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Te recomiendo escuchar "Fire on Fire" de Sam Smith mientras lees éste capítulo






Se ubicó en el umbral de la puerta, observando como lavaba la loza utilizada en el almuerzo, percatándose de la necesidad de acabar con aquello rápidamente, pues ponía bastante afán en ello.

Rió.

Y es que su madre había insistido en que se quedasen un par de días más en aquel lugar. Que necesitaban distraerse de los niños aunque sea un poco, pues ella sabía la dedicación que ambos ponían en cuidar de ellos y sabía que un descanso vendría bien a ambos.

Y la celebración del primer año de su bebé, parecía la ocasión indicada para ello. Deduciendo entonces él, el porqué su madre había insistido en viajar en dos carruajes.

Lo había planeado todo.

Es que sabía que cuando algo se proponía, difícilmente podría contradecirle. Y que aunque Jungkook se había encontrado un poco dudoso a ello, pues sería la primera vez que dejaría a Hoseok pasar la noche sin él. Ella había insistido en que sólo serían dos días y el bebé podría sobrevivir con la fórmula.

Además que ya estaba comiendo algunos alimentos.

Pedacito de cielo.

Su pequeño bebé estaba creciendo aceleradamente, abriendo sus ojitos azules pendiente de cada cosa a su alrededor. Con sus dientecitos recién asomándose cada vez que sonreía. Su carácter tan dulce como despierto.

El alfa sabía que su cachorro más pequeño no sería un problema, menos Seokjin que prácticamente era la mano derecha de Sarang, ayudando en cada labor doméstica que pudiese cooperar.

Más bien el problema sería otra pequeña personita.

-¿Por qué papás quedan? - preguntó la rubia, mientras observaba como su abuela guardaba las pertenencias de los niños y que el omega dejaba sobre la mesa para su supervivencia.

Si, supervivencia. Jungkook sabía que debía llevar con ella el peluche de alpaca Seokjin, el biberón de Hoseok y por supuesto que el disfraz de mago Moonbyul.

Si aquel disfraz quedaba allí, su cachorra armaría un verdadero alboroto.

Como el que estaba a punto de hacer.

-Oigan- insistió la rubiecita, más los adultos estaban demasiado enfocados en reunir todo lo necesario y no se hiciese demasiado tarde para partir.

Por otra parte Jungkook corría con el pequeño Hoseok en brazos. Su cabellito rubio y ondulado, moviéndose a medida que su padre aceleraba su caminar. Llevando un pequeño trozo de manzana a su boca, intentando rascar sus encías.

-"Taehyung buscará algo de ropa de Jungkook"- le dijo el alfa al castaño, a lo que este asintió. Ya que si bien sus cachorros solo estarían dos días sin ellos, siempre era bueno que tuviesen alguna prenda del omega al alcance. En caso de que alguno, no pudiese conciliar el sueño durante la noche.

-¿Por qué no cuchan a Moonbyul?- pronunció nuevamente la cachorra, frunciendo su ceño y cruzando sus bracitos en señal de enojo. Más aún, cuando apreciaba como Seokjin sonreía conversando con Sarang algo que no alcanzaba a oír.

Su padre Taehyung bajando de aquellas escaleras y con ropa de papá Jungkook en sus brazos.

La niña no entendía nada y aquello le estaba hartando.

-"Taehyung diga a Jiwon que son cuatro de leche para biberón de Hoseok"- señaló el omega al rubio- "Y que Seokjin le gusta cuento antes de dormir. Y Moonbyul debe lavarse las manos siempre, siempre antes de comer."

El alfa mencionó cada palabra señalada a su madre, acercándose a su omega - "Tranquilo amor. Cachorros estarán bien, solo serán dos días."- le señaló, apreciando como sus bebé le estiraba los bracitos para que le alzara. A lo que lo tomó en sus brazos, aprovechando de hundir su nariz en su cuellito haciéndole carcajear.

Bebé.

El castaño suspiró- "Jungkook sabe, es sólo..."

-"¿Jungkook quiere que nos vayamos?. Porque si Jungkook quiere podemos..."

-"No"- le interrumpió el omega. Porque claro que no quería-"Jungkook quiere quedarse. Jungkook quiere estar con Taehyung"

Y es que el castaño no recordaba la última vez que habían tenido espacio para ellos dos. Por lo que sería un pequeño sacrificio que necesitaban.

Por lo que sintió como el alfa se acercó y le rozó la nariz-"Lo se cariño. Taehyung también lo quiere"- le indicó para luego besarle. Más aquel beso siendo interrumpido, con el estrepitoso llanto de una pequeña rubiecita.

Pequeña luna.

Y el alfa alertado, bajó a su altura preocupado por la razón de su angustia -¿Qué sucede bebé? ¿Por qué lloras?

Y la niña hipaba, intentando contener sus lágrimas. Con sus mejillitas rosadas y húmedas. Y Jungkook al igual que el rubio, se acercó a constatar que su hija no se hubiese hecho daño.

-"¿Moonbyul lastimada?"- le preguntó, revisandole las manitos, sus piernecitas o algún lugar donde la niña podría estar herida. Más ella negó con su cabecita.

-"Nadie escucha a Moonbyul" - señaló la cachorra con su nariz mojada. A lo que él omega se giró hacia Taehyung.

-"¿Moonbyul habló?"- le indicó el castaño con preocupación.

-"No se cariño, no le he oído"- le respondió el alfa aún con su bebé en brazos, el que aprovechando lo distraídos de sus padres, tomaba los mechones de cabello de su hermana y los llevaba a su boca.

-"Ustedes haciendo otra cosa. No escuchar a Moonbyul"- señaló la rubia.

Y su rubio padre le observó compasivo- "Moonbyul disculpa a papá Taehyung, no te ha escuchado bebé" - le señaló con dulzura - ¿Qué quieres mi dulce luna? - le preguntó

Y la niña sorbió su nariz, observando a sus padres y moviendo un poco su cabello, para que Hoseok no lo tirara-¿Por qué ustedes quedan? ¿Por que Moonbyul no?-preguntó la rubiecita, a lo que el alfa miró al castaño.

-"Moonbyul se quiere quedar"- le señaló al omega y éste le observó triste.

-"¿Te quieres quedar bebé?"- le preguntó Jungkook bastante preocupado.

Para él ya era angustiante alejarse de sus cachorros, por lo que aquello ya estaba alterando su decisión.

Nunca sería capaz de lastimar a sus pequeños, aunque fuese por estar un tiempo a solas con su alfa.

Su deber principal era cuidarles.

Y la cachorra iba a mover sus manitos, cuando un pequeño castañito le interrumpió.

-No hagas eso Moonbyu- dijo Seokjin con determinación, siendo observado por los adultos a su alrededor- Papá Taehyun dará amor a florcita de papá Unkú- aquello les dejó estupefactos a todos y a un omega preguntando a Taehyung que había dicho su cachorro, para que todos le estuviesen mirando así.

-¿Bebé tú..- quiso preguntar el rubio, curioso por saber de donde habría sacado aquella información su hijo.

Más la anciana poniendo fin a sus dudas.

-Dejen de mirarlo así- dijo Sarang girando sus ojos- El cachorro solo me ha preguntado y
yo he explicado. Seokjin es un niño inteligente, no sacaba nada con mentirle. Él ya entiende todo- mencionó la anciana con naturalidad.

-Sí- respondió el castañito - En escuela dijeron que cuando omega y alfa namorados, alfa pone mariposita en flor de omega y...

-Está bien bebé - le detuvo Taehyung, aun un poco consternado por la situación.

Su cachorro era todo un caso.

- ¿Que flor? - preguntó Moonbyul confundida y con su llanto sosegado ante toda la nueva información.

-Ya, ya, ya. Suficiente - habló Jiwon- Cariño, nosotros debemos irnos antes pues tus papás tienen asuntos importantes que atender.

Si, si, muy importantes.

