❪𝟰𝟲❫ ; 𝗷𝘂𝘀𝘁 𝘁𝗿𝘂𝘀𝘁 𝗺𝗲, 𝘆𝗼𝘂'𝗹𝗹 𝗯𝗲 𝗳𝗶𝗻𝗲.

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❪ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
*╔═══❖•ೋ°🥀°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS;
SÓLO CONFÍA EN MI, ESTARÁ BIEN
❛la verdadera intención

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Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌
Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

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©Shanxlabyx
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EL AMBIENTE ERA UN POCO SILENCIOSO, APENAS escuchándose los pasos de ambos mientras avanzaban. No podía dejar de mirar cada tanto a Masumi, sintiéndose casi extraño por estar caminando junto a ella.

De alguna manera estaba más tranquilo.

Claramente estaba mejor que antes, estaba relajado. Podía respirar un poco más suave, casi como si haber llorado y de alguna manera soltado parte del dolor que había en su pecho haya sido un enorme alivio, y si lo había sido. Aunque aún así, sentía aún cierta inquietud en su cuerpo mientras avanzaban hacia donde ella había dicho que lo llevaría a conocer a su madre. Sonrió un poco ansioso por ver a la persona que la había traído al mundo, pensando en lo tan dulce que debe haber sido como para que ella fuera de esa manera.

❛¿Cómo será su mamá?❜ se preguntaba mientras apretaba un poco inquieto sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Sonrió un poco al hacerse una imagen física, pero, inconscientemente imaginó fue a la Kiyoko Masumi del futuro; con aquella expresión triste y aquellos ojos apagadas. Agitó su cabeza cuando una imagen del día de su muerte pasó por su cabeza en un fugaz recuerdo, no debía pensar en eso; debía pensar en todo lo que haría para que ese futuro no se cumpliera.

Excepto por Mirai. Él anhelaba verla otra vez, era una de las pocas cosas buenas que pudo ver de ese futuro.

A veces sentía temor de dar un vistazo al futuro, el cual era su presente. Le daba algo de miedo hacerlo, sobre todo por recordar como casi todos le habían hecho una advertencia de que tenía que irse lo más lejos posible, advirtiéndole que estaba en peligro, y aún más cuando estuvo en medio de la muerte de la mujer de Mikey. Tragó un poco de saliva por la pequeña inquietud sobre como se encontraría; como estaría Naoto, como estarían las hermanitas de Tenshi, como estaría Mirai.

La misma Sumi había expresado que no tenía ni idea si, ahora que su hermana había muerto, Mikey no tomaría cartas en el asunto y la buscaría. Incluso hasta cierto punto se lo preguntaba; si no se la llevó cuando Masumi fue incapacitada, ¿se la llevaría ahora que ella no estaba de ninguna manera? Había muchas cosas que pensaba y que al mismo tiempo le dificultaba pensar.

Alzó la mirada luego de escuchar como la de mechas blanquecinas se detenía, provocando que él lo hiciera de igual manera. Le provocó curiosidad de mirar al lugar en donde estaban y volteó su cabeza a su alrededor, sintiendo casi una intrigada necesidad de ver a la madre del ángel de la TōMan y darle su mano. Pero, se detuvo abruptamente apenas se dió de cuenta exactamente del lugar en donde estaban, viendo en completo silencio las rejas semi abiertas de aquel lugar que expresaba siempre un sentimiento de melancolía y dolor.

Estaban en un cementerio.

—Acaso... ¿ella trabaja aquí? —cuestionó, queriendo que eso fuera el caso. Observar la pequeña y casi triste sonrisa que ella le mostró, indicándole que lo siguiera, sólo le provocó un sabor amargo.

Miró de un lado a otro hacia las lapidas, hacia las tumbas de personas que lastimosamente habían perdido la vida, provocándole un hueco en las vidas de otros. Un pequeño escalofrío lo recorrió por pensar en una idea espantosa, incluso llena de tristeza; caminaba por el mismo camino que caminó la última vez cuando fue a buscar a Mikey para contarle lo que había sucedido en la guarida de Valhalla.

—Te presento a mi mamá, Hikari. —le mostró una lápida muy bien cuidada, en donde estaba tallado las palabras «Familia Imaushi-Kiyoko».

Un nudo se presentó en su garganta por la sonrisa que ella le mostró, sintiendo un nuevo escalofrío recorrerlo por completo. La miró en silencio y casi sin creerse que ese haya sido la realidad detrás de la sonrisa del ángel de la TōMan. Miró su espalda con un poco de pena e incertidumbre, sintiendo tanta lastima por lo aún más silencioso que se había puesto el ambiente.

Se quedó observando las flores semi frescas que estaban a los pies de la tumba, con pequeños arreglos e incluso una linda foto puesta en un cuadro. Tuvo que acercarse lo suficiente a Masumi para poder reconocer la imagen lo suficientemente bien, quedándose en silencio mientras veía aquella foto impresa; sintió nuevamente aquella sensación de deja vu al ver aquel rostro pulcro aunque maduro en la imagen, unos orbes violetas mostrando una mirada cansada y caída, teniendo un cabello negro y rizado como el de su hija. Portaba una ligera sonrisa mientras sostenía un ramo entre sus manos, viéndose feliz.

Muy, muy feliz.

Takemichi otra vez dirigió una mirada llena de sorpresa y a su vez algún atisbo de dolor al momento que Masumi se sentó enfrente de la lápida, mirándolo y también indicándole que se sentara a un lado de ella, haciéndolo torcer sus labios en una mueca algo dolorosa. Observó otra vez la lápida y prosiguió a sentarse a un lado de ella, no sabiendo ahora que rayos iba a decir, abriendo la boca y quedándose mudo, apretándolos entre si y volviendo a abrir la boca, para cerrarla de nuevo.

—No tienes que decir algo si no sabes que decir. —habló la muchacha de orbes rosáceos al fin, dándole una pequeña sonrisa al verlo agachar la mirada un poco avergonzado—. Tal vez te preguntarás porque te traje a un lugar como este...

