XIX. Untouchable

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CAPÍTULO DIECINUEVE
INTOCABLE



—Cisco ¿Todo listo?—la voz de Barry se oye por los altavoces del cortex—

Tessa suspira cansada y se cruza de brazos. No entendía como podían estar haciendo una carrera para ver quien era más rápido, si Flash o Kid Flash. Pero lo que menos entendía era la idea de Barry de que Wally tendría que ser más rápido para poder salvarla.

Estaba harta de pensar que debía ser salvada. Y harta de que todo se centrara en ella. Ese futuro no solo la afectaba a ella. Cisco moría y Caitlin se convertía en Killer Frost, pero la atención de su novio estaba puesta completamente en ella.

—Damas y caballeros, la gran carrera de velocistas de Central City va a empezar—Cisco usa una voz de presentador que la hace sonreír—Pero primero... Apuesto 5 a 1 a que Barry puede con Wally. ¿Alguien acepta?

—¿Es un juego de especulación?—pregunta H.R levantando la mano—¿Vamos a...? ¿Estamos apostando? Me apunto. En mi Tierra las apuestas financieras se prohibieron después de un incidente con el vicepresidente Al Capone.

—Por suerte ahora vives aquí—le sonríe Annabeth—

—Si.

—Pues yo apuesto 20 por Barry—le informa a Cisco, quien lo apunta en su teléfono—

—Joe, tú apuesta, vamos—le anima H.R—

—No... es como La Decisión de Sophie. Paso—responde él—

—80 dólares por Barry—sonríe Caitlin—Mami necesita un nuevo microscopio.

—Lo mismo—señala Jay—Excepto por lo del microscopio.

—Bueno, H.R, pusiste tu vida en mis manos, así que se que te gusta el riesgo—comenta Cisco—¿Cuanto apuestas?

—Las ultimas pruebas de Wallace confirman que...—golpea sus baquetas con entusiasmo—Gana seguro. Así que ponme un Abraham Lincoln.

Todos le observan confusos.

—100. Lo que sea 100 en esta Tierra—aclara con rapidez—Apuesto eso.

—Tessa—la llama Cisco—¿Cuanto apuestas?

—¿Acaso importa?—pregunta inclinando su cabeza—

—Vamos, es solo por diversion—la anima Jay—

Tessa rueda los ojos y suspira.

—Lo mismo que H.R, pero por Barry—declara—

Cisco sonríe y lo apunta.

—Estamos listos—declara Barry por las comunicaciones—

—Vale, vale. Se cierran las apuestas. Que la suerte os acompañe—declara Cisco—Caballeros... arrancad motores.

La carrera de comienzo, siendo Barry el que se pone en cabeza.

—En el primer tercio de carrera, Flash va primero—declara Cisco mirando la pantalla por la que podían ver sus posiciones—¿O es Kid Flash?

—Kid Flash—señala H.R—¡Vamos, campeón! Papi quiere unos zapatos nuevos. Vamos, Wallace, ve a por él.

—Creo que ha hecho esto antes—comenta Annabeth hacia Jay—

—En la segunda marca Wally va primero—observa Cisco—

—¡Bien, Wallace!—celebra H.R—Ese es mi chico.

—Dirás, mi chico—señala Joe—

—Eso, tú chico—señala acercándose a Cisco—Doblo la apuesta. La doblo ahora mismo, venga.

—Oh, H.R, estás que lo tiras—le felicita Cisco—¿En serio?

—¿En serio? Más en serio que un infarto, chaval.

—Chicos, van igualados—observa Jay—

—Y están llegando a la meta—señala Caitlin—

El último obstáculo para llegar a la meta era un edificio. Barry lo atravesó vibrando a gran velocidad, pero Wally se retrasó al tener que rodearlo.

—¡Si!—celebran todos—

—Págame—Tessa extiende su mano hacia H.R con una sonrisa—

Caitlin, Jay, Cisco y Annabeth la imitan.

—¿Ahora?—les pregunta nervioso—¿Aceptáis vales?

Antes de poder responderle Barry y Wally entran a toda velocidad en el cortex.

—Sigo siendo el hombre más rápido del mundo—sonríe Barry—

—Si, lo hemos visto—le responde Tessa pasando por su lado con seriedad—

Barry frunce el ceño confuso por su actitud y posa su mirada en Jay, quien se encoge de hombros.

—Hey—la llama siguiéndola por el pasillo—¿Esta todo bien? ¿He hecho algo mal?

—La verdad, no lo sé, Barry—admite ella cruzándose de brazos—Creo que todo esto me supera.

—¿Hablas de lo nuestro?—le pregunta preocupado—

—Hablo de todo—le aclara—Si te soy sincera, no me siento yo misma. Odio sentirme inútil.

—No eres inútil.

—Si, si que lo soy, porque tengo que esperar a que tú o Wally me salvéis—señala con frustración—Barry, la última vez que necesite que me salvaran fue el día que murió Connor. Ese día ambos caímos en un abismo. Pero mi hermano me trajo de vuelta, me ayudó a volver a ser yo misma. Y desde ese día me prometí ser fuerte. Pero ahora mismo estoy en el borde de ese precipicio otra vez. Y lo odio.

