—¡Abuela!

SunHee gritó mientras corría hasta la abuela Park. La señora se agachó un poco, abrazándola. Jimin y Yoongi llegaron hasta ellas sonrientes.

—Abuelita, papi Yoongi vino con nosotros.

—¿Quién? —la señora dejó de mirar a SunHee para prestarle atención a su hijo y al chico que iba con ellos.

—Un gusto señora, soy Min Yoongi —hizo reverencia.

—Park Hee-Sook —la mujer lo miraba impresionado— ¿Tú eres su...? —estaba por decir algo, pero Jimin se apresuró a hablar.

—No, madre. SunHee lo llama así, pero... Él no es —buscó las palabras para decir. Ella entendió pues pronto dejó de mirar a su hijo y ahora miró a Yoongi.

—Lo siento, pensé que tú eras su padre —se disculpó apenada. Yoongi negó sonriente— ¿Qué los trae por aquí?

—Venimos con Yoongi porque SunHee le habló de tus deliciosos pasteles y también porque recuerdo que me dijiste que necesitabas a alguien que te ayude aquí —explicó Jimin. Hee-Sook sonrió para su hijo.

—Vengan —tomó a SunHee de la mano y los adentró a la pastelería, dirigiéndolos a unas mesas que se encontraban en el local—. Tomen lugar, ahora les traigo algo.

Los tres asintieron y tomaron lugar mientras el local se iba llenando de gente. La pastelería de la madre de Jimin era muy famosa por esa zona, la mujer parecía tener magia en las manos. Sus pasteles, panes y galletas eran los mejores así que era normal que al abrir se llenara de gente inmediatamente.

Después de unos minutos llegó con tres platos con rebanadas de pastel de chocolate y fresa, también traía consigo malteadas de chocolate.

—Gracias —dijeron y comenzaron a comer.

—Delicioso —dijo Yoongi asombrado.

—Gracias —dijo la mayor de los Park.

La mujer sonrió haciendo más pequeños sus ojos. Yoongi pensó en lo parecidos que eran Jimin y su madre.

—¿De verdad necesitas el empleo? —preguntó después de unos minutos.

—Sí —suspiró—. El trabajo en Seúl es muy complicado, no muchos logran obtener uno —comentó. La mujer asintió de acuerdo.

—Yo no pido mucho, solo necesito a alguien que me ayude con la cobranza y algunas pequeñas cosas en la cocina —dijo.

Yoongi sonrió un poco, no parecía un problema el trabajo, de hecho, estaría encantado por tenerlo.

—Me gradúe en finanzas —dijo orgulloso.

Jimin sonrió, dándole una mirada a su pequeña para luego mirar a Yoongi y a su madre en silencio.

—Tu paga sería buena, este lugar me da mucho, algunas personas quieren rentar mi local para celebrar el cumpleaños de sus hijos, así que creo que me servirías mucho aquí.

—Cuente conmigo —sonrió.

—Puedes venir mañana para pasar el día y probar si quieres trabajar aquí, solo por eso te dejaré salir temprano y luego te irás acostumbrando al empleo, no están difícil ¿Verdad, amor? —ella miró a su hijo. Jimin se sonrojó ante el apodo tierno de su madre, pero asintió.

—Así es, madre —contestó. Yoongi se grabó en mente a un Jimin sonrojado.

—Jimin trabajó conmigo por mucho tiempo, luego encontró un trabajo más digno y tuvo que dejarme para cuidar de su hija —SunHee sonrió mientras su abuela apretaba su mejilla con delicadeza y cariño.

—Es un buen trabajo, lo juro —dijo Jimin tímido.

Yoongi le sonrió y asintió feliz. Le creía.

—Lo acepto —dijo. Hee-Sook le dio un pequeño abrazo.

—Papi Yoongi, podré verte todos los días que papi Jimin viaje a Busan.

—¿A Busan? —preguntó curioso.

—Sí, mi empleo me exige mucho, así que cada segundo mes debo ir a Busan —suspiró.

Yoongi asintió comprendiendo.

—Debe ser muy cansado.

