⦙ 𝐃𝐎𝐒

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La mañana del sábado apremiaba con un hermoso ambiente de primavera, no hacía frio pero tampoco hacía calor.

Jimin tenía todo el día libre, ya que no tenía clases y su trabajo había sido fumigado. El pelinegro tomó su celular y empezó a teclear un mensaje para su mejor amigo invitandolo a salir, pero en esta ocasión, Hoseok no pudo aceptar. Así que el día sería solamente suyo. Jimin no tenía novia, sin embargo, alguna vez tuvo una, pero las cosas no salieron como a él le hubiese gustado.

Un desastre total.

Para despejar su mente y no estar encerrado, había optado por ir a pasear al Río Han. Amaba ese lugar.

─Mami, mami, cómprame ese globo ─pidió un niño mientras tiraba del la camisa de su madre, señalando un globo azul.

Jimin sonrió al ver tal escena, aquello le recordó a cuando él era un niño y también le fascinaban los globos.

─Es en serio, ¿Aquí  fue?

La atención del pelinegro paso del niño y su madre frente suyo, al trío de chicas adolescentes que estaban a unos pocos metros de la banca donde él se encontraba hablando entre si. Aunque se consideraba alguien que no le gustaba escuchar lo ajeno, aquella conversación de alguna forma le resulto interesante.

─Dicen que se suicidó.

─Otros dicen que la asesinaron.

─De solo pensarlo me da escalofríos ─masculló una de ellas─. Pero aún así, ¿Por qué no cerraron este lugar? Se supone que es la escena de un crimen.

─Desde que salió en las noticias, me he preguntado lo mismo, pero creen que ella se suicido. Tal vez sea por eso.

─Aún así, todo es demasiado raro porque aún no encuentran su cuerpo.

─Pobre chica, era muy bonita.

El trío se había marchado, y Jimin estaba tratando de asimilar lo escuchado. En el Río Han había ocurrido algo horrible, pero él no se había enterado de nada.

Buscó su celular en los bolsillos de su pantalón, necesitaba saber sobre tal tema, pero no lo encontró. Hizo memoria de si lo habría dejado en algún lado, y recordó que la última vez lo había visto sobre la mesa de la cocina. Se dió un golpe mental por haberse olvidado el movíl en su departamento.

Al cabo de un rato, empezó a sentir como sus párpados le pasaban, llegando al punto de dormirse en la banca que estaba sentado.

Una fría brisa traspaso su ropa provocando que se abrazara a si mismo buscando calor.  Se despertó de golpe en el momento que sintió como su rostro era acariciado, encontrándose en el Río Han ya de noche.

─Mierda ─murmuró en el momento que se percató que ya no había nadie, no tenía noción de que hora era.

Se levantó de su lugar decidido a marcharse hacia su departamento, pero ella apareció nuevamente caminando hacia él. Jimin espero a que ella se acercará, sin embargo, lo rebasó sin percatarse de él. El castaño se quedó quieto en su lugar, mirando hacia el frente, sin saber que hacer. Aunque más grande fue su curiosidad que terminó girandose, pero ella ya no estaba. O él demoro mucho en girar, o ella era demasiado rápida para caminar.

Sacudió su cabeza secando todo tipo de ideas locas para empezar a caminar en dirección de su departamento. Aunque su rostro se mostraba tranquilo, en su mente tenía algo que lo perturbaba.

Ella estaba vestida de la misma forma que la primera vez que la vio.

En un abrir y cerrar de ojos ya habían pasado dos semanas. Jimin había salido de vacaciones de la universidad, y ahora tenía más tiempo libre, aunque ,en algunas ocaciones, lo ultizaba para trabajar horas extras.

Realizó su caminata matutina todos los días por el Río Han, admirando cada detalle de aquel lugar que conocía como la palma de su mano, pero aún así era majestuoso cada vez que lo veía. Sin embargo, también la veía a ella, lo cual le resultaba extrañamente curioso. No, por ella, o bueno, tal vez si sea por ella, pero lo que más le generaban preguntas era el motivo de por qué siempre andaba con la misma ropa, que era un abrigo negro largo, y por qué siempre preguntaba lo mismo. Pero lo que más llamo su atención era el simple hecho de que nunca había nadie más en ese lugar que él cuando ella pasaba.

Se decidió por seguirla, pero sentía que quedaría como un acosador, y borró esa idea inmediatamente. De igual forma, las veces que tuvo la oportunidad de hablar con ella sobre otras cosas, siempre desviaba el tema o excusaba que debía irse.

Ella era todo un enigma para él. Un enigma muy difícil de resolver.

Fue un día en particular cuando él fue a verla nuevamente. Se canso de esperarla, pero ella no apareció.

Nunca llegó.

Jimin dejo de ir a esperarla después de cuatro días. Aún tenía la esperanza de volver a verla en algún momento, pero se esfumaron cuando ella ya no volvió a aparecer por el lugar. Entonces decidió olvidar el interés que sentía por ella, y siguió con su vida como si nunca la hubiera visto.

Pero aún así, en su cabeza seguí rondando la misma pregunta.

