◦ { 𝑷𝑷. } ◦

𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒔 !
𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒔 !
𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕 𝒑𝒍𝒂𝒄𝒆𝒔 !

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𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑎𝑟𝑡𝑎 𝑎
« 𝑻𝒉𝒆𝒐𝒅𝒐𝒓𝒆 𝑳𝒂𝒖𝒓𝒆𝒏𝒄𝒆 »
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Al Sr. Theodore Laurence
París

Londres, 24 de mayo de 1869

𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑳𝒂𝒖𝒓𝒊𝒆:

Muchos años han pasado desde la última vez que te vi. Eones, me atrevería a decir, pero ambos sabemos que el tiempo siempre se me ha pasado lento, y, últimamente, cada minuto me destruye, aplastándome como si de un martillo se tratase.

Estando aquí, apoyada del escritorio mientras intento que la pluma no se tambalee y que la tinta no se derrame, me pregunto cómo es que debo empezar a plasmar mis ideas. Todo lo que pasa por mi mente, lo que necesito decirte, lo que siento; todo lo que he llevado guardado durante años, en una pequeña caja de hierro indestructible, justo debajo de mi corazón. La carga es demasiado grande como para quedarse adherida a esta carta y, quizás, el peso de las palabras no será suficiente para contraponerse al desastre que llevo tatuado en la mente. Sin embargo, una fuerza superior que ni siquiera yo misma logro comprender me impulsó a intentarlo, así que aquí estoy, con una tormenta desatada en mi interior y acompañada tan solo de mi mano y de mis inútiles intentos por domarla.

Desde que tomamos caminos diferentes, siempre me he preguntado si alguna vez he cruzado tu mente. ¿Recuerdas las veces que venías a casa, dispuesto a acompañarnos a mis hermanas y a mí en un absurdo intento por crear nuestro propio teatro? ¿Recuerdas las caminatas en otoño, las guerras de nieve durante el invierno, las visitas a la playa en verano y las risas de primavera? ¿Recuerdas todo lo que hiciste por mí, lo mucho que me ayudó tu mera compañía, aunque solo fuese en el silencio?

Es un disparate aferrarse a esos momentos, lo sé. Hemos madurado, tenemos nuestras propias vidas y hay cientos de cosas más importantes que los efímeros días de nuestra infancia. Pero yo no he olvidado, y es que tampoco podría si quisiera, porque mirar hacia atrás se ha convertido en un remedio adictivo para la monotonía, y, cada vez que lo hago, me encuentro con las facciones de tu rostro y el precioso patrón de colores que llevabas en los ojos. Dejar abandonado al pasado jamás ha sido una opción para mí, y, ahora más que nunca, me he dado cuenta de lo mucho que deseo revivirlo.

Aunque durante toda mi vida me han preparado para ser perfecta, sé que no soy lo suficientemente buena para ti. Jamás seré como mis hermanas y nunca podré compararme con la libertad que Jo te daba, pero te quiero, te quiero de verdad, y tan solo me hace falta escuchar la manera en la que el corazón me late en este momento para comprobarlo.

Te necesito aquí más que nunca, Laurie. Para que me recuerdes quién soy, para que me saques del infierno personal que me he encargado de construir en este tiempo, para que me enseñes a salir de esta absurda cárcel de perfección y que me muestres lo que es verdaderamente importante. Y no requiero tu compañía con la intención de que me rescates, pues he aprendido que yo más que nadie soy dueña de mi propio destino, sino para que estés a mi lado y me acompañes mientras vuelvo a encontrarme.

Y es que deseo a mi alma complementaria de vuelta. No gemela, no idéntica, simplemente adecuada. Esa que siempre ha sido la indicada para hacerme más fuerte y brindarme todo aquello de lo que carezco. Aquella alma eras tú, Laurie; lo fuiste durante años, sin importar cuánto me empeñé en negarlo en el pasado.

Tal vez ya no eres el mismo. Tal vez estás tan roto como yo, o quizás prefieres la soledad antes que el amor incondicional que solíamos buscar en la adolescencia. No obstante, hagas lo que hagas, solo quería que supieras que siento mucho que las cosas terminaran así. No tienes que responder, no tienes que venir, tan solo leer y recordar.

Viéndome incapaz de continuar, justifico esta carta como un intento por expresarme, de saciar la nostalgia comunicándome con lo más bonito de mi pasado. Porque es que, incluso en el caos, hallabas la manera de llevarme a lugares perfectos, de esos que tanto anhelábamos, y mi más profundo sueño es volver a encontrarlos.

Te echo de menos.

𝑪𝒐𝒏 𝒄𝒂𝒓𝒊𝒏̃𝒐, 𝑹𝒐𝒓𝒚

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