Alice:

Finalmente llegó el último día del respectivo año, eso quiere decir que en un día, regresaremos a clases.
Tal como lo había aceptado, pasaría esta festividad junto a los Weasley, el Señor Black, Harry y Hermione. Beth también fue invitada, pero no pudo aceptar, debido a que se vio obligada a pasar la festividad con su familia.

Al despertar, me encontré sola en la habitación, alarmada me senté en la cama. No podía ser posible que durmiera hasta tan tarde, siendo una invitada.
Lo más rápido que pude me aliste y bajé al comedor, durante el trayecto observe el reloj que se encontraba en aquel pasillo. A penas eran las nueve en punto de la mañana, por lo cual, me relaje, ya que, no quedaría tan mal.

- Buenos días -Saludé al ingresar.

- Buenos días Señorita -Respondió el Señor Black, quien se encontraba con un ejemplar del periódico "El Profeta".

- Alice querida, buenos días -Saludo Molly, quien se encontraba ocupada cocinando tan temprano.

Lo cual, al principio se me hizo extraño, pero luego recordé que en esta casa no tienen Elfos domésticos en cantidad.

- ¿Necesita que la ayude en algo? -Me ofrecí.

Aunque en realidad, no tenía conocimiento alguno sobre la cocina. Pero, no quería quedarme sentada, y ver como trabajaba tan arduamente. Eso hablaría muy mal de mí.

- No querida, toma asiento y desayuna -No podía negarme, así que hice caso a sus palabras.

Lo extraño era no haber visto a ninguno de los chicos, pero no quería interrumpir a Molly, quien estaba tan compenetrada en su receta. Aunque, la persona sentada frente a mí, pareció haberse percatado de mi curiosidad.

- Los demás salieron en búsqueda de algunos ingredientes solicitados por Molly -Comentó sin desviar su mirada de aquellas páginas.

- Gracias -Sonreí leve, aunque no creo que me haya visto.

Luego de aquella pequeña interacción, solo me limité a desayunar, tal como me lo ordenó Molly. Estaba por darle un sorbo a mi café, cuando de repente el Señor Sirius me dirigió la palabra.

- Es realmente fascinante el parecido con tu padre -Sólo di media sonrisa.- Me  recuerdas a él, en la época en que me capturó para llevarme a Azkaban -Casi termino expectorando el café, y por ello, me ahogue y comencé a toser.- Disculpa, te habré sorprendido -Me dio una servilleta.

- Cof cof d-disculpe cof cof -Acepte lo que me extendió y sequé mis labios.- No lo sabía

- No tienes porque disculparte, el sólo hacia su trabajo -Me miró.- Además, es imposible que lo supieras, eras pequeña en ese tiempo

《¡Qué incómodo!》

No sabia que responder, me quedé en blanco, por lo que, solo asentí ante sus palabras y seguí bebiendo mi taza de café. Luego de haber terminado, regresé a la habitación para buscar mi libro sobre Defensa Contra las Artes Oscuras, para estudiar hasta que regresaran los demás.
Al salir nuevamente del cuarto y bajar las escaleras, mi mirada se dirigio automáticamente a una puerta abierta. La cual dejaba ver un tapiz con el diseño de un árbol genealógico, y mi curiosidad le terminó ganando a la razón, puesto que me encaminé hasta allí. Al estar frente a la puerta, me asusté porque de repente apareció un Elfo doméstico, de aspecto bastante tenebroso.

- Es un honor tener finalmente a un mago Sangre Pura, a quien servir -Dirigió su atención a mí.- Adelante Señorita -Luego de ello, se marchó.

Con un poco de duda, ingresé y comencé a observar los nombres y rostros que en la pared se encontraban. Descubriendo así, algunos miembros borrados del tapiz, siendo uno de ellos el Señor Sirius. Sin pensarlo, acerqué mi mano a la zona quemada, sintiendo así su textura.

- Eso lo hizo mi Madre -Hablaron de repente, provocandome un susto.

Lo cual produjo que soltará repentinamente el libro que poseía, y me alejara de la pared.

- Disculpe, no tuve que haber ingresado sin su permiso -Dije apenada.

- No tienes porque disculparte -Dijo relajado.- Yo debería hacerlo, por haberte asustado -Sonrió.

En ese momento, recordé que mi libro yacía aún en el suelo, por lo que, quise inclinarme para tomarlo; pero el Señor Sirius, no me lo permitió.

- Deja, yo lo alzare -Indicó, al ya tenerlo en su poder, observo la portada.- Es un libro bastante avanzado ¿Piensas ser una Rompemaldiciones? -Preguntó mientras me lo extendía.

- No, me estoy preparando para ser Auror -Respondí.

Al querer tomar el libro, sin querer tuve contacto con su mano y de repente mi mirada se puso borrosa.

Mi respiración estaba agitada e intranquila, la habitación donde me encontraba era oscura y la única luz provenía de una especie de marco en el centro.
Estaba rodeada de magos tenebrosos, pero también de algunos magos conocidos quienes parecían defendernos.

En un descuido, estaba a punto de ser atacada, me cubrí por inercia, pero el ataque nunca vino. Miré dudosa y un hombre se encontraba frente a mí. Sirius Black me había salvado.
Luego de verificar que estuviera bien, ayudo a Harry, quién se enfrentaba al Lucius Malfoy. Pude ver como estaban a punto de vencerlo, pero Bellatrix cobardemente atacó por la espalda. Lanzando una maldición, que no logré a escuchar, lo cual afecto directamente a Sirius provocando que perdiera el equilibrio y fuera absorbido por aquel marco, antes visto.

