—Pórtate bien SunHee, obedece a tus tíos. No me esperes despierta tan tarde ¿Entendido? —la pequeña asintió.

Llamaron a la puerta, Jimin sabía quién era. Besó la frente de su pequeña y le sonrió una última vez.

—Sabes que está en buenas manos —dijo el mayor.

—Y no lo dudo.

Seokjin sonrió para Jimin en cuanto este se alejó de su hija.

—Diviértanse.

Jimin sonrió, asintiendo para el mayor. Pronto se despidió una última vez para dirigirse hasta la puerta donde del otro lado Yoongi esperaba por él.

—¿Listo?

Yoongi había preguntado en cuanto miró a Jimin. Jimin asintió sonriente, saliendo de casa.

—Vamos.

El mayor le ofreció su mano, Jimin la tomó tímido, comenzando a caminar en silencio.

—¿A dónde iremos?

—Primero iremos a cenar.

Asintió ante la idea, pronto tomaron un taxi que los llevó a un restaurante. En la entrada Yoongi dio su nombre y lo dirigieron hasta su mesa. 

El mejor lugar era al aire libre, este estaba decorado con pequeñas bombillas alrededor de algunos árboles, la luz era un poco escasa, pero eso lo volvía un poco más romántico, dándole un toque relajante y hogareño.

Jimin miró a su alrededor y sonrió. Todo era lindo y agradable.

Un mesero llegó entregándoles el menú, cuando pidieron se retiró, ahora podían charlar tranquilamente mientras esperaban su cena.

—Entonces... ¿Te gusta este lugar? —preguntó, Jimin asintió mientras miraba a Yoongi con una sonrisa.

—Es hermoso, nunca había venido aquí antes —sonrió con alegría.

—Yo tampoco, unos buenos amigos me lo recomendaron.

—Es hermoso —dijo después de darle una última mirada al lugar.

—Me alegra que te guste.

Se quedaron en silencio por unos minutos, minutos en que el mesero llegó con lo antes pedido.

—Provecho.

Jimin y Yoongi agradecieron mientras el hombre se retiraba con una sonrisa y una leve reverencia. Jimin tomó sus palillos llevando comida a su boca, pronto sus ojitos se abrieron grandes, su mano se había dirigido a su boca mientras miraba a Yoongi con felicidad y asombro por el rico sabor de la comida.

—Esto está delicioso.

Yoongi asintió de acuerdo con él, la comida estaba más que deliciosa.

—No le digas a Seokjin hyung que te dije esto.

Jimin cubrió su boca para reír un poco, Yoongi se rio con él, asintiendo sin dejar de mirar al menor.

—Te prometo que no le diré.

En el trascurso de la cena se la pasaron hablando de cosas aleatorias y riendo de algunas anécdotas que Jimin contaba de SunHee. Fue una cena maravillosa.

—Vamos.

Yoongi dejó el dinero junto con la cuenta, tomando la mano de Jimin para ayudarlo a ponerse de pie. Jimin le agradeció, tomándola con un leve sonrojo.

—¿A dónde quieres ir ahora?

—A donde tú quieras.

Salieron del local haciendo reverencia al dueño y al hombre de la entrada. Caminaron con destino hasta el río Han. La noche estaba hermosa, parecía que las estrellas brillaban cada vez más. Yoongi sonrió cuando miró a Jimin quien observaba el hermoso paisaje, ahí fue donde notó que Jimin brillaba más que todas las estrellas juntas y que era más hermoso que todo el paisaje que tenía detrás de él.

Los ojos de Jimin brillaron cuando miró caer una estrella fugaz. Yoongi lo observó con una sonrisa de ternura y aprecio. Jimin había tomado el colgante de su collar para cerrar sus ojos con fuerza mientras pedía un deseo. Cuando los volvió a abrir notó que Yoongi le sonreía.

—Lo siento, yo...

—Tranquilo, yo también pedí un deseo —dijo, Jimin sonrió resplandeciente—. ¿Quieres caminar? —el menor asintió.

Comenzaron a caminar, la noche estaba tranquila, no necesitaban nada más, se sentían relajados y cómodos.

—¿Te ha gustado nuestra noche hasta ahora? —preguntó Yoongi.

Jimin asintió con una hermosa y tierna sonrisa, sus ojitos brillaban y su rostro era iluminado ante la preciosa aura que emanaba de su hermoso ser.

—Todo ha sido perfecto.

—Me alegro...Te veías tan lindo hace unos momentos —confesó, Jimin lo miró sonrojado, sonriéndole un poco—. Perdona, no te quiero avergonzar.

—Muchas gracias por todo, Yoongi. Eres un chico increíble.

Jimin tomó la mano de Yoongi, corriendo hasta una banca cercana. Tomaron lugar y Yoongi se acomodó de manera que pudiera mirar a Jimin.

—Me siento tranquilo contigo, es una pena que no nos hayamos conocido antes... Tampoco estoy diciendo que me arrepiento de nuestro pasado, solo que hay cosas que siguen siendo muy personales y penosas para mí —dijo, Yoongi asintió comprensible.

