❪𝟯𝟮❫ ; 𝗮𝗿𝗲 𝘄𝗲 𝘁𝗼𝗼 𝘆𝗼𝘂𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘁𝗵𝗶𝘀?

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ARC TWO; ANGELS LIKE HER❫
*╔═══❖•ೋ°🕊️°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTE Y DOS;
¿SOMOS DEMASIADO JÓVENES PARA ESTO?
❛al borde de la desesperación❜

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©Shanxlabyx
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LA LLUVIA NO PARABA, LOS GOLPES IBAN DE AQUÍ PARA ALLÁ ASÍ COMO LOS cuerpos inconscientes en el suelo. Todo era un desastre en el estacionamiento del templo Musashi, pasando tantas cosas a la vez y sólo llegando a un sólo punto, ver quien queda de pie.

—¡Peh! —Sano Manjirō exclamó luego de abrirse paso entre la gente, claramente a punta de golpes. Varios integrantes de Moebius fueron contra él pero de un sólo golpe terminaron en el suelo—. ¡Peh! ¿¡Por qué atacaste a Kenchin y a Masu-chan!?

—¡Infeliz! —otro chico de Moebius fue directamente hacia el lider de la TōMan, quien de un puñetazo le rompió la nariz, cayendo al suelo. Mikey comenzó a caminar hacia Pehyan quien tenía una mirada mezclada con rabia y shock.

—¡Sabías que había hecho las pases con ellos! —dos tipos más fueron contra él, pero en un dos por tres de un golpe los noqueaba—. Incluso metiste a Moebius. Te atreviste a atacar a Mi Masumi.

El más alto tembló ligeramente ante el nombramiento tan sombrío que hizo el rubio a su novia, por un segundo recordando cuando llegó aparentemente inconsciente y su rostro estaba golpeado con una mirada llena de cansancio, lleno de tristeza cuando lo miró. Sólo apretó sus puños y trató de sostenerle la mirada, observando a los hombres de Moebius caer uno por uno, hasta dejar de intentar algo contra Mikey al ver como tan fácilmente terminaban en el suelo.

—¡No me interesa, ella lo mer...! —fue interrumpido casi al instante.

—Sabes muy bien como se puso Pah cuando sucedió lo de la novia de su amigo, ¿y estás tratando de repetir lo mismo? ¿Crees que él estará muy contento de que hayas hecho eso? —Pehyan se quedó en silencio, observando al suelo con impotencia—. ¿Acaso estás tan enojado que quieres que Masumi termine como la novia de su amigo?

—¡Cállate! —escupió con voz contenida mientras Mikey continuaba acercándose hacia él.

—¡No actues como cobarde!

—¡No me importan que volvieran a ser amigos o que tú y tú novia se reeconciliaran! ¡No aceptaré lo que pasó!

—¡El tema de Pah ya está resuelto!

—¡No lo está! —exclamó con coraje, mientras su respiración estaba agitada, observando al más bajo enfrente de él—. ¿Pahchin acabó en prisión y dices que está resuelto? ¡No me hagas reír! ¿¡Que más podría haber hecho!? —no pudo aguantar y comenzó a propinarle puñetazos en el rostro—. ¡Pahchin lo era todo para mi! Incluso Tenshi, quien decía estar tan preocupada por él... ¡Ella me dijo que iban a resolverlo y sólo lo dejó de lado! ¡Es una mentirosa! ¡Si ella va a abandonar a Pahchin, si la TōMan va a abandonar a Pahchin, no me queda mas opción que oponerme!

El rostro del rubio quedó mirando de manera perdida hacia un costado del suelo, donde quedó luego de su último golpe. No dijo nada, sólamente se dejó y dejó en blanco su mente unos segundos, su mirada poco a poco apagándose.

—¡Pelea, Mikey! —Pehyan insistió—. ¿¡Por qué no te defiendes!? ¿¡Por qué no te desquitas por lo de Tenshi!? ¡Podrías resolver esto con un solo golpe! —fue interrumpido al momento que el más bajo lo tomó de la nuca y lo hizo pegar su frente con la de él

—Mírame. —dijo con un tono de voz tranquilo, bajo, apagado—. ¿Me veo feliz? ¿Te parece que me alegra que arrestaran a Pahchin? —susurró mientras miraba hacia abajo—. Me duele.

El chico se quedó en silencio por varios segundos, no evitando sorprenderse por esas palabras y por lo sincero que se escuchaba. Sentía un gran peso en ellas.

—Takemicchi dijo que sería muy triste que nuestra pelea dividiera a la TōMan. Incluso Masu-chan lo dijo y trató de resolverlo de alguna manera... —su mirada se entrecerró, llegándole la imagen de aquella noche donde discutieron, frunciendo un poco el ceño—. Nunca imaginé que esto podría llevarnos a pelearnos entre todos o que ella saliera herida de la manera. Fue la quien más lloró por el arresto de Pah... —continuó hablando con un tono de voz calmo—. Masumi-chan podría ser la persona que más sufrío aparte de tí. Si, ella era quien más quería que él saliera de la carcel y todo volviera a ser como antes. Ella no es una mentirosa, ella si se preocupa por Pah, ella ama a Pah. Lo ama así como ama a la TōMan.

Los ojos de Pehyan se fue humedeciendo al recordar a la dulce chica que desde el principio lo trató de amabilidad, recordando perfectamente el día del arrestro de Pah y como lloró sin detenerse. El simple recuerdo le apretujó el pecho y sólo pudo sentir la culpa desbordarse por todo su cuerpo.

—No sé que te llevó a hacer eso contra ella, pero sé que no eres así. Después de todo, te metiste con Moebius y deben haberte metido eso en la cabeza. Claramente estoy molesto, pero comprendo como te sientes. —continuó hablando con sinceridad, mirando hacia el suelo—. Mejor golpeame a mí hasta que quedes satisfecho. Yo no quiero pelearme contigo. Finjamos que nada de esto pasó. Sé que Masu-chan querrá eso. Así que, vuelve con nosotros, Pehyan.

Definitivamente esas palabras le llegaron directamente, en donde no aguantó y dejó que las lágrimas comenzarán a caer por sus mejillas.

