ᘛ 09. ❝ 𝘀𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁 𝗶𝗻 𝘁𝗵𝗲 𝗰𝗲𝗹𝗹 ❞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

ᘛ 09 : : CAPÍTULO NUEVE


i. SECRETO EN LA CELDA




AZUL SE HABÍA UNAS HORAS ATRÁS Y EL PECOSO SE HABÍA QUEDADO SOLO nuevamente en ese rincón oscuro del cual no había salido desde hace días, la humedad comenzaba a ser parte de su día a día, el olor también y no se diga de las voces de los reclusos que hay en las distintas celdas de su alrededor. El ambiente comienza a ser algo familiar y debía de acostumbrarse a ello pues después de haber discutido con la pelirrosa intuía que muy pronto ella dejaría de vigilarlo, saldría al mundo a continuar con su vida. Ella sería libre luchando por el bien, mientras que el se quedaría encerrado en esa celda hasta morir, la extrañaría ahora que lo pensaba mejor la presencia de la chica hacía más llevadero el ambiente hostil de Impel Down.

Apoyado en la pared soltó un suspiro.

Cuando ella se fuera sus días volverían a ser del mismo color que antes, gris. Un lugrebe y aburrido color el cual había empezado a tener color por ella.

Azul le había pitando la vida.

Azul era la lucesita que ilumina su alrededor oscuro como una pequeña luciérnaga que trae la luz de la esperanza de un nuevo amanecer.

Ace no podía decirle adiós, no quería que se fuera, no podía dejarla ir pero tampoco podía impedir que se fuera. Si custodia su celda es por órdenes de la marina de lo contrario no habría forma alguna de que ellos dos se pudieran conocer.

¿Que podía hacer?

No podía detenerla, tampoco podía obligarla a dejar su libertad por cuidar de él.

Para poder salir de es celda solo debía de aceptar ser un Shichibukai y podría salir finalmente a cambio tendría que entregarse a la marina y ser un fiel sirviente del gobierno mundial.

«tal vez no sea tan malo»

El pecoso abrió los ojos de golpe.

Su pensamiento fuera de lugar le había sorprendido tanto que la sorpresa no podía caber en su cabeza.

El estaba considerando entrar a las filas de los Shichibukai por una mujer que había conocido hace días.

¿Cómo era posible? Azul nisiquiera era lo suficientemente relevante en su vida como para que pudiera ser capaz de considerar semejante barbaridad. Estaba volviéndose loco, el encierro y la falta de luz estaba provocando que su cabeza no pudiera coordinar como siempre.

Pero por mucho que quisiera dejar esa tonta idea de su cabeza, no podía hacerlo. Ente más pensaba la idea sé hacia cada vez más fuerte con forme los segundos pasan. Considero todas las posibilidades que tenía, lo que haría y el porque lo hacía.

Ace nunca había pensado tanto en su corta vida. La ansiedad de la incertidumbre comienza a correr por su torrente sanguíneo, su corazón bombea con más rapidez la sangre y su respiración de vuelve irregular con el tiempo.

¿Podía ser el un fiel Shichibukai?

Tenía la oportunidad en sus manos, se la habían servido en bandeja de plata. Era tan fácil decir que si pero a la misma vez era tan complicado, puede que de su decisión salga algo bueno como también algo malo. Las posibilidades se iban multiplicando poco a poco encontrado más y más, una peor o mejor que la otra.

Una gota de sudor sé desliza por su frente.

¿Que debería de hacer?

Tenía que pensar muy bien en lo que haría de lo contrario terminaría metido en un gran problema del cual posiblemente no pueda salir tan fácilmente.

Callado y viendo a la penumbra que le ofrece su celda, analizó su situación ¿estaba tan desesperado por volver al mar? o ¿solo estaba ansioso por poder seguir viendo a Azul?

No estaba seguro de cuál sea la verdadera razón por la que estaba considerando tanto la propuesta. Si se volvía un Shichibukai puede que el vicealmirante se ponga feliz pero decepcionaría a sus hermanos.

¿Por qué debía de cambiar su camino?

Luffy estaría decepcionado de él.

Sabo sentirá lo mismo.

Padme.

Oh sí bella love, estaría tan decepcionada de él que no sería capaz de poder verla a la cara.

Sus hermanos no aceptarían su decisión, el dilema de vuelve cada vez más grande entre más pensaba. Lo peor de todo es que no llegaba a ninguna conclusión.

¿Que debería de hacer?






















❛ ━━━━━・❪ 🔥 ❫ ・━━━━━ ❜































Azul regresaba luego de haber tenido una larga charla con su mejor amigo, no había obtenido una respuesta clara pero pondría en marcha lo que Eren le había dicho. Seguir insistiendo hasta que Ace acepte ser parte de los Shichibukai. Solo así podría asegurar que el pecoso conservaría su vida, de lo contrario podrían ejecutarlo aunque la opción era la menos indicada.

Se había recogido el cabello en una coleta y algunos mechones caen por su frente, una paleta que lleva en la boca y su distinguido uniforme de vicealmirante.

Nadie le había dicho que debía de insistirle al pecoso ella solo debía de llevarle la noticia y ya sería el si toma la propuesta o decide morir.

Realmente Azul quiere impedir que Ace muera en esa celda de lo poco que conocía sobre él, sabía del pánico que le tiene a la soledad eran casi iguales. Ella le tenía miedo al silencio y el a la oscuridad de alguna forma eso los complementaba entre sí.

Razón por la que no quería dejarlo solo pues sabía que sin ella terminaría hundiéndose en el vacío de la soledad. Tampoco es como si ella quisiera irse realmente quería quedarse, ya me había tomado mucho afecto al pirata después de todo se había acostumbrado a su presencia sin mencionar de los sentimientos que iniciaron a florecer hace unos días atrás. Todo había sucedió la primera vez en que se vieron sus ojos azules conectaron con los marrones y desde entonces supo que estaba perdida.

Azul nunca se había sentido tan intimidada pero a la misma vez segura con una mirada. Había algo en el pecoso que despertaba un deseo en ella, un deseo desconocido que la impulsa a hacer lo que hace. De todas las personas que hay en el mundo Braxton D Azul terminó enamorándose de un pirata y no de uno cualquiera.

Con los pensamos revoloteando como si fueran unas mariposas la pelirrosa continúo viendo hacia el frente hasta que el elevador se detuvo en la última planta. Al abrirse las puertas el ambiente de siempre la recibió haciendo oídos sordos ──literalmente lo hizo── salió del elevador y camino hasta la celda del pecoso. En todo el camino recordó su primer día junto a el por mucho que quisiera negarlo debía de admitir que no había sido tan malo.

No sabía lo que haría pero convencería al pecoso quiera o no, haría lo necesario para hacerlo entrar en razón aunque eso le lleve tiempo. Tenía todavía dos días para poder convencerlo sentía que podía con la tarea que no había nada que pudiera impedirle su cometido. Cueste lo que cueste haría que Ace aceptará ser un Shichibukai.

Azul llegó al frente de la celda con una pequeña sonrisa tratando de no llevar las cosas a una discusión lo que menos quería era volver a discutir con él.

──has vuelto.── dice el pecoso al verla aparecer. Su corazón brincó en su pecho sintiéndose aliviado.── pensé que tardarías más tiempo en venir.

──solo necesitaba un respiró.── confesó llevándose la mano al bolsillo derecho del cual saco la llave de la celda.── Ace, no quiero presionarte y tampoco pretendo obligarte a nada que no quieras pero necesitamos hablar sobre tu respuesta.

El pecoso la vio entrar en la celda y cerrar la puerta automáticamente el ruido del exterior desapareció y solamente la voz de ella y la suya se podía escuchar a la perfección.

Lame sus labios.

Tenía que decirle la verdad, no podía mentirle y menos en un momento como ese.

──no voy a mentirte Azul.── hablo tomando el valor suficiente para continuar.── creeme que lo intenté, intenté hacerme la idea de ser un Shichibukai pero no pude. Por mucho que lo intentará no logré hacerme a la idea.── confesó sin bajar la mirada. No sé sentía mal al decir la verdad.── no quiero darte una falsa esperanza cuando realmente no quiero hacerlo, eres muy considerada pero no puedo aceptar ser un Shichibukai.

El corazón de la pelirrosa se estrujó como una uva que aplastas con los dedos, sintió una amargura aparecer en su boca y el nudo en la garganta.

Azul había querido convencerse de que Ace recapacitaria y se daría cuenta que había cometido un error. Más sin en cambio sus esperanzas habían sido cortadas de un tirón, el pecoso seguía en pie con la idea de no aceptar.

Había sido tan tonta al creer otra cosa.

Azul sabía en el fondo que Ace no aceptaría ser parte de la marina aunque eso significará que podía tener libertad.

Lamentablemente ahora que ya no tenía que custodiar su celda debía de darle la segunda mala noticia. Ya no la necesitan en Impel Down al final de cuentas ya había cumplido con su misión y aunque quiso alargar más el tiempo o buscar una manera para sacarlo de ahí no pudo.

De hecho había sido la misma Azul quien le recomendó la idea a Sengoku de hacer a Ace un Shichibukai. El hombre solo le había dado dos días para convencerlo después de todo el pirata sería una buena ventaja para la marina.

──solo piénsalo un poco más.── pidió en medio de un nudo en la garganta.── no puedes decir que no a algo que no has pensado bien.

──ya lo pensé mucho Azul y no puedo aceptarlo. No puedo simplemente no puedo y ya.

──solo piénsalo un poco más.── nuevamente le suplico tenía sueño hacer algo cualquier cosa.── solo piensa en que si aceptas volverás a ser libre, podrás volver con Barba Blanca e iras a dónde quieras. La marina ya no se meterá en tus asuntos y sobre todo podremos estar juntos sin necesidad de escondernos.

Las palabras de la pelirrosa eran tan tentativas para el pecoso.

Es como si ella fuera Eva y el Adán, le ofrecía la manzana del pecado la cual está a punto de aceptar. Pero también conocía como habían terminado las cosas para ellos, sería expulsado del paraíso pero en esa ocasión Ace sería llevado al paraíso si come del fruto prohibido.

Lame sus labios.

──no tengo más nada que pensar Azul, aunque lo haga mi decisión ya a sido tomada.── suspiro. No podía corresponder a los deseos de ella.

Azul tenía que jugarse la última carta que le quedaba todavía. Aunque no sabía si iba a funcionar.

Ya se encontraba cerca del pecoso se hincho frente a él tomándolo con sus manos del rostro el cual acunó y acarició con sus pulgares con suavidad.

Ace que no había esperado dicho acto trago en seco por la cercanía y con sus manos atadas por las cadenas poso estas sobre la cintura de ella apegandola a su cuerpo.

──no quiero dejarte aquí solo Ace.── hablo ella en medio de un susurró.── tienes que aceptarlo de otro modo, no podrás salir de aquí.

──Azul eres demasiado buena para alguien como yo.── puntualiza apretando la cintura de ella con sus dedos.── no te preocupes por mí, déjame en esta celda y se feliz. Recobra tu libertad y olvida que una vez me conociste.

Azul no podía hacerlo.

──no puedo hacerlo.── murmuro con un hilo de voz.── Ace, no hay muchos sitios disponibles en mi corazón. ¿Y que? no quiero sufrir por nadie con un sitio ahí ¿te parezco fría?── recito sintiendo su labios inferior temblar.── aunque hay descarados como tú que se instalan con su propio asiento.

Ace no tenía ni la menor idea de lo que Azul quiso decirle con esas palabras. No sabía si ya era importante para ella o solamente había querido decirle que lo odiaba. Cualquiera que sea la razón no supo que responder.

Más sin en cambio Ace no tuvo que decir nada pues los labios de la chica sobre los suyos impidieron que lo hiciera.

La dulzura, el calor y el frenesí que sentía cuando la besaba era la tercera vez que lo sentía y podía jurar que se sentía tan bien como la primera vez.

Azul mordisqueo el labio inferior de Ace provocando mas al pecoso tenía una solda idea de a dónde quería llegar con el y agradecía que estuvieran en la celda más apartada que había en esa planta. Con agilidad había quitado las cadenas que mantienen cautivó al pecoso y sintió una llamarada de calor subir por su cuerpo.

Ace volvía a sentirse fuerte luego de llevar esas cadenas de prisma marítimo durante días. Aunque no sabía si su euforia se debía a ya no tener esas cadenas o a la chica que tenía a horcajadas de él.

El pecoso se sentía un poco nervioso pues nunca había llegado más haya que un manoseo con una mujer y de cierta forma tenía un poco de miedo el no poder hacer bien las cosas. Más sin en cambio Azul lo hacía sentir familiarizado con las sensaciones que poco a poco fue olvidando su poca experiencia en ello y se dedicó a seguir sus intentos no son antes haber conocido los de Azul, pudo saber que uno de los puntos erógenos de ella, justamente en las orejas le gustaba que le hablara y las besará.

──te gusta que te toque las orejas.── ronroneo el pecoso dejando varias lamidas en esa área.

Azul jadea en respuesta.

Ace no necesito más respuesta que esa, sus dedos fueron tocando varios puntos en el cuerpo de ella, sintiendo la calidez del cuerpo femenino en las yemas de sus dedos. Poco a poco el calor fue subiendo entre ambos y aunque el pecoso siguiera siendo un inexperto se tomó la tarea de estudiar las reacciones de ella importandole poco su propio placer. Había llegado a la conclusión de que quería llevar al límite a Azul.

Las prendas de la pelirrosa terminaron en el suelo con la cabeza hacia atrás y la boca abierta sacaba diversos gemidos la cabeza del pecoso se encontraba metida entre sus pechos los cuales lamía, moridia, succiona y besa como si fueran dos bolitas de caramelo.

El miembro del pecoso ya había despertado y palpita justamente debajo de su intimidad, ansiosa por poder encontrar un poco de placer comenzó agitar sus caderas sobre el miembro de él en un doloroso van y ven. Su humedad traspasó su ropa interior estaba lista para él y no podía seguir aguantando esas ganas.

──mi pequeña cerecita está ansiosa.── se burla de ella conteniendo una sonrisa en los labios.

──hazme tuya Ace.── le dice como si fuera una orden.

El pecoso sonrió con más euforia llevando una mano a la intimidad de ella sintiendo en su dedos la viscosidad de su humedad, ingreso un dedo y luego otro comenzando con movimientos lentos y suaves para ir aumentando la velocidad.

Azul comenzaba a sentir esa familiar tensión en el vientre avisándole que pronto tendría un orgasmo. Ace también lo pudo percibir al sentir las paredes de ella contraerse al rededor de sus dedos.

──Ace...── jadea ella. El pecoso malicioso retiro sus dedos dejando un vacío en el interior de ella.── pero...── se quejo ella abriendo los ojos.

──aún no es tiempo.── le dice el tomando de la nuca.── quiero que te corras sobre mí.── dijo liberando a su miembro de su encierro en la tela de su boxer.

Ace levantó un poco a la pelirrosa para posicionar a su miembro sobre su entrada, y luego la hizo deslizarse lentamente hasta que entró en ella.

Azul sintió un pinchazo algunas lágrimas escaparon de sus ojos ese dolorcito que sentía se fue transformando en una necesidad de placer lo que la llevo a mover sus caderas avisándole así al pecoso que podía continuar.

Ace la toma nuevamente por la cintura con firmeza y la ayuda a llevar sus movimientos tal y como el los busca rápidos y certeros. Enloquecía cada vez que salía y entraba en la intimidad de ella sintiendo la calidez que le brindan sus paredes. Los ruidos lascivos que provocan sus cuerpos al chocar el uno contra el otro, los gemidos que fueron apagados por la barrera de silenció que les rodea.

Nadie sabría lo que sucedió en ese lugar, a excepción de la vicealmirante y el pirata.





















































jane's note's


Y QUE NO SE LA ESPERABAN

estamos a nada de llegar al acto dos y es el que traerá más drama

uff nakamitas se vienen cosas

¿sera que Ace conocerá al cachorro que engendro con Azul?

¿que les pareció?

¿que creen que suceda?

¿alguna teoría?

hasta la próxima¡<3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro