—Pónganse cómodos, tomaré una ducha rápida.

Jimin asintió y SunHee se adentró en la casa del ahora Pelinegro. Yoongi tomó su ropa y entró a la ducha.

—SunHee, ven aquí.

—Papi Jimin, vamos a jugar a las escondidas —dijo mientras corría por todo el apartamento.

—Mi amor, no estamos en casa, si dañas algo Yoongi se puede enfadar —dijo, pero la pequeña ya había corrido.

—¡Encuéntrame, Papi!

Jimin apartó la mirada un segundo de su pequeña y ella se escondió. SunHee entró a la habitación de Yoongi escondiéndose a un costado de la cama. Jimin la comenzó a buscar antes de que Yoongi saliera del baño.

Entró a la habitación apresurado, todavía no comprendía como su pequeña se podía esconder en un apartamento tan pequeño como el de Yoongi.

Su suerte no estuvo a su favor, por un segundo descuido en el día, SunHee pudo salir de la habitación mientras Jimin miraba de bajo de la cama. Al ponerse de pie Yoongi salía de la ducha mientras secaba su cabello. Jimin retrocedió chocando con él. Este resbaló y para no caer tomó el brazo de Yoongi. Los pies del pálido estaban mojados así que ambos terminaron resbalando, cayendo en la cama, Yoongi encima del menor. Jimin miró a Yoongi con ojos grandes, mientras el mayor no comprendía la situación.

—¡Lo siento! —dijo apenado, mirando a Yoongi con ojos grandes.

Yoongi se levantó y ayudó a Jimin. Jimin bajó la mirada encontrándose con el torso desnudo de Yoongi y una toalla enrollada al inicio de su cadera, dejando a la vista la forma de "V" de su pelvis. Esa que volvía loco a cualquier persona.

—¡Lo siento! —volvió a decir mientras se cubría sus ojos con sus pequeñas manos.

Yoongi sonrió divertido.

—Tranquilo, está bien.

—Perdóname, de verdad... SunHee se escondió y la quería encontrar antes de que salieras de la ducha, pero no la encontré.

—Yo sé que no fue tu intención, pero recuerda que no es la primera vez que me miras desnudo... Ahora tendremos que encontrar a SunHee, me vestiré y salgo —borró su sonrisa pícara para buscar su ropa.

Jimin tragó duro, agitando su cabeza ante los leves recuerdes de aquel día con un Yoongi completamente desnudo y encima de su cuerpo en aquella tina del baño.

—Iré a buscarla —habló nervioso, dándole una rápida mirada a Yoongi para salir de la habitación mientras mordía su labio.

Siguió buscando a SunHee, caminando hasta la cocina. Ahí la encontró mientras jugaba con un peluche de Kumamon.

—Park SunHee, no te vuelvas a esconder de mí... ¿De dónde sacaste ese peluche? ¿No te dije que no tomaras las cosas que no son tuyas?

—Lo siento, estaba en la habitación de papi Yoongi.

—Cuando él vuelva se lo regresarás y le pedirás perdón por tomar sus cosas sin permiso —le dijo. SunHee asintió desinteresadamente mientras seguía jugando con el peluche.

—A papi Yoongi le gusta el mismo peluche que a mí —dijo con diversión y felicidad—. Este no es el único que tiene.

Jimin cargó a su pequeña sacándola de la cocina para tomar asiento en los sillones de la sala principal.

—Hija, esas son cosas privadas de Yoongi.

Jimin le dijo, mirándola con cariño, hablándole con el tono más amoroso para que ella no pensara que la estaba regañando.

—Estoy listo.

Yoongi llegó, Jimin sintió su corazón latir rápidamente. Yoongi vestido tan bien. Con el cabello mojado lo era todo. Ese pantalón le quedaba de maravilla y Jimin lo sabía.

—Papi, tomé tu peluche, lo siento —dijo. Yoongi sonrió.

—Está bien, no importa.

—¿Sabías que es mi peluche favorito? Tengo uno igual en casa.

—¿En serio? Es el mío también —sonrió. SunHee sonrió grande para el mayor.

—¿Viste, papi Jimin? También es el peluche favorito de papi Yoongi.

Jimin asintió sonriente, acariciando los cabellos azabaches de su pequeña.

—¿Nos vamos? —Yoongi preguntó.

SunHee había soltado un gritito de emoción mientras se baja de las piernas de Jimin para ahora tomar la mano de ambos chicos.

Salieron y tomaron un taxi que los llevó directo a la feria que habían instalado cerca del río Han.

🌸🌸🌸

—¡Pero lo quiero! —su puchero resaltaba en sus labios, mirando a su padre con tristeza.

—No amor, mejor vamos ya —le dijo. La pequeña estaba por llorando sin apartar la mirada de su padre en busca de obtener lo que quería.

—Yo lo ganaré para ella, Jimin —sonrió.

—No tienes que hacerlo... SunHee es una inconforme, ya le compraste un algodón de azúcar y la subiste a los caballitos, ya basta.

—No importa todo eso, además es nuestro peluche favorito, no lo podemos dejar ahí, estaría mejor con nosotros.

Yoongi sonrió, acercándose al pequeño juego de acumulación de puntos para ganar el peluche gigante de Kumamon. SunHee sonrió victoriosa, arrastrando a Jimin al puesto de juegos.

—Solo tiene tres tiros, tire los que tengan números más altos y tendrá más posibilidades de ganarse alguno de los premios mayores.

Yoongi asintió, tomando las tres pelotas que el dueño del puesto le había entregado. Se concentró y buscó el número más alto.

—Tú puedes, papi —dijo SunHee, alentándolo.

Yoongi sonrió ante aquello, sintiendo como su cuerpo reaccionaba ante las palabras de la pequeña. Le dio una rápida mirada a Jimin y a SunHee antes de lanzar la bola.

—Cincuenta puntos.

—¿Cuántos puntos necesita para ganar el Kumamon? —preguntó Jimin.

—Cien puntos, pero no muchos lo alcanzan.

—Ya veremos... —susurró el azabache.

—Eres igual de terco que SunHee —bufó Jimin en su dirección.

Yoongi lanzó la segunda bola, dándole a su objetivo.

—Veinte puntos, acumulándolos tiene setenta puntos, si quiere al kumamon tendrá que obtener treinta puntos más —dijo el hombre. Jimin mordió su labio con nerviosismo sin apartar la mirada de Yoongi.

Yoongi era muy bueno. Esta vez el pálido necesitaría de más concentración así que cerró los ojos y suspiró. Al abrirlos enfocó su vista en el número que le faltaba. Tomó aire y lanzó la bola.

—¡Treinta puntos! —SunHee y Yoongi festejaron al mirar el objetivo caer.

Jimin se quedó perplejo mientras miraba como el peluche de Kumamon era bajado y entregado al mayor.

—Aquí tienes, cariño —se agachó a su altura para entregárselo y después pagar el juego.

—Muchas gracias, papi —lo abrazó con su bracito libre mientras que del otro colgaba el peluche.

Yoongi sonrió mientras abrazaba a la pequeña con ternura. Jimin quiso llorar, siempre quiso que su hija tuviera a su padre con ella e inconscientemente Yoongi estaba con ellos.

—¿Quieren un helado? —preguntó feliz.

SunHee asintió eufórica, Yoongi miró a Jimin que seguía sin reaccionar.

—¿Te encuentras bien? —lo tomó por sus brazos, mirándolo preocupado.

—Lo estoy, es solo que sigo impresionado —mintió, intentando sonreír para tragarse sus lágrimas.

—¿Vamos?

Jimin asintió sonriente.

—¿Helado o pizza?

Yoongi preguntó para ambos. SunHee pronto dio un saltito, dándole una respuesta al mayor que los miraba sonrientes.

—¡Los dos! —sonrió tiernamente.

—Me quieres dejar en la calle, pequeña.

Yoongi se rio ante su propio chiste para agacharse y cargar a la pequeña en brazos.

—No dejas que Yoongi mire su camino con ese peluche.

Jimin bufó un poco, tomando el peluche de Kumamon mientras Yoongi llevaba a la pequeña en brazos.

🌸🌸🌸

—Gracias por todo, Yoongi —dijo Jimin cuando Yoongi dejó a la dormida SunHee en su cama—. Nos la pasamos increíble.

Yoongi le sonrió, acomodando el peluche en la cama de la pequeña. 

—Yo también me la pasé genial —apagaron las luces de la habitación de SunHee y salieron.

—Gracias por lo que le compraste a SunHee, por la cena, los helados y por ser muy lindo con nosotros.

—Con gusto lo repito —sonrió—. Pero... ¿Aceptarás salir conmigo?

—Sí —sonrió grande. Yoongi lo abrazó con emoción.

—Lo siento —hizo una pequeña reverencia, alejándose un poco de Jimin—. Me tengo que ir ahora. Dime el día que estés libre y yo arreglo lo demás —Jimin sonrió apenado para el pálido.

—Adiós, cuídate, de verdad nos la pasamos bien —caminaron hasta la entrada.

—Descansa, Jiminie, yo también me la pasé bien. Nos vemos pronto, dile a SunHee que me encantó ese pequeño baile que hizo en la pizzería —rio. Jimin se rio ante el recuerdo de su pequeña.

—Se lo diré.

Yoongi sonrió para Jimin, saliendo de casa de los Park, despidiéndose una última vez de Jimin para caminar hasta su propio hogar.

Ese día llegó a su casa más feliz de lo normal.

¡Hola!

Espero que les estén gustando los capítulos❤

¡Adiós!