XX. Wonder Woman

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CAPÍTULO VEINTE
MUJER MARAVILLA



Sus ojos se abrieron con lentitud. Lo primero que consiguió distinguir fue la mirada preocupada de su novio, pero pronto se dio cuenta de la presencia de todos sus amigos, quienes rodeaban la cama donde ella se encontraba tumbada.

—Barry—susurra con lágrimas en los ojos—

—Hola—la saluda con una pequeña sonrisa—Tranquila, estas bien. Yorkin está acabado.

—¿Qué ha pasado?—le pregunta confusa—

—Te diré lo que ha pasado—habla H.R con entusiasmo—Wallace ha sido un pasote total. Eso es lo que ha pasado. Traduce.

Señala a Cisco con su baqueta.

—Si, ha atravesado a Yorkin y con su sangre a anulado sus poderes—explica Cisco—

—Es la versión científica.

—Tengo un gran profesor—se justifica Wally mirando a Barry—

Tessa les observa con atención escuchando sus palabras, pero frunce el ceño algo confusa y desorientada.

—En cuanto la sangre de Yorkin se estabilizó preparamos un antídoto que te ha curado—le explica Julian—

—Tendrás que llevar la venda unos días, pero a parte de eso estas totalmente recuperada—añade Caitlin a su lado—

—Gracias. Sé lo mucho que te has arriesgado—le dice Tessa con sinceridad—

—He tendió ayuda—sonríe Caitlin hacia Julian—Y sé que tú lo habrías hecho por mi.

—Nadie podría haber hecho esto solo—habla Joe—Hemos sido todos, trabajando juntos.

—Si, estoy muy orgulloso—aplaude H.R—Buen trabajo. Habéis tenido grandes ideas.

—Lo importante es que estas bien—habla Jay cogiéndola de la mano—Y creo que todos estaremos de acuerdo en que para trabajar en equipo y cambiar el futuro debemos ser sinceros. Así que... nada de mentiras. Ni Flashpoint, ni viajes secretos a Rusia. Nada.

—Estoy de acuerdo—asiente Barry—

—Yo también estoy de acuerdo—señala H.R—

—Desde ahora sinceridad absoluta.

Tessa observa a su novio y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

—Tess—susurra Annabeth con preocupación—¿Qué pasa?

Tessa niega nerviosa y cierra sus ojos con frustración.

—Hey—la llama Barry haciendo que vuelva a mirarle—Nada de mentiras.

Tessa suspira y dirige su mirada al techo.

—Se ha metido en mi cabeza—declara confundiéndoles a todos—Circe.

—¿Quien?—pregunta Wally—

—Es una hechicera de la mitología griega—le explica Julian—

—Es quien mata a Cisco—revela Tessa—Y lo mata por mi culpa. Todo es culpa mía.

—Eh, eso no es verdad—niega Barry entrelazando sus dedos con los de ella—Esto no es tu culpa. En todo caso es mía.

—Circe va a por mi, Barry. Si mata a Cisco es por mi culpa.

—No, eso...

—Lo he visto—le interrumpe en un sollozo—He visto como te mataba. Como mataba a Thea. A Jay. Me ha hecho ver como moríais.

Todos se quedan en silencio ante su revelación.

—Circe quiere mi poder, y hará lo que sea necesario para conseguirlo—solloza Tessa cerrando sus ojos con impotencia—Y yo no puedo hacer nada para impedirlo.


Cada vez que cerraban los ojos, Barry y Tessa veían al otro morir. Y eso se estaba convirtiendo en una tortura. Apenas dormían, ambos se quedaban tumbados en su cama mirando al techo en silencio, solamente unían sus manos para sentir la presencia del otro y se centraban en escuchar sus respiraciones.

Habrían seguido así días, semanas, incluso meses, pero Barry estaba harto.

—Tess—susurra en medio de la oscuridad de la noche. Ella responde con un murmullo—¿Estas despierta?

—Aja—asiente girando su cabeza para poder mirarle—

—A mi me da igual tener pesadillas y no dormir, pero me mata verte sufrir—le dice él conectando sus miradas—Quiero ayudarte.

—No puedes, Barry—niega ella sintiendo como sus ojos se humedecen—

Barry aprieta el agarre en su mano y con su otra mano acaricia su mejilla.

—Yo no—admite—Pero Octavia puede que si.

Tessa le mira confusa.

—Me dijo que hablasteis en Rusia—le explica—Y me dijo que te propuso volver a Themyscira un tiempo.

—¿Habláis a mis espaldas?—le pregunta confusa—

—Bueno, ha sido una vez. Y por mensaje—aclara él—El caso es que creo que tiene razón. Tal vez estar cerca de tu madre, de tus orígenes, en una isla desierta, te ayude.

—No lo sé—admite volviendo su mirada al techo—

—Piénsalo—le pide él en un tono casi de súplica—Y si decides hacerlo, Octavia me dijo que te esperaba mañana a las afueras de Central City. En aquella granja donde nos quedamos cuando peleamos contra Vandal Savage el año pasado.

—Lo pensaré—acepta en un susurro—

Barry suspira aliviado y acaricia el dorso de su mano con delicadeza. Solo quería volver a verla feliz.


Aquella noche Barry había conseguido dormir, pero Tessa se había mantenido despierta, dando vueltas en la cama sin conseguir tranquilizarse. Así que con sigilo para no despertar a su novio, se levanto de la cama, escribió una nota y se marchó al lugar donde Octavia la esperaba.

Sin embrago, al llegar a la granja, Tessa se la encontró completamente vacía. Supuso que Octavia llegaría unas hora más tarde, así que se acomodó en el sofá de la casa y se dispuso a comer la comida del Big Belly Burger que había comprado por el camino.

—Comiendo así tienes suerte de tener el metabolismo de una amazona—comenta alguien llamando su atención—

Tessa saca un cuchillo de su chaqueta y se da la vuelta confusa, sorprendiéndose al ver a Diana Prince frente a ella.

—Diana—murmura asombrada—¿Qué... qué haces aquí?

—Octavia me pidió que viniera—le responde con una pequeña sonrisa llena de amabilidad—

Diana Prince podía iluminar hasta la sala más oscura y terrorífica del mundo con solo una de sus sonrisa. Tessa se sentía orgullosa de parecerse a ella, aunque en ese momento no le pareciera así.

—Está preocupada por ti—le explica mientras se sienta a su lado—Dice que te vio algo decaída cuando os encontrasteis en Rusia.

—No estoy teniendo un buen mes—admite Tessa jugando con sus collares—

—Son preciosos—sonríe Diana dirigiendo su mano hacia los colgantes—

—Representan a dos de las personas que mas quiero. Mi madre y mi hermano—le explica Tessa—Suelo jugar con ellos cuando estoy nerviosa o triste. De alguna forma me dan...

—Fuerza—completa Diana. Tessa asiente—Lo entiendo. Más de lo que crees.

Tessa la observa expectante ante su comentario.

—Antes de salir de Themyscira, durante la Primera Guerra Mundial, un hombre aterrizó por primera vez en las cristalinas aguas de la isla. Le salve la vida y juntos acabamos con la guerra—le explica con detenimiento—Me enamore de él. Y él de mi. Pero murió. Murió salvándome.

—Lo siento mucho, Diana—murmura Tessa con tristeza—

—Ojalá hubiésemos tenido más tiempo—suspira bajando la mirada—Y gracias a un objeto extraño y muy poderoso, lo tuvimos. Pero tenía un precio. Así que tuve que dejarle ir. Tuve que asumir su muerte—hace una pausa y vuelve su mirada hacia la joven—Sé por lo que me han contado que tú eres más fuerte que yo en ese aspecto. Has tenido la oportunidad de estar más tiempo con tu hermano, la persona a la que más has querido, y lo dejaste ir sabiendo que no era real.

—No podía abandonar al resto de mi familia—admite Tessa con tristeza—No sería justo. El precio por estar con él era muy grande.

—A eso voy—señala ella—Ambas renunciamos a alguien a quien amábamos por el resto del mundo y aquellos otros a los que también amamos. Lo hicimos para vivir. Para disfrutar de cada pequeña cosa que hace que este mundo sea maravilloso, como también doloroso, terrorífico y abrumador. Sé que crees que no eres lo suficientemente fuerte como para enfrentarte a ese mundo. Pero lo eres.

—No, no lo soy—niega moviendo su cabeza con rapidez—Da igual lo que haga, siempre habrá alguien amenazando mi vida, la de mis amigos. Y si no puedo salvarles ¿De que sirve? Los pongo en peligro.

—Es posible que tengas razón—admite—Pero también les salvas. Eres más fuerte de lo que crees.

—No, no es cierto—se levanta del sofá con frustración—No lo soy. Dependo de que alguien porte un collar para poder ser lo suficientemente fuerte para salvar a la gente, a mis amigos.

—Todos dependemos de algo, Tessa. Barry te necesita para seguir teniendo ese corazón lleno de bondad, para seguir luchando. ¿Por quien crees que corre? Corre por ti, por su familia.

—Sus poderes no vienen de mi.

—Y los tuyos no vienen del collar.

Tessa inclina su cabeza confusa y la observa con atención.

—¿Qué... qué quieres decir?—le pregunta confusa—

—¿De verdad crees que el collar que tiene tu hermana, el collar de Emma, es lo que te da tus poderes?—cuestiona—Eres una semidiosa, Tessa. Eres hija de Artemisa, la diosa de la caza. Tienes el poder de las estrellas, no necesitas un collar.

—Pero... Emma dijo... Selene...

—Te dijeron eso porque lo necesitabas. En ese momento necesitabas creer que dependías de otra persona para poder luchar. Tessa, cuando llegaste a Themyscira estabas llena de ira, querías usar tus poderes para vengarte por la muerte de tu hermano. Tú madre no podía dejar que hicieras eso. Ningún dios podía arriesgarse a que usaras el poder celestial de las estrellas. Era demasiado peligroso. Tu poder podía acabar con todo—le explica poniéndose de pie para estar a su altura—

—¿Por qué me cuentas esto ahora entonces?—le pregunta confusa—

—Porque ahora necesitas saberlo. Porque tu motivación ya no es la venganza, ni la ira. Tu motivación es el amor y la protección. Y porque lo que te persigue es más poderosos de lo que crees—le explica Diana—Y quiere, necesita, tu poder. Y ese collar puede hacer que lo obtenga. Si Circe se hace con ese collar, Tessa, podrá conseguir tus poderes, matarte y acabar con todas las amazonas. Lo destruiría todo. Sería imparable. Tu única ventaja ahora mismo, es que ella no conoce nada sobre ese collar. Cree que solo te debilitará.

—¿Por qué no te enfrentas tú a ella? Tienes más experiencia, eres más fuerte—señala Tessa de forma nerviosa—

—Circe tiene el poder de la magia. El poder de la magia está ligado a las estrellas, a los elementos astronómicos—señala ella—Solo tú puedes matarla.

—¿Comó?


—Preferiría que fuera de noche para lo que quiero enseñarte, así que empecemos por otra cosa—comenta Diana al salir al jardín de la casa—Tus brazaletes.

Tessa frunce el ceño confusa y la sigue hasta el centro del jardín.

—¿Qué les pasa?—inquiere—

—Actívalos—le sonríe—

Tessa une las pulseras de sus muñecas haciendo una cruz con sus brazos y cuando el metal de ambas joyas chocan los brazaletes se activan y se expanden por sus brazos hasta llegar a la altura de sus codos.

—Atenea te hizo unos brazaletes mucho más guays que los míos—observa Diana—Los míos son de una armadura de amazona normal. Y tengo que ponérmelos cada vez que peleo. Tú los tienes siempre contigo.

Tessa sonríe y los observa detenidamente. Amaba esos brazaletes. Le encantaba el hecho de poder llevarlos siempre con ella. Era como si de alguna forma siempre fuera Wonder Star, incluso cuando solo quería ser Tessa Merlyn. Eran parte de ella, como sus collares.

—De acuerdo—suspira Diana preparándose—Esto lo aprendí en medio de un entrenamiento y ahora voy a enseñarte a ti.

—¿Enseñarme el qué?—pregunta Tessa confusa—

Diana sonríe y golpea sus brazos de la misma forma que ella lo había hecho antes, en forma de x. Su acción, en vez de activar los brazaletes, lo que hace es que de ellos salga una onda expansiva tan grande que hace que varios árboles se partan en dos y el suelo tiemble.

El pelo de Tessa se mueve a causa de la onda y una sonrisa aparece en su rostro.

—Eso a sido alucinante—mira a Diana con un brillo de alegría en sus ojos—¿Yo puedo hacer eso?

—Esa es la idea—asiente ella—Pero debes concentrarte. Los sentimientos son la clave Tessa. Debes centrar todo tu poder, toda tu fuerza en uno de los brazos, y al unirlos... bueno, podrás hacer lo mismo que yo.

Tessa asiente dudosa y cierra sus ojos. Estira su brazo izquierdo delante de ella y cierra su puño derecho concentrando su fuerza en él. Una vez se ve preparada, golpea sus muñecas en forma de x y una pequeña onda sale de sus brazaletes. Pero era tan leve que solo consiguió crear un poco de viento.

—No está mal—sonríe Diana—

—¿No está mal?—pregunta Tessa incrédula—Ese pájaro ni se ha inmutado.

Diana ríe y se acerca a ella.

—¿En que has pensado?—le pregunta cruzándose de brazos—

—En la fuerza. En hacer lo mismo que tú. Es lo que me has dicho.

—No, lo que te he dicho es que la clave está en los sentimientos—apunta ella—No sirve de nada pensar y centrarse sólo en hacer algo igual que otra persona. Debes tener un objetivo. Un propósito. ¿Por qué haces esto? ¿Por qué luchas?

—Para sobrevivir—responde con rapidez. Diana eleva una ceja incrédula—Para... para hacer de este mundo un lugar mejor. Para que nadie tenga que pasar por lo que yo pase. Para que nadie más pierda a un ser querido.

—Pues piensa en eso. En lo que sientes al salvar a alguien. En lo que sentiste al perder a esa persona.

Tessa asiente y vuelve a intentarlo. Esta vez pensando en su hermano, en lo mucho que lo echaba de menos, en lo doloroso que había sido verle morir.

Pero la onda expansiva de sus brazaletes fue incluso más pequeña y eso solo la frustró más.

—Será mejor que descansemos—habla Diana colocando su mano en su hombro en forma de apoyo—Sé que puedes conseguirlo, tal vez solo necesitas algo de tiempo.

—Ese es el problema, Diana. Que no tengo tiempo.

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