—Pues, sinceramente si. —asiente un par de veces, encogiéndose en sus hombros un poco tímido, entrecerrando sus ojos para luego voltearla a mirar mientras agitaba sus manos con un poco de nervios—. ¡P-Pero no me molesta! Me siento extraño, quizás... ¿Halagado? ¡No lo tomes de que me alegra venir, osea si, pero...!

Masumi lo interrumpió al momento que se carcajeó un poco, negando con su cabeza. —Entiendo. La verdad no sé si decirte que tomes como un privilegio que te haya traído a conocer a mi madre... —hace una pequeña pausa—. No a muchos los traigo.

Takemichi parpadea un par de veces y pone su atención en ella, un poco sorprendido, al menos algo halagado. No sabía si estaba siendo muy egocéntrico al sentirse de alguna manera especial porque lo llevara a un lugar al cual no han llevado a casi nadie, sobre todo porque no era un lugar cualquiera; era el lugar donde residía su madre, aquella que le había enseñado buenos valores pero que lamentablemente no iba a tener la oportunidad de conocerla como tal.

Boqueó aún un tanto sorprendido, mirando su perfil fijó en el pilar enfrente de ellos, viendolo con una mezcla de cariño y a su vez melancolía. Tuvo que tragar saliva para hablar, y aún así, su voz salió algo temblorosa.

—¿En serio?

—Así es. —asiente la mayor dejando salir un nuevo suspiro, formando una pequeña sonrisa—. Sólo los capitanes conocen este lugar, pero porque son de mi más grande confianza.

Otro impacto para su corazón.

Los labios de Takemichi no evitaron temblar con ligereza al apenas escuchar esas palabras, no sabiendo como tomarselas del todo; de alguna manera se sintió halagado, porque el simple hecho de que fuera a presentarle a su madre en aquel estado debía ser una acción demasiado fuerte. Él había experimentado la muerte de personas cercanas, claro, pero nunca de un familiar, y sabía muy bien que eso era demasiado dificil.

Cómo si de un momento a otro le arrancaran un pedazo de su corazón.

Miró una vez más el perfil del ángel de la TōMan, recordando como ella dijo que lo llevaría para poder relajarse junto a ella luego de la escena que había mostrado en su lugar de trabajo. Se sentía más extraño que nada, se sentía la humedad en el ambiente y al mismo tiempo un aura melancolico, a pesar de que ya había estado antes en un cementerio.

—¿Y-Y... —balbuceó casi sin aliento, llamando su atención—. ¿Por qué yo...? ¿Por qué me trajiste a mi?

Masumi se quedó mirándolo por unos segundos mirándolo sin decir nada, con una expresión casi ilegible, pero luego se fue suavizando al momento que sonrió con dulzura, llevando una de sus manos a la suya y tomándola en su palma. A pesar de todo, su piel era fría pero suave. No hizo más que mirarla al rostro con sus ojos algo brillantes y a su vez temerosos.

—Porque es un lugar que nadie va a venir a molestar, es un lugar seguro. —respondió con suavidad y un tono bajo, volviendo a mirar hacia la tumba—. No sé y sigo sin saber como es que te sientes, o por qué a fin de cuentas. Últimamente has estado actuando demasiado extraño.

—¿Eh? —Hanagaki se mostró un poco nervioso, mirando unos momentos a su alrededor para volver a observarla—. ¿D-De que hablas?

—Pues no está demás decir que de repente te comportas diferente, más... inmaduro y grosero, en mi opinión. —dice mientras miraba con calma las letras talladas en la lápida—. Actuas como un adulto... Uno llorón, en realidad. —no evita decir, dejando salir una pequeña risa que murió en sus labios—. No es la primera vez que actuas como si fueras otra persona, y quiero pensar que se trata de simple estrés o algo más que alguna cosa que me preocupa.

Takemichi se quedó mirándola de manera confundida, sintiendo un pequeño escalofrio recorrer su cuerpo por la pausa tan extensa que su capitana había dicho, incluso dudando para contestarle en total lo que estaba tratando de decir. Kiyoko frunció su entrecejo un poco y este mismo incluso tembló mientras sus labios se apretaban.

—No estás metido con Valhalla... —murmuró Masumi haciendo que un inmediato escalofrío lo recorriera, abriendo sus ojos en grande—. ¿Cierto?

—¡Por supuesto... —se quedó mudo en un instante cuando ella lo miró, como si le recordara a fin de cuentas en donde se encontraban. Bajó la voz un poco—. P-Por supuesto que no. Yo no estoy con Valhalla. Lo juro.

—¿Entonces de qué se trata? Estoy tratando de buscarle explicación a tú actitud.

—¡Es porque...! —¡no, callate! Rápidamente se quedó mudo con lo que había gritado su subconsciente, en donde su expresión se deformó por nervios. Apoyó uno de sus brazos en sus rodillas mientras se cubría la cabeza, desviando la mirada hacia un lado—. Es porque Kisaki no es confiable.

—¿Y por qué no es confiable? Eso es lo que no entiendo y quiero entender. —volvió a insistir la muchacha de mechas teñidas, girándose a él y jalando su mano para que la mirara—. ¿Qué fue lo que hizo para que parecieras odiarlo? ¿Acaso te amenazó o algo? Sólo dime.

Takemichi la miró con ojos temblorosos, sintiendo como incluso su propio corazón estaba temblando por el hecho de la situación en la que se encontraba. En todo lo que llevaba haciendo aquellas misiones en el pasado era la primera vez que alguien lo interrogaba de esa manera sobre el por que lo hacía. Una vez sólo Mikey lo había dicho, pero dejó del lado el tema, pero no sabía como sería el caso con Tenshi.

Una parte de él quería decirle con fuerza por que estaba haciendo todo eso, por que no confiaba y podria decirse que hasta odiaba a Kisaki, porque era así; lo odiaba, y no quería que tal persona como él se involucrara con ella. No estaba demás decir que está buscando manipularla a su antojo al comportarse, aparentemente, encantador con ella. Y eso era malo, terriblemente malo.

