préface

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PREFACE
"LOSING HOPE"

🗓 MAY 11th, 2003
📍MONTPELLIER, FRANCE

LA VIDA DE CELINE TOUSSAINT se había centrado en siempre ayudar a su padre, ser su mano derecha y fiel acompañante. Su madre había fallecido en el parto, por lo que solamente tenía a su padre en su vida; a nadie más, ni siquiera a un hermano o a un amigo.

Su padre era su todo.

Desde que nació supieron que ella era diferente, no tenían idea de porqué pero eran fieles creyentes de las casualidades cósmicas, por lo que asimilaron que su hija era una.

Siendo muy pequeña la organización que su padre dirigía llamada Cobra fue su hogar de entrenamiento y crecimiento, haciéndola fuerte cada vez más y controlando aquella energía eléctrica que fluía misteriosamente dentro de ella. Se le enseñó a no detenerse hasta ser la mejor y eso fue lo que hizo.

Lideró tropas de ayuda a gobiernos en crisis múltiples veces, sirvió, luchó y vio a muchos de sus compañeros morir por la buena causa que Cobra siempre había defendido.

Ella era feroz y firme, pero todos sabían que podía llegar a serlo mucho más.

A pesar de ser una simple jovencita, Antoine Toussaint siempre confió en ella mucho más que sólo como su hija, sino como su segunda al mando, su comandante y leal compañera. Siempre iban juntos a cada misión y trabajo que fuera posible. Antoine confiaba en ella, sabiendo que era capaz de defenderse mucho mejor que él.

Aquel día habían llegado de noche a la ciudad de Montpellier en su natal Francia. A pesar de que su organización fuera incógnita, sus servicios llegaban a todos los continentes y gobiernos para ayudarles a resolver problemas, aunque las instituciones protectoras como la CIA, Interpol o SHIELD no estuvieran de acuerdo con eso.

Había una situación con una explosión de un cuartel en una base francesa de investigación. Nadie, ni siquiera la policía fue a ayudarles así que ellos tomaron en asunto en sus propias manos.

Celine, por aquí— habló su padre iniciando un diálogo en francés—A la izquierda—apuntó con su arma en posición.

Entendido—respondió ella con el arma de la misma manera. Le hizo señas a los hombres detrás de ella y todos caminaron con sigilo al área correspondiente.

El lugar estaba completamente vacío, solamente le hicieron espacio al equipo de Cobra para ayudarles con la restauración, búsqueda de heridos y la detención de lo que había causado la catástrofe.

Aquí—Antoine abrió la puerta dándole una patada—Todos pónganse sus máscaras.

Sí señor.

El grupo obedeció y se pusieron los implementos que les protegerían de toxinas y humo para empezar la revisión del lugar. Efectivamente habían personas heridas que habían quedado atrapadas entre los escombros así que se dispusieron a ayudarlas. Mientras tanto, los Toussaint se encargaban de la máquina que originó todo aquello en búsqueda de poder parar su accionar y el horrible sonido que estaba emanando.

No creo que la arregle con una patada—dijo el hombre con humor haciendo a su hija negar con gracia.

Eso sería peor—meditó— Quizás yo la puedo parar— levantó levemente sus manos dando a entender a qué se refería.

Él sonrió con orgullo—Por su puesto que sí.

Celine sonrió igualmente y puso sus manos sobre la máquina buscando detenerla usando su control de la electricidad. Cerró los ojos mientras su energía viajaba de sus manos hacia el sistema operativo del objeto y poco a poco su funcionamiento y sonido comenzaron a cesar.

Hay cinco heridos, jefe— habló uno de los franceses— Los llevaremos afuera para que una de las camionetas los lleve.

Háganlo— respondió su líder.

¿Quiénes son ustedes?— preguntó uno de los hombres que estaba siendo arrastrado por lo malherido que estaba.

Antoine se le acercó un poco y le respondió:— Sólo unos amigos.

