CAPÍTULO 5: RECUERDOS

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—— RECUERDOS ——

En algún lugar de Beacon Hills, la manada de Alfas estaba reunida. Frente a los cuatro Alfas, se encontraba Deucalion, el cual "miraba" a sus "Betas".

—¿Como de fuerte les has visto, Ennis?— Preguntó Deucalion mirando al corpulento Alfa que aquella mañana había atacado a Scott y a Elara.

—Los dos chicos son fuertes, por supuesto uno de ellos es un Alfa, así que lo veo lógico. Pero la fuerza de la chica... Me igualaba, y solo era una Beta. Tiene potencial, lo admito.— Aseguró él.

—¿Estás seguro de que ella es el Beskyttende?— Preguntó Kali cruzándose de brazos.

—Todavía no lo es. Necesita el empujón para serlo, pero les quiero vivos. A los dos Betas, al brujo y al hijo de Talia. Me interesan. En especial la chica.— Habló Deucalion.

—Es miembro de la manada.— Le recordó uno de los gemelos.

—Podríamos hacer que la abandonara.— Propuso el otro pensando que podía usar sus encantos y su físico.

—No lo hará. Esa chica no traicionara tan fácilmente a su manada, menos a su Alfa. Pero con el empujón suficiente lo hará. Lo importante es saber a quién hay que atacar para que ella de el paso.— Explicó Deucalion con total normalidad mientras miraba el cuerpo sin vida de la mujer.

***

—Esta idea comienza a no gustarme. Suena un poco peligroso.— Comentó Isaac mientras caminaba de un lado a otro frente al ventanal del loft. —Sabéis, definitivamente no me gusta esta idea y no me gusta él.— El Beta miró a Derek a y Elara, la morena le miraba de reojo mientras mantenía su vista puesta en el libro que hablaba sobre el Beskyttende. En cambio el pelinegro estaba sentado en una silla delante de la mesa.

—Saldrá bien.— Se limitó a decir para tranquilizarle.

—Sigo opinando que la opción de mi hermano no era tan mala.— Murmuró Elara llevándose una mala mirada por parte de Derek.

—Opino igual.— Aseguró Isaac llevándose otra mala mirada por parte de Derek.

—¿Pero tiene que ser él?— Elara miró a Isaac mientras olía su miedo.

—Él sabe hacerlo, yo no. Sería muy arriesgado que lo hiciera sin saber.— Explicó Derek sin levantar la mirada.

—Ni Scott ni los mellizos confían en él.— Informó Isaac mientras miraba de reojo a Elara.

—¿Confías en mí?— Derek le miró exasperado.

—Sí.— Respondió Isaac con obviedad. —Pero él no me cae bien.

—No le cae bien a nadie.— Murmuró Elara justamente cuando la puerta se abría.

—Volver de la muerte dejó mis habilidades algo atrofiadas, pero mi sentido de la audición sigue intentado. Así que lo que tengáis que decirme hacerlo a la cara.— Pidió Peter mirando a los tres hombres lobo.

—No nos caes bien.— Respondió Derek mirándole con cara de pocos amigos. —Ahora, cállate y ayúdanos.— Dictó mientras se ponía de pies.

—Pues empecemos.— Dictó Peter mientras mostraba sus garras. Elara cerró el libro mientras se acomodaba en el sofá y le miraba con atención. Derek se puso de pies y le dejó a Isaac que se sentará en la silla, mientras él se sentaba al lado de la chica. —Relajaté. Sacaré más información de ti si estás tranquilo.— Le indicó.

—¿Como es que sabes hacerlo?— Preguntó Isaac con curiosidad.

—Es un viejo rito usado por Alfas, es una habilidad que requiere de práctica, un error y podrías paralizar a alguien o matarlo.— Explicó Peter mientras miraba el cuello del Beta y acercaba sus garras.

—¿Has practicado?— Preguntó Isaac mirándole con miedo.

—Nunca he paralizado a nadie.— Comentó mirando de reojo a Elara, la cual le miró con odio. Antes de que alguno pudiera reaccionar Peter introdujo sus garras en el cuello del chico, haciendo que Isaac comenzará a moverse. La Beta miró atentamente lo que Peter hacia mientras sentía como las pulsaciones del Beta se aceleraban. —Veo algo.— Elara y Derek se mirarón y después volvieron a mirar a los dos hombres lobo.

Unos minutos después Peter soltó a Isaac, mientras Derek se ponía de pies y miraba a los dos, Elara se acercó a Isaac para examinar la herida.

—Fue confuso.— Empezó a decir Peter. —Eran vagas imagines.— Explicó.

—¿Pero viste algo?— Derek le miró con seriedad.

—Isaac los encontró.— Dijo finalmente.

—¿A Boyd y a Erica?— Preguntó Elara poniéndose de pies.

—A penas los vi.— Respondió Peter confundido.

—¿Les viste, sí o no?— Derek alzó su voz mostrando que estaba enfadado.

—Algo peor.— Aseguró él mirándoles.

—Deucalion.— Respondió Elara.

***

Elara miró a su hermano mientras le explicaba lo que habían visto. Ella pasó sus manos por su cara mientras miraba frustrada hacia los mapas que Alexander había usado para poder rastrearlos, pero algo bloqueaba sus hechizos y ambos sabían por qué estaban siendo bloqueados. Lo que significaba una cosa: los Alfas sabían de Alexander.

La morena volvió a centrar su vista en uno de los libros de su madre encontrando algo que llamó su atención.