Era como el primer paso hacia el infierno del futuro.

Pero era algo que no iba a permitir.

—Yo confío en ti, Takemichi. Así que, puedes confiar en mi. —la de mechas blanquecinas toma su mano entre las de ella, mostrando una expresión exigente y al mismo tiempo gentil, haciendo al rubio teñido titubear con ligereza.

—Es... —balbuceó, escuchándose a si mismo gritarse que no continuara hablando y se quedara callado. Que con sólo decir la real verdad podría empeorar las cosas—. Es porque...

Rápidamente es interrumpido por el fuerte sonido de unas motocicletas alrededor del lugar, que no sólo lo alertó a él si no que a la mayor presente. Ella fue la primera en reaccionar y se levantó, mirando con rapidez hacia su alrededor como si quisiera distinguir o reconocer el sonido de sus motores, aunque ninguno se le había hecho particularmente familiar, eso sólo la alerto. Era demasiado cerca de allí.

—¿Qué...? —murmuró la vice-comandante de la Tokyo Manji, en donde Takemichi no hizo más que levantarse de manera abrupta sintiendo como la ansiedad comenzaba a invadirlo.

❛No, no puede ser...❜ comenzó a mirar de un lado a otro alarmado porque fuera lo que creía que iba a suceder, sobre todo estando con el ángel de la TōMan. Un nudo se instaló en su garganta conforme escuchaba como los motores habían dejado de rugir poco a poco. Un sudor frio comenzó a resbalar por su espalda junto con una mirada llena de espanto.

«Fueron unos tipos de Valhalla que me llevaron a... No sé dónde»

Recordar la misma voz de Masumi en el futuro en su cabeza hablarle fue como un recordatorio de lo que estaba por pasar, pero, por lo mismo, pensando en ella se colocó firme y seguro, colocándose enfrente de la Masumi del pasado quien se veía un poco más que confundida y al mismo tiempo alerta, quedándose mirando su espalda por unos segundos. Procesó un poco lo que sucedía, mientras murmuraba con cierta suavidad y preocupación el nombre de su compañero, quien estaba mirando de manera fija hacia donde era la entrada de aquel sagrado lugar, como si esperara el inminente suceso.

Porque lo iba a evitar a toda costa, no iba a permitir que aquel futuro tan horrible se desatará. Iba a proteger a Tenshi una vez más, sea como sea.

—¡Vaya, vaya! Parece que el ángel de la TōMan si venía a este lugar. —ambos escucharon una voz socarrona llegar al lugar, no tardando en distinguir la chaqueta de Valhalla junto con variados pasos.

—Y no está sola. —se mofó otro chico de manera interesada, dejando salir una risa—. Pensé que era sólo era la perra del capitán.

—Bueno, compartir siempre es lo más importante. —dijo un tercero que fumaba con tranquilidad.

Frunció su ceño por los comentarios dirigidos hacia Masumi quien había asomado su cabeza sobre su hombro, queriendo ver qué sucedía y quien había llegado. Tres hombres de Valhalla. No eran personas con las que había tenido algún encuentro antes, quizás eran personas a quienes no les llegó a prestar atención o que de por sí le habían parecido irrelevantes, pero su sóla presencia, con recordar los pequeños detalles que había recibido en el futuro, era lo suficiente para no dejarse doblegar.

—¿Take-kun...? —volvió a decir la mayor.

No los conocía, definitivamente no conocía a alguno, pero era más que claro que no eran de fiar. Sus puños temblaron al momento que los apretó, observando como esos tres llegaban enfrente de ellos, separados por unos cuantos metros. No tardó en colocarse en posición de pelea preparado para cualquier cosa, teniendo en mente una y otra vez lo que Draken y Tenshi en el futuro le habían dicho.

—¿Huh? ¿Tan rápido quieres que te demos una paliza? —dijo uno de ellos con diversión.

Las cejas de Kiyoko se fruncieron y temblaron apenas escuchó esa clara amenaza, importándole poco que Takemichi buscara protegerla, se encaminó, colocándose a su par. —¿Qué es lo que están buscando? La pelea no es hasta pasado mañana.

—Nadie dijo que no podríamos divertinos antes. —una vez más se burla, observando de arriba hacia abajo a la única chica presente—. Aunque hasta ahora, sólo tenemos un objetivo.

—¿Eh? ¿de qué hablan? —cuestiona la de mechas blanquecinas con una mirada mezclada de preocupación y a su vez alerta, Takemichi rápidamente se pone enfrente de ella, evitando que se acercara.

—¡No voy a dejar que se la lleven! —dijo, para su sorpresa—. ¡Largo de aqui!

¿Eh? ¿Llevársela? Masumi no entendía ni un comino, aunque no está demás decir que se asustó un poco.

—¿Huh? ¿Y tú como es que sabes eso? —pregunta uno de ellos de manera altanera, a punto de lanzarse hacia él. Rápidamente el que estaba fumando, lo detuvo.

—Vaya que es un tipo muy intuitivo. ¿No fue el que salvo a Draken y a Tenshi en lo de Moebius? —dijo con una mirada seria, no quitándole la mirada de encima—. O es muy inteligente o muy paranoico... Aunque al menos acertó.

Inmediatamente el cuerpo de Masumi se estremeció por escuchar lo que podría ser una afirmación, mirando de manera nerviosa pero a su vez alerta por lo que estaba sucediendo. Claro que se tomó su momento de mirar confundida al héroe llorón que no había dudado ni un segundo en buscar protegerla.

—¡Alejense! —había dicho Takemichi cuando observó los leves pasos que ellos dieron para acercarse hacia ellos—. Juro... ¡Juro que no dudaré en pelear!

—¿Oh? ¿Es así? —dijo el que fumaba, tomando entre sus dedos el cigarrillo y lanzándolo al suelo, apagándolo con la suela de su zapato. En un segundo, en donde Takemichi tragó saliva mientras se preparaba, le asentó un puñetazo en la quijada que lo lanzó hacia atrás.