Su hija soltó una corta risa ante la frase que su padre siempre usaba ante ese cuestionamiento. Ellos no buscaban reconocimiento o alcurnia, sólo la buena dicha de ayudar a las personas cuando nadie más lo hacía.

Luego de un rato el trabajo de la rubia estuvo finalizado. De repente la máquina se apagó y el ruido cesó. Ella suspiró con alivio y chocó palmas completamente sonriente junto a su padre.

Una vez más, lo hicimos— dijo él sacándose la máscara al igual que ella.

Otra misión a la lista.

Para su desgracia, súbitamente escucharon un fuerte sonido que venía de las afueras y estaban muy seguros de que no se trataba de sus compañeros. Casi de inmediato ellos se pusieron en alerta a la vez que sus corazones tomaban un ritmo más acelerado.

Escóndete— pidió Antoine siempre priorizando la seguridad de su chica Allá, allá, allá. Ahora.

Ella tardó en reaccionar y obedeció rápidamente la orden escondiéndose detrás de unos altos muebles metálicos, pero mirando a su padre por una esquina lo más disimulada que pudo.

Entonces, cinco hombres armados hasta los dientes ingresaron al lugar gritando como locos. Su padre y el otro hombre que estaba con él no hicieron más que levantar las manos en signo de defensa.

—¡Ustedes dos! ¡Alto ahí!

Celine se dio cuenta que no hablaban francés y eso la hizo tensarse más.

Americanos...— pensó ella con desprecio.

—Tranquilos...Tranquilos— trató de calmarles Antoine en el mismo idioma—No hemos hecho nada malo, sólo hemos venido a ayudar.

—¿Ayudar?— preguntó el mismo estadounidense con sarcasmo— Vecinos nos avisan que les vieron entrar luego de la explosión y que se están llevando personas.

—Vinimos a sacar a las personas atrapadas aquí ya que organizaciones como ustedes no son capaces de aparecer cuando se les necesita— respondió con dureza el hombre junto a Toussaint.

—¿Cómo has dicho, maldito?— sentenció el militar apuntándole con el arma severamente— No te atrevas a insultarnos.

Al atisbo de muchas armas sobre él, el francés no tuvo otra reacción que sacar el arma de su bolsillo y apuntarles en signo de defensa.

Aunque lamentablemente, aquello no fue bien visto por el grupo norteamericano.

Inmediatamente—al ver un chispazo de agresión contra ellos— el mismo hombre que había hablado le disparó en el pecho haciendo que su ya inconsciente cuerpo cayera duramente en el frío suelo.

—¡No!— gritó Antoine con el deseo de ir hacia su compañero pero los militares se lo impidieron con sólo el chasqueo de sus armas apuntando.

La joven Toussaint ahogó un grito en su garganta al ver tan terrible escena y se arrinconó en su posición para tratar de calmarse, sabiendo que no podía hacer nada, e incluso, que cualquiera de sus movimientos arruinaría todo.

Ella estaba perdiendo la esperanza.

—¿Qué han hecho...?— alegó Antoine con ira— ¿¡Qué han hecho!?

—Se ve que usted es soldado, amigo— siguió el mismo americano— Por lo que sabe que nos defendemos cuando alguien presenta signos de agresión contra nosotros— caminó unos pasos más adelante— ¿Hay alguien más con usted?

Celine comenzó a temblar como gelatina.

—No— negó rápidamente y sin titubear.

—¿Seguro?

—Completamente.

Ella quería llorar y gritar haciéndose notoria para que su padre dejara de cubrirla de esa manera.

El estadounidense se dio el tiempo de escudriñarlo con la mirada— Bien— se alejó— Ahora díganos quién rayos es usted y toda esta gente.

Ante la pregunta el mayor de los Toussaint se tensó un poco. No podía revelar su identidad ya que eso pondría en riesgo a su equipo. Sin embargo, también sabía que si no lo hacía estaría poniendo en riesgo a su hija.

Debía tomar una decisión.

