—¿Jimin? ¿Eres tú? ¿Todo bien?— Pregunta Nam algo confundido. —Estaba buscando a mi amigo pero…

—J-je-fe… a-ahí… voy —Esboza palabras como puede, tratando de acallar un alto gemido mientras al alfa arremete sin piedad dentro de su sensible canal.

—¿Jimin? ¿Seguro qué estás bien? — pregunta, realmente preocupado, Nam.

—¡Basta lobito, ya salte! —Susurra excitado en la oreja del alfa. —¡Ya salgo jefecito, estaba algo descompuesto, nada más! —Eleva su voz mientras golpea al alfa que lo manosea a medida que trata de ponerse en pie para proceder a cubrirse con sus propias vestimentas.

—Ah ok… Que bueno que estés mejor... Por eso no debes beber mucho. Te vi en la barra azul… ¡Y no me digas jefecito! solo Nam.

—¡Como diga jefeci… digo Nam! — Responde risueño mirando al alfa hasta perder sus ojitos en dos finas líneas.

“Eres hermoso" medita el alfa al observar al omega. Y sonriendo ladino mientras se apoya a la pared, rememora: “A sí que Jimin, cachorro” En tanto no deja de aspirar el aroma circundante alrededor.

—Bueno, me marcho, sal bien te recuperes Jimin.

Dicho esto, el jefe se retira del lugar, mientras se escuchan pasos a lo lejos y la música que, finalmente, inunda los baños al quedar la puerta abierta.

—¡Por fin solos cachorro! —Anuncia Jungkook abrazándose al rubio con suma necesidad.

—¡Qué no soy un cachorro! De hecho, debo ser mayor que tú lobito. Y seguramente... —lo observa desde arriba hasta abajo —por unos cuantos añitos más. Así que ahora muévete que debo marchar. Me mata Nam si me atrapa en el acto.

Jimin se dispone a retirarse, no sin  antes atrapar los labios del Alfa en un acalorado y húmedo beso que es correspondido de inmediato. Mientras se resfrega y desprende su aroma en él, dejándolo completamente desorientado.

—Me debes un buen polvo lobito... y pienso cobrarlo.  —Dice el Omega mientras relame sus labios pellizcando la punta de la nariz de Jungkook.

Y emprendiendo su retirada, el alfa atrapa ágilmente su muñeca: —Me llamo Jungkook. —Dice con una súplica en su renegrida mirada que dicta de continuar perdido en sus encantos.

Jimin, esboza la más hermosa sonrisa y contesta —Lo sé. — Y así, sin más, se marcha.

De inmediato, el alfa reacciona a su lejanía. Percatándose sucio y desaliñado, con los pantalones abiertos y una necesidad latente y desesperada.

“Maldición”.

En su mente reproduce lo vivido y la suma urgencia por repetirlo. Se siente más que sexo, más que momento, se aflige imprescindible.

Y con sus memorias revueltas entre lo real y el anhelo, se enciende un cigarro. Y al aspirarlo, denota un punto de inflexión importante en toda esta cuestión.

Ahí toma conciencia de que permaneciendo cerca de Jimin, no tenía necesidad de otra cosa más que del aroma del Omega. ¡Pero qué demonios!

Y conservando todavía el olor en sus dedos (una delicia de aroma) acerca los dedos a su nariz, inhalando y barriendo con su lengua, todo rastro del exquisito sabor.

Acomoda su vestimenta, ajusta sus pantalones bien calzados de cuero, se revuelve el cabello humedecido y se encamina rumbo a la barra para encontrarse con su amigo.

Tendrá que buscar la manera de obtener todo de aquel omega. Porque su lobo lo aclama. Y él, solo quiere morar eternamente cerca de su piel, absorbiendo sus feromonas a conciencia.

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Por otro lado, ansioso y codicioso, Jimin no puede sacarse a "éste" alfa de la cabeza. Sus manos aprisionando su cuerpo, amoldando sus glúteos a su antojo. Esa devoción de la cual fue testigo y que presiente ser el promotor.

A lo largo de su vida, nunca su omega se descontroló de esa manera por un alfa. Y un claro ejemplo es cómo se siente en este preciso instante. Lo percibe como un fuerte rasguño que clama por salir desesperado... Clama por salir y dejarse tomar hasta ser marcado.

"¿Pero qué mierda me pasa?" Se pregunta desesperado el omega. 

Y entre tema y tema, alza su cabeza observando todo a su alrededor. Con la vaga ilusión de conectar con aquel que trae loco a su animal (y a él) aunque no lo admita.

Él, un completo terco. Y su lobo, un ofrendado. "¡Que gran combinacion!" Piensa mientras sacude sus pensamientos y se deja llevar por el ritmo de la música que se mete en su sistema.

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—¡Pero si aquí estas amigo! —Palmea Nam el hombro de Jungkook sobre que éste se acerca a la barra azul —. Te busqué, pero no te encontré.

—Ya me tienes aquí hoyuelos, ¿a quién querías presentarme? —Objeta Jungkook cambiando rápidamente de tema mientras direcciona su visión  hacia la cabina del DJ. Buscándolo mientras le da una profunda calada a su cigarrillo. 

—Escucha... —Anuncia Nam —. Compórtate porque es alguien muy importante para mí. Yo me preocupo mucho por su bienestar, tratando de hacerlo sentir cómodo aunque trabaje para mí...

—¿Acaso... Te gusta Jimin? —El Alfa raudo lo corta observándolo entre gruñidos. Con su instinto animal a flor de piel. Animal que reclama que ataque porque en su cabeza la palabra "mío", resuena una y otra vez.

—¿Qué? ¡No!... No me gusta Jimi... —Nam se interrumpe y lo observa con el gesto fruncido a causa de lo alterado que su lobo se encuentra —. ¿Y tú, cómo conoces a Jimin? —Lo encara como exigiendo una explicación. Algo de todo esto no cuadra... "Jungkook, parece exasperado, descontrolado y ¿celoso?" Piensa el alfa.

—Aquí tienes Nam. —El barman aparece con los tragos solicitados anteriormente por el Alfa —. ¿Jefe, todo bien? —consulta al presenciar la extraña situacion.

—Sí, todo en orden...—Emite Nam algo inseguro y observando a su amigo, pregunta con calmada voz——¿Jungkook?

Percatandose ahí el alfa de su arrebato mientras se recompone algo tímido y suelta—Lo siento...

"Maldita sea! ¡Contrólate" Se reprende internamente.

—¿Eh? Sí... Todo bien Jungkook. Yo solo... quería presentarte a Jin, uno de mis mejores empleados. —El nombrado se sonroja en automático —. Jin, él es mi mejor amigo, Jungkook.

TE SALTA LA TERMICA LOBITO😏🤣

MEDIO NABO EL JEFE... COMO PARA CRERSE LO DE LA DESCOMPOSTURA😏🤣

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