—¡Takemichi! —llamó Masumi por su nombre, agarrándolo al haber chocado con ella. Observó preocupada como de su labio salió un pequeño hilo de sangre.

—Duele, duele... —decía el viajero del tiempo un poco desorientado por el golpe, escuchando unas risas de los chicos de Valhalla.

—Bueno, pues no pareces alguien particularmente fuerte. No sé de que tanto hablaban del «salvador de la TōMan». —se mofó el mismo tipo que lo golpeó, tronando sus nudillos con una sonrisa—. No va a ser muy dificil cumplir con nuestro deber.

Masumi cogió a Takemichi detrás de ella, mirando con una expresión exaltada y a su vez alerta. Se sintió de repente pequeña en medio de ellos.

—Pues si Tenshi da pelea, no tendremos problema. —dijo uno de ellos, moviéndose casi emocionado—. Un poco de diversión no estaría mal.

—¿Sabían que es muy grosero venir a molestar a un lugar como este?

El ambiente casi parecia haberse reventado como una burbuja apenas se escuchó aquella voz; los tipos de Valhalla fueron girando poco a poco sus cabezas para observar aquella voz rasposa y casi vaga, quedándose completamente mudo al ver tres figuras justo detrás de ellos. El que más destacaba era el más alto y delgado, quien mantenía sus labios con una mueca, remarcando un poco más la cicatriz que rebasaba por sus labios, junto con un platinado de mirada casi aburrida y uno completamente vendado. Pero su simple presencia parecía haberlos alterado de sobremanera.

—Deberíamos darles una paliza por sólo haberse atrevido a pensar en hacer algo aquí. —Mitsuya bufó, alzando sus párpados y dejando ver sus orbes lavanda. Su cabeza se inclinó hacia un lado, dejando salir una pequeña risa—. Pero prefiero hacerlo afuera.

—Taka-chan, Hakkai-kun... —Masumi sonrió con un poco más de alegría y al mismo tiempo felicidad—. ¡Chifu-kun!

—¿Q-Qué? Pero cómo...

—¿Creen que sería demasiado fácil? Recuerden que nuestra vice-comandante tiene a toda la TōMan de su lado. —habló Chifuyu casi con soberbia—. Nosotros estamos en todos lados.

—No están haciendo más que molestar a las personas que están descansando aquí. —Hakkai fue el siguiente en hablar, entrecerrando sus ojos que se tornaron con una mirada un poco más opaca, no haciendo más que sobresaltarlos—. Eso es imperdonable.

Los mismos chicos que alardeaban de que todo iba a ser muy fácil casi se sobresaltaron al ver como el capitán de la segunda división golpeó su puño contra su palma con una sonrisa amenazadora, no tranquilizándolos ni un poco al observar la mirada penetrante y opaca que Hakkai poseía junto con la expresión molesta de Chifuyu. Se sintieron intimidados.

—¿Qué les parece si llevamos esto fuera y lejos de este lugar? No quiero molestar a la madre de Masu. —dijo Takashi sin dejar de tener aquella sonrisa de costado—. A no ser que quieran que nuestra vice-comandante les dé una paliza. Es pequeña y linda pero te puede romper un brazo fácilmente o bloquearte las articulaciones en un segundo. Ni yo sé como lo hace.

—¡No soy pequeña! —se quejó Masumi mientras sostenía a un desorientado Takemichi quien parpadeó, dándose de cuenta de la situación.

—¿¡Eh...!? ¿¡Como se...!? —decía uno de ellos antes de ser fácil y bruscamente agarrado del cuello de su camisa por Hakkai, que fácilmente lo arrastró a él y a su compañero—. ¡Sueltenme!

—En un momento venimos, ¿si? —Mitsuya también agarró del brazo al tercero, doblándolo detrás de su espalda y girando su cabeza para darle una sonrisa amable a la mayor, escuchando sus quejas de fondo—. Eres muy capaz de pelear, pero deja que nos encarguemos.

Masumi asintió aún un poco dudosa, escuchando las quejas de aquellos tiposde Valhalla mientras eran arrastrados fuera del cementerio. Aún sostenía con suavidad al viajero del tiempo, con una expresión un poco más suave y relajada, ya que de alguna manera la situación se había resuelto. Suspiró con más tranquilidad al no tener que haberse encargado de todo eso sola; tal como dijo Takashi, era capaz de defenderse perfectamente, pero recibir ayuda no estaba demás.

Aunque aún procesaba la prácticamente emboscada que había presenciado.

Takemichi a su lado veía aún algo ido y a su vez shockeado la entrada semi abierta del cementerio, jurando que escuchaba desde allí los golpes y las quejas ahogadas de aquellos chicos de Valhalla desde allí, aunque no lo suficientemente cerca como para decir que era allí mismo. Se habían tomado en serio de apartarse para no molestar a las personas que estaban descansando allí mismo. Era respetable ahora que lo pensaba.

—¡Ah! —no evita quejarse cuando siente como Kiyoko tocaba con sus dedos su labio, sintiendo un corrientazo de dolor. Miró rápidamente a la chica que no había tardado en inspeccionar su golpe. Y aún que haya sido uno, vaya que dolió.

—Lo siento. —dijo ella con una expresión preocupada, acercando con mucha más suavidad y cuidado sus manos a su rostro. Takemichi sólo se dejó, observando con atención su expresión—. Estoy comenzando a pensar que todos te ven como saco de boxeo... Casi siempre te golpean... —murmura, haciendo un pequeño puchero.

Ay... No te preocupes. Ya estoy algo acostumbrado. —el teñido trata de sonar despreocupado, procesando el hecho de que siempre que iba a un lugar recibía un golpe. Observó en silencio como de la mochila que traía sacaba un termo.

—Mira, es agua fría. No está congelada pero el material si está bastante frío. —le colocó con cuidado el termo de metal contra la comisura de su labio, haciéndolo sisear un poco hasta acostumbrarse.