«Ella, quien era como el ángel de la TōMan y de Mikey, terminó de esa manera»

Takemichi observó sin aliento el cuerpo inmóvil de Kiyoko Masumi en el suelo, donde las gotas de lluvia no hacían mas que mojarla aún más de lo que estaba. Sus manos estaban temblando y parecía en un trance, metiéndose en una burbuja donde sólo veía a la chica inmóvil y él estaba de frente. Las imágenes de su estado en el futuro llegaron inmediatamente a su cabeza, como había terminado la TōMan, como había terminado ella, como habían terminado sus hermanitas y como terminó Hina.

«...no paró hasta que dejó de moverse...»

Su mandíbula se apretó mientras su mirada se llenaba de determinación, alzándolo hacia la persona quien colocó sin piedad alguna su pie sobre la espalda de la de mechas blancas quien se quejó por la presión. Porque luego de unos segundos, Tenshi había reaccionado, tratando de levantarse, pero a merced de aquella persona que apoyaba su bate sobre sus hombro, dando pequeños toquecitos y prepararse nuevamente para golpear.

Algo que no iba a permitir Takemichi. Si lo que llevó a Masumi a ese estado en el futuro fue golpearla hasta que no reaccionó, no iba a dejar que la tocaran otra vez. Así que, llenándose de coraje comenzó a correr inmediatamente hacia allá, dispuesto a detenerlo y poder salvarla a ella. El encapuchado alzó un poco la mirada al escuchar su voz y giró su rostro hacia su dirección.

—¡NO TE VOY A DEJAR! —exclamó justo antes de taclearla, chocando ambos de lleno contra el suelo.

Le importó poco empaparse de pies a cabeza o incluso llenaste de barro, ahora lo único que le importaba era salvar a Tenshi, salvar a Masumi, salvar al ángel de Mikey y evitar ese horrible futuro, tanto para ella, para Hina y la TōMan. Gruñó un poco cuando se reincorporó, quejándose segundo después cuando el mango del bate lo golpeaba contra su pecho, lanzándolo hacia atrás. Pero antes de que volviera a levantarse para ir en contra de el ángel de la TōMan, le empujó lejos.

Su respiración estaba agitada, sintiéndose ir a mil por hora. Giró su rostro con apremio hacia la de mechas blancas observando como aún trataba de levantarse, volviendo a caer de lleno en el suelo mientras su cuerpo se retorcía un poco, al parecer el golpe si la llegó a afectar. Quiso ir rápidamente hacia ella, apenas nombrándola cuando una brusca patada llegó a su rostro, volteándolo de costado, se sostuvo la boca ante el enorme ardor y miró al encapuchado a quien, como último recurso, le salpicó del agua encharcada en el rostro.

—Casi me vuela los dientes... ¡Tú, idiota... —su mirada se quedó pegada en el rostro que logró observar finalmente dónde se trataba de limpiar el agua que entró en sus ojos los cuales dirigió hacia él, observando unos grandes y cristalinos ojos—. ¿Eh...? Tú...

No pudo terminar su frase cuando recibió nuevamente una fuerte patada en su mandíbula que lo mandó devuelta hacia el suelo, cayendo sobre su espalda muy cerca de la azabache quien se sostuvo con una de sus manos para reincorporarse, sosteniéndose la cabeza entre pequeños y largos quejidos. Alzando su rostro se pudo ver como había sangre resbalando por un costado de la cabeza, algo no demasiado exagerado, pero si lo suficiente como para dar a entender que el golpe si llegó a hacerle daño.

—¡Tenshi-san! —Takemicchi fue entre tropezones aún en el suelo hacia la chica, sosteniéndola con cuidado para ayudar a que al menos dejara de estar en el suelo.

—T-Take... —balbuceó a duras penas, alzando su rostro. Apretó sus labios al verlo algo borroso, hasta distinguir bien su rostro preocupado, pero terminó por mirar detrás de él.

El ojiazul miró hacia detrás suyo preocupado, observando al encapuchado limpiarse el rostro y observarlo de manera intensa aunque un poco desconcertada, pero terminó resollando ligeramente cuando la agarraron de la parte de atrás de la chaqueta y la lanzaron lejos, Takemichi observando sorprendido dónde cayó, alzó la mirada hacia el pelinegro de coleta aparecerse en escena, Masumi trataba de que su vista se enfocara, observando como se difuminaba cada dos por tres. Era claro que el golpe si le había afectado, dejándola inconsciente por varios segundos. Se sentía bastante mareada, pero al menos podía abrir los ojos y tratar de levantarse.

—¿Sigues viva? —escupió sin más Keisuke observando de manera cautelosa al encapuchado levantarse poco a poco.

Masumi suspiró y agachó su mano, observando la sangre que había salido. La cabeza le dolía a horrores, compartiendo el mismo pensamiento de Draken sobre la sensación de jaqueca. Le punzaba demasiado y era claro que alcanzó a reventarle, pero formó una sonrisa, un tanto forzada.

—Si, estoy bien, Kei-kun. —respondió con brevedad haciendo que el de colmillos largos escaneara y luego mirara por un instante a Takemichi, volviendo su mirada hacia la persona enfrente de él. Keisuke sonrió de lado, dejando ver sus colmillos.

—Bueno, continuemos con esta mierda. —y sin más, fue contra el encapuchado para poder darle la lección, en donde Takemichi se mostraba preocupado.

—Duele... —susurró Tenshi con dificultad, presionándose la cabeza. El rubio agitó su cabeza para ayudar a levantarla, logrando que estuviera de pie unos segundos cuando casi colapsó, sosteniéndola bien.

❛Maldición, y quedó así sólo por un golpe. Pero debe tratarse sólo del mareo❜ pensó con preocupación sosteniéndola contra su pecho, jadeó cuando chocaron contra su espalda y casi se va de cara con todo y la chica. Miró a su alrededor, recordando donde estaban. Haciendo algo click en su cabeza, suspiró; ya tenía a Tenshi y de cierta manera la había asegurado. Ahora faltaba Draken.

—¡Draken-kun! —exclamó tratando de encontrarlo mientras ayudaba a la chica a estar sobre sus dos pies, chasqueó su lengua con nervios para girarse y agacharse—. Ven, Tenshi-san, así será más fácil.

