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Mi sentencia.

Mis párpados pesados, pesados ante la iluminación que transmitía la ventana, las cortinas estaban abiertas. Me removí de mi cama, estirándome aún con los ojos cerrados. Sintiendo como acariciaban mi rostro, como mi cama se removía, como si alguien saltara en ella. Continué "durmiendo", y aún así continué sintiendo como me tocaban mis pies lo que me provoca cosquillas. Sonreí pero fingí aún estar dormida, hasta que escuchaba unas risitas y a mi lado, como el cuerpo de Ethan se removía gruñendo. Abrí los ojos, observando a Alanna y Caleb en la cama, mirándonos sonrientes, sonrientes y pícaros. Estos al verme despierta no tardaron en abalanzarse encima de mi, gruñí pero esta era mi vida, caóticamente hermosa. Apreté sus cuerpos contra el mío, viendo como a mi lado Ethan arqueaba su espalda contra él espaldar y me miraba. Su cabello estaba revuelto, se veía aún cansado pero al ver a mis hijos a mi lado, no tardó en sonreír.

—¿Ustedes no duermen?—les pregunté a ellos, viendo cómo reían, aunque plenamente procese la hermosa imagen que vi, mis hijos abrazando a Ethan. Este me miró, sorprendido y no tarde en alentarle a que abrazara a mis hijos.

—Le dije a abuelo que estaban juntos y no me creyó. Dijo que tú eras muy ruda para Ethan.—sonreí ante el comentario de Alanna, quien estaba a mi lado, mientras que Caleb recostado encima de Ethan.

—¿Ya no te duele?—Ethan negó ante la pregunta de Caleb, dirigida al vendaje que tenía en su abdomen. Ethan acariciaba el lacio cabello de Caleb.

—¿Ya desayunaron?—les pregunté curiosa y estos asintieron con rapidez, a lo que sorprendidamente los miré.—¿Entonces para que me despertaron?—me queje, sosteniendo los brazos de Calen para aguantarlo encima de mi.

—Michonne dijo que los necesita, van hacer una reunión del consejo.—me explico Alanna, a lo que miré a Ethan ante esto, ambos no teníamos conocimiento del por qué harían una reunión, pero claramente para eso nos avisaban.—Y queríamos saber si podíamos ir a casa de nuestro abuelo, vamos a ir por Judith primero. Haremos tareas de matemáticas hoy.—me añadió Alanna a su comentario, a lo que asentí.

—Deben asearse primero, lavar sus dientes nuevamente ya que comieron y finalmente, podrán ir.—les dije, estirando mis manos para ver cómo estos sonrieron ante mi permiso, saltando en mi cama.—Niños, no, paren. Vamos, voy asearme.—les dije a estos, viendo cómo reían buscándome juego pero no tarde en coger el cuerpo de Caleb en brazos y dar varias vueltas, logrando marearlo para sacarlo de mi habitación. Viendo cómo Alanna riendo huía de mi. Giré mi cuerpo, observando a Ethan estirar y levantarse de la cama.

—A veces pienso que quizás no estaba preparado para ser padre en aquel entonces.—lo mire ante su comentario, viendo como se acercaba a mi, nadie nace preparado para vivir.—Pero si te hubiese encontrado mucho antes, estuviese preparado para quererte.—sonreí ante eso, viendo como apretó mi cuerpo contra el suyo, alzándome en el aire mientras que enredé mis muslos en sus caderas.

—Nadie pensaría que eres tan tierno.—le dije, mientras que este colocó mi cuerpo encima del lavado, pasándome mi cepillo de dientes.—Ni siquiera yo lo pensé.—le añadí, mientras que continuamos lavándonos la boca, juntos. Sus ojos me miraban mientras veía pasta de diente en sus labios, se veía tierno.

—Soy tierno contigo porque estoy completamente enamorado de ti.—sonreí ampliamente a lo que me dijo, sentí como salió desde lo más profundo de su corazón, este estiró su brazo para abrir la regadera y que él agua empezara a caer en la bañera.—No tienes que responder que sientes lo mismo, cuando estés preparada, aceptaré.—lo miraba, veía como su honestidad salpicaba en su forma de actuar, adoraba como actuaba ante eso.

Estire mis brazos, dejando que él me quitara la camisa que tenía puesta, quedando en una sola pieza de ropa interior, y era mi braga. Me baje del lava manos, viendo como él también se quitaba sus prendas. Finalice en quedar desnuda, frente a él, al igual que él frente a mi. Tome su mano y lo lleve adentro de la bañera, mientras que la tibia agua empezaba a caer en nuestros cuerpos. Me ruborizaba estar frente a él de esta forma, me ruborizaba que me viera pero lo más que podía admirar, era que sus ojos me veían como perfección. Nuestros ojos se miraron, creando una conexión de amor. Ambos sonreímos fijamente, mientras que nos abrazamos, el agua cayendo y nosotros disfrutando este tiempo como si mañana ya no existiéramos. Sus manos me acariciaban, me hacían sentir segura nuevamente. Sus labios robaban mis besos de una forma apasionada, mientras que sentía como empezaba hacerme suya debajo del agua, como nuestros cuerpos resbalaban pero como disfrutábamos tener sexo, pero un sexo que no solo se enfocaba en la lujuria, si no en el amor.

Gemía en su oído al sentir como me embestía, mi cuerpo estaba pegado a la pared mientras que mi espalda estaba arqueada y mis glúteos parados, sus manos estaban en mis caderas, apretándolas. El agua caía, mientras que mi cuerpo se giró, quedando frente a él. Apretó mis muslos y alzó mi cuerpo, sosteniéndome mientras que mi espalda estaba puesta en la pared. Nuestros labios rozaban, nos besábamos y lo apretaba contra mí mientras que sentía sus suspiros en mi oído, mientras que me embestía. Sentía el placer, el placer inexplicable que este hombre me estaba dando. Nuestros cuerpos hacían uno, llenos de pasión y de explosiones amorosas. Nos detuvimos, ante llegar a nuestro punto máximo. Ambos sonreíamos, secando nuestros cuerpos y pasándonos ropa limpia. Estábamos exhaustos pero nuestras energías volverían. Nos preparamos, recogimos nuestra cama y salimos de la habitación que ahora compartíamos. Coloque mi chaqueta y mi cinturón ajustado, mis armas ahí colocadas y continué en bajar las escaleras.

Observando a mis hijos hablando en el balcón, fuera de la casa. Ethan y yo salimos, viendo como estos nos miraban sonrientes a los que le asentí para que caminaran a nuestro lado, para que así pudieran ir a casa de su abuelo. Ethan rozó la palma de mi mano, mientras que lo miré sonriente dándole acceso a que entrelazara nuestras manos sin tener que ocultar lo que sentíamos él uno por el otro. A su lado caminaba Caleb, cómodo con la presencia de él, mientras que a mi lado caminaba Alanna, con entendimiento y aceptación de que continuara mi vida. Aunque ambos corrieron y se despegaron de mi lado cuando vieron a su abuelo Negan afuera de su nuevo hogar, en presencia del pequeño Noah e incluso de la pequeña Judith, allí estaba Michael con Connor, quienes hablaban con Michonne, quien captó mi presencia llena de comodidad ante verme con Ethan en aquel estado. Ambos soltamos nuestras manos para saludar a nuestros seres queridos, mientras que veía a alguien mirarme con un rostro de celos.

—Hola papá.—le sonreí, mientras que lleve mi mano a la espalda de Judith quien estaba su lado, saludándola con una sonrisa.

—Ahora entiendo el porque no te había visto.—argumento sonriente, mientras que vi como Ethan a mi lado estrecho su mano para saludarlo con sumo respeto.—Vamos a ver si puedes con esta fiera.—le comento papá, mientras que Ethan río de lado y se alejo, acercándose a Connor y Michael.

—¿Como vas con tu supuesta vida normal?—pregunte, viendo como rodeo los ojos mientras que este me paso en sus brazos a Noah, quien deseaba abrazarme.—Mi pequeño Noah.—le sonreí, dándole un beso en su frente mientras que sobé su largo cabello, verlo me causó tristeza, una inexplicable.—¿Donde esta Samantha?—le pregunté a papá, mientras que bajé a Noah al suelo, viendo también a los alrededores a Rick Jr, eran demasiados niños.

—La hispana la está cuidando.—me respondió, recogiendo del suelo unos libros, veía su cansancio y su abrumado ambiente, reí, era lo que le tocaba al ser abuelo.

—Eres un súper abuelo.—le alenté, viendo como se paraba del banco donde estaba sentado para ir detrás de Noah y Rick Jr, quienes iban corriendo al lago, reí. Giré mi cuerpo cuando una mano toco mi espalda, a lo que sonreí.—¿Como estás?—le pregunté a Jayden, saludándome con un estrecho de manos mientras que ambos nos sentábamos en el banco.

—Nada tan diferente a lo que era antes.—me dijo, se escuchaba desanimado, mientras que frente a nosotros se colocaron los demás, quienes nos rodeamos en un círculo y nos mirábamos fijamente.—¿Ya tienen un plan?—preguntó Jayden, a lo que confusa mire a Michonne, e incluso a Ethan quien parecía tener un semblante de molestia. A mi lado, en mi falda se sentó Michael, a lo que lo abracé sonriente.

—¿Qué pasa?—le pregunté a Michonne curiosa, mientras que esta miro a Connor, quien pareció alentarle a que me contara, a lo que no tardé en preocuparme ante el gran nebuloso ambiente que estaban plantando frente a mi.

—Alfa envió a una mensajera, ahora ya saben donde nos aislamos.—respire gruesa mente, mientras que Michael continuaba sentado en mi falda, escuchando, él era un adolescente bastante inteligente. A su lado, se postró Lydia, a quien vi bastante preocupada, y también, a quien no había visto muy comunicativa estos dos. Le sonreí de lado, viendo como ella pareció sonreírme emocionada ante mi noble actitud.—Eso no es lo peor... —suspiró Michonne, mirando a sus alrededores que los niños no estuvieran.—El mensaje decía que debías ir sola a la línea que ella marcó con las estacas dividiendo las fronteras. Si no vas en unas horas más, vendrá por ti y una horda.—me quede mirando a Michonne ante su comentario, quede perpleja, alentando a Michael a levantarse de encima de mí para tomar aire.

—No tienes que ir sola.—Connor comentó, mientras que le di la espalda a todos, viendo frente al lago a Alanna y Caleb jugar animadamente con Judith, sonreían.—Podemos ir, un pequeño grupo. Lo hablamos con Daryl y Carol, están dispuestos a acompañarte.—añadió Connor pero no tarde en girarme, negándoles.

—Ella sabe que no iré sola, quiere que le demuestre que no tengo miedo. No voy arriesgar a nadie a ir, me quiere a mi, no a ninguno de ustedes.—les dije, viendo como Michonne frente a mi negaba, esta iba a pasarme por el lado esperando que todos la siguieran para marcharnos pero la detuve apretando su brazo con fuerza, creando un ambiente de incomodidad que no desee.—Michonne, no es lo que quiero.—le dije, soltando su brazo y viendo como ella quedaba frente a mi, mirándome fijamente.

—No vamos arriesgar tu vida como si fueses una carnada.—masculló, con un tono de actitud mientras que se removió de mi lado y antes, se detuvo nuevamente.—Despídete de tus hijos, nos iremos en unos minutos.—me quede parada allí, viendo como ellos se levantaban del césped y me miraban, no tarde en suspirar frustrada y bajar la cabeza.

—Tampoco voy a llevarlos a una trampa Michonne.—continúe diciéndole, viendo cómo está proseguía caminando y dándome la espalda, pero nadie iba a tomar decisiones por mi, iba continuar deteniéndola, hasta que el brazo de Ethan me detuvo y me negó, a lo que lo miré calmándome y viendo como mis hijos se acercaban a mi.

• • •

Caminaba, daba zancadas, distante de los demás que me acompañaban. Tenía mi arma en mi cinturón, cargado y mi navaja. Sentía el ambiente pesado, debido a mi molestia de que no respetaran mis decisiones, lo que deseaba hacer, era por el bien de todos. Quería ser comprensible, quería entender la situación y que sólo querían protegerme, querían hacerlo porque me querían pero a veces es momento de sacrificar lo único que tenemos para que muchos puedan sobrevivir. Continué caminando, íbamos a pie hacia el lugar donde perdí una de las cosas más valiosas de mi vida, podía decir que desde que ella ya no estaba, algo había cambiado en el ambiente, ella le daba paz a mis alrededores porque sabía que tenía con quien ir si algo pasaba, era mi sangre. Ahora ella no estaba, parte de mi sabía que era mi culpa, que su sangre no solo estaba en manos de Alfa, si no, en la mía. Dolía saber que Natasha había muerto por nada, que no pudo disfrutar a sus hijos como quizás yo si disfruto a los míos.

Una parte de mi ya no podía vivir en paz, la soledad dolía, sin importar cuántas personas estaban a mi alrededor, había perdido a mis hermanos, un trozo de mi. Había perdido más de lo que he ganado, que es un hogar, una familia pero perdí mis valores, mi misericordia, mi empatía, perdí la esperanza en este mundo. Iba con la frente en alto, esperando llegar a esas estacas y enfrentar a quien era nuestra enemiga pero para mi, era mi peor amenaza. Imaginaba escenas alternas, mi mente empezaba a jugarme de una forma que no podía manejar. Los sucesos con Carl me marcaron, el hecho de no haberlo podido salvar, me traumo y no quería imaginar que no pudiera salvar a alguien más, que llegara tarde por el hecho de que esa persona prefirió salvarme a mi, esta vez, no sería así. Lo sentía, sentía esta sensación de que pronto, ya no estaría más en la tierra. Sabía que el último día en la tierra para mi, estaba cerca y así se supone que sea, no cambiaria nada.

Mire al frente, podía ver esas estacas, las tenia cerca. Atrás de mi, todos parecían estar alertas. No pude evitar que Daryl o Carol se quedaran, vinieron al igual que Michonne, Jayden y Ethan. Tenerlos aquí era un riesgo, los estaba llevando a una sentencia que era mía, que me pertenecía. Cada vez que me acercaba más a esas estacas, sentía una sensación inexplicable de remordimiento, ver la principal estaca cerca de mi, me perturbó. Ella había jugado con mi mente, había jugado con el valor de la vida, me había dado un buen golpe al cual no tendría una respuesta para darle. Imagine la cabeza de Natasha allí, el palo aun tenía sangre seca. Un silencio profundo invadía nuestro ambiente, mientras que me detuve en seco frente a esas estacas, al igual que los demás pero parecía que ellos ya nos esperaban, y no me sorprendía nada en lo absoluto. Vi como Alfa apareció entre medio del bosque, no tenía su máscara, se veía su sucio rostro, mostrando sus ojos que me miraban fijamente. Me quede detenida, sin moverme, mientras que ella si se acercaba con ese semblante siniestro.

—Mi mensaje fue claro.—su voz se dirigió a mi, mientras que los demás se quedaron aislados, me encogí de hombros.—Eres más cobarde de lo que creí.—añadió a su comentario, mientras que no mostré ninguna actitud ante eso.—Igual de cobarde que Alessandra, huyó solo por la desigualdad de mis pensamientos hacia ti. Fue débil, como tú.—la mire, ante esas palabras que me dieron un alivio ante que aquella mujer no estaba muerta.

—No te la voy a poner tan fácil, si quieres matarme, vas a tener que esforzarte.—le respondí, no me había cruzado con su mirada desde hace mucho, verla me provocaba un sin fin de emociones, no sabía cómo aguantaba no ir y incrustarle una bala en el cráneo.—¿Qué es lo que quieres? Las cosas habían quedado claras.—le pregunté curiosa ante su deseo de verme, a solas.

—Pensé lo mismo, y deje claras las consecuencias.—ella dirigió su mirada detrás de mi, giré mi rostro, observando como Daryl y ella se miraban, pero este giro su mirada a mi y fue ahí, cuando devolví mi postura y la mire mirarme.—Deje con claridad a tu compañero que si volvían a cruzar mis tierras, les costaría tu vida, la cual perdone, cuando decidí matar a tu hermana.—mi sangre hervía ante sus palabras, mi semblante demostró estar molesto ante su comentario.—Estamos en todas partes, pudimos presenciar como semanas atrás en invierno, pasaron mis tierras. Como si no les hubiese importado la demostración que les di para que respetaran.—añadió a su comentario, señalándonos a todos de culpabilidad.

—No fue intencional, salvábamos vidas. Necesitábamos pasar para llegar a una de las comunidades, era el único camino.—defendí. Y estar postura, la decisión que tomamos aquel día de la cual no sabía que habrían consecuencias y que una de ellas, sería mi muerte.—Tu hija estaba entre nosotros, la salvamos, como a muchas personas más.—vi como me miro con molestia, como si le hubiese faltado el respeto.