Un silencio un poco extraño se hizo presente entre los dos, Takemichi estaba algo cabizbajo tratando de procesar lo que había sucedido; literalmente habían llegado para su rescate, aunque sea como sea se las iba a arreglar para poder pelear. Sentía un alivio enorme al saber que parecía haber evitado el posible secuestro de Kiyoko Masumi; Claro, no iba a estar 100% tranquilo hasta que llegue el día del enfrentamiento contra Valhalla y se haya asegurado de que no se la llevaran.

Con el incidente en Moebius entendió que hasta que no pase hasta el siguiente día de los sucesos que debía evitar, no iba a estar tranquilo. Cualquier cosa podría pasar a último minuto. Iba a hacer lo posible para cambiar y mejorar las cosas. Si tenía que estar encima de Masumi hasta que el treinta y uno de octubre llegue, lo iba a hacer.

—Gracias. —salió de sus pensamientos al escuchar su voz, pestañeando un poco y mirándola con atención y confusión—. Por defenderme, lo agradezco mucho. Pude haberme defendido, pero aún así agradezco lo que hiciste.

—¿Eh? —sus mejillas se ruborizaron un poco avergonzado, dejando salir una sonrisa apenada—. Pero si no pude hacer nada. Fue Mitsuya-kun, Chifuyu y Hakkai quienes terminaron enfrentándose a esos tipos. ¿No viste que casi me desmayó de un sólo golpe?

—Es normal. —suelta una pequeña risa mientras dejaba que él siguiera sosteniendo el termo contra su mejilla—. Pero tuviste la intención de de protegerme y defenderme a pesar de todo. La simple intención es lo que cuenta. Gracias, Take-kun.

El ojiazul sonrió un poco más, sintiendo de alguna manera como una pequeña tranquilidad se instalaba en su pecho. Aunque, a pesar de que su expresión se había suavizado un poco, aún sentía aquella inconformidad en su pecho. Pero ver la sonrisa de Masumi enfrente de sus ojos fue lo suficiente para poder sentirse tranquilo, ya que ella parecía ser la calma misma.

—Vaya que se creían mucho esos tres. —ambos llevaron su atención hacia el capitán de la segunda división, Mitsuya, hacerse presente, seguido de Hakkai y un apresurado Chifuyu—. No soportaron.

—¡Takemichi, Tenshi-san! —el vice-capitán de la primera división llegó con ellos con cierto apremio, se veía activo—. ¿Los dos se encuentran bien? ¿Golpearon mucho a Takemichi?

—Hey. —murmuró este mismo ante aquella insinuación, haciendo un pequeño puchero.

—Estamos bien, Chifu-kun. Llegaron justo a tiempo. —Tenshi sonríe dándole una pequeña caricia a su cabeza, luego mira hacia Takemichi aún sosteniendo la botella contra su labio—. Bueno, casi.

—¿Cómo es que llegaron tan de repente? —cuestiona el teñido intrigado, observando a Hakkai que estaba serio y algo tieso.

—En realidad fue Chifuyu quien nos encontró. —dijo Mitsuya de manera relajada, mirando con una sonrisa hacia ambos más bajos—. Se dio de cuenta que habían tipos de Valhalla rondando por donde trabajaba Masu.

—¿En serio? —cuestiona Masumi de manera sorprendida y un poco asustada. Suspiró, sobándose el puente de su nariz—. Ow, debí haber estado más atenta.

—No te culpes por eso.

—La verdad yo no me di de cuenta... —murmuró Hanagaki para si mismo, algo avergonzado por el hecho de que no se fijó si estaban hombres de aquella pandilla cerca.

—Pues de alguna manera lo hiciste. Cuando ibamos a ver a Tenshi-san me dijiste que estuviera atento a si había alguien de Valhalla cerca. —señaló Chifuyu de manera despreocupada, haciendo al rubio teñido parpadear un par de veces—. No puedo creer que de verdad no lo recuerdes... Bueno, tiene sentido si estuviste llorando como un bebé-

—¡O-Oye, pero no te pongas a decirlo! —chilló de inmediato de manera avergonzada, Matsuno se rio.

—La verdad es que íbamos a ir con Masu precisamente. —Takashi, teniendo una sonrisa de lado, toma la palabra, colocando una de sus manos en su cadera.

—¿Eh? ¿Por qué? ¿Pasó algo? —fue lo que respondió la aludida un poco preocupada.

—Conmigo no. Al menos. —el platinado observa unos segundos hacia Hakkai que continuaba callado. Le dió un pequeño codazo, haciéndolo espabilarse—. Era más por parte de Hakkai.

—¿Eh? ¿Por qué?

Todos miraron al peliazul con cierta atención, observando como el más alto de manera imperceptible se encontraba rígido, con su mirada algo perdida en algún punto. Aunque reaccionó cuando Takashi le volvió a dar un pequeño empujón con su brazo, en donde parpadeó un par de veces y bajó la mirada para encontrarse con los grandes ojos rozados de Tenshi mirarlo fijamente, provocando que se colocara rígido por unos momentos; él extendió una libreta enfrente de ella, haciéndola parpadear mientras tomaba lentamente está misma, dándose de cuenta que era suya.

—Oh, cierto que se lo había prestado a Yu-chan. —murmuró viendo su libreta un poco pensativa al recordar como se lo había prestado a la hermana de Hakkai.

—Dice que gracias.

Masumi alzó otra vez sus cansados ojos hacia él, curiosa y casi sorprendida de como se dirigió de manera un poco más suelta hacia ella. Claro, casi a las malas había tenido que aprender a hablar con ella al ser su vice-comandante; no está demás decir que Cherry es una de las que revoloteaba mucho alrededor de él para hacerlo hablar, en donde sólo se quedaba congelado mirando hacia la nada y la ignoraba. Con ella pues ahora dura unos segundos para responderle, pero al menos lo hacía.

—No hay de que. Siempre estoy para ayudar. —dijo con dulzura haciendo que él de la cicatriz asintiera varias veces.

—Bueno, supongo que te llevaremos a casa. —volvió a hablar Takashi con una sonrisa—. Bueno, a los dos. Vamos, les daremos el aventón.