Aún algo ida, no cuestionó y terminó por subirse a su espalda. Takemichi mordió el interior de su mejilla cuando sintió como su agarre era algo flojo, pero trató de sostenerla lo mejor posible y se levantó, tratando de esquivar a los tipos que aún continuaban dándose en el rostro, dándose de cuenta que poco a poco iban cayendo al suelo, tanto de Moebius como de la TōMan. Así que pensó que sería más fácil encontrarlo, caminando de manera apresurada con la chica sobre su espalda.

Sus labios temblaban por el frío, por los nervios, sintiendo como apoyaba su cabeza en su hombro y sólo respiraba con pesadez. No podía imaginarse como habrá sido en el futuro donde aquella persona la golpeó hasta que dejó de moverse mientras que en este estado había sido por un sólo golpe. Pero agitó su cabeza, tenía que enfocarse en el presente y salvarlos.

❛Ya tengo a Tenshi-san, pero no está segura aún. Además, sigo sin encontrar a Draken-kun ni ha Kiyomasa❜ miraba de un lado a otro tratando de encontrar al chico del tatuaje o aquel tipo que hizo un su vida un infierno por toda su adolescencia, al menos en su propio pasado. Cargó mejor a la chica sobre su espalda, suspirando, miraba de un lado a otro, llamando a Ken por su nombre. No obstante, terminó encontrando a una de las personas que tanto buscaba; Kiyomasa.

Quien llevaba un cuchillo con sangre en su mano.

Se quedó en shock por varios segundos, tratando de procesar lo que había sucedido. Siguió con la mirada el camino de donde él venía y la imagen que encontró lo dejó mudo; observaba tendido en el suelo a Ryūguji Ken, con un charco de sangre extendiéndose debajo de él. Su respiración se atascó en su garganta y no dudó en ir de manera apresurada hacia él, casi tropezándose en el proceso al olvidarse de que iba con peso encima.

—¡Draken-kun! ¡Draken-kun! —llamaba el rubio una y otra vez, sintiendo la desesperación consumirlo al ver como no reaccionaba. En eso, dejó de sentir de la nada el peso en su espalda y el escuchó el golpe seco de Masumi caer al suelo, justo a un lado suyo—. ¿Tenshi...? ¿¡Tenshi-san!? —la agitó por el hombro varias veces, observando como se había desplomado. Se asustó al ver que no reaccionaba—. N-No, no... ¡Tenshi-san, no me hagas esto! ¡Draken-kun!

—¿¡Que pasa, Takemicchi!? —su cuerpo se heló al oír la voz de Mikey a lo lejos, mirando de manera desesperada a los dos pilares de Sano Manjirō en un estado deplorable.

—Tenshi-san... ¡La golpearon en la cabeza y no reacciona! —dijo con voz temblorosa, agitando una y otra vez a la chica que se había quedado tiesa de un momento a otro—. A Draken-kun... ¡Lo apuñalaron!

Manjirō se quedó en shock ante las palabras del menor, observando de inmediato desde su lugar al cuerpo tendido de los dos pilares más importantes en su vida. Su mirada reduciéndose en su lugar al distinguir la chaqueta de su mejor amigo y la cabellera de su novia, mirando esta por varios segundos inmovil. Por un momento creyó ver que no estaba respirando, así como Draken. La desesperación comenzó a consumirlo, sintiendo una pesadez enorme ir a su corazón, por lo que buscó ir a toda costa hacia allá, pero los de Moebius se interponían en su camino, no midiendo su fuerza y lanzando golpes sin parar.

—¡Quiténse! —soltaba con enojo, golpeando una y otra vez a los tipos que se le iban encima.

❛Se acabó... ¡Todo se acabó! Draken-kun está muerto y Tenshi-san no abre los ojos❜ pensaba Takemichi con su respiración agitada, mirando de hito en hito al del tatuaje y la de mechas blancas. Sentía que todo se estaba desmoronando en un segundo, sus ojos se cerraron con fuerza sintiendo las lágrimas caer de éstos, sintiéndose un fracasado y un inutil al no lograr nada.

—Q-... Q-Que... pasó... —la debil voz de Masumi lo sacó de su desesperación, observó de inmediato a la chica revolotear sus ojos y tratar de abrirlos por completo, encontrándose casi cara a cara el rostro de Draken—. Qué... ¿Ken... -kun?

—¡Tenshi-san! —exclamó con lagrimas en sus ojos al observar los ojos rosáceos de la chica abrirse, a duras penas.

—¿Por qué... —una vez más la chica se trató de sentar, llevándose de inmediato su mano a su cabeza en una queja—. ¿Por qué está... ¿Él está...? —llevó sus manos hacia él de manera temblorosa y débil, agitándolo apenas. Su cuerpo por un momento se fue hacia adelante, demostrando así aún su desorientación por el golpe, pero se acercó y alzó su rostro con cuidado, colocando sus dedos sobre su nariz—. Respira... aún respira.

—Tenshi-san... —susurró un poco sorprendido al verla tan atenta incluso al estar tan desorientada, observó como le daba golpecitos en la mejilla y giraba su cabeza hacia un lado hablándole y tratando de hacerlo reaccionar, Draken terminó tosiendo sangre segundos después.

—Su abdomen... —balbuceó la chica, agitando su cabeza ante la jaqueca que la recorría, pero trató en lo más posible de estar lúcida, llevando sus manos al abdomen de Draken presionó con fuerza en la zona donde más salía sangre. El chico se quejó de forma vaga—. Hay que presionar y tratar de parar la sangre. Lo mejor sería hacerle un torniquete. —Takemichi la sostuvo de los hombros al verla aún desorientada.

—¡Mikey-kun!

El chico entre golpes observó de reojo hacia su dirección, notando a su chica de espaldas. Un enorme alivio lo recorrió pero trató de concentrarse en su pelea. —¡Te los encargo, Takemicchi!

El chico se sorprendió por sus palabras, mirando directamente a la dirección en donde estaban Draken inconsciente y Tenshi aún desorientada pero haciendo lo posible para darle la presión en la herida, manchándose de sangre en el proceso, pero era algo que no le importaba. Su mirada poco a poco fue volviéndose más determinada mientras los observaba. Aún había posibilidad de salvarlos.