- Ellos llegarán en dos días y se nos pasarán volando - insistió su abuela, a lo que la niña fruncía sus cejas no muy convencida- Podemos hacer un campamento, una pequeña fogata y dormir allí - y la cachorra iluminó su rostro, escuchandose un «conmigo no cuenten» de parte de Sarang de fondo- ¿Te parece?- preguntó finalmente Jiwon.

- ¿Serán so dos días? - habló la cachorra, a la vez que movía sus manos para que Jungkook entendiese lo que estaba hablando.

-Sí, cariño- le respondió el alfa, escuchando un suspiro de parte de ella.

-Tá bien- dijo finalmente. El pequeño Seokjin acercándose y besandole una de las mejillas, como si sintiese orgulloso de ella - Pero papás deberán pasar por dulches a Gaeul. Si no, no hay trato.

Y los adultos rieron. Pues la niña tenía sus prioridades claras.

- Está bien mi bebé- le respondió el alfa, a lo que se acercó a abrazar a sus dos hijos, con su bebé siendo apretujado entre medio.

Aspirar el aroma de sus cachorros era una de las cosas más reconfortantes.

-Ya pequeños, debemos irnos ahora- habló Jiwon- Asi podremos cruzar la frontera antes de que anochezca.

Y asi fue como todos comenzaron a guardar lo necesario en la carroza, mientras los niños rozaban su naricita en el cuerpo de Jungkook. Como si de ese modo, pudiensen guardar un poquito más de su olor y les alcanzara para esos dos días.

Dulces bebés.

-"Cuida de tus hermanos pequeña luna"- le señaló el omega a su hija, regalandole pequeños besitos sobre su frente, mejillas, nariz y boca- "Papás los aman "

Y ella arremolinó su cabecita y asintió sobre el pecho de su padre, entregandole sencillas palabras con sus manos - "Moonbyul ama a papás"

Y Jungkook repartio besos a sus tres hijos, besando especialmente, las margaritas que se formaban en los cachetitos de su regordete cachorro más pequeño.

Les extrañaría claro. Pero también su lobo se ponía ansioso, por disfrutar de ese corto tiempo junto a su alfa.

Su hermoso alfa.

Y ambos se quedaron allí, mientras Sarang explicaba unas últimas cosas a Jungkook y subía a la carroza junto a Jiwon y los niños.

Los tres pegaditos a la ventana moviendo sus manos con ímpetu. Formándose pequeños pucheros en la boca de la rubia, muy diferentes a las grandes sonrisas de sus dos hermanos.

Y Taehyung había escuchado suspirar a su omega. Asimilando muy bien lo difícil que resultaba para ambos, pero sobre todo para él, distanciarse de sus cachorros.

Pero haría que aquello valiera.

Ambos lo harían.

Fue por eso y sin desear perder más tiempo, le señaló que él iría por algunos leños para calefaccionar la casa. Dejándole un pequeño beso sobre los labios, a lo que él respondió solo con un "Taehyung no demore".

Aquello bastó para que su corazón se acelerará.

Ese omega seguía enloqueciendolo, incluso más que aquella primera vez que le vio.

Jungkook se ponía cada vez más hermoso. Y eso lo confirmaba a diario, como lo hacía en aquel momento mientras lo observaba desde el marco de la puerta. Esforzandose por limpiar la delicada loza que había comprado su madre.

Tan bonito.

Con una fina camisa blanca que se ceñía magistralmente a su cuerpo y unos pantaloncillos de tela azules, los que se amarraban con un lazo sobre su cintura.

Tan mío.

Así que no desaprovechando la oportunidad, se acercó hasta él desde su espalda. Ubicando sus manos sobre su cadera y acariciandola suavemente con la yema de sus dedos.

Y el castaño emitió un sutil sonido de sorpresa, cortando su respiración cuando percibió los labios del alfa sobre su cuello.

Oh cariño.

Y quiso tocar sus manos, más estas se encontraban húmedas con el agua y aún con detergente.

-Ya deja eso ahí amor- le susurró el rubio sobre la piel, erizandole los vellos.

