🐺CAPÍTULO VEINTISEIS🐺

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Diez días transcurrieron desde aquel ataque de valentía, poseído por mis más lúgubres deseos de obturar lentamente el contorno de la garganta de esas Betas que se entrometieron con lo que es mío...

Rememoro y me deleito con mis hazañas. Por suerte, los siguientes días laborables se desarrollaron en completa calma, a no ser por nuestras pequeñas escapadas pasionales y  esporádicas, a escondidas para regalarnos abundantes deseos empañados con toques de amor sincero.

"Todavía no puedo creer como transcurrí de no importarme nada a importarme todo. De utilizar a mi antojo a dedicarme a pensar en el bienestar de otro. Nunca me proyecté en mis 27 años, dictaminándome así con un Alfa menor que yo y tan enam..."

—¿Cariño, vainilla o dulce de leche? Aunque prefiero estos que conllevan ron —pregunta mi Alfa, sacándome de mi ensoñación mientras lo veo extrañado, ¡quién hubiera pensado que estaría deliberando entre sabores tan dulces de helado! —¡Observa la textura de éste! Aquí dice: "Pepino con gin" ¡O éste! "Palta con wasabi" ¡Maldición! No me puedo decidir.

Y me contento solo de observarlo tan encantador en nuestra primera salida oficial denominada "cita". Aunque aún, no hemos etiquetado ésta avalancha de sensaciones pasionales que nos arrasa, pasándonos por encima.

Lo examino con sus jeans azul oscuro rasgados y con su camiseta blanca con negro mangas cortas remangadas, denotando sus imponentes brazos tatuados que asemejan a un sexi cachorrito, todo bocón y cautivador.

—Decide lo que te plazca amor, yo optaré por un cono de dulce de leche con baño de caramelo —afirmo decidido que, cuanto más dulce, mejor.

—¿Sabes bien que no estás cooperando cariño, no? —Mi Alfa me examina con su ceño fruncido mientras, entre morritos, lo observo—. ¡Ven aquí! —jalonea mi cuerpo acercándolo al suyo —. ¿Te he dicho cuanto me complacen tus preciosos mohines? —comenta entre susurros próximos a mis labios.

—No recuerdo lobito... Refréscame la memoria, ¿a ver? —objeto todo seductor, recibiendo un suave y dulce roce de labios entre tanto me aferra a sus brazos.

—A mí parecer, —degusta sus labios con su lengua —con lo dulce de tus besos me conformo, así que llevare éste: "pepino con gin en copa" —. Y solo sacudo la cabeza en negación, era notorio que escogería helado con una pizca de alcohol.

Y abrazado cual koala a su espalda, pacientemente, espero que realice su pedido. Aspirando su aroma que tanto me agrada, esa mezcla de olores sumado a su porte varonil que últimamente me tiene demente.

"No te mientas Jimin, te tiene comiendo de sus manos desde el primer día que lo advertiste mirándote..." Me digo internamente, a lo cual mi Omega asiente "¡Maldito traidor! un Alfa que te mima, Omega, y tú ya te me ofrendas". medito risueño.

Luego, escucho realizar el pedido de mi helado sabor dulce de leche acentuando el "mucho baño de caramelo". Y entre regocijos me contenta, que siempre sea atento a los detalles.

Durante el transcurso de estos días, se abocó a conformarme como un niño clamando caprichoso por sus anhelados juguetes. Y temo acostumbrarme, porque he rebasado completamente mi propio libro de quejas.

Así nos hemos acomodado entre mis días de radio, sus aflicciones que buscan dejarlo caer y nuestras ganas de más. Morando la mayor parte de su tiempo en mi casa "hogar junto a él" Sobre todo, en las noches en donde compartimos la labor en el antro.

—Cachorro... si me sueltas, podrás degustar tu helado, —objeta ofreciéndome mi cono con su sensual sonrisa ladina —aunque si prefieres quedarte ahí, se me ocurren un par de ideas bastantes interesantes por recrear.