Luego de debatirlo unos segundos, deseando poder echarle un vistazo a su hija, él comenzó a llevar lentamente su mano al bolsillo interno de su traje.

Pero esto no le gustó a los estadounidenses.

—Esperen...¿Qué está haciendo?— susurró uno.

Al darse cuenta del acto el líder de ellos exclamó— ¡Tiene un arma!

Y justo cuando la mano de Antoine había hecho contacto con lo que estaba buscando en su ropa, el gatillo de un arma hizo clic y el sonido de balas siendo expulsadas de una ametralladora resonaron en toda la pequeña sala como los golpeteos diabólicos en las puertas del Hades. Un oscuro y terrible Hades.

Cinco balazos en el pecho fueron los que le quitaron la vida a Antoine Toussaint.

La pobre Celine presenció la escena desde su escondite y tuvo que llevarse una mano a la boca para intentar detener un grito mucho más grande que el anterior. Las lágrimas rápidamente colorearon su rostro en una capa de desesperación y cólera al ver visto con sus propios ojos como alguien asesinaba a su padre.

Sólo deseaba que todo aquello fuera una simple pesadilla.

Pataleó, lo más disimuladamente que pudo, pataleó, se removió y sollozó a su progenitor que yacía en el suelo sin vida después de una dura, fría y horrible caída luego de haber sido arrebatado de la vida. Aquello le dolía, le quemaba y le dejaba un agujero en el corazón que parecía haber sido hecho con un arma de hierro ardiendo.

Luego de ejecutar aquella fatídica acción, los norteamericanos sacaron los dos cuerpos y comenzaron a retirarse como si estuvieran orgullosos de lo que habían hecho.

Celine los odió. Los odio con cada fibra de su ser.

—Revisen el resto del lugar, no quiero más rebeldes— pidió el líder y ellos obedecieron.

A pesar de su inmensa angustia, la rubia logró quedarse lo más quieta que pudo en su escondite para parecer invisible ante ellos. No obstante, cuando estaban por irse, ella alzó sus llorosos ojos hacia el grupo y lo único que pudo distinguir fue una insignia en el hombro de cada uno de los hombres.

Una especie de águila.

Cuando las piezas del rompecabezas se unieron en la mente de Toussaint y dedujo quiénes eran apretó la mandíbula con rabia.

SHIELD.

Quería gritar a todo pulmón y maldecirlos todas las veces que fueran posibles. Envolverlos en electricidad y hacerlos explotar hasta que cada uno de sus miembros estuvieran en el suelo.

Pero se calmó.

Espero otros minutos hasta que estuvo segura de estar sola y se puso de pie para salir de ahí. Sus piernas estaban temblorosas y tuvo que sostenerse de la pared para no caer. Su cabeza dio múltiples vueltas haciendo que todo se viera negro por los primeros segundos así como sintió el peso de su pecho ardiendo en el dolor de presenciar la pérdida de la única persona que amaba en el mundo.

Volvió a llorar pero esta vez liberando el sonido del sollozo. Pateó las cosas que estaban en su camino y con su puño golpeó otra pared dejando claramente una marca del impacto ahí y en su mano. Debido al ardor tomó su mano adolorida mientras secaba sus abundantes lágrimas y comenzaba a salir del lugar con cautela.

Una vez que se acercó a la salida la luminaria nocturna de la ciudad cegó sus ojos por unos segundos. Cuando recuperó la claridad se dio cuenta que el equipo de SHIELD estaba en una camioneta en un callejón, además habían dos camillas donde reposaban los cuerpos de Antoine y el otro agente.

Cuando vio aquello, Celine liberó sus labios en un sollozo más. Cuando se calmó caminó en pasos muy silenciosos y casi inexistentes para estar un poco más cerca del grupo con el propósito de oír lo que decían.

—...Cubran el perímetro—decía el líder; el que asesinó a su padre y ella apretó la mandíbula—Creo que tenemos a todos los involucrados pero será mejor echar otra mirada adentro.

—Sí señor—y se fueron.

