⊱ ❝O42 | 𝑫𝒐𝒔 𝑺𝒆𝒎𝒂𝒏𝒂𝒔❞

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—Edward, tengo que terminar de hacer mi maleta —dice Juliette mientras reía.

El castaño se encontraba bastante ocupado dejando pequeños besos en los labios de su prometida que se dejaba hacer.

—No, no quiero que te vayas —susurra Edward y junta su frente con la de su rubia.

Amor, solo serán dos semanas —recuerda Juliette mientras reía y acariciaba el cabello de su prometido—. Después de ese tiempo regresaré.

—Es mucho tiempo —responde el castaño por lo bajo, comenzando a rozar sus labios con los de su futura esposa—. Deja que Alice vaya sola, dulzura.

—Tengo que buscar a mi madre, el vestido, terminar de ver los detalles de la recepción —comienza a enumerar Juliette sin dejar de pasar sus dedos por el cabello del vampiro—. Las invitaciones y tengo que repartirlas.

Edward se aleja de Juliette y la mira con adoración, hasta que en sus labios apareció un pequeño puchero.

—¿No puede hacerlo Alice? —pregunta el castaño en un susurro.

—No —responde la rubia divertida antes de dejar un pequeño beso en los labios del contrario—. Tengo que probarme el vestido yo.

—¿Y no puedes esperar unos cuantos días más? —vuelve a preguntar Edward.

—No, la boda es en dos semanas —recuerda Juliette hasta sentir como su futuro esposo beso sus labios.

La rubia suelta un bajo gemido hasta que se alejó de Edward, este termina por dejarla ir y se levanta de la cama junto con ella.

Juliette sigue guardando varias prendar de ropa que necesitará para las dos semanas que pasará en Forks antes de que tuviera que regresar a Alaska para la boda.

—Deja de verme así, no vas a lograr nada —asegura la mitad inmortal tras ver la intensa mirada que le daba su prometido—. El vuelo sale en dos horas y todavía no tengo mi maleta lista.

Edward la mira caminar hacia su armario de donde sacó dos faldas y sus blusas a juego.

Dulzura, tardarás mucho tiempo —se queja el castaño—. Me vas a dejar solo.

Juliette deja su tarea de doblar su ropa y dirige su mirada hacia el lector de mentes que no dejó de mirarla.

—Edward, has vivido con ellos más de un siglo —recuerda la rubia con diversión—. Creo que eres capaz de soportar dos semanas sin mí.

Ella se acerca a él para dejar un rápido beso en sus labios antes de retomar su tarea.

—Me dejas con Rosalie, Kate, Tanya y Carmen —retoma el tema Edward—. Las cuatro están de aquí para allá con la boda.

—Bueno, podrías ayudar a Carlisle, Emmett y Jasper con los últimos preparativos para la boda —recomienda Juliette al terminar de guardar su ropa y accesorios—. Hay cosas que cargar.

—Dulzura —vuelve a decir Edward mientras se acerca a ella lentamente—. Quédate conmigo.

Juliette se ríe tontamente al momento en que sintió como Edward la abrazó por la espalda, recibe gustosa el beso que dejó este en su mejilla hasta que terminó por darse la vuelta para quedar enfrente de él.

El vampiro mira con fascinación el rostro de Juliette, hasta que bajó su mirada hacia su mano izquierda, exactamente en donde se encontraba su anillo de compromiso en su dedo anular izquierdo.

—Solo faltan dos semanas y serás la Señora Cullen —susurra Edward con ilusión.

—Si no me dejas ir a Forks, puede que no lo sea en dos semanas —asegura Juliette antes de enredar sus brazos en el cuello del contrario—. Tal vez lo sea hasta el próximo año.

Ella deja un rápido beso en los labios de Edward antes de alejarse de él para caminar de regreso hacia su armario, toma una falda gris con rayas blancas y rojas, una blusa manga larga de cuello alto de color rojo vino, unas botas grises, una boina del mismo color que las botas y un saco del color de la blusa.

—Tengo que cambiarme —le avisa Juliette a Edward que se acercaba a ella.

Este toma las mejillas de la rubia con delicadeza y deja un corto beso en sus labios que la hizo sonreír.

—Te espero abajo —susurra Edward al alejarse de los labios de su prometida—. Yo las llevaré al aeropuerto.

Juliette asiente y lo mira salir en silencio, tras soltar un corto suspiro, ella decide bajar las maletas de su cama para poder dejar el conjunto que se pondrá para viajar.

Al terminar de cambiarse, se acerca a su tocador para poder arreglarse. Peina su largo cabello rubio, se maquilla un poco y se pone perfume, se pone el collar que le regaló Edward y, al momento de bajar su mano, se queda mirando su anillo de compromiso que ha cuidado por cuatro años.

—Dos semanas y seré una mujer casada —susurra para sí misma la mitad inmortal con una tonta sonrisa en su rostro.

Juliette sacude su cabeza ligeramente y camina hacia su bolso para poder tomarlo junto a sus maletas, pero antes de que pudiera salir de su habitación, Edward quedó enfrente de ella.