—Deje clara mi postura, su debilidad los lleva a pensar sin claridad. Sabían que podrían haber consecuencias, deje claro tu sentencia entre tus amigos el día en que marque la frontera y pedí que no volvieran a romperla.—ella dio una vuelta en su postura, mirando algunos de sus seguidores detrás de ella, observando. Se giró y me señaló.—Te perdone la primera vez tu vida, arrebatándote la de tu hermana. Así estábamos a mano pero si quieres que perdone tu vida, tendrás que darme una, quizás las de tus hijos. ¿Alanna y Caleb?—mis ojos se abrieron como platos, me hirvió la sangre de una manera incontrolable cuando vi su risa y de un instante, con dos pasos grandes, llegue frente a ella sacando mi navaja y apuntándole con su cuello, viendo sus ojos abiertos como plato y como ella pedía a su gente que se quedara en su sitio.

—Entre tu y yo, más hija de puta soy yo si se trata de mis hijos. Tu les suspiras a uno de ellos en sus oídos, y te juro que te voy arrancar la maldita garganta y la voy adornar en mi baño para escupirla y pisotearla cada mañana cuando despierte.—me distancié de ella ante la amenaza que le di, vi a muchos más, vi a más de ellos distante a nosotras observando y a ella, mirarme con sorpresa.

—Eres una mujer con mucho potencial, me acabas de erizar la piel.—me dijo ella, alabándome ante la actitud agresiva que deje ver.—Me recuerdas al niño rubio, a ese que estuvo con Lydia, de hecho, antes de morir mencionó el nombre de tu amiga, dijo "Carol..." —tenía ganas de incrustarle la navaja cuando vi como ella intentaba de agitar a Carol, quien vi como fue sostenida por Daryl cuando eso sucedió. Alfa se alejó de mi, dándome nuevamente la espalda.—Tu me acabas de dar la entrada a una zona de guerra por poder y territorios, pero yo sólo quiero tu lecho de muerte y con eso me basta pero como dijiste, no será fácil.—ella aún daba la espalda, su gente la miraba, mientras que aparecían mucho más.

—Lo que vayas hacer, hazlo, porque no eres la única que tiene deseos de volar cabezas.—le pedí, el se giró y me miro fijamente, negó ante mis palabras y me sonrió de lado, una sonrisa maniaca que demostraba lo loca que estaba.—Pero mátame primero, porque te aseguró que si llegas a mis hijos, voy a perseguirte porque tu hija vale demasiado para traer su cabeza aquí.—su risa ceso, ceso ante mi amenaza y ella se quedó parada a distancia de mi.

—Si tú y tus amigos, no corren y se esconden, voy a cazarlos a cada uno, y voy a matarte frente a ellos. Te estoy dando una oportunidad para que huyas y te despidas de tus hijos pero cuando te encuentre, Aliana, voy a matarte.—mi piel se erizo ante esas palabras, ante esas serias palabras y su rostro demostrando que no bromeaba.—Mi horda ira a su comunidad y acabará todo, les estoy declarando la guerra y tiempo para que huyan, porque la primera horda ira tras ustedes, luego yo iré por ti.—ella chasqueo los dedos, dejándome confundida pero en ese instante a través del bosque empecé a escuchar gruñidos lo que empezó hacer que mi corazón palpitara con rapidez.—Corre...—me susurró, en ese instante mientras que me quedé parada aún sin reaccionar ante su amenaza.

Ella y yo nos mirábamos fijamente, transmitíamos el mismo remordimiento, las mismas ansias de acabar esto en este instante, me miro, me miro con esa mirada penetrante. Alfa volvió a chasquear los dedos, sentí como mi ropa en el hombro se rasgó, cuando un trozo afilado rozó mi piel, gemí y no tarde en ver a varios caminantes empezar a salir, siendo guiados por susurradores.Me quede aturdida ante eso, y no tarde en ver la sangre salir de mi hombro, ver cómo los caminantes pasaban por el lado de ella, sin olerla o atacarla. Me giré con rapidez, viendo a los demás mirar la escena, mirar lo que se avecinaba. No tarde en alentarles que corrieran, que corrieran sin mirar atrás. Apreté mi hombro, llegando aún lado de Ethan, quien estaba perplejo ante ver la gran cantidad de caminantes que se avecinaba. Me coloqué a su lado, mientras que la sangre salía de mi hombro pero no importaba. Corría junto a los demás mientras que la adrenalina se quedaba corta en mis venas, la ansiedad y el miedo se apoderó de mi, solo deseaba una cosa y era, llegar a tiempo para decirle adiós a mis hijos porque mi sentencia de muerte, ya estaba firmada; sólo era cuestión de horas.

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