Advertencia: contenido explícito, +18.

Como si eso las detuviera...

Perdón si está muy corto... no sabía cómo escribir la escena.

henry cavill

—HENRY —intenté ser silenciosa pero necesitaba más, su boca de adueñaba de mi con un hambre inhumana

—Vamos, dilo de nuevo, Lia. —dijo sin separarse por mucho tiempo

—Continua, Hen.

Sus besos bajaron por mi cuello, sin tomarse mucho tiempo para deshacerse de mis bragas. En sus labios había una sonrisa tan dominante que ya estaba más que mojada. Cerré los ojos del placer.

—Mírame.

—¡Hen —antes de terminar sus dedos indagaron en mis labios—. Oh, dios mío.

—Estás tan mojada para mí, Amelie.

—Solo para ti. —gemí, aunque no podíamos hacer tanto ruido

Su boca me tomo con fuerza, sus manos habían escalado y apretaban mis pechos, centrándose en mis pezones. Era tan excitante escuchar a Henry gruñir mientras estaba abajo mío.

Una mano bajó, la otra siguió con el trabajo. Sus dedos hicieron círculos en mi botón de nervios, aquel contacto tan directo me hizo brincar, pero en menos de cinco segundos dos dedos ya se encontraban resbálandose en mi interior.

Henry sabía darme placer, sabía mis lugares, y sobre todo, sabía sorprenderme con las experiencias.

No mucho después reemplazó sus dedos con su amigo, yendo para delante y atrás con la velocidad y fuerza perfecta, él sabía hacerme llegar. Su boca devoraba mis pechos.

Pensé que nada podía dañar el momento hasta que escuché la puerta abrirse, Henry no se dio cuenta hasta que un agudo grito se escuchó.

—¡Papá ¿Qué haces?! —la voz de Max seguramente la escuchó hasta la vecina, Henry se separó inmediatamente y  me tapó

—¡Max! ¿Qué haces despierto?

—¡Eso es mío! ¿Qué haces robando mi leche? —después de que terminó de hablar corrió hacia mi y me abrazó—. Mío.

—Por dios —me reí bajito

—Hey, sabes que papá está casado con mami ¿no?

—Sí, pero yo tomo mi leche de ahí. Es mío.

—No, también es mío, yo te compartí —le siguió el juego, haciéndome reír

—¿Tu tomabas leche de mami?

—Algo así... —dijo gracioso

—¡Henry! —jalé su oreja

—Max, vamos, a dormir. —sugirió Henry—. Yo me encargo, Lia. No demoro.

—Hen...

—Vuelvo rápido, hay que terminar esto. —dijo mientras se ponía boxers rápidamente y Max me abrazaba

—¿Terminar qué? —Max preguntó curioso—. No volverás a robar mi leche, ¿o sí?

—Claro que no, Max. —dijo sarcásticamente mientras se reía y cargaba a Max para ponerlo en su hombro

—¡Mami, no dejes que robe lo que es mío!

—No lo dejaré, corazón.

Me reí fuertemente mientras veía como se alejaban. No pasó mucho antes de que Henry volviera para besarme y empezar nuevamente.