Antes de que la rubia pudiera reclamarle, el vampiro toma las maletas y baja las escaleras con velocidad.

Juliette se reúne con la familia Cullen y los Denali en la sala, la rubia se despide de ambas familias, mientras que Edward y Jasper se encargaron de subir las maletas de sus respectivas parejas al auto del lector de mentes.

—Por favor, mantengan todo en orden —les suplica Alice a todos los presentes—. Ya tienen una idea de cómo será todo, así que no tiene que haber ningún error.

La vampiresa de corte pixie lucía bastante nerviosa, ya que solo faltaban dos semanas para el gran día.

—Todo estará bien, Alice —asegura Carmen con amabilidad—. Puedes irte tranquila.

Ella hace una pequeña mueca con sus labios, pero termina por abrazar a la matriarca del clan Denali.

—Cuídense mucho, me saludas a tu madre, Juliette —le pide Esme a su nuera que no dudó en sonreír antes de abrazarla.

Alice y la futura novia terminan por salir de la casa hacia el auto de Edward que se encontraba esperándolas, Juliette va en el asiento de copiloto mientras que la vampiresa de corte pixie fue en los asientos traseros, estando bastante ocupada con su lista de pendientes en la tableta que tenía en mano.

Edward termina por subirse al auto y comienza a salir de la residencia Denali.

—Bien, tenemos solo dos semanas para terminar de ver las invitaciones, repartirlas, terminar de ver los detalles del vestido —comienza a hablar Alice hacia la futura pareja de casados—. Igual tenemos que revisar las confirmaciones de los invitados, ¿qué más tenemos que hacer, Juliette?

—No lo sé, Alice —confiesa la rubia mirando el camino mientras que tenía su mano entrelazada con la de Edward—. Solo me estás poniendo más nerviosa.

—Es que son muchas cosas que ver y apenas tenemos dos semanas —recuerda Alice mientras miraba una foto del posible vestido de novia.

—Igual tenemos que ver los vestidos de dama de honor —termina por recordar Juliette.

—¡Es cierto! —habla Alice antes de apuntar rápidamente—. ¿Cómo pude olvidar algo tan importante?

Juliette dirige su mirada aterrada hacia Edward que sonrió con diversión.

—¿Sabes qué? —pregunta la rubia hacia su prometido que la escuchaba con atención—. Ya me arrepentí, regresemos a casa, amor.

—No es mi culpa que hayan querido casarse tan pronto —reclama Alice sin alejar su mirada de la tableta en manos.

—¿Tan pronto? —pregunta Juliette incrédula—. Alice, tuvimos cuatro años para organizar todo y hasta ahora estamos terminando de ver las invitaciones.

—Ya deja de reprocharme que no puedo concentrarme —se queja la vampiresa de corte pixie.

Juliette pone los ojos en blanco y sonríe al sentir como Edward acarició sus nudillos pese a que llevaba sus inconfundibles guantes.


—Estaré bien, amor —repite Juliette hacia Edward que se resignaba a soltarla de la cintura—. Solo serán dos semanas.

—Edward, de verdad tenemos que irnos —habla Alice ansiosa—. Cuando regresemos podrás besar a Juliette todo lo que quieras, pero ya déjala.

La vampiresa de corte pixie toma sus maletas y comienza a caminar a la zona de embarque.

—Te amo —susurra Edward al juntar su frente con la de su prometida.

—Y yo te amo a ti —responde Juliette en un susurro.

Ambos juntan sus labios en un dulce beso antes de que tuvieran que separarse, Juliette toma su bolso y mira una última vez a Edward antes de comenzar a caminar hacia la zona de embarque junto con Alice.

La rubia entrega su boleto a una de las trabajadoras del aeropuerto y aprovecha esto para regresar su mirada hacia Edward.

Juliette le manda un beso antes de darse la vuelta y comenzar a caminar por un pasillo que la llevaría al avión.

Durante todo el vuelo ambas chicas estuvieron hablando de la boda y de los detalles finales, Juliette intentó sacarle información a Alice sobre la Luna de Miel, pero esta simplemente le respondió que no tenía idea.

Según Edward, le diría en la boda, ya que Rosalie y Alice serían las encargadas de hacer la maleta de Juliette para la Luna de Miel.

Al llegar al aeropuerto de Forks, la madre de Juliette las recibe a ambas con un fuerte abrazo.

—Mis niñas hermosas, ¿qué tal el vuelo? —pregunta Jolie al alejarse de ambas mujeres.

—Bastante tranquilo, algo cansado, ya que Alice no dejó de hablar de todo lo que tenemos que hacer en estas dos semanas —confiesa Juliette con algo de pesar, pero fija su mirada en la vampiresa de ojos dorados.

Alice la mira de mala manera y termina por poner los ojos en blanco.

—Después me reprochas, tenemos que ir a ver tu vestido y las invitaciones —recuerda Alice antes de tomar sus maletas y comenzar a caminar hacia la salida del aeropuerto.

Juliette niega ligeramente con una sonrisa en su rostro y, con ayuda de su madre, lleva sus maletas al estacionamiento.