—Tess...

—Necesito respirar un poco—le interrumpe—Iré a casa de Jay. Nos vemos luego ¿vale?

Se acerca a él y deposita un suave beso en su mejilla. Barry asiente y se queda en su lugar a pesar de querer seguir esa conversación, de querer estar a su lado, de abrazarla.


Tessa aún guardaba un juego de llaves de su antiguo piso, donde ahora vivían Annabeth y Jay, así que no le fue difícil entrar en él. Lo raro fue encontrarse con aquella pelirroja, la cual esperaba apoyada en la puerta con una pequeña caja entre sus manos.

—Hola—la saluda confusa—Claire ¿verdad?

—Si—asiente con una sonrisa—Tessa.

—Si—afirma la castaña—¿Necesitas algo?

—No. Bueno, yo buscaba a Annabeth—le explica—Quería darle estas galletas. El otro día estuvimos haciéndolas y le prometí traerle unas pocas.

—¿Beth y tú sois amigas?—pregunta sorprendida ya que no había oído a Annabeth hablar de su vecina—

—Nos encontrábamos mucho por el edifico y un día fuimos a tomar un café—le explica—

—Ah. Bueno, yo sé las doy—le sonríe—

—¿En serio? Gracias—le sonríe con amabilidad entregándole la caja—

—Nada—sonríe Tessa abriendo la puerta del apartamento—

Claire se aleja por el pasillo y Tessa cierra la puerta detrás de ella. Se apoya en la madera mientras deposita las llaves sobre la mesita de la entrada y abre la caja sintiendo como el hambre la consume. Coge un par de galletas y deja la caja sobre la encimera de la cocina antes de sentarse en el sofá y abrir por primera vez el sobre que Octavia le había dado dos días atrás en Rusia.

No había mucha información, pero lo que había era útil.

Circe podía presentarse de tres formas distintas gracias al poder que Hecate le concedió. Esas tres formas eran las de una mujer mayor, una adulta y una joven, todas con su característico pelo rojo. Era inmortal y una gran hechicera, capaz de convertir personas y objetos en animales. Otro de sus fuertes eran las ilusiones y meterse en las mentes de las personas para manipularlas, esto gracias a su gran habilidad en el uso de la magia negra.

Un ruido en la puerta principal de la casa llama la atención de Tessa, pues no esperaba que ni Jay ni Annabeth llegarán en ese momento.

—¿Jay?—se levanta del sofá con confusión—

La puerta se desintegra en segundos y un hombre desconocido para ella entra en el lugar.

Con su móvil en la mano, Tessa aprieta el botón de alarma para avisar a sus amigos en Laboratorios STAR.

—Buenas noches, Tessa Merlyn—la saluda el hombre entrando en el apartamento—Verás, al principio quería matar a tu amigo, Jay. Pero he pensado que si de verdad quiero hacerle sufrir, debería acabar con la persona a la que más quiere.

Tessa coge el bate de béisbol que se encontraba apoyado sobre la pared a su lado y se prepara para luchar

—Siento decirte que no es así como voy a morir—le dice elevando el bate—

El hombre lo agarra sin problemas y el objeto se desintegra entre sus dedos.

—A mi me parece que si.

Tessa no entendía sus poderes, pero estaba claro que si la tocaba algo malo podría pasar, así que comenzó a camina lentamente hacia atrás esperando tener alguna idea o simplemente esperando a que Barry llegara. Pero no fue él quien apareció.

—No. Quieto.—grita Wally corriendo hacia ellos—

Sin embrago no es lo suficientemente rápido y la mano del hombre roza la muñeca de Tessa antes de que Wally la aleje de él.

—Muy tarde Kid Flash—le dice el hombre—Ella o yo.

Se da la vuelta y sale del apartamento.

Wally aprieta sus puños frustrado. No podía seguirle, debía llevar a Tessa a los laboratorios.


—Pulso acelerado, temperatura 40–observa Caitlin—

Tessa se queja de dolor y observa su brazo, el cual se estaba comenzado a poner de color negro como si se estuviera muriendo lentamente y su cuerpo se estuviese descomponiendo.

—La degradación a llegado al tejido subcutáneo—observa Julian—

Una ráfaga de viento revuelve la sala y Barry aparece junto a Tessa.

—Ya he llegado ¿vale?—la tranquiliza—¿Qué ha pasado?

—Yorkin a ido a por ella—le responde Cisco—

—¿Por qué no me habéis llamado?—les pregunta confuso—

—Porque yo estaba aquí—responde Wally bajando la mirada al suelo sintiéndose culpable—

—¡Me llamáis a mi, ¿Vale?!—exclama frustrado. Cisco asiente—Hay que darle algo. Tiene que haber algo que le ayude.

—No son bacterias, los antibióticos no sirven—le explica Caitlin—Si siguiera teniendo la capacidad de curarse con el agua...

—Tenemos que hacer algo—habla Jay de forma nerviosa—Nada no es una opción.