Pero el omega era testarudo y aunque sin oirle comprendía lo que el alfa deseaba. Éste no detenía su hacer. Por lo que Taehyung decidido le tomó la cintura, girandolo de golpe y ubicarlo frente a él.

Las manos del castaño yendo instintivamente sobre el pecho de Taehyung, mojando parte de su camisa.

Omega.

Y el rubio se perdió en aquellos ojos azules. Tan profundos que sabría no podría volver de allí.

-"Taehyung debe esperar a que termine" - le indicó el omega un poco enfurruñado. Sin embargo, él dejó un pequeño beso sobre los labios y sonrió.

-"Taehyung no puede esperar"- le respondió, distinguiendo como aquel lugar se llenaba del suave aroma de su omega.

Tan empalagoso como adictivo.

-"Debe"- señaló rápidamente el castaño - "Jungkook terminará aquí y..."- iba a añadir cuando el rubio le besó un poco más dedicado, percibiendo el delicioso sabor de la boca de su alfa.

Suyo.

Y el rubio sintió como el omega le golpeó el pecho, riéndose ambos luego de aquello - "Taehyung tramposo"- le señaló el castaño.

-"¿Jungkook no tramposo? ¿No quiere hacer trampa con Taehyung"?- le preguntó al omega, casi chocando sus labios.

-"Taehyung tonto"- le respondió el castaño, casi sin poder moverse y enrrollando sus dedos en el cabello del alfa. Cuando este le acribilló en un duro beso, tomando cada espacio de su boca.

Aquella suave caricia sobre su cintura, enviando pequeñas cosquillas a su panza.

Sus labios acomodandose de forma natural a los del alfa, quién le delineó el borde inferior con la punta de su lengua. A lo que él le respondió de forma juguetona, con la suya. Deseando encontrarla junto a la de él.

Sin embargo el alfa intentando molestarle y con su estómago disfrutando un poco de aquel juego, no se dejaba llevar por ello.

Por lo que Jungkook le tomó el rostro con mas firmeza y hundió su lengua en la boca del alfa. A lo que éste rió, para luego responder ferviente, ondulando la suya con la de él.

Eres mío.

El sabor del otro fundiendose en la humedad de su boca.

Te pertenezco.

Y el alfa ansioso por sentir a su chico, le alzó desde la cintura sin dejar de besarle. Colocandolo sobre la pequeña mesa de la cocina y ubicándose entre sus piernas. Donde un jadeo de satisfacción salió desde los labios del omega, cuando empujó sus caderas hacia él.

La delgada tela de sus ropas, permitiéndoles sentirse con facilidad.

Alfa.

Y el rubio decidido arrastró sus dedos bajó la camisa de su omega, detallando su cintura en dibujos irregulares que a ambos le estaban calentando la piel.

Y Jungkook se separó un poco de él, observando fijamente la miel de sus ojos, respondiendo de forma suave al movimiento de su pelvis. Entrecerrando un poco sus ojos al hacerlo.

Maldición.

Por lo que su lobo descontrolado, le agarró de la cadera y embistió sobre él con fuerza. Provocando que su omega gimiese de excitación.

Ambos se habían vuelto tan buenos en ello.

Más sabía Jungkook no le dejaría ganar aquello, por lo que aproximandose a él tomó su labio inferior entre los suyos, chupando con vehemencia. Mientras sus caderas, respondían con ímpetu a los empujes del alfa.

Oh mi vida.

Sus cuerpos se encendían de a poco en cada roce, más cuando el omega sintió como Taehyung arrastraba una de sus manos hacia su pezón izquierdo. Dejando un suave pellizco allí, que le hizo jadear sobre su boca.

Amor mío.

El vientre les burbujeó a ambos, por lo que el rubio en su necesidad por sentir a su omega, comenzó a besarle el cuello. A la vez que Jungkook se aferraba a su cabello, sin dejar de friccionar sus caderas con las de él. Distinguiendo lo mucho que sus cuerpos ansiaban por tocarse.

Por amarse.

Su boca chocando directamente con el oído del rubio, donde dejaba sonidos que parecían iban a enloquecer al lobo del alfa.

Por eso que no conteniendose, abandonó el cuerpo del omega, comenzando a tirar del lazo que le sostenía los pantalones. Mas el castaño le detuvo - "Taehyung espere"- le señaló rápido. Con su respiración agitada y su cabello desordenado.

Belleza divina.

Y el alfa, tan aturdido como él por el deseo, intentaba concentrarse en algo que no fuese el aroma dulce de su omega - "¿Qué sucede cariño? ¿Te he lastimado?" - le preguntó con preocupación.

Y Jungkook casi rió por la angustia en el rostro de Taehyung. Sin embargo negó con su cabeza -"Sólo Taehyung espera a Jungkook allá arriba"- le señaló con una sonrisa, comprendiendo el rubio a lo que se refería el castaño. Apreciando como su omega se ruborizaba por aquello.

¿Qué tramas omega?

Y el rubio entrecerró sus ojos, bastante confundido por la situación. Es decir, ambos estaban tan conectados hace tan poco.

¿Qué podría ser tan importante para detenerse?

Un beso sobre los labios acabó con sus pensamiento- "Jungkook no tardará"- le señaló el castaño- "Sólo Taehyung suba rápido"- insistió.

Y el alfa suspiró, porqué muy a regañadientes haría caso. Su idea había sido arrancarle aquella ropa a su chico allí mismo y terminar con la necesidad que les estaba quemando a ambos.

Pero solo asintió, devolviendo la sonrisa a su precioso omega. A quién le escuchó reír, mientras él comenzaba a subir las escaleras.

Travieso.

E ingresó en su habitación, apreciando como la luz del sol ingresaba por el delicado visillo. Aprenciando como cada esquina de aquel lugar, hablaba de su historia.

Riendo cuando pateó sin querer, uno de los juguetes que algunos de sus cachorros debió haber dejado tirado en aquel lugar. Recogiendolo para dejarlo sobre una repisa, junto a los pequeños recuerdos que juntos habían estado albergando durante esos cinco años.

Parecía imposible.

Pero sus tres cachorros eran la muestra tangible de lo que aquel omega había hecho en él. Y la forma en él había trascendido en el castaño.

Como ambos se habían inmortalizado en sus niños.

Sabiendo que los habían hecho con tanto amor, que sabía que aquello perduraría por años.

Tal vez para siempre.

Su omega se había convertido en su todo. Jungkook le había entregado mucho más que sus bebés, mucho más que su inocencia aquella noche en que ambos rompieron sus barreras y aceptaron lo que sus corazones estaban percibiendo.

El castaño le había entregado la vida.

Su madre soliendo decirle que era un romántico por lo enamorado que estaba.

Y se sentó en aquella cama, donde aún se pregnaba entre las sábanas, el aroma de su omega y el suyo.

Con su lobo precipitandose ante la ausencia confusa de su omega. Tamborileando los dedos ansioso, con sus manos apoyadas sobre aquel colchón. Escuchando como las escaleras crujían casi inaudibles, comprendiendo que su omega subía para llegar a su habitación.

Y el corazón le latió fuerte, pues sentía que se consumía en la incertidumbre.

El aroma del castaño metiéndose por sus poros, barriendo con cada parte de él.

Oh mi dulce cielo.

Y de pronto se incorporó de golpe sobre su sitio, no pudiendo asimilar lo que veía. Pasando saliva a través de su garganta, con su estómago apretado de anticipación.

Recordando aquella noche,en que luego de una improvisada boda exigida por su madre. Había preparado la habitación con velas para que todo fuese especial, con su omega sintiéndose un poco tímido por el fino encaje que le cubría. Aún muy inseguro por su nuevo cuerpo.

Y aunque lo habían intentado, pues ambos lo querían. Todo fue interrumpido por el llanto incesante de su pequeña bebé.

Moonbyul apenas tenía tres meses y aquella noche no durmió hasta que ambos ya estaban demasiado agotados, como para volver intentarlo.

Bebé, bebé.

Más ahora esto era demasiado diferente.