—¿Puedes levantarte y caminar, Tenshi-san? —la chica lo miró con sus ojos entrecerrados, frunciendo un poco el ceño por el horrible dolor de cabeza. Miró unos segundos a su amigo de infancia y sus ojos trataron de llenarse de lágrimas por verlo así, pero enserió su mirada.

—Vamos.

TAKEMICHI NO TENÍA MUY EN CLARO QUE SE LE HARÍA MÁS dificil, sí cargar a ambos vicecapitanes o que Tenshi lo ayudara pero tropezara cada tanto, provocando que los tres lo hicieran ante su desequilibrio. Al menos el peso no era demasiado y lograron organizarse para poder cargar entre ambos a Draken, pero era más que claro que era muy pesado incluso para los dos que eran más pequeños que él.

El rubio miraba hacia enfrente, respirando con pesadez por su nariz mientras sostenía las piernas de Ken debajo de sus brazos, la de mechas blancas sosteniéndolo de los brazos y yendo detrás de él. El rubio tenía que mirarla cada tanto para evitar que volviera a colapsar, de alguna manera la había alejado del peligro y de la persona que la había dejado en coma en el futuro, pero no podía estar seguro, ni mucho menos Ken quien seguía sin reaccionar, aunque tenía en claro que continuaba vivo.

—Que jaqueca... —susurraba la chica mientras achinaba sus ojos, notando su vista desenfocarse un par de veces. Agachó su mirada hacia su amigo, entristeciéndola—. Ken-kun... —casi como si la haya escuchado, el chico volvió a toser sangre.

—¡Draken-kun! —Takemichi miró hacia atrás con apremio, observando el ceño fruncido del más alto, alzó luego su mirada hacia el rostro de la chica notando como aún estaba sangrando de la cabeza. Bufó y miró hacia enfrente, haciendo su esfuerzo para caminar rapido—. ¡Vas a estar bien, los dos lo estarán! ¡Te llevaré a un hospital, Draken-kun! Juro... ¡que vas a estar bien!

Masumi observó en silencio la enorme espalda de Takemichi cargar con disposición a su amigo, con su ayuda, pero podía notar la determinación que tenía a la hora de avanzar. Sentía el nudo en su garganta crecer cada vez más por la situación, pero al igual que él, lo que más quería era llegar a un hospital y poner a salvo a Draken. Que él se salvara.

No quería perderlo.

—¡Takemichi-kun, Masumi-chan!

La aludida alzó que cejas mientras echaba su cabeza hacia atrás, tardando un poco en enfocar, aparte de que la fuerte lluvia no ayudaba demasiado. Pero, poco a poco distinguió dos kimonos acercarse apresuradamente hacia ellos, alzando la mirada fue que reconoció el rostro de Hina y Emma, está aún cargando en una de sus manos el kimono que pidió que le cuidara.

—¡Hina, Emma-chan! —llamó el chico mientras giraba un poco su cuerpo para ver a las dos apresuradas muchachas en kimono correr bajo la lluvia.

—¡Pedimos una ambulancia! —soltó la castaña.

—¡Masumi-chan! —chilló Emma con lagrimas en sus ojos al verla—. ¡S-Si estás bien! ¿Si lo estás? ¡Escuché que no habías reaccionado!

—Sólo perdí la consciencia por unos segundos. Lamento asustarlas. —dijo Masumi con una sonrisa un poco debil, mientras la rubia estaba observándola con lagrimas en sus ojos.

—¿Y Draken? —la más pequeña pregunta luego con preocupación, enfocando su mirada en el aún inconsciente chico.

—Tranquilas, sigue vivo. —respondió Takemichi con seguridad.

De alguna manera más tranquilos por saber que la ambulancia ya estaba en camino, buscaron un lugar con techo para poder refugiarse de la lluvia, aunque empapados ya estaban. Colocaron con cuidado a Ken en el suelo, tratando en lo más posible de hablarle o hacerlo reaccionar lo suficiente. Su cabeza terminó en el regazo de Emma, mientras al lado de esta se había puesto Masumi, tomando su kimono aún perfectamente doblado y viéndolo por varios segundos, apretando sus labios con cierta fuerza para tomar una zona de la falda y rasgar la tela.

—Pero... Masumi-chan... —murmuró Hinata al saber que era el kimono de su madre.

—Creo que a mi mamá le importaría más ayudarlo a qué su kimono no se rompiera. —respondió la chica con su mirada fija en el más alto, le pidió a Emma que la ayudara a levantarlo un poco del torso, así que ahí fue donde lo rodeó con aquel trozo de tela y comenzó a amarrarlo—. El torniquete ayudará a parar la sangre, o al menos, evitar que sangre más. No es mucho lo que puedo hacer, pero puede ser suficiente hasta que la ambulancia llegué. —su mirada estaba fija en el nudo que hacía, importándole poco mancharse las manos.

O, quizás si le importaba, sintiendo como llegaba a temblar al sentir la calidez de la sangre que se deshacía por las mismas gotas de lluvia que caían sobre ellos. No habían logrado encontrar un techo cerca, acomodándose debajo de unos árboles.

—Justo ahora quisiera dormir. —dijo Masumi como un comentario al aire, aunque los tres la escucharon perfectamente. Su mirada ahora estaba fija hacia enfrente, suspirando de manera algo temblorosa por el frío—. Me duele la cabeza...

—N-No... no cierres los ojos todavía. Necesito que estés conmigo ahora. —pidió Emma con cierta necesidad, su voz temblando. Su mirada se dirigió a Draken—. Draken...

—Él va a estar bien, Emma-chan. Todo va a estar bien. —Tenshi alzó una de sus manos y la puso sobre su cabeza, casi como si buscara confort Emma, la apoyó sobre su hombro mientras sollozaba, sin dejar de ver el rostro del chico que le gustaba.

—N-No quiero que él muera... —su hilito de voz apenas pudo ser entendible para la mayor quien se quedó en silencio, acariciando su cabello con suavidad.

—Él no va a morir, Emma-chan. Piensa en que no va a hacerlo en vez de lo contrario, y pasará.

