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Tan lejos pero tan cerca.

───

Carl Grimes

Por instinto me levanté de aquel colchón en el suelo, viendo que aún no era capaz de amanecer. Mire a mi alrededor, todos yacían dormidos. Se escuchaban las respiraciones de cada uno de ellos, los ronquidos debido al cansancio y veía como con incomodidad dormían en el suelo. Con cuidado pase entre ellos, entre sus cosas. Sentía el ambiente pesado, lo sentía tenso. La puerta principal de aquella cabaña estaba siendo estancada por otro sofá, en donde Aliana dormía plácidamente con su arma en brazos. La oscuridad no me dejaba verla bien, solo la luna que entraba por la ventana era capaz de darme la iluminación para distinguirla. Veía su boca entre abierta, soltando suspiros y como sus ojos estaban completamente cerrados. Me acercaba con cuidado, arqueando mis rodillas para doblarme frente a ella y visualizarla dormir. Su cabello estaba sujetado a una coleta mal hecha, mientras que sus flequillos recorrían todo su rostro. Su pecho subía y bajaba, no podía dejar de mirarla. A veces no podía aferrarme a la idea de que estábamos en esta realidad, tenerla nuevamente se sentía un sueño y es que cuando pensé que la había perdido entre todas las personas que amaba, me había perdido a mi mismo por completo.

Mis dedos acariciaron sus mejillas, sintiendo su piel. Ella era toda una mujer y me quemaba el alma saber que su vida realmente no se detuvo, el tiempo no se pausó para nosotros y ahora vivíamos aferrado a los recuerdos pues hace mucho nos dejamos de pertenecer, y eso más que nada me quemaba vivo. Mi alma se revolcaba, sabía que cruzaba límites que no debía cruzar y es que no podía evitarlo, no podía evitar acércame a ella. Es que con tan solo escuchar su voz me erizaba la piel, no quería imaginarme cuando conociera por fin lo que él fruto de nuestro amor creo, nuestros hijos. Con cuidado me distancié al ver como ella se removía pero no me había aislado por eso, si no por el ruido de unas hojas secas ser pisadas a las afueras. Me levante, mirando la ventana y la oscuridad de afuera de los bosques, no sin antes observar cómo Aliana abría sus ojos con pesadez y llevaba su mirada fijamente a mi. La miré tenso, haciéndole una señal de silencio, viendo como ella fue quien se tenso ante el gran silencio que se formó. Ella se intentó levantar del sofá, pero con brusquedad la empuje pues claramente vi la figura de una persona a las afueras.

—Hay alguien... —susurre en su oído, sintiendo como ella llevó sus manos a mis brazos, estaba tensa y asustada, reconocía esos gestos. Aliana se quedó aún lado de mi, mientras que gire mi mirada observando cómo Alessandra se había levantado y en cuclillas se encontraba, con su arma en manos.—Nos encontraron... —volví a decir en un tono bajo, señalando a las afueras de la ventana viendo como ella asentía, doblándose y tocando los cuerpos de los demás.

—¿Qué haremos?—me preguntó Aliana, bajándose en cuclillas conmigo, quedando frente a frente mientras giramos nuestra vista a los demás, quienes tensos se levantaron ante el ruido de la ventana romperse, adentrando una tipo de metal, aunque hicimos bastante silencio, fingiendo que no estábamos.

—Debemos irnos bajo tierra, nos debieron de haber acorralado ya... —veía a las chicas frente a mi temblorosas, veía como Sammy apretaba a su mamá mientras que Stephanie se acercaba a mi, esto al ver como salía un tipo de humo de aquella botella.—Hay un sótano.—indicó, levantándose de manera brusca y indicando que la siguiéramos mientras que cogíamos nuestras cosas y olíamos aquel olor, sintiéndome mareado.

—Cubran sus respiraciones.—indiqué al sentirme abrumado por este olor pero el estruendoso ruido del cuerpo de Aliana caer en el suelo de madera, había alertado a la gente de afuera que estábamos aquí, fue ahí cuando me tensé.—Mierda.—mascullé al escuchar silbidos de afuera y con ayuda de Stephanie, levantamos el cuerpo de Aliana, quien mareada y desmayada por el olor del gas, se había quedado sin fuerzas.

