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UN CASTAÑO SE encontraba caminando hacia su guarida, de pronto vio una sombra en el árbol. Lo cual le causó misterio y extrañeza, nunca ninguna persona venía al bosque porque si, este lugar tenía una imagen tenebrosa. Se acercó lentamente para ver a una rubia dormida en ese lugar. No recordaba haberla visto antes estaba seguro que ni siquiera la conocía, se puso en cuclillas para despertarla, tocándole dos veces el hombro.

-¿Estás bien? -preguntó el castaño con una sonrisa a la chica. La cual estaba somnolienta.

-¿Scott? Déjame dormir. -se quejó la Rubia con los ojos cerrados aún durmiendo. Unos segundos después refregó sus ojos, encontrándose un chico muy cerca de ella-. ¿Quién eres tú?

-Soy Wyatt y ¿tú? -se presentó el castaño, tendiéndole una mano a la chica para que se levantará del piso.

-Mi nombre es Paris. -respondió aceptándole la mano a Wyatt.

-¿Eres nueva en Seabrook? -preguntó él con duda, jamás la había visto en la escuela.

-Sí, acabó de mudarme aquí. -rio ella, observando a su alrededor.

-Entonces, ¡te doy la bienvenida a Seabrook! -exclamó Wyatt dándole la acogida.

-Eres la primera persona que me lo dice. Gracias, Wyatt. -agradeció Paris, dedicándole una sonrisa.

-Oye, te puedo hacer una pregunta...-preguntó Wyatt con un poco de miedo, no quería llevarse mal con la chica, era muy agradable. Paris asintió mirándolo atentamente-. ¿Qué hacías en medio del bosque a estas horas? Si es que se puede saber.

-Oh claro, me llamo la atención este lugar, aparte de que es muy tranquilo, me hizo recordar a mi infancia. -respondió ella dedicándole una sonrisa triste.

-Ah, este bosque es muy especial, pero igualmente ten cuidado. -advirtió Wyatt, el cual se había dado cuenta de un pequeño detalle-. ¿Estás bien? -preguntó al notar que la chica estaba triste, ahora se sentía culpable por haberla hecho sentir mal.

-Si no te preocupes, son cosas. -respondió ella restándole importancia.

Paris observó su celular viendo la hora, se dio cuenta que era muy tarde. Sus padres la iban a castigar, si se enteraban que no estaba en la casa y más aún si supieran que estuvo en el bosque.

-Me debo ir es tarde, un gusto conocerte, Wyatt. -habló la chica para irse rápidamente del lugar, dejando al chico con las palabras en la boca.

El pelo de Paris gracias a la luna, se veía blanco. Esto sorprendido demasiado a Wyatt, no quería hacerse esperanzas como lo habían hecho con Addison.

( . . . )

Sus padres la habían inscrito a la escuela de Seabrook, hoy era el primer día de su tercer año. Estaba emocionada pero le daba un poco lo mismo, la verdad era que ni siquiera quería ir, no se preocupaba mucho por eso, solamente necesitaba encontrar más respuestas en ese bosque. Después de bañarse y vestirse, bajó rápidamente a tomar desayuno.

-Buen día, hija. -saludaron sus padres al unísono.

-Buenos días mamá y papá. -respondió dándole un beso en la mejilla a los dos.

- ¿Emocionada por tu primer día? -preguntó su progenitora viéndola con alegría, se notaba que ella estaba más emocionada que su propia hija.

-Sí, más o menos -suspiró ella, haciéndose una taza de té-. Es lo normal, supongo.

-¡Hija date algunos ánimos! -exclamó Chris haciéndola reír un poco-. Sabes que puedes hacer grandes amistades aquí.

-Debes tener razón. -sonrío, soltando un gran suspiró.

Para luego tomar desayuno rápidamente, lavarse los dientes e irse a la escuela. Antes de cerrar la puerta escuchó:

-¡Que tengas un buen día! -exclamaron ambos padres.

-Gracias, los amo. -finalizó para empezar a caminar hacía su destino.

Se colocó sus audífonos y empezó a escuchar música por el rato, luego de unos veinte minutos llegó, viendo en grande: "Seabrook High School". La verdad su escuela anterior no era tan grande, de hecho era muy tranquila para ser real. Se adentró al lugar, dirigiéndose a donde salían los horarios que tendría. Todo eso ya la estaba estresando, ya sé imaginaba que los profesores le romperían la espalda con tareas, trabajos y proyectos; observó como todos los estudiantes iban hacía sus salones, caminó lentamente hasta que miró algo que la detuvo en seco, vio como un chico peleaba con los guardias para que lo dejaran entrar. Sabía que no debía causar problemas en su primer día, pero que más daba.

-¡Hey, gorilas! -exclamó ganándose las miradas de los guardias y el chico. Se acercó hacía ellos los cuales la observaban seriamente, excepto el chico que la miraba atentamente-. Déjenlo tranquilo.

-¿Y si no queremos? -preguntó un guardia mirándola con autoridad.

-Estas obligado a hacerlo. -atacó Paris observando con cierto enojo a este.

-Mira niñita, aquí mandamos nosotros -afirmó el otro guardia-. ¿Deberíamos tenerte miedo? Eres solo una niñita indefensa. - Rieron los dos al unísono.

Eso derramó el vaso para la chica, la cual le pegó a un guardia detrás de la rodilla, no tan fuerte para fracturarlo pero lo suficiente para derribarlo. El otro guardia en pie soltó al chico para tomar a la chica que había botado a su compañero, la cual fue más rápida que este tomándole un brazo haciéndole una pequeña llave.

-Cuando te digo que lo dejes tranquilo, es porque deberías hacerlo -reafirmó ella, hablando con enojo-. Para la próxima, lo dejas, ¿entendido? -preguntó con rudeza, el guardia asintió. Paris lo soltó, dejándolo caer al piso el cual se levantó rápidamente yendo hacía su compañero.

Ella se acercó al chico que estaba observando toda la situación.

-¿Estás bien? -preguntó al castaño que se encontraba medio desordenado.

-Yo debería preguntarte eso a ti, ya que golpeaste a esos gigantes. -rio, arreglándose su ropa para luego sonreírle-. Estoy bien, gracias... ¿Cómo te llamas? -preguntó antes de agradecerle.

-Oh, soy Paris, un gusto... -rio al notar que tampoco sabia su nombre.

-Gracias Paris, yo soy Zeus, un gusto conocerte.

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Hola, espero que les esté gustando mucho esta historia. ¡Gracias a todos por las leídas y votos! El otro día llegamos a #1 en tyler posey! Realmente gracias a todos. 💙