OBSERVAR EL ATARDECER PARA MASUMI ERA bastante relajante, observar como el cielo estaba tiñéndose de tonos cálidos. Sonrió un poco mientras observaba este mismo, dejando salir un pequeño suspiro. Miró a un lado de ella, observando la expresión aún algo pensativa de Takemichi a su lado, pareciendo bastante sumido en sus pensamientos.

—¿Estás bien, Take-kun? —habló luego de unos segundos, haciendo que se espabilara y la mirara un poco desconcertado.

—¿Eh? Si, si... —sonrió un poco dudoso, suspirando con pesadez y volviendo a ver hacia el suelo—. Es sólo que...

—¿Si...? 

Takemichi hizo una pequeña pausa en donde veía hacia abajo, se habían detenido no muy lejos de un parque, mientras el atardecer caía entre ellos. Él no hacía más que ver directamente a sus pies, alzando una de sus manos y tocando su labio algo hinchado por el golpe que sólo rato atrás había recibido. Algo se apretó con fuerza dentro de su pecho, abultando sus labios en un pequeño puchero.

—No pude... traer de vuelta a Baji-kun.

Masumi alzó un poco sus cejas, sorprendida por sus palabras y la enorme tristeza que él expresaba. Se quedó sin palabras, no sabiendo como sentirse; tenía en claro que, por medio de Chifuyu que fue quien le dijo, habían hablado más temprano con Baji Keisuke, la actual razón de sus noches en vela pensando que hacer, sólo que no esperó que lo dijera, menos así.

—Ni siquiera he podido hablar con Yūki-chan. —expresó con cierta impotencia, apretando sus puños—. Es casi como un fantasma, sólo la ví una vez en la guarida de Valhalla. Le prometí a Mikey-kun que intentaría traer a Baji-kun devuelta a TōMan y que sacaría a Yūki-chan de Valhalla, pero no pude hacer nada. No he podido ni hablar con ella.

—Take-kun... —dijo de manera suave, suavizando sus ojos.

—Sé que aún queda un día para intentarlo, pero...

—Takemichi. —Tenshi suavemente lo detuvo, tomando su mano y haciendo que la viera. Le dio una pequeña sonrisa—. No te preocupes por eso, ¿si? No es tú obligación traerlos; cada quien lo hará por alguna razón. Quiero pensar que Kei-kun sólo está allí para cuidar a Yūki-chan, aunque desconozco porque ella está ahí, y pues... hizo lo que hizo. —se encogió de hombros al recordar aquel día el tres de agosto—. Como dijiste, aún queda mañana y puede suceder cualquier cosa. Y si tenemos que ir a pelear, pues lo haremos.

—P-Pero... —balbuceó el ojiazul, agachando su cabeza con un poco de impotencia.

—A veces las cosas deben suceder por algo. El destino es algo que no podemos controlar. —dijo, haciendo que volviera a alzar sus ojos hacia ella con cierta inseguridad, Abrió la boca queriendo decir algo, aunque la cerró, al menos por unos segundos.

—Pero Mikey-kun dijo que sería hombre muerto si no cumplía. —Masumi dejó salir un pequeño resoplido al ver su expresión, rodeando sus ojos.

—Ay, ignóralo. Yo no voy a permitir que te haga algo. —respondió un poco divertida cuando expresó su temor, recordando como efectivamente él le había dicho que sería "hombre muerto" si no cumplía con el deber de traer a Keisuke y Miyūki devuelta—. Lo intentaste, ¿no? Eso es lo que cuenta.

Takemichi volvió a abrir la boca al escuchar sus palabras, sintiendo nuevamente algo removerse en su pecho. Sentía sus ojos pesados por haber llorado, por el mismo cansancio que lo recorría, y al mismo tiempo se sentía impotente que, aunque de alguna manera haya logrado cumplir proteger a Masumi y evitar que se la llevaran, aún quedaba un día más para que se llevara a cabo. Quizás aún había oportunidad de hacer a Baji y a Yūki desistir, pero ya el de pelo largo le expresó que no daría marcha atrás.

Y ni que decir de la albina, no la había visto ni una vez después de aquel encuentro en la guarida de Valhalla.

—Ni siquiera he podido hablar con Yūki-chan. —volvió a expresar su inseguridad, agachando la mirada hacia le suelo—. No sé donde encontrarla ni como. Con ella no lo he intentado...

La de mechas blanquecinas se quedó mirándolo por varios segundos, con una expresión expecante y al mismo tiempo un sentimiento agridulce en su pecho. Suavizó su mirada, pensando precisamente en aquella chica de cabello blanquecino y penetrantes ojos azules. Suspiró. Hasta este punto también quería hablar con ella, con ambos en realidad. No había podido hablar siquiera con Keisuke.

Suavizó lo mejor posible su expresión y llevó sus manos a sus hombros, haciendo que la mirara una vez más. Sonrió. Sonrió aunque también sintiera aquella incertidumbre y aquel miedo en su pecho de que llegara el día decisivo del enfrentamiento, que se tuviera que enfrentar a uno de sus más grandes amigos. Porque ella estaba asustada, pero iba a hacer lo posible para no asustarlo más a él, sabía que él cargaba con un peso en su espalda que desconocía, pero en donde iba a ayudar que no se volviera más pesado.

—Sólo confía en mi, vas a estar bien. —dijo, incluso queriendo creer en sus propias palabras—.  Todo va a estar bien y se va a resolver, de alguna manera se resolverá.

El viajero no hizo más que mirarla aún con cierta inseguridad grabada en sus facciones. viéndola con atención. Volvió a hacer un pequeño puchero mientras agachaba su mirada y se encogía un poco en su lugar. Masumi sintió como su corazón se apretujo un poco al ver su expresión, así que extendió sus brazos hacia él, dando un par de pasos para poder abrazarlo. Takemichi se quedó paralizado por unos segundos.

Su mirada se entrecerró y sintió por un momento las ganas de llorar invadirlo, pero se aguantó ya que no había sucedido algo particularmente para llorar. Sin embargo, tenía ganas de hacerlo, así que se dejó abrazar por el ángel de la TōMan que de manera silenciosa lo reconfortaba.