Los sollozos apenas lograban camuflarse por el sonido de la lluvia, donde la pequeña Sano continuó con su frente apoyada en el hombro de Kiyoko quien sólo buscaba en tranquilizarla, aunque quizás ella podría estar mucho más asustada. Sentía un vacío en su estómago bastante pronunciado por pensar en la posibilidad de que Ryūguji Ken muera, pero cerró sus ojos, imaginándose al chico decir algo como «no se pueden librar de mi tan fácil» con una sonrisa burlona. Así que, trató de centrarse en que todo saldría bien. Hina y Takemichi sólo vieron con pena a ambas chicas.

❛¿Cómo estará Manjirō-kun?❜ la chica no pudo evitar pensar en su novio, entreabriendo su mirada que agachó hacia su mano, en donde estaba aquel anillo que le había regalado hace casi un año atrás. Sintió pena por recordar cómo había empezado la noche y cómo terminó transcurriendo, suspirando con pesadez y volviendo a cerrar sus ojos.

—¿Es en serio? —la chica alzó su mirada hacia Takemichi cuando escuchó su voz, siguiendo con su mirada la dirección que él estaba mirando; logró distinguir el uniforme de la TōMan, alegrándose un poco al pensar en los integrantes de estos mismos, aunque ver al cabecilla en ese grupo le borró la sonrisa.

—¿Kiyomasa-kun? —soltó el ángel de la TōMan con confusión.

—¿Cómo? ¿Draken sigue vivo? —canturreó Red con una sonrisa en sus labios—. Vaya, al parecer incluso Tenshi sigue ilesa también. —la nombrada frunció el ceño, sin quitarle la mirada de encima, levántandose con cuidado mientras dejaba con cuidado a Draken junto con Emma, esta viéndola con preocupación.

—Oigan, ¿que hace aquí el Tontomichi?

—¿Que crees que haces, sabandija? —chasqueó su lengua Kiyomasa luego sonriendo con burla—. ¡Que alguien me traiga cinta adhesiva! —casi todos rieron en consecuencia a su, aparentemente, broma.

—¿Qué es lo que necesitas, Kiyomasa? —habló Masumi una vez se puso a la cercanía de Takemichi quien la observó sorprendido y aún con aquella mirada asustada en sus ojos. Ver como una vez más estaba tan firme de ellos y con una mirada seria lo dejó sin palabras, a pésar de que aún estaba algo desorientada.

—¿Y a tí que te importa? No tengo porque escuchar a una perra como tú. —escupió el chico con fastidio, los chicos volvieron a reir, aunque la chica sólo frunció su ceño y se sostuvo la sien, suspirando con enorme pesadez.

—Ya me duele mucho la cabeza hoy... —murmuró mientras arrugaba la nariz, apretando sus ojos. No tardó en alzar sus largas pestañas igualmente húmedas por la lluvia—. Necesito saber exactamente a que vinieron. ¿Qué es lo que quieren?

Kiyomasa sólo miró de manera fija a la de mechas blancas que mantenía una expresión seria en su rostro, demostrando un poco de incomodidad, aunque por su parte era por el mismo dolor de cabeza que sentía, manteniendo una pequeña mueca en sus labios. Takemichi sólo podía mirar hacia la de pendientes y luego detrás de él donde Hina estaba bloqueando con su cuerpo a Draken y Emma. Comenzó a sentir la inquietud y los nervios invadirlo, dando un pequeño paso hacia atrás.

—Creo que ya entiendo... —murmuró Masumi agachando la mirada al notar las sonrisas y escuchar las risas de ellos, suspiró, sosteniéndose la cabeza unos momentos. Tomó una pequeña respiración y trató de colocarse firme, mirando de reojo lo asustado que estaba el ojiazul.

—Masu, Takemicchi...

El cuerpo de Masumi fue recorrido por un estremecimiento al escuchar aquella grave y profunda voz, que tenía un atisbo algo débil y vago. Rápidamente giró su cabeza sobre su hombro, sintiendo inevitablemente la lágrimas invadir sus ojos cuando notó como Ken estaba sentado en el suelo, sosteniéndose con cierta dificultad el abdomen. Tosió un poco de sangre, haciendo una mueca.

—¿Draken-kun? —balbuceó Hanagaki con un hilo de voz.

—Ken-kun... —susurró la mayor con un alivio y desosiego en su voz, apretando sus labios.

—No te muevas. —decía Emma mientras lo sostenía del hombro con cuidado, observándolo toser una vez más y tomar unas pequeñas respiraciones, apartándola suavemente.

—Gracias, Takemicchi. —dijo este con un tono de voz debil, luego desplazando su mirada a su abdomen y a la tela que lo apretaba con firmeza, soltó una vaga risa—. Así que terminaste rompiendo el kimono de tú mamá, ¿eh? —habló con pesadez mientras observaba la mirada algo llorosa de la ojirosa—. Después te lo voy a reponer. No quiero que la señora Hikari se moleste conmigo.

Masumi soltó una risa algo temblorosa y forzadas por ese chiste, un poco malo la verdad, pero sabía la razón por la que lo decía. Ahora lo que le importaba en esos momentos era que Ryūguji Ken había reaccionado y estaba despierto, que era, de alguna manera, una buena señal Sorbió su nariz y miró a sus amigas, notando la preocupación en Emma. Miró hacia Takemichi y luego hacia el pequeño grupo de uniformados, enserieando su rostro.

Ya sabía que era lo que tenían planeado hacer, y no le gustaba nada. Tenía que encargarse y proteger a Draken.

—Huyan con Hina-chan y con Emma. —dijo el de tatuaje entre profundas respiraciones, Masumi lo miró con confusión—. Voy a estar bien.

—¿Qué huya...? —susurró Takemichi algo ido.

—¿De qué hablas? El que debe huir aquí eres tú. —habló a chica con dureza, colocando sus ojos enfrente de ella. Suspiró un poco pesado, frunciendo su ceño—. Esta vez me voy a encargar de esto.

—¿Con todos estos tipos?

—Creo que no estás en posición de decirme eso con el abdomen apuñalado.