Aquel norteamericano se quedó junto a los cuerpos de quienes había asesinado justo en el momento que uno de sus agentes llegó a él algo acelerado.

—Jack, hermano—el aludido se giró a verle—Hay algo que tienes que ver.

Él frunció el ceño y puso atención.

—El...—tragó saliva—El segundo hombre...Al...Al que le disparaste—cerró los ojos—No iba a sacar un arma.

Su jefe abrió los ojos como platos y su corazón se aceleró. Aunque no tanto como el de la rubia escondida a unos metros atrás.

—¿Qué...?

Ante la incertidumbre, el agente registró los bolsillos de Antoine y sacó cuidadosamente lo que él realmente iba a extraer; lo cual, nunca había sido una pistola o algún arma.

El estadounidense permaneció helado. Su rostro se desfiguró por completo y quiso morirse ahí mismo.

—Señor...Matamos a la gente incorrecta.

El mayor cerró los ojos con decepción al ver de lo que se trataba y se lo arrebató de las manos a su subordinado para devolverlo a su lugar.

—Maldición...¡Maldición!—caminó de un lado a otro—Tenemos que hablar con Fury, él quizás nos ayude con esto.

—Nos va a matar—respondió el otro soldado asustado.

—¡Ya cállate!—le golpeó detrás de la cabeza— Ahora regresemos adentro a ver si queda más gente.

Ambos asintieron con una mueca en el rostro y corrieron para ingresar nuevamente. Mientras tanto Celine se apoyó en la pared detrás de sí y ahogó un grito sujetando su estómago al recordar las palabras recién oídas.

Habían matado a su padre injustamente.

Al ver que no había nadie en la camioneta corrió hacia la camilla de su padre y hurgueteó en su bolsillo con manos temblorosas y hecha un mar de lágrimas hasta que halló aquel objeto del que los americanos hablaban.

Otro sollozo se tambaleó en sus labios al verlo y lloró sobre el cuerpo de su inconsciente progenitor, deseando con todas sus fuerzas traerlo de vuelta con ella.

Pero no podía.

Lamentablemente no podía tampoco darse el gusto de estar mucho tiempo ahí, así que lo único que atinó a hacer fue guardar el objeto en su chaqueta, tomar la camilla con el cadáver de Antoine y comenzar a correr con ella. Corrió lo más rápido que pudo entre los oscuros callejones al ritmo de su acelerado corazón y sus lágrimas resbalando por su rostro al llorar. Sus piernas estaban débiles por lo que tenía miedo de caerse. Sin embargo, cuando a lo lejos comenzó a ver que alguien conocido agitaba su mano hacia ella, la poca esperanza que le quedaba la inundó y aceleró su trayecto hasta llegar a una casa de seguridad de Cobra donde uno de sus compañeros la esperaba.

El francés la recibió rápidamente tomando la camilla e ingresándola a la casa. No obstante, cuando la rubia hizo ingreso cayó duramente de rodillas al suelo solamente para dedicarse a soltar todo lo retenido. Lloró, gritó y maldijo a SHIELD con toda su alma.

Le habían arrebatado a lo más importante de su mundo en un acto egoísta y completamente injusto.

Ahora su corazón comenzó a endurecerse. La alegría y la esperanza fueron siendo opacadas poco a poco por un frío e insípido sentimiento de cólera, pesar...E ira.

Un terreno perfecto para sembrar algo terrible.

Algo tan terrible como un pecado...








































AAAAAA YA TENEMOS PRÓLOGO

y sí, siempre prólogos tristes, nunca intristes.

qué les pareció? SHIELD FUNADO

uh y sobre lo que Antoine iba a sacar de su bolsillo...no se preocupen, se sabrá en algún momento jiji

un agradecimiento a mi reina -wipedout por el mad woman png pq es arte😍😍

ahre, no sé olviden de votar y comentar, no les cuesta nada y motiva a poder subir la siguiente parte uwu.

nos veeeemosss<3

nat

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