—¡Cállate Alfa! No me otorgues inspiración —abandono mi refugio acomodándome a su lado, para asir mi cono de helado sentándonos en una apartada mesa del local.

Degustamos nuestro manjar entre miradas otorgadas con toda la  intención y fortuitos roces cada tanto. Narrándonos, parte de nuestras vidas, en un intento de aceptación.

—¿Amor, sabes que estoy para ti, no? Nunca lo dudes —confieso situando mi mano sobre la nerviosa suya y pretendiendo apaciguar un poco sus demonios. En tanto mi lobo se retuerce angustiado por calmar a su Alfa.

—Lo sé cariño, lo sé... Es... solo... ¡Que no quiero mancharte con mi suciedad! Tú eres tan... —observo su voz finalizando en un hilo de súplica y desesperación, que deja sus ojos llorosos.

—¿Sabes qué? Vamos a cambiar de aires... ¿me harías el honor de caminar a mi lado? —ofrezco mi corazón en mi extendida mano con la propuesta de llevarlo lejos de miradas indiscretas que recaen sobre él.

Con sus vidriosos ojos me observa acongojado y esbozando una falaz sonrisa que termina en la toma de mí mano. Así transitamos por la colorida y apenas concurrida avenida, a pasos lentos pero constantes y asidos de la mano en un armónico sigilo.

—¿Mejor amor? —consulto esperanzado por su bienestar —Puedes confiar en mí o descargar tus pesares que te escucharé. — Digo aferrando mi mano a la suya.

—Estoy mejor cariño... pero no me gustaría arrastrarte conmigo... Y eso, da mil vueltas en mi cabeza como una maldita ironía... Desear y querer estar siempre contigo, a sabiendas de que puedo hacerte más daño de lo necesario.

—¡Pero no lo harás! Sé que nada es fácil, pero lo estás haciendo bien Alfa. Debes confiar en tí, en lo que nos conmueve, en lo que nos regalamos —Le digo afligido.

—Pero... ¡Es que soy una maldita carga! ¿No lo entiendes? Un cachorro que deben guiarlo para que no tropiece. Y así mismo, lo hago una y otra maldita vez... Ni siquiera soy capaz de alejarme mucho de tí sin arrastrar tu aroma impregnado en alguna prenda... es como si fuera un lobo enfermo y psicótico que se desespera si no te huele para no perder el maldito control de si mismo.

—Amor, no seas así contigo —lo enfrento acunando sus mejillas con la angustia asomando cual barco a la brava bahía.

—¡No cariño! Debes darte cuenta de que es tu aroma el que me controla... En definitiva, soy un farsante amante que te usa solo para mi dominio... ¡Tú no mereces esto! Eres...

—¿Soy qué, Alfa? —lo observo anhelante y desnudo...

—E-eres... l-lo que siempre soñé —confiesa rebasado en angustia que denota congoja y desconsuelo.

Entonces, acaricio sus mejillas, tratando de que le llegue todo mi sentir mientras le digo: —Alfa —preciso de su completa atención —tus acciones no pueden contener maldad, si lo que observo a través de tus ojos es puro amor...

—O-Omega... —susurra entre sollozos desconsolados.

Y acunando su rostro con una de mis manos mientras acaricia mi otra mano sus sedosos cabellos, le confieso: —Tú Omega, cariño. — Repaso el camino silencioso de sus lágrimas despejando su hermoso rostro —. Y mi aroma, simplemente, es el complemento de este amor... mi Alfa.

Y cuando sus orbes me enfocan vidriosas, me atrae hacia su cuerpo, posando su cálida mano sobre mi rostro...

Nunca advertí el camino de mis peculiares lágrimas, hasta que mi Alfa las depuró delicadamente con sus dedos.

—¿Cariño? —articula mi Alfa y solo respondo con un gesto afirmativo dando a entender que lo escucho y lo escucharé siempre.

—Te amo...


















HAW MALDITA SEAAAA! NECESITO AMORRRR😬🤣

GRACIAS POR LEER, COMENTAR Y VOTAR ♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro