—Te extraño tanto, mi amor, ¿por qué eres tan inteligente y talentosa?

Un puchero de los labios de la castaña, que se acostó frente a su ventana, y abrazó una almohada, pensando que es su pelinaranja.
Ésta había tenido que ir a una pequeña exposición fuera de la ciudad para mostrar su nuevo robot truco hecho de materiales que podrías conseguir de forma fácil en casa, y por eso, y por excelente calificaciones en sus clases, la habían llevado.

Rosé se preguntaba muchas veces cómo esa chica con promedio de 9.8 podría ser tan tonta al no entender cosas.
Recordó su pequeña aventura con el friki con promedio de 10, y que fue sólo un estúpido que pensaba en follar y follar y sólo quería follar, lo único que había entre ellos.

¿Cómo es que la gente vive sólo follando?

La castaña iba a gruñir por su pregunta hasta que recordó que ella era una de esas ninfómanas que sólo quería coger, pero es que, ¡Ahora con Jennie ella quería hacer absolutamente todo bien!
Antes, no negaba que sólo quería follar con esa pelinaranja otaku, olvidar que era una, pero ahora, hasta eso le parecía atractivo, pero sólo de Jennie, porque si recordaba cualquier aventura o enrollo con alguien más con quien había hecho lo que quería hacer con la pelinaranja, se asqueaba.

Hasta se llegaba a considerar Jensexual, sí es que era posible.

Pero ahí estaba, la misma ninfómana que sólo quería follarse a la otaku, enamorada, con su corazón palpitante y un pequeño puchero porque no tenía a su amorcito al lado, no estaba con ella, no la estaba abrazando.

Se quejó.

—Amooooor, ya te extraño.

—Yo también, amor, de hecho también lo hago, la sudadera que dejé por accidente en tu departamento la tengo puesta y huele a ti, me gusta mucho tu olor, pero me la estoy pasando bien. —gruñó, 'esa sudadera que dejó por accidente' era en realidad una sudadera que Rosé le había quitado para ella ponérsela para andar cómoda o sólo ponérsela, pero luego suspiró.

—Sí, eso también es importante, espero que lo hayas hecho, Nini, mi amor, espero que te la estés pasando bien, ¿compraste cosas?

—¡Sí! Compré unos cables que son difíciles de conseguir allá, compré visores, compré también un mando personalizado, y te llevo una sorpresa. —Rosé chilló de forma sonora, viendo de nuevo por la ventana esperando por su hermano menor, que apenas llegó, y estaba bajo una luz junto a uno de los chicos de su equipo de básquet.

Entrecerró sus ojos, pero volvió al celular.

—¿Conociste gente nueva?

—Sí, como 8 chicas me pasaron su instagram y me elogiaron mi camisa de The King of Fighters, mis compañeros dicen que me coquetearon pero, ¡La verdad esta camisa es realmente genial! si no fuera tan tímida y viera a alguien con esta camisa por la calle, le daría ese cumplido.

Oh, sí, desde que Rosé comenzó a sentirse de otra forma por la pelinaranja se dio cuenta que ella era muy popular con las chicas, cosa que nunca notó.
Hasta cuando le contó que estuvo apunto de tener su primera vez no le creyó, pero luego sí.

Las chicas le caían a la pelinaranja, pero la otra era tan estúpida que ni sabía que existían otras chicas que no fueran Lisa, Jeongyeon, Nayeon y ella, su ahora amorcito.
Por lo menos desde que comenzaron a besarse todos los días en los bancos, las chicas habían dejado de insistir.

Ella misma gruñó.

—Mmmmh, pues siento que las 8 que te ofrecieron su instagram si te coquetearon, ¿tú no?

—No lo sé y no me importa, sólo quiero llegar a casa para abrazarte y besarte.

'A casa'. Si fuera otra persona, la castaña lo cortaría y diría 'Pues no iría a tu casa a ese instante' pero el tener a la pelinaranja... ¿Cuántas veces había dicho que le gustaba y que se sentía una cursi?
En cuanto menos se daba cuenta, suspiraba el nombre de su menor, de su pichona.
Chilló y lloriqueó.

—En cuanto llegues a casa podré hacerte una pizza y podrás abrazarme y besarme todo lo que quieras —escuchó un ruido provenir de los labios contrarios, supo que la pelinaranja hizo un puchero, y rió.—. Mi amor, tan tierna, ¿qué más hiciste?

—Mi profesor y otros más me tomaron de ejemplo para la sección 'materiales en casa', porque también llevé el destapacorchos, el que usa palillos, dicen que tengo mucho tiempo libre y en qué más lo gasto... —leyendo manwhas, jugando videojuegos, pensó Rosé, pero la otra habló.— Les dije que pasando tiempo con mi novia... Y luego leyendo manwhas y jugando videojuegos.

—¿Novia? ¿Yo soy la amante? —puso el altavoz para poder tener un ojo en su hermano, que estaba acariciando su nuca nervioso mientras veía al más alto, y en las redes sociales de la pelinaranja, buscando otra chica.

Foto de ellas dos, más fotos de ellas dos, comida, fotos de robots, de cosas que tenía en su casa, una foto de ella mientras comía. Iba a volver a hablar, pero la otra habló rápido.

—¡No! ¡Me refería a ti, eres tú, tú eres la única chica a la que beso! N-no tengo a nadie más, a-apenas capto que tú estés interesada en mi... Dios, lo siento por decirte novia, no volverá a pa-

—Es sólo que no me lo haz pedido... Ni yo a ti... Pe-Pero me gustas, ya te dije, amor, me... me gustas mucho, no vuelvas a pedir perdón, de hecho, megustóquetehayasreferidoasíami —carraspeo, y habló.—. Recuerda que en cuanto vuelvas iremos a cenar, ahí podremos tener la oportunidad de... De ver eso, así que... Oh Dios.

—¿Qué? ¿Qué pasó?

El chico alto besando a su hermano pequeño, Rosé gritó.

—¡JiMinnie tiene novio! ¿¡Y no me dijo?! ¡¿Qué se cree el baboso?! ¡Bueno no sé si es novio, amor, pero no me dijo que le gustaba alguien! Oh, pero va a ver... ¿¡Y es TaeHyung!?

Jennie rió al escuchar a la otra chillar y hablar rápido, luego, calló.

—¡Ese des-... Hola, JiMin, ¿cómo te fue?

—¡Ya sé lo que sientes cada vez que Jennie te besa! ¡TaeHyung me acaba de decir que le gusto, me dijo tigresito y que quería intentar algo conmigo! Amo vivir, amo la vida.

—¡Yo también, Jennie se refirió a mi como novia!

Y la pelinaranja sólo escuchó a Rosé y a su hermano bailar y cantar, riendo. Sólo le dejó un mensaje, un beso, y colgó, acostándose en su cama.

—Qué lindo es cuando te gusta alguien.