Sus manos entrelazadas con las mías encajaban a la perfección, su aroma a rosas llegaba a mis fosas nasales combinada con el olor característico de un ramo de girasoles, uno recién cortado. La chica hablaba de cosas triviales en el camino a una nueva cita, el cine seria nuestro nuevo lugar en la pequeña lista que creamos. Por más que pareciera estar escuchando a la chica, por más que asintiera en forma de comprensión mi cabeza estaba en otro lugar, en sus gestos, en sus expresiones, en el pequeño lunar que tiene en la parte superior del cuello, casi llegando a su rostro el cual la mayoría de las veces es cubierto por su maquillaje.

Ella es la princesa única entre tantas con el mismo vestido.

Es su pasión por como cuenta una historia, es la gracia con la que cuenta el chiste. Tal vez solo son ideas al decir que es perfecta. Tal vez mis ojos son más claros que las personas alrededor.

Hoy comprendo el significado de por qué ella es linda para mí.

─Tengo la respuesta, Yang Jiyoo ─paro en seco.

─¿Respuesta? ¿De qué hablas Tae?

─Una vez te pregunte ¿Por qué eres linda? Tu respuesta fue simple, debía buscar yo una respuesta.

─¿Acaso la tienes?

─Me gustas, Yang ─declare.

─Tú también me gustas, Kim.