—Lo es —dijo mientras miraba a su pequeña devorar su pastel.

—Ahora regreso —Hee-Sook se levantó de su lugar para atender a los clientes que habían entrado.

—Papi...

Jimin y Yoongi habían contestado al mismo tiempo, mirándose al instante con ojos un poco más grandes de lo normal.

—Lo siento —Yoongi se disculpó al notar que no lo hablaba a él.

SunHee lo miró con una sonrisa y Jimin estaba casi igual de sonrojado que Yoongi.

—¿Qué pasó, amor?

Jimin aclaró un poco su garganta, intentando que el sentimiento en su corazón desaparezca y que parara de latir tan rápido.

—¿Podemos ir a casa de tío Seokjin?

—¿Para qué quieres ir?

—Para que tú y papi Yoonie puedan ir a su cita.

—¿Cita? —Jimin y Yoongi se miraron sonrojados.

—Si, ayer los escuché.

—No, amor ¿Por qué quieres ir con el tío Seokjin? —repitió, sentía que había otra respuesta.

—Porque la abuela está ocupada y no me podré quedar aquí así que tendré que quedarme con el tío Koo y con el tío Jinnie —la pequeña comió de su pastel, manchándose con el relleno de chocolate.

—Te quedó un poco aquí.

Yoongi llevó su mano hasta la comisura de los labios de la pequeña, entre su esponjada mejilla y labios, apartando el dulce mientras ella le miraba con ojitos brillosos.

—Gracias, papi —le sonrió—. Papi Jimin, papi Yoongi, es momento que vayamos a casa, me tengo que duchar para ir a casa de mis tíos y ustedes tienen una cita a la que irán —SunHee tomó su plato vacío y caminó hasta el mostrador donde su abuela se encontraba.

—Ella es muy inteligente —Yoongi susurró. Jimin asintió de acuerdo.

—Realmente lo es... Vamos, SunHee comenzará a querer comer más pastel y es suficiente chocolate por hoy. Seokjin hyung no querrá que la vuelva a dejar con él —rio un poco.

Yoongi sonrió, levantándose a la par de Jimin, tomando sus platos y caminando hasta SunHee y la abuela Park.

—¿Ya se van? —preguntó la madre de Jimin.

—Sí, es hora de ir a casa, gracias por el pastel, madre.

—Papi Jimin y Yoongi tienen una cita hoy —dijo sonriente. Hee-Sook sonrió mientras miraba a Jimin y a Yoongi.

—¿Una cita? —la mujer los miró con los ojos entrecerrados mientras sonreía alegre.

—Nos vamos, mami. Adiós.

Jimin sabía que, si seguían un minuto más, su madre comenzaría a preguntar por ellos y Jimin no quería incomodar a Yoongi.

—Aquí tienes —Jimin sacó dinero de su cartera rápidamente, entregándoselo para pronto correr fuera del lugar.

—¡No hijo, espera! 

—Adiós abuelita —SunHee se despidió.

Jimin tomó la mano de SunHee y de Yoongi, sacándolos casi a rastras del local. Cuando estuvo afuera, suspiró aliviado, soltando la mano de Yoongi.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó.

—Mi madre hace preguntas extrañas, es mejor irnos antes de que salga a incomodarte preguntando sobre... Nosotros.

—Nosotros... —Yoongi sonrió ante lo lindo que eso había sonado.

Jimin mordió su labio mientras se golpeaba imaginariamente por lo que acababa de decir.

—Lo siento... No quería...

—Tranquilo, sonó lindo.

Le sonrió, ahora tomando la mano libre de SunHee. Jimin sacudió un poco su cabeza, pronto comenzaron a caminar mientras que en el camino iban jugando con SunHee. La pequeña no podía estar más feliz, al fin sus deseos de cumpleaños pasados se cumplían. Uno de ellos era ir tomada de las manos por sus dos padres. Parecían una familia de verdad.

¡Hola!

Espero que les esté gustando

En el próximo capítulo se viene la cita Yoonmin ¿Qué les gustaría que pasara?

¡Adiós!