—¿Alguna vez te arrepentiste de lo que pasó?

Jimin pensó en SunHee y sonrió. Claro que no, no se arrepentía de nada, nunca se arrepentiría de aquello porque gracias a eso tenía a la hermosa niña que le había dado los mejores cinco años en su vida, la pequeña que lo había enseñado a ser un buen padre, ella era su motivación y su razón de existir. Claro que no se arrepentía.

—No... No te negaré que me sentí mal, no nos conocíamos, éramos muy jóvenes, yo... Era virgen —susurró—. Pero no me arrepiento, ni me arrepentiré.... Nunca —confesó, Yoongi sonrió.

—¿Eras virgen?

Jimin se sonrojó, sintiendo el calor acumularse en sus mejillas y en su rostro.

—Sí —llevó una mano a su rostro para que Yoongi no notara lo rojo que estaba—. ¿Y qué hay de ti? ¿Cómo pudiste superar a este chico?

Bromeó para tratar de olvidar que estaba sonrojado y cambiar el tema de la forma más rápida posible.

—No lo he superado —soltó. Jimin paró de reír, mirándolo con ojitos grandes y brillosos—. Jimin, eres el primer chico que ha estado en mi cabeza por mucho tiempo... Siento que es raro que te diga estas cosas puesto que no somos muy cercanos y no hay mucha confianza, prácticamente recién nos estamos conociendo, pero te lo tenía que decir... Eres lindo —Jimin lo miraba, pero no podía decir nada, las palabras no salían de su boca ante la mirada del mayor—. ¿La he cagado?

Preguntó en un susurro al no obtener respuesta de Jimin ante lo anteriormente dicho.

—No, estoy bien... Es solo que... En mi vida siempre he sido el chico invisible, al que todos olvidan, el chico infantil de mejillas gordas y manos de bebé...

Dijo. Yoongi casi sintió el dolor en las palabras de Jimin. Este no lo miró, pero Yoongi pudo sentir que estaba a punto de llorar, por su tono de voz y por como hablaba con desprecio hacia su persona y todos los comentarios horribles que se adueñaban de su cabeza y pensamientos.

—Es extraño que alguien no me haya podido olvidar de esa buena forma... —su voz se rompió al final.

Yoongi tomó una de las manos de Jimin, acariciándola lentamente con su pulgar. Esta era pequeña y fina a comparación de la del mayor que era más grande.

—Eres lindo, realmente guapo, necesitas creer que lo eres para que alguien pueda amarte —dijo, Jimin miró a Yoongi a los ojos con lágrimas acumuladas—. Me refiero a que puedo notar cierto desprecio hacia tu persona y yo no veo nada malo en ti, eres lindo, tus mejillas son hermosas, tus manos son muy lindas, tu existencia es preciosa y valiosa... —y no mentía, Yoongi nunca lo hacía—. Todavía hay cosas sobre ti que no conozco, no conozco tu pasado, ni por lo que has sufrido, pero estoy seguro de que para los ojos de otras personas eres realmente lindo, hermoso... Yo sé que SunHee está orgullosa y feliz de tener a un padre como tú, no solo eres lindo físicamente, también lo eres por dentro, tu hija te ama, ella entiende todos los sacrificios que has hecho por ella. Ella es inteligente, muy inteligente, y no me cabe duda de que sabe que eres hermoso... No necesitas las palabras de otras personas envidiosas, eres hermoso tal y como eres —Yoongi llevó una mano al rostro de Jimin limpiando una de las lágrimas—. Mirándote aquí debajo de este cielo oscuro, con todas las estrellas, he notado que tú brillas más que ellas... Eres realmente hermoso, Park Jimin.

El mayor se acercó a él lentamente, Jimin lo miró siguiendo su acción. Segundos después sus labios estaban juntos, moviéndose lentamente. Jimin cerró sus ojos y disfrutó de los labios que había besado tiempo atrás, los primeros labios que había besado.

Yoongi lo besaba lento, sabía que Jimin no era tan experto en esas cosas y tampoco era como que quisiera acelerar el beso, este era hermoso tal y como estaba.

Cuando se separaron Yoongi pudo notar un brillo diferente en los ojos de Jimin. Terminó de limpiar sus lágrimas y se puso en pie mientras le ofrecía una mano.

—Vamos a casa.

Caminaron en silencio mientras iban tomados de la mano. Sin duda, una noche que ninguno de los dos olvidaría. Jimin brillaba muy hermoso y Yoongi era todo lo que Jimin necesitaba en su vida. Alguien que lo tratara bien, que notara su belleza y que ante sus ojos sea la persona más hermosa en todo el mundo. Y Yoongi estaba dispuesto a ser esa persona quien se lo hiciera saber cada que tuviera oportunidad.

¡Hola!

Beso Yoonmin 💜

Espero que les esté gustando❤

¡Adiós!