01 - EL ENCUENTRO

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E L    M I S M O   A I R E

EL MISMO AIRE 。・:*:・゚
01. el encuentro
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VALERIA llegaba tarde. Había aterrizado hace unos minutos en el aeropuerto del Prat de Barcelona y por algún motivo, el vuelo se había retrasado. Por lo que a la reunión a la que tenia que asistir hoy en la capital catalana, llegaba tarde.

Eran las 9:30 de la mañana y la reunión empezaba a las 10:00. ¿El problema? Valeria nunca había estado en Barcelona antes, y coger un taxi no era mucha complicación. El percance estaba en salir de él horrible aeropuerto en el que se encontraba: era enorme, con todas las indicaciones en catalán (el cual ella no tenia ni idea) y miles de señales las cuales lo único que le provocaban a Valeria era una sensación de ansiedad por no saber a dónde ir.

La joven arrastraba su maleta con una de sus manos mientras que con la otra sujetaba su móvil mientras traducía las diferentes indicaciones de su alrededor. Cuando por fin pensaba haber encontrado la correcta, un cuerpo que pasaba a toda velocidad, chocó estrepitosamente con el suyo, haciendo que Valeria chocase contra el suelo de culo y que su teléfono saliera disparado hacia el otro lado.

— ¡Ay! ¡Ten cuidado hombre! — protestó la joven mientras hacía un esfuerzo por no mostrar en su cara lo que le había dolido la caída.

Valeria fijo sus ojos en la figura que se encontraba encima de ella para reclamarle el golpe, cuando los ojos del individuo chocaron con los suyos: ojos color avellana, redondos y profundos. Eran tan bonitos que se quedó sin habla. Esos ojos la habían cautivado, y sin pensar en el alrededor, Valeria se quedó ahí, sin despegar sus mirada de esos ojos color avellana.

— ¿Estás bien? — preguntó el joven. Valeria pestañeó, volviendo a la realidad y percatarse de que la figura encima suya había hablado. Pudo determinar que era un chico, más o menos de su edad. Aunque por la capucha que llevaba no podía fijarse muy bien.

— Eh- si si, estoy bien — carraspeó Valeria. El joven sonrió, y antes de que pudiera abrir la boca, otra boca se unió a la conversación

— ¡Eh enano! Que te quedas atrás, vamos — gritó alguien a la espalda de Valeria. El joven, que parecía ser el destinatario de ese mensaje, miró en dirección a la voz y frunció el ceño.

Se levantó apresuradamente de encima de Valeria, y antes de que ella dijese nada, salió corriendo. La chica frunció el ceño, girando su cabeza para atrás, viéndolo correr hasta una de las puertas de embarque.

— ¡Gracias por la ayuda imbécil! — gritó Valeria sin importarle quien la oyese. Resopló, levantándose del suelo y bajándose la falda que llevaba. Recogió su móvil del suelo, el cual se le había roto la pantalla por el impacto.

Genial, pensó Valeria. Un imbécil se me cae encima y a mayores se me rompe el móvil. Ya estoy odiando Barcelona.

Cogió su maleta y el bolso para dirigirse a la salida y pedir un taxi, que la llevó hasta donde la reunión se iba a llevar a cabo.

















— Debéis de estar bromeando — las palabras de Valeria retumbaron por toda la sala. En ella se encontraban Valeria, su representante Begoña, los directivos de unas marcas y Martín, el representante de otro cliente.

— Valeria — la llamó Begoña la cual se encontraba a su derecha — piensa en las oportunidades que esto te daría: marcas como Calvin Klein o Versace te verían y podrías en un futuro colaborar con ellas. Toda tu carrera se vería afectada para bien. ¡Incluso para más que bien diría yo!

Valeria pestañeó para después apoyarse en la mesa con sus codos. No podía creer que esta situación le estaba por ocurrir a ella.

— Mira — la voz de Martín resonó por sus oídos — esto te puede estar sonando fatal. Y lo entiendo, has tenido que venir hasta Barcelona por ello y te sientes estafada — el chico carraspeó — pero no te miento cuando te digo que esto sólo es en tu propio beneficio, no te va a generar nada malo. Puede que al principio si haya algún que otro mal punto, pero a la larga te va a venir de perlas.

Valeria rió sarcásticamente, irguiéndose de la mesa cruzando una pierna por encima de la otra.

— No sé qué beneficios mantener una relación falsa con alguien que no conozco pueda proporcionarme — le contestó arqueando una ceja. Begoña suspiró negando con la cabeza.

— Ya sé que no te gusta un pelo esta situación — pronunció su representante — pero piensa en el pobre chaval: apenas dieciocho años y ya tiene a todo el público echado encima.

— Pues que no hubiese pensado con la polla en vez de con la cabeza — respondió Valeria

— ¡Valeria! — rechistó Begoña, a lo que la joven soltó un "perdón". — Vamos a aceptar este contrato. Te va a hacer más que bien, ya lo verás. Ahora que estás en España de vuelta, te vendrá bien pasar un tiempo con alguien para entretenerte.

Valeria miró a su representante, que le regaló una cálida sonrisa. Sabía que tenia que aceptarlo, sino Begoña se le echaría encima sin dejarla respirar ni un minuto.

Y es que a Valeria le iba muy bien: desde el lanzamiento de la última temporada de Élite, su imagen a pasado a ser nacionalmente famosa. Y aceptando este contrato, ampliaría los horizontes, e incluso podría conseguir algún papel en alguna película de Hollywood.

Sonaba muy bien. Demasiado bien. ¿Qué podría pasar? Muchas cosas, pero si su futuro estaba en juego, Valeria haría lo que fuera por asegurarse uno brillante y triunfador.

— Está bien, lo haré — pronunció después de unos minutos en silencio. Martín sonrió felizmente y Begoña asintió, murmurando un "no te arrepentirás". — ¿Cuándo lo conoceré? — le preguntó a Martín.

— El jueves irás a recogerlo al entrenamiento a la 13:30 en la Ciudad Deportiva. Ya me pondré en contacto con él de todo. Una vez que lo recojas, nos reuniremos los cuatro para hablar de todos los detalles importantes. — Valeria asintió, y Martín cerró su carpeta y le dio la mano para sellar el pacto con ella — Muchas gracias Valeria, es un gran privilegio poder contar contigo para esto. Te prometo que te llevarás muy bien con mi cliente.

Valeria asintió con una mueca, dándole la mano y despidiéndose de él mientras Begoña lo acompañaba a la puerta. La joven suspiró, pasando su mano por la frente.

Ni veinticuatro horas en Barcelona y ya se había metido en un berenjenal. Valeria estaba a punto de descubrir un mundo nuevo para ella en donde aprendería lo que de verdad significa "si no te arriesgas no ganas" y que un simple contrato puede cambiarte la vida.






































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primer capítulo!
dejadme algún comentario que me encanta leer vuestras reacciones y opiniones al respecto 🥰
espero que todo os vaya bien (y sino, pensad que queda nada para verano, eso siempre me anima a mi) <3
súper corto, lo sé, pero el siguiente ya es donde se pone interesante la cosa ;)

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