Pasaron unos momentos así en donde Takemichi agradeció su abrazo con voz algo temblorosa, así que ambos terminaron encaminándose al destino hacia el que iban. Los orbes de Masumi no tardaron en fijarse en una figura sentada de manera despreocupada sobre uno de los juegos de aquel pequeño parque, manteniendo parte de su cuerpo recostado en las barras, haciéndola sonreir con ligereza, sintiéndose calmada. Aunque Takemichi, por su lado, estaba algo nervioso.

—Manjirō-kun. —llamó la de mechas blanquecinas para poder llamar su atención, aunque este en realidad ya rato atrás los había escuchado.

Mikey giró su rostro hacia atrás con una expresión un poco aburrida, suavizándola un poco más cuando se encontró con la linda expresión de su chica mirarlo desde abajo con una sonrisa, haciéndolo sonreír de lado con sólo notar su presencia.

—Ah, ya llegaron. —dijo él con tranquilidad, mirando unos segundos a su novia y luego hacia el otro chico presente, viendolo con una sonrisa de costado—. Takemicchi.

—Mikey-kun... —murmuró él en modo de saludo, sonriendo a duras penas.

—¿Los dos están bien? —aún desde su lugar los observó con atención, deteniéndose en el labio roto de Takemichi y luego inspeccionando con la mirada a Masumi.

—Gracias a Taka-chan, Hakkai-kun y Chifu-kun no pasó a mayores. —fue lo que respondió Masumi con una sonrisa, pareciendo feliz al contarlo. Aunque era más que claro que en su interior aún estaba algo escandalizada.

—Me alegra saberlo. —el comandante de la TōMan forma una pequeña sonrisa, apoyando su brazo en su pierna y dirigiendo su mirada hacia el tercero presente—. Muy bien, Takemicchi. ¿Qué tienes para decirme?

Takemichi se tensó un poco ante el llamado de su comandante, alzando su mirada y encarándolo con una expresión un poco nerviosa, no sabiendo que iba a suceder apenas le cuente cómo iba su pequeña, o más bien grande, misión de traer a Baji Keisuke devuelta y sacar a Hayami Miyūki de Valhalla. Así que, dándose una mirada con Tenshi, quien le dió una pequeña sonrisa, suspiro y comenzó a hablar.

—No he podido convencer a Baji-kun de que vuelva a la TōMan. —decía, apretando sus puños a cada lado de su cuerpo. Tragó en seco—. Hoy hablé con él y sólo declaró que pasado mañana iba a acabar con la TōMan. Que él estaba con Valhalla, aunque incluso Chifuyu le insistió, él no desistió.

—Aún queda mañana. —fue su respuesta, sintiendo un pequeño escalofrío recorrer su cuerpo. Su mirada se entristeció un poco por notar el pequeño toque de casi esperanza del segundo más bajo.

—Él me dijo... —dudó un poco en hablar, mirando unos segundos hacia la femenina a un lado de él quien estaba callada pero atenta. Takemichi aprieta sus puños, recordando su conversación con Baji—. «Mikey es mi enemigo. Yo mismo lo mataré mañana. Ve a decírselo». Y sólo se fue. —hizo una pequeña pausa, entrecerrando sus ojos con cierto dolor—. Parecía demasiado seguro.

Podía recordar perfectamente su expresión fría, incluso dudando si de verdad se trataba de una inflitración a Valhalla y sólo buscaba algo en particular, porque parecía tan seguro de si mismo al momento de hablar que no podía tener alguna pequeña duda razonable de lo que insinuaba Chifuyu fuera verdad. Pero se aferraba un poco a lo que le había dicho la Masumi en el futuro cuando le habló de manera casi vaga respecto a Baji Keisuke, que le daban una pequeña esperanza de que podría resolver las cosas.

«Me pregunto que hubiera pasado si Kei-kun no hubiera muerto, sí no hubiera estado solo»

¿De verdad él estaba actuando solo? ¿Acaso había estado trabajando de alguna manera con Miyūki? Pero al parecer ella misma se movió por su cuenta el Tres de Agosto y atacó a Masumi, cosa que no sabía ni tenía idea de porque. Necesitaba averiguarlo, pero hasta ese punto no tenía ni idea de cómo hacerlo. Alzó un poco la mirada hacia donde estaba el invencible Mikey, con una expresión algo ilegible en su rostro, mirando a algún punto muerto, hasta girar su rostro hacia el cielo anaranjado detrás de ellos, pareciendo pensativo.

—Ya veo. —fue lo que dijo ante todo lo que escuchó, aún viendo hacia el atardecer—. Solía jugar con Baji en estas barras cuando eramos niños. —una sonrisa estaba en sus labios, rememorando esos preciados recuerdos—. Nos peleabamos todo el tiempo, no tardabamos en reconciliarnos. Pero esta vez es en serio.

—Manjirō-kun... —murmuró ella con cierta incertidumbre, dándose de cuenta de la ligera tristeza en sus palabras.

—Siento no haber podido traerlo devuelta, a él o a Yūki-chan. —habla Takemichi, viéndolo desde su lugar—. Ni siquiera he podido hablar con Yūki-chan...

Mikey mantenía ahora una expresión seria, dejando salir un impercetible suspiro. Se tornó algo cabizbajo. —No es tú culpa. ¿Qué se puede hacer si no va a dar marcha atrás? Ni siquiera tengo idea de las intenciones de Yūki. —es lo que dice, en donde una ligera brisa agita sus cabellos—. Por algo debe haber hecho lo que hizo el Tres de Agosto, y hasta este punto no sé si actuó con ayuda de Baji o fue algo por si misma. Él la había ayudado a escapar.