Draken miró la espalda de la chica y gruñó un poco ante el dolor punzante, sintiendo un malestar en todo su cuerpo. Aunque no quisiera admitirlo, le dolía como el infierno, pero era inevitable que no se preocupara por ella al ver más de tres tipos enfrente de ellos. No es que subestimara sus habilidades, pero desde allí se daba de cuenta que no estaba del todo bien.

—Take-kun. —habló la chica con seguridad mientras este lo miró aún algo ido—. Huye, por favor. —fue lo último que le dijo para comenzar a acercarse hacia el chico de la cicatriz quien endureció su mirada—. Bien, Kiyomasa-kun, sé que estás molesto por lo de las peleas clandestinas. Y lo entiendo. Así que, hablemos.

El chico la observó desde arriba, alzando levemente su labio superior dejando ver su encia, observándola con superioridad. La diferencia de estatura era bastante evidente, Masumi de por si era bastante pequeña al lado de él, de todos los chicos presentes en realidad; era como un pequeño conejito en medio de un montón de lobos.

Hanagaki continuó observando con shock hacia la chica que se fue colocando enfrente de él, tratando de demostrar seguridad. Pero, pudo ver como incluso sus manos estaban temblando imperceptiblemente; tal vez por el frío, tal vez por el miedo, tal vez por algo más. No lo sabía, pero se sintió tan mal que ella quisiera cargar con el enorme peso que tenían enfrente, a pesar de que fueran tantos, a pesar de que ella estaba débil. Hasta Draken, quien estaba en un estado tan deplorable le dijo que se fuera.

Comenzó a sentir una impotencia, el valor surgir en su pecho, recordando todas las veces que el huyó sólo por ser invadido por el miedo, observando como Masumi a pesar de estar asustada buscaba enfrentar su miedo, observando como Ken a pesar de estar tan mal mostraba confianza. Y sólo gritó con rabia y coraje, haciendo que todas las miradas fueran hacia él.

—¡Soy pátetico! ¿¡Para que demonios vine hasta aquí!? —exclamó mientras se limpiaba con brusquedad las lágrimas en sus ojos que se camuflaban con las gotas de lluvia—. Yo no voy a huír, Tenshi-san. —la chica lo miró aún algo desconcertada, observando como se colocaba enfrente de Hina y estiraba sus brazos—. Hina, aléjate.

—¿Eh? —murmuró esta algo desconcertada. El chico agachó la mirada.

—Lo siento, Draken-kun, Tenshi-san. —susurró el chico—. Gracias por darme valor. —miró por unos momentos hacia Masumi quien tenía su mirada puesta en él—. Lamento dejarte con toda la responsabilidad como si estuvieras sola. Esta vez deja que yo me encargue, esta es mi pelea.

Kiyoko alzó un poco sus cejas ante la enorme seriedad y disposición que ahora cargaba en su voz, entrabriendo un poco sus labios de forma confundida al verlo colocarse enfrente de ella. Por pura inercia dio un par de pasos hacia atrás, frunciendo un poco el ceño cuando le llegó una vez más una punzada a la cabeza. Miró sus manos que temblaban ligeramente, dándose de cuenta que estaba asustada, nerviosa. Porque sabía que ella sola no iba a poder contra ellos, se llevó la mano a la cabeza una vez, suspirando con pesadez.

—Masumi-chan. —Hina la agarró del hombro al verla, acercándola a ellos y dejándole el espacio a su novio a quien miraba preocupada enfrente de Kiyomasa.

—¿Qué te pasa? ¿Quieres morir tú también? —dijo este con algo de burla.

—¡Hazle caso a Tenshi! ¿No querías huír, Tontomichi? —las risas no se hicieron esperar ante ese comentario de Red, pero Hanagaki continuaba con la misma expresión seria en su rostro.

—No pienso huír. No voy a huír esta vez. Por todo lo que me pasó en la vida... —dijo, mientras apretaba uno de sus puños, poco a poco formando una sonrisa intimidante, alzando su rostro a quien fue su abusor—. Voy a vengarme.

Masumi observó en completo silencio la espalda del chico, teniendo un pequeño flashback cuando lo conoció. Sintió que todo se repetía en donde Takemichi estaba enfrente de Kiyomasa con disposición a pesar de todo, apretó sus labios con preocupación.

—Kiyomasa-kun, aún tenemos cuentas pendientes. —comenzó a decir el ojiazul, mirándolo desde abajo—. No terminamos nuestra pelea a puño limpio.

—¿Qué?

—¿De que demonios hablas? Por lo que vimos, está claro que perdiste.

—No perdí. —Kiyomasa chasqueó la lengua con molestia ante sus palabras.

—Vaya, en ese caso... Apuesto cien millones por Takemicchi. —Draken tomó la palabra con una sonrisa en su rostro mientras el aludido lo volteó a mirar sorprendido—. Es una ridiculez, pero que más da.

—¡Yo también apuesto cien millones por él! —Hina se unió.

—¡Yo trescientos millones! —Emma no tardó en hablar, aún con pequeñas lagrimas en sus ojos.

—¿¡Hina!? ¿¡Emma-chan!?

—¡Yo apuesto quinientos millones! —dijo Masumi con seguridad, provocando más sopresa en el rubio ojiazul.

—¿Acaso te afectó el golpe, Tenshi? Parece que incluso todos perdieron la cabeza. —se mofó Kiyomasa mientras se señalaba la cabeza.

—Pues ahora es el momento en donde he pensado más perfectamente en toda mi vida. —Masumi sonrió con seguridad, seguridad que tanto Emma, Hina como Draken tenían en su rostro.

—Takemicchi va a ganar.

—Gracias, chicos. —dijo el chico luego de suspirar con cierta pesadez, yendo directamente hacia su oponente—. ¡Vamos, Kiyomasa! ¡PELEA!

Todos observaron el momento en donde lanzó su puño, dispuesto a arremeter contra Kiyomasa, pero, no llegaron a esperar que este sacara el mismo cuchillo con el que apuñaló a Draken y la clavara en toda su palma. Masumi no pudo evitar cubrir su boca con su mano al ver como la cuchilla pasaba de lado a lado, no tardaron en escuchar el grito de dolor del chico quien se sostenía la mano con fuerza.

—¡Takemichi-kun! —Hina no tardó en hacer el amago de ir hacia su novio, pero la mayor, a pesar de estar aún en shock, la tomó del brazo y la jaló devuelta a su lugar, teniendo que sostenerla con fuerza cuando comenzó a forcejear.

—¡Detente, Hina-chan! —decía Tenshi sintiendo sus bruscos movimientos.

—¡Es peligroso! —chilló Emma observando las gordas lagrimas en sus ojos.

—¡Suéltame! ¡Takemichi-kun está...!

—¡N-No te metas, Hinata! ¡Pueden hacerte algo! —Masumi la abrazó con fuerza de la espalda mientras gordas lagrimas salían de sus ojos por la escena.

—Esta no es una pelea a puño limpio, es tú ejecución. —decía Kiyomasa con una sonrisa sombría—. Te voy a matar, Hanagaki.

El chico dio un par de respiraciones, tratando de calmarse y tomar más valor. Con todo el coraje del mundo tomó el cuchillo con fuerza y sin pestañear lo arrancó de su mano, lanzándolo lejos. A pesar del dolor tan fuerte que sentía, volvió a tomar carrera e ir hacia Kiyomasa quien sólo sonreía con burla, lanzándolo una vez más al suelo de un golpe pero no tardó en levantarse a pesar de la burlas de los amigos de Kiyomasa.

❛Tú puedes, Take-kun, tú puedes...❜ pensaba Masumi una y otra vez mientras aún agarraba de la espalda a Hina quien temblaba en su lugar. Estaba asustada y era claro que quería meterse, pero era su pelea, no la de ella. Para sorpresa de varios, este se abrazó a su torso, haciendo que diera un par de pasos hacia atrás por el impulso, pero no tardó en darle un rodillazo en el abdomen.

—¡Takemichi-kun! —chilló Hina con espanto.

—¡Hanagaki, quedarás mal delante de tú chica! ¡Una mosca pega más fuerte que tú! —Masumi frunció el ceño ya harta de todas las burlas a su amigo.

—¡Vamos, Take-kun, tú puedes! ¡Eres muy fuerte! —soltó sin aguantarlo más, dispuesta a apoyarlo—. ¡Sé que eres fuerte y resistes cualquier cosa!

—¡Vamos, Takemicchi! —Emma se unió a la porra de su amiga.

—¡Tú puedes, Takemichi-kun! —Hinata no pudo evitar decir lo mismo, apretando sus puños a la altura de su pecho con entusiasmo. Pocos momentos tardaron para que las tres chicas comenzaran a gritar palabras de aliento al héroe llorón.

El chico escuchó perfectamente todas y cada una de sus palabras, sintiendo pequeñas lágrimas en sus ojos por los golpes de Kiyomasa y al mismo sentirse conmovido. Frunció el ceño con determinación y en un acto sorpresivo, al tener sus manos ocupada, abrió lo más que pudo su boca y mordió a Kiyomasa quien no tardó de quejarse. A pesar del desconcierto, el más robusto comenzó a golpear su espalda en un intento de que lo soltara.

—¡Da todo, Take-kun! —volvió a escuchar la voz de Masumi justo al momento en que Kiyomasa alzaba su puño dispuesto a golpearlo.

Justo antes de que lo tocara, lo soltó y comenzó a esquivar los golpes que le lanzaba, maniobriando con el agua como había visto en Masumi, quedando justo detrás, y de manera inesperada se colgó a su espalda, rodeando su cuello con sus brazos y apretando con fuerza, sacándole un quejido ahogado a Kiyomasa.

—¡Me da igual no poder ser como Mikey-kun! —exclamaba el chico mientras apretaba sus brazos alrededor de su cuello con fuerza, comenzando a apresarle el oxigeno—. ¡Yo soy... HANAGAKI TAKEMICHI!

Todos observaro como poco a poco Kiyomasa iba perdiendo más fuerza conforme iban pasando los segundos, todos veían la escena de manera expectante, unos con incredulidad y otros con ilusión. No pasó mucho para que el chico comenzara a tambalearse de izquierda a derecha hasta que cayó de rodillas, yendo hacia atrás por el propio peso de Hanagaki en su espalda, quien cuando se cercioró que no se movía abrió sus ojos y soltó su agarre.

—Pude... vengarme. —dijo con una sonrisa orgullosa en su rostro, mirando el cielo lluvioso encima de él. Hina no tardó en ir hacia él apenas Masumi la soltó.

—¡Takemichi-kun!

—¡No vengas, Hina! —se detuvo apenas escuchó la exigencia de su novio, observando como se quitaba a Kiyomasa de encima para sentarse, recuperando el aliento. Un par de pasos en el agua se escuhó, observando confundido cuando Masumi lo tomó del hombro y sostenía con cuidado su muñeca—. ¿Tenshi-san? Pero si dije que no...

—He estado dentro de peleas desde hace más de dos años, estoy acostumbrada a esto. —lo interrumpió mientras rodeaba su mano con otro trozo de su kimono. Takemichi observó ese gesto confundido, apenas sintiendo su toque—. Además, no voy a dejar que pierdas la mano o algo.

Takemichi observó con atención su acción, alzando la mirada hacia su rostro y haciendo una mueca al ver los golpes que tenía por su piel. Alzó su mirada hacia el grupo de chicos enfrente de ellos, observando a Red golpear una cuchilla varias veces en su palma con una sonrisa. Se levantó con ayuda de la mayor, a quien gracias a ella no se fue de lado. Pero aún así, la apartó suavemente, generándole confusión mientras veía a Hina acercarse a pesar de todo.

—Hina... —habló el chico hacia su novia quien lo veía con preocupación—. Sal de aquí con Emma-chan. —escuchó la duda de esta misma, girando su cabeza mientras mostraba una sonrisa, a pesar de sentirse más que nervioso en esos momentos—. Yo veré como me las arreglo.

—Pero... —balbuceó ella con dudas.

—Yo estaré bien. Juro que estaré bien. —giró una vez más su rostro hacia enfrente, tomando una pequeña respiración. Observó su mano con aquel improvisado torniquete—. Tenshi-san, cuida a Hina mientras tanto por mi.

—¿Eh? Pero... —susurró la chica ante su sutil petición de irse, queriendo negarse sabiendo que no estaba en condición de pelear, estando ella perfectamente bien, en lo que cabe.