Con una de sus manos cerraba y apretaba una transparente bata color rosa pastel, la que dejaba entrever el delicado encaje del mismo color rodeandole la cintura. Ésta caía elengantemente sobre su sexo, cubriendole lo indicado para que el rubio respirara agitado. Mientras la misma tela se dibujaba hacia abajo, en suaves ligas sobre sus muslos.

Dios.

Aquello definitivamente había sido idea de su madre.

Y Jungkook le sonrió como si hubiese encontrado en él, la reacción indicada para acercarse hasta donde le esperaba. En silenciosas pisadas sobre la madera con sus pies descalzos. El cabello cubriendo parte de su rostro, con una bonita corona de flores decorandolo.

Y aquello claramente había sido idea de su omega.

-"¿A Taehyung le gusta?"- le señaló con sus manos nervioso. Sin soltar del todo, la bata que le cubría.

Y el rubio le devolvió la sonrisa, estirando una de sus manos -"Ven aquí cariño"- le indicó, atrayendole más cerca. Percibiendo como su nariz chocaba con el vientre del omega, aspirando allí la esencia sublime de su pareja - "¿Jungkook quiere matar a Taehyung"?

Y el omega le miró asustado, a lo que él rió tirando de él hasta ubicarle a horcajadas sobre él - "Jungkook no quiere matar a Taehyung. Jungkook nunca haría algo así"- le dijo el castaño rápido.

Y él rió, pues aún quedaba un poco de inocencia en su omega.

Y negó, entregandole seguridad-"A Taehyung le ha encantado"- le señaló- "Tanto que ahora solo desea besar a Jungkook hasta el cansancio"- le dijo para apreciar como los ojos le brillaban, delineandole el rostro con sus dedos. Pasandolos bajo su cuello, oscilandolos allí hasta subir nuevamente por su quijada. Bordeando su índice sobre sus labios, donde el castaño sin dejar de mirarle asomó la punta de su lengua encontrándose con su toque.

Aquello fue lo necesario para acabar con su calma, tomandole desde la nuca e impulsarle hasta su boca. Arremetiendo con su lengua directamente sobre la suya, percibiendo como el castaño se movía conocedor al interior de ella.

Sintiendo como el omega comenzaba a jadear cuando impulsó sus caderas hacia arriba.

Su lobo exigiéndole tomar a su omega.

Más cuando el castaño iniciaba movimientos circulares sobre su pelvis, informandole lo mucho que él también lo deseaba.

Mi amor.

Por lo que se distanció de él, tomando la fina bata que le arropaba, deslizandola desde su hombros hasta caer al suelo.

Su omega pendiente de cada movimiento.

Y le tomó desde la cintura, girandolos a ambos. Ubicando a Jungkook bajo su cuerpo, para apreciarlo desde arriba con sus pupilas oscurecidas de excitación. Abriendo sus piernas para hacer espacio entre ellas para él.

Solo para él.

Aceptando aquello de inmediato, pasando una de sus manos por su tobillo hasta subirlo por su muslo. Sintiendo como Jungkook le desabrochaba los botones de la camisa, dejándole pequeños besos bajo la mandíbula en el proceso.

Y retiró aquella pieza de ropa, para luego besarle y tocarle la cintura haciendo que se curvara por el roce. Allí donde el encaje se ceñía a la hermosa zona de su omega, bajando su mano hasta sacarle un agudo gemido, cuando posó su mano sobre su sexo.

Te quiero, te quiero.

Y Taehyung decidido comenzó a besarle el cuello, llegando hasta su clavicula y sobre su pecho. Asomando su lengua hasta encontrarse con sus suaves botones, sin dejar de acariciarle los muslos con su mano libre. Percibiendo como su omega estremecía bajo él, metiendo sus manos entre las hebras de su cabello, como si buscase sostenerse de él.

Te deseo.

El sabor de su omega siendo lo suficiente para morir allí, debiendo controlar a su lobo cuando el castaño se movió buscando sus embistes. Alejándose de aquel sitio para encontrarse con su ombligo, donde su vientre se llenaba de pequeñas cicatrices que adornaban el lugar que había arropado a sus cachorros. Besando tiernamente, como agradeciendo que aquellas marcas existiesen.

Te amo.

Y tocó el borde de su cadera, tirando del broche de su ropa interior, liberando aquel lugar donde el dulzor se intensificaba. Pasando su lengua sobre la punta, mientras Jungkook unía su mano con la suya, apretandola firme mientras jadeaba por sentir a su alfa en aquel lugar.

Y Taehyung percibió su sabor, siendo dulce y voraz. El almizcle perdiendoles a ambos, mientras tanteaba con uno de sus dedos su entrada, logrando que su omega se aferrara con su otra mano de las sábanas.

Hundiéndose de a poco en el con sus dedos, sin dejar de lamer y chupar de él. Anhelando consumirle y desmoronarle. Sintiéndose el mismo al borde y presionando contra sus pantalones.

La humedad de su omega casi rompiendo con su razón, mas aun cuando este movía sus caderas para coincidir con sus dedos y su boca.

Pecaminosa delicia.

Y sabía que ya no podría soportarlo, pues los dulces jadeos de su chico lo harían perder la razón. Por lo que liberando a su omega, se retiró para soltar el cordón de su propio pantalón y arrastrarlo hacia abajo junto a su ropa interior.

Y no supo que tan desesperado se veía, hasta que observó como su omega reía sobre aquella cama. Por lo que le hizo cosquillas con los dedos sobre su cintura, cuando regresó a él.

-"¿De que ríe Jungkook?" -le señaló. Su piel canela desnuda y contrastante a la pálida de su omega. Reconociendo enseguida su calidez.

-"Taehyung gracioso"- le respondió el castaño, percibiendo como el sexo del alfa chocaba con el suyo. Los dedos de su alfa encontrándose una vez más con su entrada.

- "¿Aún gracioso?"- indicó mientras el castaño se perdía entre la suave intromisión. Deslizándose lento en él.

- "Mucho" - respondió el omega finalmente, para subir un poco más sus piernas, entregandole más acceso a su alfa para que le tocase y fuese más profundo. Distinguiendo como uno de sus dedos le rozaban, aquel lugar que le hacía cosquillear el vientre.

Locura mía.

Y Taehyung comenzó a embestirle más fuerte, provocando que el castaño le besase con entusiasmo mientras le atraía mas hacia él.

Ambos formando el comienzo del torbellino que los atraparía.

Que los perdería.

Y los dedos curiosos de Jungkook bajaron hasta encontrar el entusiasmo de su alfa, deseando hacerlo sentir amado al igual que él. Haciendo que este gruñese cuando percibió la tibieza de sus yemas arrastrarse a lo largo, repartiendo generoso la humedad filtrada de su deseo.

Por lo que aprovechando ello se impulsó sobre su omega, resfalando y empujando sobre su mano mientras perdía sus dedos en él. Besandole la boca queriendo saciarse. Más sabiendo que nunca se cansaria de él.

Jungkook era su adicción. Y Taehyung la droga letal que le llevaría al cielo.

Su propio paraíso.

Y el alfa sentía que estaba llegando a su límite, por lo que retiró sus dedos del castaño, quién le observaba con sus mejillas rosadas y sus labios hinchados por sus besos. Haciendo que fuese el mismo quién le guiara hasta su interior. Emitiendo un pequeño gemido cuando el alfa ingresaba en él.

Tan dulce.

Taehyung acariciendole el rostro mientras esperaba la comodidad de su omega. Dejando pequeños besos sobre su nariz y aquella pequeña cicatriz. A la vez que este se dejaba mimar con un sutil ronroneo de por medio.

- Te amo tanto - le dijo el alfa mirando su ojos azules, apreciando como su omega hacía el esfuerzo de responder bajo su cuerpo.

-"También te amo"- señalando en respuesta, a aquellas palabras que silenciosas salieron de sus labios y que el omega había ya aprendido a responder.

Él habiendole enseñado a hacerlo.

Mi dulce corazón.

Y Jungkook se meció bajo él, invitandole a mover sus caderas. Arrastrando sus manos tras su espalda, sintiendo el sudor en la piel de su alfa. Quién arrastró sus labios hasta su boca, embistiendo hacia él en busca de su climax.

Ambos sabían que estaban en el precipicio, por lo que el omega se abrió un poco más para que fuese más rápido, bajando sus manos hasta sus glúteos empujandole más hacia él.

Más certero.

Más cerca.

Y Taehyung vió que los ojos de Jungkook se volvían boreales, cristalizandose a medida que de a poco se acercaba a su orgasmo. Su boca liberando sonidos hermosos de su placer a punto de florecer.

Mi todo.

Por lo que bajó sus manos para ubicarlas tras las caderas del omega, para allí sujetarle con mas firmeza y llegar más profundo con sus penetraciones.

Sus labios formando besos desordenados bajo su mandíbula y hacia su cuello. Lamiendo con dedicación aquella zona que los unía a ambos, acelerando con fuerza sus arremetidas contra el castaño, quién gemía sobre su oído y comenzaba a curvar su espalda.

La punta de sus pies torciendose al sentir aquel cosquilleo. Su rostro calentandose al sentirse próximo al estallido de estrellas bajo su vientre.

Mío, mío, mío.

Por siempre mío.

Y Taehyung rozó sus colmillos sobre la piel, impulsandose con sus pies sobre el colchón para hacer explotar a su omega. Rasgando con fuerza la cicatriz de su promesa astral. Aquella que los volvía inmortales, bajo todas las constelaciones que se presentaban sobre ellos cada vez que eran uno.

Tuyo, por siempre tuyo.

Y ambos se rompieron. Saliendo de aquella pequeña, pero su tan suya órbita.

El alfa germinando al interior del castaño. Ambos aún sosteniendose firmes del cuerpo del otro, con sus extremidades temblando ante las replicas.

Y Jungkook pasó sus dedos sobre la espalda del alfa, acariciandole mimoso la piel. Comenzando a reir suavemente, a lo que él alfa se apoyó con ambas manos a cada lado de su cabeza. Apreciandolo con su pelo húmedo y su rostro encandilado por su rato de amor.

-"¿Jungkook por qué ríe?"- le señaló el rubio.

-"Taehyung muy gracioso"- le respondió juguetón el omega, provocando que el alfa comenzase a picarle las costillas haciéndole reír. Besandole un poco el cuello mientras lo hacía.

Sus aromas dispersandose por aquel lugar.

-"Jungkook tan bonito que no puedo enojar con él "- le señaló el alfa. Sintiendo como su omega le besaba la esquina de la boca.

-"Taehyung más bonito, porqué más gracioso. Taehyung solo mío" - le indicó el omega, subiéndose sobre el rubio. Ambos demasiado pegajosos, pero bastante despreocupados de ello. Solo dedicados a acariciarse hasta el cansancio.

Y Taehyung arrastró sus dedos por la espalda del omega, mientras oía como el castaño le regalaba una pequeña melodía que se había hecho costumbre desde que sus cachorros habían nacido. La que aunque inarmónica, para él era la más bella composición.

Manteniéndose ambos perdidos en su propio cosmos.

Y en la más bonita y silenciosa melodía.

Sin percatarse del regreso de aquella carroza.

-¡Taehyung! - gritó una voz que hizo sobresaltarse al alfa, identificandola claramente - ¡Se nos ha olvidado el disfraz de Moonbyul y ...- la anciana percibiendo claramente el intenso aroma en el ambiente- ¡Oh por dios! ¡Ni siquiera llevábamos diez kilómetros!- agregó la anciana, observando como los niños comenzaban a bajar de la carroza - No se les ocurra bajar a ustedes.

Y ellos le miraron confundidos -¿Por qué Sarang?- preguntó la rubia.

-La mariposita no aguantó y se posó en la flor, eso. Eso pasó - dijo sin más, haciendo que echando a andar una vez más el carruaje y con el disfraz de mago de Moonbyul a salvo.

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