Todo se tornó en un largo silencio, en donde el viento agitaba sus cabellos con suavidad. Masumi mantenía una expresión con cierta incertidumbre mientras observaba el cabello rubio y semi largo de su novio moverse con el aire, dándose de cuenta que estaba perdido en sus pensamientos, que estaba sopesando todo lo que le estaba diciendo. Sabía muy bien que el simple hecho de tener que enfrentarse con su mejor amigo era difícil, sobre todo no saber porque; la mayoria se hacía la idea que era por Miyūki. ¿Pero por qué ella hacia todo eso? No lo entendía.

Quería saberlo. Necesitaba saberlo.

—La verdad sigue sin agradarme tan siquiera en pensar en Yūki. No voy a perdonar que haya intentado atentar contra la vida de Masumi. —declaró con seriedad, bufando. Su expresión se volvió un poco más enfurruñada—. Por mi que haga lo que quiera con su vida, pero sé que en realidad no es mala, aunque si hizo cosas malas. Baji traicionó a la TōMan. Yūki atentó contra la vida de Masumi. 

Masumi apretó sus labios con ligereza por escuchar esas palabras, sintiendo un estremecimiento recorrer todo su cuerpo. Incluso ella misma se preguntaba porque estaba tan insistente de traer devuelta a Miyūki. Casi todos le recriminaron que no tenía porque hacer eso, que la había atacado. Pero era una situación similar con Pehyan, sólo que, hasta ahora, no sabe la razón de sus acciones; todo lo que necesitaban era hablar. Pero era como un fantasma, se había esfumado y no la había vuelto a ver.

Una de sus mayores preocupaciones...

—Pasado mañana vamos a pelear. Todos en la TōMan ya estamos listos. —la mirada del comandante se vuelve algo apagada, afilada. Era una mezcla de disposición y casi molestia. Era claro que la situación le daba mal sabor de boca—. Si las cosas no cambian para entonces... Ya tomé una decisión.

❛Desearía que todo saliera bien...❜ fue lo que pidió Kiyoko para sus adentros, haciendo una pequeña mueca en sus labios, sintiendo una amargura en su cuerpo.

Nmms, se sintió como si no haya actualizado hace un año (eso si pasó)

Pero eso ya no es culpa mía 👹; el capitulo ya llegando a las 500 vistas y duraron como un mes para llegar a la meta. Y sé que a veces las vistas de una personas se puede registrar varias veces, pero sigue sin ser excusa. Tampoco es que un lector vaya a entrar 400 veces a leer el capítulo.

Miren, yo odio los lectores fantasmas, los aborrezco sinceramente. Porque están allí y al mismo tiempo pareciera que no, siento como si estuvieran vigilando lo que sucede en la historia o algo así, no pido que comenten todo el tiempo (por cierto, en eso tardaron sólo porque señalé que no hicieran trampa al comentar cualquiercosa) pero al menos dejen su voto.

¿Por qué insisto? Porque me da grima ver la cantidad de vista al lado de los votos y comentarios, y sobre todo porque en el segundo arco, y muchos saben, llegaban a la meta en UN DIA. ¿Por que ahora duran tanto por cumplir la meta? 😔

Si, sé que de alguna manera el fandom "murió" por las temporada animadas (no está demas decir que ya sucedio con el manga), pero que me van a decir de las personas que aún así estan leyendo la historia y dejan sus vistas. Si antes llegaban en un dia a la meta, ¿que hay de diferente ahora?

Ustedes enloquecen en votos y comentarios cuando entieso a alguien, verdad. Recibido🤪

BUENO, que puedo decir del capitulo

Aqui amamos a Micchi bonito, pero el Micchi siempre tiene que ser cuidado porque está pequeño. Amamos a Mitsuya y a Hakkai, mis novios. Chifuyu no, él es mi hijo.

Cómo el capitulo anterior, TENIA PLANEADO QUE ALGUNAS ESCENAS FUERAN DIFERENTES 👹 Más que nada el encuentro de Takemichi con los tipos de Valhalla (nadie relevante): de verdad se iba a llevar a cabo una pelea en donde Mami Tenshi iba a sacar los golpes prohibidos y así, pero me dio pereza y no supe hacerlo.

De hecho ☝🏻🤓, Miyūki iba a tener una aparición en el cementerio, lo había pensado colocar y así, y que hubiera algún choque allí perro como dije, No me salió (se me olvidó) y no quería narrar una pelea. Incluso entre los chicos iba a estar Shinobu (sale en el cap de See With Another Eyes) y así, pero sentía que iba a ser todo muy loco o exagerado(?)

(La verdad es que a ella le da pereza narrar peleas y medio no sabe)

Además, estos capitulos son como para profundizar un poco la relación del Micchi con mami Tenshi ❤️😔. De alguna manera si me gustó como se desenvolvió el capitulo a pesar de lo que llegue a planear en su momento. Aunque si, la aparición de Yūki hubiera estado ideal, ya tengo planeado más cosas por adelante.

Así que VOTEN Y COMENTEN, porque mientras más se demoren, más lejos tendrán el arco de la pelea de Valhalla, más lejos tendrán actualización y más me provocarán sentirme mal por ver cómo ya no son constantes. Que esos lectores fantasmas se revelen 🐒

❪📚❫',·curiosity's zone

#Este capitulo podría reflejar aquel refrán: «El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». ¿En qué sentido? En el sentido de que con el simple detalle de Takemichi de haber dicho de manera distraída a Chifuyu que estuviera atento, provocó que él encontrara a Mitsuya y Hakaii. Aunque, en realidad, el sólo hecho de que Takemichi haya querido visitarla en primer lugar cambió todo.

#En la linea de tiempo original de Valhalla, en donde se decía que fue secuestrada; su camino no fue muy diferente, ya que como ella misma había dicho ese día salía antes, y precisamente también iba a visitar a su madre. El detalle es que en ese entonces había ido completamente sola, a comparación de que esta vez fue acompañada por Takemichi.

#Si van a preguntar si la ida de Hakkai y Mitsuya tuvo que ver con que Takemichi estuviera allí, pues no. En la línea original ellos si iban a buscarla, sólo que cuando llegaron a su trabajo no la encontraron; ellos fueron los primeros en enterarse que ella se había esfumado de un momento a otro.

→S H A N X L A B Y X←

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