- ¡Alice! ¡Alice! -Me movieron bruscamente de los hombros, provocando que saliera de aquel trance.- ¿Estás bien? Te paralizaste de repente y te encuentras bastante pálida -Noté preocupación en sus palabras.

- Sí, si -Respondí al instante.- No sé preocupe, solo me sentí un poco mareada, deberé comer algo dulce -Traté de no levantar sospechas.- Disculpe, iré a la cocina un momento

Escapé rápidamente de allí, aunque eso implicaría más sospechas de su parte, pero no sabía que más improvisar. Y me dirigí a la cocina, por un vaso de agua, debía procesar lo que había visto.

Es bastante evidente lo que sucedió, fue una visión, pero, ¿Por qué me encontraba allí? ¿Por qué Aurores reconocidos y el Profesor Lupin estaban allí?
Sucedieron muchos incidentes al mismo tiempo en aquella, pero lo más impactante fue ver la muerte del Señor Sirius.

Aunque el lugar en donde se desarrolló todo, se me hacía bastante familiar. No recuerdo haber estado alguna vez allí, pero esa estructura de en medio, se me hacia conocida.

Traté de tranquilizarme, puesto que, aún sentía mis pulsaciones bastantes fuertes en mis oídos. Por suerte, Molly ya no se encontraba en la cocina, sino se hubiera percatado de mi situación y haría preguntas; las cuales, no sabría como responder.

Las horas transcurrieron, luego de aquel incidente, el cual traté de olvidar, para no levantar sospechas. Los chicos regresaron casi una hora después, de aquel acontecimiento, por suerte, no percataron de nada.
Falta muy poco tiempo, para comenzar la última cena del respectivo año. Todo lo relativo a esta, ya sé encontraba listo,
solo restaba alistarse.

Luego de haber tomado una ducha, me encontraba en la habitación, para elegir lo que me pondría. Pero había un pequeño inconveniente, no sabía que elegir. Ya que tenía la duda de vestir formal o casual, pero tampoco me atrevía a preguntar, porque capaz podían malinterpretarla.
Tenía colocado en la cama, las dos opciones para vestir, el vestido que use en la cena de Noche Buena y otro no tan elegante.

De pronto ingresaron Ginny y Hermione, quien ya se habían alistado mucho tiempo antes.

- Alice ¿Por qué aún no estás lista? -Dijo Hermione.- Pronto cenaremos

- Es que estoy indecisa, respecto de lo que vestiré -Admití.

- Para ello estamos nosotras -Sonrió Ginny.- Para ayudarte ¿Qué opciones tienes pensado?

- Estas dos -Miré la cama, ambas se acercaron a ella.

- ¡Qué vestido tan bello! -Dijo entusiasmada la menor.- Es muy sofisticado -Solo me limité a sonreír, no sabía que decir.

- Pero, no concuerda con este contexto -Intervino Hermione.- La segunda opción es la mejor

Opinaba lo mismo que ella, así que me sentí más segura con su afirmación.

- Tiene razón, aunque es una lástima no usar este bello vestido -Ginny se veía tan enamorada de él.

- ¿Eso crees? -Asintió.- Entonces puedes quedartelo, te lo regalo, si es que estás de acuerdo -Sonreí.

- ¿Lo dices en serio? -Asentí.- Muchas gracias Alice, eres la mejor cuñada -Reí.- Aunque eres la única... por el momento -Miró de reojo a Hermione.

- ¡Hey! ¿Qué tratas de insinuar? -Se sonrojo, y nos reímos por ello.- Bueno, basta de perder el tiempo, Alice tiene que alistarse -Tomo a Ginny de los hombros, y salieron de la habitación.

De tal manera, use la segunda opción, la cual era también un vestido, pero con mangas largas y de color rojo oscuro. Lo acompañe con unos zapatos de invierno, solo deje mi cabello suelto y realice un maquillaje suave.
Una vez lista, me miré por última vez en el espejo, verificando que todo este correcto y finalmente baje hacia al comedor.
A medida de que me acercaba, podía oír las risas y voces de todos, al estar sobre el marco de la entrada, observé aquella imagen. Todos en familia, charlando, riendo y disfrutando la convivencia de manera tan simple, algo muy opuesto, a lo que ocurre en nuestra casa.

- Querida ¿Qué haces ahí de pie? Toma asiento -Indicó Molly.

Busque algún asiento sin ocupar, ya que, todos ya se encontraban allí. Gracias a Fred, vi un lugar desocupado, puesto que, eufórico hacia señas para que tomara asiento a su lado.

- Te ves hermosa -Susurró cerca de mi oído, luego de haber tomado asiento.

- Lo sé -Dije bromeando, para luego sonreír por el halago.- Gracias -Dije un poco avergonzada.

- Ah~ el amor está en el aire -Comentó el Señor Black, mientras elevaba su copa de vino.- Brindo por ello

La ola de calor, que sentí subir por mi cuello, era indescriptible. Me abanicaba  con la mano, mientras desviaba la mirada, por la vergüenza del momento.

No mucho tiempo después, la cena fue servida, estaba deliciosa; fue un momento muy agradable y ameno. Finalmente, faltaban unos minutos para que el reloj diera las 00:00 hs y un nuevo año diera inicio. Todos preparamos nuestras copas para brindar, y esperamos el momento indicado.

- ¡Feliz Año Nuevo! -Dijimos al unísono al brindar y dar un trago a nuestras bebidas.

- Feliz Año Nuevo, Cariño -Fred me abrazó de repente.-

- Feliz Año Nuevo -Sonreí.

Continuará...