—Masu, tú también vete con ellas. —dijo Draken mientras se levantaba con cuidado del suelo, con ayuda de la rubia. Inmediatamente la de mechas blancas lo volteó a mirar.

—¡P-Pero no los puedo dejar así! ¡Menos a ti!

—¿Crees que no me he dado de cuenta que estás tambaleándote cada tanto? No sé que pasó, pero con lo poco que sé, te golpearon en la cabeza. —la chica apretó sus labios de manera temblorosa, sintiendo un nudo en su garganta—. Te pasa algo más y Mikey va a enloquecer.

La chica alzó sus cejas recordando a su novio, sintiendo su pecho oprimirse por esa posibilidad. Mordió su labio inferior con ligereza por sentir miedo de que algo le pasara a Draken, sólo recordando lo mal que Mikey se había puesto cuando falleció a Shin'ichirō, no queriendo que pasara otra vez. Miró su mano derecha en donde el anillo que su novio le había regalado estaba, preguntándose como estaría, alzó su mirada hacia Ken aún vacilante.

—Si pasa algo, prefiero morir y que al menos él te tenga a ti.

—P-Pero no digas que va a pasar... —Draken sonrió y soltó una vaga risa ante la expresión llorosa de la chica, pareciendo una niña pequeña.

—Mejor digo que no va a pasar, y no lo hará. —continuó aquella pequeña frasesita que ella solía decir, sonriéndole con seguridad para ver hacia enfrente—. Anda. Nosotros estaremos bien, nos la arreglaremos de alguna manera.

—Por favor, vete con ellas. —escuchó la casi suplica de Hanagaki.

Masumi hizo un puchero bastante tembloroso por lo que le estaban pidiendo, pero mirando a Hina y luego a Emma sintió esa responsabilidad en su pecho de protegerlas y cuidarlas, porque no tenía la certeza de si había más chicos por ahí dispuestos a lastimarlas. Así que, miró hacia Draken y hacia Takemicchi una última vez más para girarse hacia sus amigas.

—Por favor no mueran.

Eso fue lo último que dijo antes de irse con sus amigas con lágrimas en sus ojos, tratando de controlar el enorme miedo que sentía en su interior, con la lluvia cayendo sobre su cabeza y mojándola por completo. Lo único que deseaba es que todo estuviera bien, que todo fuera como antes y que esa horrible noche se acabara de una vez por todas.

—¡La ambulancia no debe tardar en llegar! —al alejarse lo suficiente, pudieron detenerse de un techo, las tres con las respiraciones agitadas—. Tranquilas, todo va a estar bien.

—Espero eso también, Hina-chan... —Masumi se echó el flequillo totalmente mojado hacia atrás, observando al cielo. Gordas lagrimas cayendo por sus mejillas mientras temblaba—. Dios, estoy tan asustada...

—N-No llores, porque voy a llorar yo también... —la voz temblorosa de Emma le ablandó el corazón y la hizo sentir mal, pero antes de poder decir algo esta se abrazó temblorosa a su pecho—. S-Sólo abrázame, por favor.

Masumi observó en silencio a la pequeña rubia aferrarse a su pecho como una niña, por unos momentos sollozando. Pero, no queriendo transmitirle sentimientos negativos, alzó sus manos y la abrazó con fuerza, sintiendo como apoyaba su cabeza en su pecho y temblaba del miedo, escuchando su pequeño llanto. Miró de reojo hacia Hina quien observaba con apremio a su alrededor, sorprendiéndose por lo controlada que se veía en ese momentos, a comparación de ella, quien era la mayor y estaba llorando como una bebé.

Pero, la tristeza y el miedo no tardó en irse cuando comenzaron a escucharse las sirenas a lo lejos, las tres alzando a la par la mirada, mirándose entre sí.

Era el sonido de la ambulancia.

Ignoren a tanjiro en el gif, ¿ok? Es q me servía para el cap y es el único q me agarraba

No sé si me gusta o me asusta que en menos de un día lleguen a la meta👺

es pq no aceptaban como terminó el capitulo anterior, verdad

Que capitulo tan difícil de escribIR

No sé porque pero cuando apareció Kiyomasa y así me re bloquee y no sabía que rayos poner (ósea, si sabía, era lo del anime, duh) pero me trababa cuando quería narrar la pelea de Takemicchi y

Pero se pudo, se terminó. Si, amikos, Masumi no quedó tiesa, bueno, quedó medio tiesa pero por unos momentos

Aparte me funan si se queda tiesa, me estaban funando prácticamente en el cap anterior

Se me encogió el corazón por imaginarme a Masumi llorando asustada por dejar a sus retoños, pero tampoco podía dejar sola a Hina y a Emma, basta

MIREN LO QUE ME ENCONTRE EN PAPI PINTEREST

ES MASUMI, BASTA, LITERALMENTE ES ELLA. YA ES CANON (es Yuzuha con la paleta de colores de Nezuko, te amo yuzuha)

Pero dios mio, literalmente es Masumi. Es ella en este capitulo y todo, golpeada pero preciosa. Le faltan los mechones blancos y los aretes y listo

❪📚❫',• curiosity's zone

#Si Tenshi hubiera peleado, no hubiera durado mucho. No es que el golpe haya sido TAN grave, pero claramente la desorientó y el golpe no la iba a dejar concentrarse. Tomen en cuenta que perdió el conocimiento dos veces; apenas lo recibió y momentos despues. En parte logró estar despierta por la adrenalina. Pero vuelvo a decir; no fue un golpe grave, pero tampoco fue muy suave que digamos.

#Había planeado que Tenshi peleara con Kiyomasa pero, aparte del dato anterior, esta pelea es de Takemichi y su venganza. Considere mejor que no porque es algo que él necesitaba hacer. Planee también que peleara con Red y los otros, pero lo descarté, aparte, se me estaba alargando mucho el capitulo.

#No lo mencioné en el capítulo anterior, pero si, Masumi le dió el kimono a Emma para que lo cuidara. No quería perder algo de su madre en medio de la pelea, y aunque le haya dolido de alguna manera rasgarlo, para ella era como una forma de que su mamá estaba con Draken y Takemichi al vendarlos.

→S H A N X L A B Y X←

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