¿Quién era ella? Porque había logrado obtener su interés.

Los días siguieron pasando, y Jimin había dejado de recurrir al Río Han, de cierta forma ahora le recordaba a ella, y ya no queria que el rostro de la fémina siguiera divagando en su mente cada vez que pasará por ese lugar.

El cumpleaños de su mejor amigo había pasado de igual, pero ambos se encontraban festejandolo después de no haber estado disponible para celebrarlo en el momento.

─Jimin-ssi, vámonos ─le ordeno Hoseok, mientras se llevaba a su amigo agarrado del brazo.

Jimin y Hoseok habían salido a festejar el cumpleaños de este último con soju, cerveza y comida.

Ambos se encaminaron juntos hacia el departamento del menor, ya que era el cual estaba más cerca. Por petición de Jimin, pasaron por el Río Han.

─Este lugar me da escalofríos por las noches ─comentó por lo bajo, el mayor.

─¿Por qué? A mí me gusta, incluso de noche es todavía más hermoso.

─Tal vez sea por lo que ocurrió ─se encogió de hombros restándole importancia.

Jimin lo miró con el ceño fruncido.

─¿Qué ocurrió? ─inquirió deteniéndose de golpe.

Hoseok al no sentir más los pasos de su amigo, se detuvo de igual forma. Se giró en su lugar para estar de frente.

─Una chica desapareció hace un mes, bueno, casi dos meses ya, en este lugar ─hizo una breve pausa─, hay muchas teorías, incluso a la policía le llegó una carta de un desconocido informando que ella habria muerto ─contó mientras miraba en dirección del agua que reflejaba la luna ─, pero su cuerpo no ha sido encontrado.

Jimin se cruzó de brazos, intentando procesar la información. Aquello era impactante, aún cuando ya había pasado un mes de aquello.

─¿Se sabe algo de ella? Osea algo de su vida ─interrogó con curiosidad. Jimin estaba seguro que había algo en aquel suceso que le resultaba intrigante.

Hoseok metió las manos en los bolsillos de su chaqueta vaquera e irguió su postura.

─En las noticias publicaron una foto de ella por si alguien la veía y, bueno, también dieron a conocer su nombre ─su mirada se encontraba pensativa, como si tratara de recordar algo que se olvido─. Ah, también está la descripción de como estaba la vestida la noche que desapareció.

─¿Tienes la noticia?

El mayor asintió a la pregunta, saco el móvil del bolsillo de su chaqueta, lo desbloqueó y empezó a teclear. Demoro unos segundos hasta que encontro lo que buscaba.

─Esta es ─le mostró la pantalla dónde yacía la noticia.

Joven desaparecida en el Río Han

Aquello estaba en la parte inicial de la noticia. Jimin, continuo leyendo.

El 15 de febrero una joven de veinticuatro años, desaparecio en el Río Han después de haber salido de su casa.

Sus padres relataron que la joven se reuniría con su pareja en un bar cercano. Sin embargo, el breve testimonio de su pareja cuenta que ella nunca llegó al lugar. La habría llamado reiteradas veces, pero ella nunca le respondió.

No hay testigos oculares, pero se estipula que la joven habría desaparecido entre las doce o una de la madrugada.

Jimin no siguió leyendo para directamente bajar todo el texto que había, y llegar a lo que le interesaba. La foto. Cuando bajo y llegó al final, su respiración se entrecorto y sus ojos se abrieron ante la sorpresa.

Era ella.

Definitivamente era ella, la chica que había estado viendo todos esos días. Jamás podría olvidarse de su rostro.

La policía recibió una carta anónima, en la cual se informaba que la joven habia fallecido. Sin embargo, su cuerpo aún no ha sido encontrado.

Jimin dejo de leer. Sus manos temblaban.

─Hermano, ¿Estás bien? ─le preguntó con preocupación. Hoseok se acercó a Jimin para tocarle el hombro y notar el estado de su amigo.

El castaño no le respondio nada. Tenía muchísimas cosas en su cabeza, no sabía como reaccionar ante aquello. Además el alcohol en su sistema no estaba ayudándolo en nada.

Peino su cabello hacia atrás, miró a sus alrededores buscando, o más bien, buscándola.

─Hoseok, ¿Qué día es hoy?

─Hoy es domingo.

─No idiota ─replicó con enojo─. El número.

─Ah, es catorce.

Mañana se cumplen los dos meses de su desaparición, pensó.

Jimin cerró sus ojos. Todo lo que había descubierto estaba resultando demasiado difícil de comprender y, a su vez, le costaba asimilarlo.

Jimin, cariño

Aquella voz femenina erizo todo su cuerpo, provocando que también abriera sus ojos y se girara bruscamente.

─Mamá ─pronunció apenas mientras que su respiración se dificultaba.

La mujer yacía a unos pasos del castaño dedicándole una dulce sonrisa. Su cabello castaño corto hasta los hombros, sus ojos pequeños, su sonrisa, todo en ella era como Jimin la recordaba.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pues hacia bastante tiempo no la veía. La extrañaba demasiado.

─No sabes lo que te extraño, mamá.

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