de emociones irritantes. Sentí como los temblores se apoderaron de mi cuerpo y una presión en mi pecho se asomó. Todo el pánico se convirtió en latidos fuertes que abundaban mi corazón. ¿Desaparecida? Esa palabra daba miedo, más del que podía tener ahora mismo. Mi progenitora desaparecida. Todo lo que veía adelante se sentía inseguro y oscuro, así que me aferré a la imagen de ella en aquel auto donde hablamos por última vez. Su semblante se veía desesperado, sus expresiones demostraban el miedo que tenía. ¿A qué? No lo sé, pero ahora todo tenía sentido. El asesino de héroes lo comunicó, fue la última persona en ver a mi madre. Mis nudillos se apretaron fuertemente y mis ojos se humedecieron, pero me contuve en llorar delante de todos así que solo fruncí el ceño desbordando la oscuridad que habitaba en lo más profundo de mi. Si ahora no entendía lo que sucedía, menos lo haría mañana. Mi madre desapareció y este era el comienzo, el comienzo de mi frío invierno, el mismo que me mandaría a una oscuridad de donde no despertaría.

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