🐺CAPÍTULO TRECE🐺

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"Tú también me gustas..." dijo mi Omega.

Esas palabras danzando en sus labios y cantándole a mi desesperación, estrujaron mis sentidos.

Confesarle mis flagelos se sintió apetecido...

"Es él..." Repite mi lobo aullante de alegría que se mezcla con el "eres tú" que resuena en mi distraída mente.

El roce de labios impartido luego del confecionario, fue suave y relleno de cariños por llevar a cabo. Caricias que sellaron heridas reprimidas y latidos que se disponían a mellar el eco de los sonidos contrarios.

—Yo... Deseo acompañarte lo que resta del camino. Solo si me permites transitar a tu lado cachorro. Para mí sería un honor poder consolarnos y apoyarnos. O liderar las batallas al frente y así poder alivianar los tropiezos para que sufras menos al transitar por ellos. —Comento entre susurros mientras acaricio su hermoso cuerpo que yace a mi lado, dormido en el sofá.

Los rayos del sol, otorgan una leve iluminación que traspasa las oscuras y amplias cortinas.

"Eres tan pero tan bello".

Retumba en mi cabeza a medida que mi cuerpo se dormita... Y por primera vez en un largo tiempo, obtengo un buen descanso...

Despierto desolado y con una intensa sensación de desapego... "¿Mi omega?"

Observo a mis costados, sentándome exaltado, él no esta. Extiendo mis cuerpo en un largo bostezo acaparador de energía hasta que percibo una pequeña nota en la mesita ratona.

“Estoy en la emisora, solo serán un par de horas. Siéntete a gusto y no fumes tanto…tu cachorro. P.D: si debes irte lo entenderé, deja la llave bajo la alfombrita.”

“Tu cachorro” La clara sonrisa que demarca mi rostro debe ser enorme, porque la comisura de mis labios tiran en demasía. Me siento un maldito afortunado...

Y como tantas primeras veces que denoto en mi vida en estas últimas horas, veo una salida.

Me levanto, me visto y me dirijo a la nevera. Necesito agua con urgencia, mi garganta quema. Pero al avanzar hacia ella, mis músculos se notan doloridos. Así mismo, trato de despejar mi mente y no caer en pensamientos que retroceden.

Pero la maldita ansiedad me puede y luego de vaciarme la jarra de agua, me encuentro encendiendo un cigarrillo desesperadamente…

Con el pasar del tiempo, aunque los minutos se hacen eternos, me envuelvo en contradicciones de no debo pero quiero.

Las manos, me comienzan a sudar, siento escalofríos y maldita cabeza me explota.

Entonces, abrumado y atormentado, me encierro en el baño. "Necesito un porro, no puedo no obtenerlo". Y cuando las manos me fallan intentando prenderlo, me dejo caer sobre la pared, arrastrando mis penas mientras tomo con suma fuerza mis cabellos.

Un inminente nudo florece en mi garganta, conquistando y tragando mi voluntad desde adentro mientras mis ojos se tornan acuosos.

!Maldición! Soy un puto desastre…

-—¿L-Lobito?¿Estás aquí? —pregunta Jimin cautelosamente. Y al verme, abruptamente se detiene —¡Jungkook! ¿Qué tienes? ¿Estás bien? —Se acuclilla delante de mí tomando mis manos mientras suplica —. Mírame, por favor.

—Lo siento Jimin...Yo...realmente lo siento. Esta mierda me puede... —Veloz me levanto, corriendo al cachorro de lado para huir del momento.

Huir cómo tantas veces me fugo, sin poder afrontar por miedo.

—¿Qué? Pero... ¿por qué te vas? —Jimin se apresura a seguirme, tomando mi cuerpo por detrás en un fuerte abrazo —. Te escuché... Esta mañana mientras me acariciabas y creías que dormía, te escuché. Yo sé que puedes... Solo... hay que tener paciencia lobito ¿Sí?

—¿Cómo puedes confiar en mí? Soy un maldito desastre con mi vida Jimin. Siento... Siento que pierdo cada día, una maldita desidia, imposible de ganar. — Desgarro mis palabras en el dolor de la certeza.

Ya ni si quiera me muevo. Ni tomo sus brazos. Ni me inmuto. Solo estoy destinado a esto.

—Ven aquí —emite Jimin girando mi cuerpo hacia él y apretándome en su pecho mientras descansa mi cabeza sobre su cuello —. Inspira Jungkook, sírvete, lo necesitas. Solo... solo regresa aquí, conmigo. 

Entonces, me aferro a su cadera con un abrazo dubitativo.

No quiero pero lo necesito. No quiero ser egoísta y estar bien solo por embriagarme en el.

—No mereces esta puta mierda cachorro. Lo siento —anuncio dejándome llevar por su aroma. Aroma que, lentamente, me calma —. No puedo ser egoísta Jimin, exigiendo que estés conmigo porque te necesito... Tú, eres un precioso Omega y yo, un puto desastre. 

En ningún momento Jimin se desaferra. Me abraza y acaricia con suaves toques relajantes mientras  controlo toda mi ira... Ira que recae en mis malas decisiones, en mis bajones, en mis caídas...

—¿Quién dijo que las cosas buenas eran simples en la vida, lobito? Solo puedo decirte, que contaba los minutos para volver a verte... Y si nuestros lobos se anhelan. ¿Por qué engañarnos a nosotros mismos? —Comenta como en un encantamiento. Plantando en mi cabeza, un sueño bonito. Sueño donde sé que podría ser un un actor fidedigno.
—Y aunque pierdas mil batallas, sé que no pierdes la guerra. Y estaré encantado de luchar a tu lado, lobito. Solo es cuestión, de disipar la manera.

Elevo mi visión, atrapado en sus anhelantes avellanas. "Eres mucho más de lo que merezco, eso seguro". Pienso mientras naufrago entre sus bellos iris.

—¿Estás seguro, cachorro? Porque percibo que quiero todo y nada puedo. Y no sé si no te haré daño. Y eso, me mortifica. — Confieso perdido entre sus facciones, con el corazón a mil y desnudo de emociones ante su impronta.

—No lobito, no estoy seguro. Pero sé que me necesitas. Así como yo, también, te necesito... Quiero darte minutos a la vez, retazos de tiempo no perdido, momentos grabados sin culpas y bonitos recuerdos sentidos.

Se acerca a mis labios y lentamente, me somete a sus dominios. Comenzando con un suave beso entre dulce y reprimido. Roces que piden permiso para inmiscuirse en las fauces del otro.  Toques con deseos de calentar la angustia de mi oprimido pecho.

—¿Cachorro?

—¿Sí?

—No soy nada sin ti... Pero quiero ser, por ti. Quiero poder resistir y quiero muchos "yo puedo", por ti —digo embarrado de palabras que se traban en la punta de mi lengua.

—Me alegra que quieras lobito, pero deben ser por ti, no por mí. Te necesito fuerte, para que te levantes y luches a todos por mí. — Anuncia aferrado a mis mejillas. Confrontando su inquietante mirada que exige me me recupere.

—No prometo pero trataré... Trataré de hacerlo, mi Omega —Confieso mientras me observa con una maravillosa sonrisa.

—Me parece una muy buena decisión, mi Alfa.

 






















POBRE MI LOBITO. MALDITA ADICCIÓN.🥺😔

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR 😍

LOS AMITO MUCHO❤

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