JiMin tomó asiento en la cama tratando de procesar lo que había escuchado decir a HoSeok. Atónito y con el pulso acelerado, se mordió el labio inferior pensante de lo que tendría quee hacer a continuación. Debía huir sí o  sí.

El ruido de la sierra se hizo más intenso, provocándole escalofríos. A pesar de que no estuviera viendo nada, sentía el terror apoderarse de su cuerpo. ¡¿Cómo es posible que vivan tres personas en esta casa y no hayan dicho nada sobre el tema?!

Estaba muerto del miedo. Sabía que sí daba un paso en falso, podría caer en manos de YoonGi y así terminaría de una vez su corta vida. ¿Qué mierda se haría en una situación como esta?

—Debo llamar a la policía. Hay que reportarlo. —con las manos temblorosas sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de la estación de policías.

—Hola, se ha comunicado con la linea de emergencias 119, ¿Cuál es su problema?

—Ho...Hola...

—¿Cuál es situación?

—Yo... —pasó saliva y cerró los ojos conmigo fuerza. —Estoy en casa de un maníaco, tienen a una persona en el sótano y creo que la puede estar lastimando. ¡¿Pueden venir pronto?!

Con su cuerpo nervioso y sus inmensas ganas de llorar, trató de controlar su agitada respiración.

—Coopere conmigo por favor y indiqueme la dirección. No haga un paso más en la situación, por favor manténgase en la línea.

—La... di...dirección es Hongdae, calle 34, carrera 10. Número de casa 25... —volvió a morderse el labio inferior.

—Bien muchas gracias, enviaré una patrulla de inmediato. Por favor no se retire de la linea.

—Estoy asustado... —sentía una presión en  el pecho.

—Respire por favor, dígame su nombre.

—Park JiMin.

—Bien, señor JiMin. La patrulla le tomará unos 10 minutos en llegar. ¿Podría usted ayudarme con algo?

—Eso creo...

—Necesito que vaya al lugar en donde se encuentra el posible homicida.

—¿Quiere que vaya al lugar?

—Sí, y por favor mantenga una conversación con él, mientras llega la patrulla.

—Señorita, no creo poder hacerlo...

—Sí, sí puedes hacerlo. Esto podría salvar muchas vidas e incluso la tuya.

JiMin, contuvo las lágrimas y dejó caer la cabeza hacia atrás con un suspiro.

—Señor JiMin, por favor. Ayúdeme.

Él se frotó la cien.

—¿Qué debo hacer además de hablar con él?

este compa ya está muerto