—A ver, ¿Qué haces cuando un plátano madura rápido?—habla Cisco llamando la atención de su amiga—Lo metes en la nevera.

—Eso es, Caitlin—señala Julian—Congélale el brazo. Frenará el proceso y encontraremos una cura.

Ella niega nerviosa.

—Confió en ti—habla Tessa—

—No puedo, ni aunque quisiera—niega la científica—No hablamos de un golpe de frío, esto es un flujo de frío concreto y continuo.

—Demasiado temperatura y se extenderá, demasiado baja y destrozará las terminaciones nerviosas—murmura Barry—

—Y tanto tiempo usando mis poderes, podría perder el control.

—Caitlin, eres fuerte ¿vale? Más de lo que crees. No vas a perderlo—le dice Tessa con seguridad—Yo lo sé.

—Caitlin—la llama Jay en un susurro—Inténtalo, por favor.

La chica suspira y se quita su collar para poder usar sus poderes. Coloca sus manos sobre el brazo de Tessa y lo enfría bajo la atenta mirada de todos.

—Funciona—observa Annabeth—

—¿Estas bien?—le pregunta Barry a Caitlin—

—Por ahora si.

Wally se pasa su mano por su pelo con frustración y sale de la sala llamando la atención de su padre y de Barry quien después de comprobar que Tessa estaba mejor no dudo en seguirle para hablar con él.


Caitlin continuaba usado sus poderes para impedir que el cuerpo de Tessa se descompusiera y ella muriera. Pero el frío era tal que Tessa cayó inconsciente después de unos minutos.

Oh, Tessa, a sido demasiado fácil—la voz de una mujer llega a sus oídos desde la lejanía—Supongo que no sabes quién soy. Déjame presentarme. Soy Circe.—al oír ese nombre el cuerpo de Tessa se mueve de forma brusca llamando la atención de Caitlin—Estoy dentro de tu cabeza, Tessa, no intentes luchar, será peor.

Tessa luchaba por hablar, por despertarse, por simplemente abrir los ojos, pero no podía.

¿Sabes? Todo esto, es culpa de tus amigas. Hablo de las Amazonas, por supuesto—Circe continúa hablando—Yo solo deseaba ser una de ellas. ¿Pero sabes lo que me dijeron? Que no podía serlo. Y me echaron de su estupida isla invisible. Durante mucho tiempo me odie a mi misma por no ser lo suficientemente buena para ser una de ellas, pero luego me di cuenta de eran ellas las que no eran suficientemente buenas para mi. Y Hecate apareció ante mi como un ángel y me propuso un trato. Sus poderes me darían la posibilidad de llegar hasta la diosa de las estrellas, aquella diosa que aun no había nacido. Tú, Tessa. Y a cambio de obtener tu poder, yo podría acabar con todas y cada una de las Amazonas de Themyscira. Diana Prince incluida.

La mención de la princesa de las Amazonas hizo que Tessa se removiera de forma más brusca y los monitores de los Laboratorios pitaran de forma frenética.

—Se extiende—observa Julian mirando el brazo de Tessa—

—¿Por qué?—pregunta Barry preocupado—

—No lo sé.

—Caitlin...

La científica abre los ojos al oír su nombre, pero sus pupilas ya no eran de un marrón cálido, eran blancas como el hielo.

—Caitlin—la vuelve a llamar Barry—

—Pierdo el control—le explica nerviosa—

—Oye, se extiende, te necesitamos—le pide sujetando a Tessa de los hombros, pues ella no paraba de moverse—Eh, tranquila, tranquila.

—Si sigo un poco más estará muerta—habla Caitlin con frialdad—Eso sí que cambiara el futuro.

—Sé quien eres, Caitlin, y no quieres hacerlo—habla Julian—

—Soy así, tú lo dijiste y es hora de asumir la responsabilidad de mis actos. Hora de ser como soy realmente.

—Tú eres Caitlin Snow—le aclara él—Conozco bien la batalla que se libra en tu interior, sé lo que se siente. Cuando me paso, perdí ¿Vale? Fui débil y dejé que me ganase. Hice... hice cosas horribles a mucha gente buena, pero tú no tienes porque hacerlo. Y no vas a hacerlo. Eres más fuerte que yo, Caitlin, mucho más fuerte que yo. La persona más fuerte que he conocido. Puedes vencer.

Lleva su mano hacia su muñeca con lentitud.

—Tessa necesita tu ayuda.

Los ojos de Caitlin vuelven a su color natural y de forma controlada vuelve a usar sus poderes para ayudar a su amiga.

Tus amigos son débiles—se burla Circe—Creen que un discurso inspirador salvará al mundo. Pero sorpresa, no lo hará. Ni tampoco te salvará a ti.

—Tranquila, todo saldrá bien—susurra Barry acariciando la mejilla de su novia, lo que de alguna forma hace que Tessa consiga dejar su mente en blanco y alejar a Circe—

Pero como muchas cosas, no todo desaparecía para siempre. Circe aún estaba conectada a su mente y podía usar sus poderes, aún podía usar su capacidad para crear ilusiones. Y esas ilusiones destruyeron el corazón de Tessa de formas inimaginables.

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