—Creo que tengo otra forma de entrar en los recuerdos de Isaac.— Elara se puso de pies mientras le mostraba a su hermano su hallazgo.

—No es una mala opción, Lara, pero necesita un ancla y dudo poder hacerlo. Mis habilidades están algo limitadas desde el hechizo para que fueras al limbo.— Explicó él con tranquilidad.

—Por eso me canalizaras.— Dictó ella poniéndose de pies. —Llamaré a Deaton para que nos ayude. Tu díselo.— Alexander miró confundido a su hermana.

—A Derek no le va a gustar que te canalice, y deberías de hablar tú con él, que para algo es tu novio.— Elara le miró con cara de pocos amigos.

—Hazlo, Alex.— Dictó ella marchándose.

***

Elara y Alexander entraron dentro de la clínica veterinaria mientras Alexander se sentaba en la sala de espera y comenzaba a mirar su grimorio.

—¿Crees que funcionara?— Preguntó Elara viendo cómo llenaban una especie de bañera para perros con hielo y agua.

—Es peligroso, pero puede funcionar.— Comentó Deaton mientras Isaac se acercaba. —No va a ser agradable.— Miró al Beta.

—¿Como de lento debe de latir su corazón?— Preguntó Scott mientras Isaac se acercaba a la bañera.

—Muy lento.— Respondió Elara.

—¿Como de lento?— Preguntó Derek mirándola.

—Casi muerto.— Respondió Deaton por ella.

—¿Pero es seguro?— Preguntó Isaac apartando la mano del agua.

—¿Te contexto con honestidad?— Preguntó Deaton mirándole.

—No.— Respondió Isaac mirando el agua.

Elara se encaminó hacia donde estaba su hermano, se sentó a su lado mientras Alexander dejaba caer un poco de su sangre en el mapa, para después agarrar la mano de su hermana. La miró esperando su señal, la cual ella no tardó en confirmar y Alexander empezó a hacer el hechizo.

Mientras el rubio empezaba de decir el hechizo en voz baja y en un idioma que para Elara era desconocido, ella empezaba a sentir como su cuerpo empezaba a dormirse, haciendo que su corazón terminará por latir demasiado lento y sus ojos se cerrasen.

***

Elara despertó en mitad de ninguna parte, observando que estaba cerca de un acantilado. Siguió caminando llegado hasta el borde, en ese momento reconoció el lugar. Noruega. Reconocería en cualquier parte los fiordos.

Comenzó a caminar en la dirección opuesta, justamente cuando sintió que la tierra se movia bajo sus pies, para que después todo cambiará. Elara volvió a mirar a su alrededor, estaba en el bosque. Frente a ella había un hombre de espaldas. La misteriosa mujer comenzó a moverse, haciendo que Elara retrocediera asustada al ver los cuerpos de su familia y de sus amigos, pero lo que más la impactó fue ver cómo habían muertos, todos ellos mutilados, con signos de tortura y con expresiones de odio y dolor.

—Bienvenida al infierno, Elara. Bienvenida al futuro que le deparará a todos.— Dijo él sin rostro.

***

Elara abrió los ojos de golpe, soltándose del agarre de su hermano y rompiendo la conexión.

—¿Por qué habéis roto la conexión?— Preguntó Deaton observando a los dos chicos. Al verles se percató de que algo había salido mal, Alexander sangraba de los ojos, mientras que Elara mostraba una apariencia de cansancio.

—Era demasiado fuerte. El poder de Deucalion es demasiado fuerte. Podría dar con ellos, pero debería de emplear magia negra.— Explicó Alexander llevándose una mala mirada por parte de su hermana.

—No, no lo intentes. La magia negra es peligrosa.— Dijo Deaton marchándose.

—¿Qué ha pasado?— Preguntó Alexander mirando a su hermana.

—No lo se.— Mintió ella mientras se ponía de pies. —Te veo en casa.— Respondió ella dirigiéndose a la puerta.

—¿No quieres saber que han encontrado?— Elara negó haciendo que su hermano la mirase confundido.

Elara salió de la veterinaria y se dirigió a su casa. Al llegar ignoró la presencia de sus padres y subió a su habitación, se encerró en ella mientras comenzaba a mirar todas las predicciones que había hecho de muerte. Pero en ninguna de ellas hablaba de la muerte, masiva, de todos aquellos a quienes ella quería. Tiró las hojas y los cuadernos al suelo, juntó al collar de su madre, mientras se sentaba en la cama. Y se frotaba la cara con ambas manos.

★★★

Un capítulo un poco intenso.

Tener en cuenta está predicción y lo que Deucalion ha dicho. Ambas cosas son importantes.

La predicción tomará importancia en The Truth, pero lo que Deucalion dice tendrá su importancia en esta parte.

Bueno Deucalion tiene claros sus planes, eso está claro. Pero su principal objetivo es, únicamente, una persona.

Mañana se viene un capítulo intenso e importante. Pero también tendremos momento Delara. Pequeño pero le tendréis.

Todavía tenéis que esperar para ese capítulo que tengo por ahí 🤭.

¿Qué os pareció el capítulo?

Estoy escribiendo la 3b, me gustaría saber que ideas tenéis o qué creéis que va a pasar en esa parte.

HOY THE SUN HA LLEGADO AL #1 DEREKHALE. MUCHAS GRACIAS POR EL APOYO, NO SABÉIS LA FELICIDAD QUE TENGO AHORA MISMO.

Os leo ♥

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