—Charlie llevará las invitaciones ya listas a la casa, así que no tienes que preocuparte por eso —le explica Jolie a su hija mientras metía las maletas a la cajuela con ayuda de las dos vampiresas.

—¿Charlie? —pregunta Juliette con una sonrisa en su rostro—. ¿El mismo Charlie del que me has estado hablando todo este tiempo?

—Ese mismo —confiesa Jolie algo avergonzada.

—Me alegro tanto por ti, mamá —asegura la futura novia antes de abrazar a la mujer.

Las tres terminan por subirse al auto y toman camino hacia la casa de Jolie, al llegar, se dirigen a la sala para esperar a que Charlie llegara con las invitaciones.

—¿Ya llegó el vestido de Juliette? —le pregunta Alice a la madre de la futura novia.

—Sí, está en mi habitación —le explica Jolie.

Alice aplaude emocionada y se encamina a la habitación de la mujer con una radiante sonrisa en su rostro.

—Lamento mucho que el vestido tuviera que llegar aquí, mamá, pero Edward habría leído mis pensamientos o los de Alice y tiene que ser sorpresa —explica Juliette avergonzada.

—No importa, cariño —responde Jolie despreocupada—. De hecho, tuve que hacerle algunos ajustes porque no era de tu talla, pero ya se encuentra perfecto.

La conversación de madre e hija se vio interrumpida al momento en que escucharon como alguien entró a la casa.

—¡Jolie! —se escucha la voz de un hombre en la puerta principal—. ¡Ya llegué!

Alice llega a la sala y camina hacia Juliette para tomarla del brazo, Jolie es la encargada de recibir a Charlie con una radiante sonrisa en su rostro.

La futura novia abre la boca sorprendida al ver el jefe Swan con una bolsa en mano y teniendo a Jolie tomando su brazo libre.

—¿Jefe Swan? —pregunta Juliette, sorprendida.

—Hija, él es Charlie Swan —presenta Jolie con una radiante sonrisa en su rostro—. Mi actual pareja.

La rubia mira a Alice que hizo una pequeña mueca con sus labios que ninguno de los dos mayores notó.

—Esto, de verdad, no me lo esperaba —admite Juliette al regresar a la realidad y comenzar a jugar con sus manos nerviosamente.

—¿Estás molesta? —pregunta Jolie confundida y algo preocupada.

—No, estoy feliz por ustedes —se apresura a decir la futura novia con una sonrisa avergonzada—. Es solo que me tomó por sorpresa.

Juliette se suelta del agarre de Alice para acercarse a su madre y a Charlie que la miraban con atención.

—Le agradezco mucho que haya cuidado a mi madre mientras yo no estaba aquí —habla la rubia hacia el jefe Swan que le dio una ligera sonrisa—. No tiene que preocuparse por mí, estoy totalmente de acuerdo con su relación.

Charlie mira a Jolie como si le estuviera pidiendo permiso de algo, Alice se acerca a tomar la bolsa con las invitaciones al ver lo que pasaría y decide tomar su distancia.

El jefe Swan termina por abrazar a Juliette con delicadeza, la rubia corresponde el abrazo sorprendida y toma el atrevimiento de cerrar los ojos para disfrutar del calor que el hombre desprende.

—Felicidades por tu compromiso —habla Charlie tras alejarse de Juliette.

—Oh, muchas gracias —responde la rubia algo avergonzada.

—¡Quedaron hermosas! —grita Alice emocionada.

Los tres dirigen sus miradas hacia la vampiresa que estaba revisando con entusiasmo las invitaciones para la boda, se acercan a ella para poder mirarlo, hasta que Juliette toma dos sobres y se da la vuelta para mirar a la nueva pareja.

—Estas son de ustedes —explica Juliette con una radiante sonrisa en su rostro—. Son los primeros en recibir una invitación para la boda.

Tanto Charlie como Jolie toman las invitaciones con una sonrisa en sus rostros y las abren para poder verlas mejor.

Las tarjetas habían quedado muy bonitas e iban muy bien con la temática final de la boda.

—¡Genial! —vuelve a hablar Alice al contar las invitaciones—. Ahora tenemos que entregarlas y solo tendríamos que esperar a que nos confirmen antes de la boda.

—¿Vas a mandar algunas invitaciones a Alaska? —le pregunta Jolie a su hija que regresó a verla.

—Sí, tendrá más emoción —responde Alice por la futura novia—. Ahora tú tienes que ir a probarte el vestido.

La vampiresa deja las invitaciones en la mesa y toma a Juliette de los hombros para guiarla a la habitación de su madre.



Juliette terminó de estudiar Diseño de Modas (la carrera dura cuatro años según sé), así que ya es una chica graduada de la Universidad.

Jolie y Charlie ya tienen cuatro años juntos, comenzaron a salir cuando Juliette se fue de Forks para estudiar en Alaska, eso no significa que no supiera nada, Jolie mantenía al tanto a Juliette sobre su relación con Charlie sólo que no le había dicho su apellido.

¿Qué les parecieron las invitaciones hermosas personitas? ¿Les gustaron?

Espero que sí porque las hice con mucho amor.

¡Nos vemos en el próximo capítulo!

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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