—Sammy, cúbrete.—Sarah, quien con su voz temblorosa hablaba, le cubría la nariz a su hija evitando que respirara aquel aire, mientras que Alessandra quitaba un tapiz de madera del suelo, dejando ver una puerta, la cual abrió con ayuda de Cole.

—Vamos, vamos.—pidió Alessandra con prisa, sacando su arma al ver como la puerta de la cabaña cubierta por el sofá empezaba a resonar con brusquedad, las voces de afuera se escuchaban y no tarde en bajar a Aliana por ese sótano con la ayuda de Stephanie cuando disparos se escucharon.—Hijos de puta.—masculló Alessandra y pude ver como ella cerró el sótano, no sin antes poner el tapiz, y el seguro. El sótano era alumbrado con una luz encendida, mientras que se veía un camino alargado en un pasillo.

—¿Qué es este lugar?—pregunto Stephanie, mientras que ella me ayudaba a sostener a Aliana, quien estaba desmayada.

—Lo construyeron en caso de que algunos salieran a buscar suministros y desearan descansar, sabía que vendrían acá pero tenemos ventaja de escapar primero, no todos saben del sótano. Solo yo, yo fui quien lo construyo.—le respondió Alessandra, quien señaló el pasillo alargado, el cual no sabíamos a dónde nos llevaría.—Síganme, hay que avanzar, empezarán a buscar y rodearán el perímetro.—todos proseguimos con prisa detrás de ella.

—Pero Aliana está desmayada, no tenemos ventaja.—comentó Stephanie, mientras que los pies de la chica que sosteníamos se arrastraban, tome acción rápido y aísle a la chica rubia a mi lado para así, sostener a Aliana en mis brazos.

—El efecto pasará rápido.—le indicó Sarah, quien examinaba a Aliana por encima, mientras que su hija a su lado se encontraba atemorizada.—Tranquila mi amor, estaremos a salvo.—veía como Sammy a pese de que su madre le brindara protección, mostraba sentirse insegura.

Cargaba el cuerpo de Aliana, mientras que Stephanie a mi lado cargaba su mochila y arma. Veía como me miraba de reojo, examinando mi cercanía con la chica de ojos verdes. La evadí, sintiéndome tenso por la situación y pidiendo salir con vida de aquí, y es que no temía solo por mi vida, si no por la de todos. Hicimos una gran fracción de silencio, en donde solo se escuchaban nuestras respiraciones cuando se escuchaban los pasos bruscos provenir de aquel techo de madera. Las voces masculinas se hacían presente por los conductos, todos caminábamos detrás de Alessandra quien avanzaba de prisa con una linterna ante la pérdida de luz por lo que ahora parecía ser un túnel. Sentía la fría respiración de Aliana chocar con mi cuello, y es que veía como empezaba a removerse pero aún no estaba consiente, había inhalado demasiado humo. Continuamos en silencio, sintiendo una gran adrenalina, viendo como Alessandra se detenía. Pudimos visualizar unas escaleras, las cuales nos llevarían a la superficie y ella de manera valiente no tardó en treparlas para así abrir un tipo de compuerta de madera, la cual parecía estancada.

Sentía los nervios a mil, visualizando como Manuel se acercó para ayudar a Alessandra pero las voces que parecíamos escuchar antes se duplicaban, con un tono más alto, más cerca. Fue ahí cuando me tense y realizamos todos que estaban en el sótano y nos alcanzarían, la compuerta logró abrirse y con prisa, le permitieron el paso primordialmente a Sammy quien subió con rapidez mientras que Stephanie de igual forma lo hizo para así ayudarme a sostener a Aliana cuando escuchamos voces de los sótanos. Logré salir al aire libre, para así ayudar a los demás y fue ahí cuando gritos se esclarecieron por el túnel, volviéndose un eco, nos habían encontrado. Apreté los brazos de Sarah con fuerza para elevarla y sacarla de ahí cuando los disparos resonaron, al igual que con Manuel, a quien saque con rapidez de ahí ante la gran ola de disparos. No tardamos en incorporarnos, escuchando así los gruñidos gruesos de los caminantes y como parecía estar aclareciendo, lo cual nos ponía en desventaja. Me tensé en el instante en que las balas rozaban nuestros cuerpos y más cuando Sammy gritó asustada, provocando alertar no solo a los caminantes, si no a los hombres que nos estaban persiguiendo.

Con rapidez socorrí a Stephanie, quien empezó a ser bombardeada por bala y fue ahí cuando visualicé como Manuel tomó el coraje de sostener a Aliana, todos temíamos separarnos así que aunque fuera más fácil capturarnos, nos mantuvimos juntos por el bosque. Empezamos a correr, mientras que Sarah junto a Sammy iban más adelante. Saque mi arma, apuntando a ciegas pero arrepintiéndome, no podía gastar municiones así que coloque a Stephanie frente a mi para cubrir su cuerpo con el mío pero quedamos helado ante la cantidad de los caminantes frente a nosotros. Sammy no dejaba de gritar y podía ver el desespero, el gran desespero de Sarah por callarla pues nos seguirían, y claramente los caminantes no nos tendrían piedad. Junto a Stephanie, corrimos hacia su familia para darles la protección y seguridad pero se nos hizo imposible cuando los caminantes nos acorralaron. Apreté a Stephanie junto a mi, sacando mi navaja para incrustársela a los primeros caminantes que se acercaron a mi. Con la mirada, empecé a escuchar los gritos de Sammy lejos y pude notar que los demás estaban en apuros.

—Sammy hará que nos maten a todos.—indicó Stephanie, asustada y defendiéndose de los caminantes mientras que visualizaba nuestras probabilidades de salir de aquí con vida.

—Está asustada, al igual que todos.—dije, empujando al caminante detrás de ella, a lo que ella no tardó en incrustarle su navaja y acercarse a mi.—Son demasiados.—hable por lo bajo, refiriéndome a la cantidad de hombres que nos seguían.

—Avancen, avancen.—gritaba Alessandra, señalando el norte, mientras que me negaba a avanzar sin ellos pues claramente veía como Manuel aún sostenía a Aliana pero este era defendido por Cole y Alessandra mientras caminaban.—¡Nos encontráremos en las vías!—grito ella, mientras que me negué pero fue ahí cuando Stephanie me empujaba, deseando continuar aún lado de su familia.

—No.—le indique pero los caminantes bloquearon mi visión y no me quedo más remedio que avanzar, que avanzar con suma prisa.—Maldita sea.—me quejaba, corriendo detrás de Stephanie mientras que las balas aún eran visibles para nosotros, corría viendo su cabellera rubia.

Mi respiración estaba agitada y la adrenalina corría por mis venas, me mantenía activo y despierto, sentía demasiada energía. Stephanie corría en par a mi, siguiendo así a su hermano a y sobrina, quienes corrían agarradas de la mano con fe de salir sanas de aquí y es que ya las balas no nos alcanzaban, y los caminantes se habían quedado atrás debido al sonido de las balas, a ese estruendoso sonido. Nuestras agitadas respiraciones era lo único que se escuchaban por ese bosque, el cual empezaba a iluminarse ante la salida del sol, el cual con su iluminación opaco por completo mi vista, haciéndome sentir el párpado pesado. Continué corriendo y mirando a varios puntos del bosque, viéndolo desierto. No me detuve, no miré atrás y eso me carcomía, algo que me retenía siempre a continuar era dejar todo atrás y más a personas. Nos adentramos más al bosque, pasando por los árboles, por grandes árboles con cantidades de ramas. Estás raspaban mis mejillas, y traspasaban la tela de mi ropa, picándome y molestándome. Continué caminando detrás de las chicas, las cantidades de ramas parecían esconder una salida, fue ahí cuando visualicé unas vías del tren abandonadas.

Mire alrededor, viendo fijamente esas vías del tren sintiendo y jurando que ya había estado aquí antes, que ya había estado aquí hace mucho tiempo. Por un instante me quede aturdido, visualizándome caminar por las varillas de las vías, intentando de no perder el balance y aún lado de mi, Michonne, haciéndome competencia mientras que mi papá nos observaba sonriente. Sentí un balde de agua fría recorrer mi piel, eran esas vías por donde una vez pase cuando solo éramos nosotros tres, cuando lo habíamos perdido todo pero siguiendo esas vías, habíamos recuperado mucho más de lo que habíamos algún día perdido. Me detuve, restaurando mi respiración mientras que las chicas de igual forma se calmaban. Tenían sus mejillas rojizas, sus frentes sudadas y estaban aún tensas. Me quite el bulto, restableciendo mi aire, mirando alrededor. Mirando el camino por donde llegamos, percatándome que nadie nos seguía, ni siquiera un vagabundo caminante, no había nada; solo nosotros. Me quede aún aturdido, sintiendo las memorias, escuchando las risas de mis padres que me erizaban la piel, aun no era capaz de llorar, aún no era capaz de realizar que Rick Grimes había muerto verdaderamente.

—¿Estás bien?—escuche la voz de Stephanie, borrando esas memorias y haciéndome sentir abrumado.—¿Carl?—me llamo Stephanie mientras que con molestia me aísle, viendo aquellas vías del tren vacías, no había ni un alma.

—Seguro deben estar cerca.—dijo Sarah, mientras ella acariciaba el cabello de Sammy quien parecía estar más tranquila.—Alessandra sabe lo que hace, confió en ella más que nada.—comentó, intentando de calmarme pero mi ansiedad era grave.

—¿Y ibas a traicionarla?—le pregunté, de manera cínica, viendo como ella con incomodidad me miraba. Stephanie me miro fulminante, comiéndome con la mirada ante mi comentario.

—No tenía opción, Carl.—me corrigió Sarah mientras que yo asentí de manera sarcástica.

—Claro, ibas a vender a su hija y a sus nietos para sus pruebas. Ibas a poner a mis hijos en riesgo.—le indique, viendo como Sammy se levantó de la falda de su mamá, mirándola incomoda ante lo que había dicho frente a su hija.

—Carl, no los conoces. No sabias de su existencia, incluso la de ella. No tiene culpa.—Stephanie se interpuso frente a mi, bloqueando la visualización hacia su hermana y haciéndome sentir incómodo ante su comentario.—¿Todo esto es por ella, por esos niños?—pregunto de manera incrédula, haciéndome distanciarme de ella.—Por eso no dudaste tres veces en volver a tu antiguo hogar.—continuó comentando, acumulando más mi incomodidad ante sus palabras.

—Stephanie, debes entenderlo... —habló Sarah, en defensa de mi, pero fue ahí cuando le pedí silencio y miré fijamente a Stephanie quien con sus ojos esmeralda demostraba enojo pero yo demostraba más que eso con mi expresión.

—Ella y esos niños tienen algo puro como todos nosotros, y es vivir. No pueden arrebatarle ese privilegio así porque si, y sin importar que, son mi familia Stephanie.—dije entre dientes, separándome de ella, evitando incomodarla ante mi reacción.—"Ellos" como tú dices, esos niños son mis hijos. Llevan mi sangre, llevan mis genes, son míos y no voy a permitir que nadie les haga daño. Voy a volver a la comunidad en donde pertenezco y empezaré de cero, empezaré de cero con ellos y si tú quieres ser parte de mi vida, tendrás que aceptarlo o si no, puedes volver, nadie te obligo a estar aquí.—pude ver sus ojos cristalizarse ante mis palabras, mientras que proseguí en darle la espalda para evitar más conflicto pero a ella le gustaba echarle cenizas para activar la llama.

—¿Seguro que es por tus hijos?—pregunto, haciéndome detener en seco.—¿O es por ella Carl?—mordí mis labios, sabiendo que seria capaz de mencionarla, mientras que escuchaba a Sarah pedirle silencio a su hermana, Stephanie continuaba.—Puedo ver como la miras, lo sé porque así me mirabas a mi, cel como la cuidas por eso estás enojado, querías quedarte y protegerla tú. Es por eso que también quieres volver para retenerla a tu vida por todos los años que perdieron separados el uno del otro.—me giré brusco, viendo como ella se sobresaltaba y se alejaba de mi, mientras que reí ante sus comentarios.

—Son mis hijos Stephanie, son mis hijos. Y aún con no conocerlos siento que van a ser la prioridad más grande en mi vida, y van estar junto a mi más que nada y no vas a quitarme ese deseo de ser padre, solo porque no ha funcionado contigo.—le señale, viendo como su sonrisa se esbozó, viendo como sus lágrimas cayeron por sus mejillas y me miro lastimada.—Por favor, esto estaba jodido antes de que ella llegará, lo sabes.—le suspire, viendo como ella me miraba fijamente a los ojos.

—Pero yo he sido la única que ha intentado salvarlo, y todo por el hecho de que te amo.—limpio sus lágrimas y cruzada de brazos se aisló de mi, mientras que Sarah y Sammy me miraban.

—Carajo.—dije, queriendo acercarme a Stephanie pero me negué, viendo como ella se sentaba sola en las otras vías, distanciada de mi.—No quise decir esas cosas.—dije en voz alta, viendo como Sarah me miraba y asentía.

—Lamento haber puesto la vida de Aliana y tus hijos en riesgo con Carl, comprendo tu angustia y se que ella logrará entenderlo.—me consoló Sarah, mientras que acariciaba a Sammy.—Aún sin conocer a Sammy o a su hermano, los amaba más que a nada y al perder a Samuel, fue el peor dolor del mundo, así que no desearía hacerte sentir eso a ti o a Aliana.—veía fijamente a Sarah, como sus ojos se cristalizaban.—Es el peor dolor del mundo.—limpio sus ojos, a lo que sentí mi alma restregarse ante sus palabras, viendo como aún la herida de la ausencia de su hijo estaba intacta.

Un gran silencio se esbozo entre nosotros, veía la tristeza en sus ojos y como parecía recordar aquella tragedia a la que era ajena. Su hijo Samuel y la hija de Manuel, Mariela; murieron. Una semana después de haber llegado supe de aquella tragedia que había acorralado su comunidad, su misteriosa comunidad. Desde que llegue todo era extraño, todo era muy perfecto pero me alinearon como un soldado y por eso, la mayoría de las personas que estaban presente en este día, confiaban en mi. Veía a Sammy, la veía cansada y preocupada, esta pequeña niña desde que llegue había grado una gran alianza conmigo, me adoraba y se que mi presencia le daba la seguridad que necesitaba. Sus ojos me examinaron y me expresó una cálida sonrisa, calmando mi angustia. Observando a Sarah entristecida puedo decir que jamás tuvimos una relación llena de confianza, sabía que ocultaba miles de secretos pero jamás que exponía a personas a la muerte con experimentos. Esta comunidad no era la única, se entrelazaba con más comunidades en otras partes del país pero estaba ajeno a eso, yo preferí quedarme en este sector hasta días atrás. Respire hondo, mirando nuevamente las vías.

Por un instante nuevamente me quede con la memoria de mi papá, recordando mi última charla con él, recordando sus lágrimas caer en mi rostro al saber que moriría. Como me dolía saber que pudo despedirse de mi pero que yo no pude despedirme de él. La impotencia que sentía era grande, era demasiada grande y es por eso mi actitud con estas mujeres a quienes apreciaban, sabían mi dolor y me ocultaron el camino a casa nuevamente. Era algo que no sería capaz de perdonar, era algo que no podía ni siquiera pensar sin ponerme de mal humor. Pude haber recuperado a mi familia, pude haber creado el cambio y la paz en las comunidades que quería, ahora, nuevamente estaban bajo guerra y acorralados entre la vida o la muerte. Alce mi arma, apuntando al bosque ante estruendosos sonidos y quejidos, fue ahí cuando mi piel se tenso al visualicae las ramas separarse. Alce mi arma, apuntando fijamente a la persona que saldría de ahí pero sus manos alzadas me llenaron de calma, hasta que las vi llenar de sangre. Observa a Cole, con su respiración agitada y como las ramas se removían, mostrando a Aliana quien yacía despierta y desesperada, aguantando el cuerpo de Manuel junto a Alessandra.

Las manos de aquella mujer estaban llenas de sangre, podía verla agitada y colocando el cuerpo de este hombre en el suelo. Me quede tieso por un instante, observando la sangre que sobresalía de su estómago, viendo como él estaba pálido y sudado. Las lágrimas de Alessandra se desprendían mientras que veía a Sarah alzar a Sammy en el aire para que Stephanie la sostuviera y alejara con preocupación. El tiempo se detuvo por un instante, visualizaba las manos de Aliana llenas de sangre y como temblaban, como ella negaba y se aislaba, dándole paso a Sarah, quien alzó la camisa de Manuel este quien gruñía quemándose. Quede aturdido viendo todas las posibilidades de este hombre volverse nulas. Mi estómago se revolcó y quería gritar de rabia, quería hacerlo cuando vi aquella gran mordedura marcar su piel desgarrada a un nivel doloroso. Me quede helado, tapando mi boca y dándoles la espalda, sintiendo aquellos recuerdos invadirme, recordando el dolor que sentí cuando mi piel fue desprendida por la mordida de un caminante. La triste realidad era que yo estaba aquí, ¿dónde estaría Manuel dentro de poco?

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