˚。⋆୨O3. lo que se hace por puntos ୧⋆。˚ ⋆

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capitulo 03.







Si había algo que Hayami detestaba era sudar, la sensación de ese líquido pegajoso le incomodaba demasiado, por algo es que no estaba en ningún club de deporte, la sola idea de estar corriendo de un lugar a otro, haciendo constante movimiento de aquí para allá hacia que ya le dolieran las piernas, era demasiado perezosa para la actividad física, prefería estar recostada en su cama leyendo un buen manga o jugando algún videojuego que la hiciera perder el tiempo durante horas.

Pero como la suerte no está de su lado, se encontraba enmedio del festival deportivo con un montón de personas a su alrededor con grandes aires de competitividad, mientras que ella solo estaba allí por puntos, nunca está demás tener puntos extra, Hayami estaba dispuesta a meterse en cualquier actividad que la beneficiaria en sus calificaciones.

«extraño mi camita toda suavecita»

A la distancia escuchaba como su compañero cuyo nombre era Hairo los estaba llamando para alentarlos, Hayami de manera perezosa se arrastró hacia ellos, quedando a sus lados un chico de gran tamaño que tenía un corte de cabello medio raro –según el punto de vista de Hayami– aunque a decir verdad le caía bastante bien, sabía de antemano que era un completo idiota y muchos hacían lo posible por no relacionarse con él por su aspecto físico, pero ese idiota siempre la saludaba con "que onda compañera" por lo que le parecía agradable, por su gran tamaño le había puesto "grandote" sí, no tuvo mucha creatividad al momento de hacerlo, fue lo mejor que se le pudo ocurrir.

No muy lejos se encontraba el "loquito del centro" como también lo había apodado en su cabeza por las múltiples veces que le advirtió sobre una dichosa "reunión oscura" que hasta el día de hoy seguía desconociendo de su existencia, y cada vez que se le acercaba para mencionarselo, ella solo levantaba sus pulgares en afirmación que le iba hacer caso a sus consejos.

Si esos dos estaban cerca, en efecto alguien más estaría allí, con disimuló levantó sus brazos como si se estuviera estirando, girando un poco su cabeza y notando que la persona a la cual estaba buscando se encontraba de pie a unos cuantos pasos de ella. Hayami sintió que a través de aquellos lentes verdosos la había volteado a ver y como ella no se dejaba intimidar le sonrió y  luego regresó su atención a lo que Hairo les estaba diciendo.

Las palabras dichas por el chico se podían resumir en que deberían esforzarse al máximo para conseguir la victoria, a lo que todos lo apoyaban con gritos de entusiasmo, si les decía que lo siguieran para tirarse de un punto, con la determinación que tenían en ese momento todos los harían sin dudar ¡La clase 3 era muy entusiasta! Demasiado para el gusto de Hayami quien ya estaba un poco cansada de escuchar tantos gritos resonando en sus pobres oídos, ella estaba contando los minutos para que todo acabará y poder ir a ver un buen anime mientras come algún snack o ir a ponerse otra vez sus audífonos, se los había quitado por miedo a que se le dañaran por accidente entre tanto ajetreo.

—¡Esperamos mucho de ti, Teru-san! —expresó Hairo con aires motivadores a su alrededor, le estaba dando buena suerte a todos y era el turno de la de cabellos azul oscuro que en este momento traía una coleta alta con su despiadado flequillo. Hayami se limitó a levantar ambos pulgares en formar de afirmación. A veces quisiera tener tanta energía como él, de solo pensar cuánto movimiento iba hacer ya se estaba cansando.

Al haber dos Teruhashis en un mismo salón, para no confundirse al momento de llamarlas, usaban la abreviación de su apellido, pues no muchos (casi nadie) tenían un nivel de confianza para decir su nombre directamente, porqué ella no le daba su confianza a cualquier persona. Hayami sabía de sobra que a sus espaldas le decían "la sombra de Teruhashi-san" "copia mal hecha" "intento barato de la diosa Teruhashi" "alguien sin importancia" entre otros apodos de muy mal gusto que con el tiempo iban aumentando a lo que ella se terminó acostumbrando.

Nunca conocida por quien en realidad era. Muchos veían a Hayami como alguien rara o atemorizante, porque en su cara nadie le diría tales apodos sin salir ileso. Hayami podría tener una pésima resistencia al correr, pero tenía una mano muy dura y al momento de golpear era ágil y dolía a montones, más de una vez tuvo una pelea física, a veces perdiendo y otras ganando, pero siempre con su frente bien en alto, la época donde se dejó pisotear por los demás la había dejado atrás desde el momento que decidió ser más fiel a si misma.

Aunque prefería no meterse en problemas, disfrutaba mucho de la tranquilidad que le ofrecían sus días.

Hablaron sobre las demás clases y que tipo de personas habían, desde cerebritos con gran intelectual hasta atletas con gran resistencia.

La primera competencia fue la carrera de 100 metros para hombres. Hayami no estaba interesada en ver aquel montón de idiotas correr como locos, hasta que vió que Saiki estaba participando.

«¿será antenitas bueno para correr o le va dar un patatus en media carrera?»

⟨no me importa ganar, iré por el tercer lugar⟩

Hayami quedó sorprendida con los resultados, Saiki había quedado en tercer lugar, era demasiado bueno en los deportes, ya que los otros competidores estaban en clubes de carreras y atletismo.

«antenitas está lleno de sorpresas :o»

⟨desearia no estarlo⟩

Era el turno de la carrera femenina.

«que no me toque a mí, que no me toque a mi»

Hayami rogaba que no le tocara a ella, habían tantas chicas en su clase con mucha más energía y ganas de resaltar en el festival deportivo, podrían elegir a cualquiera de ellas con mucho gusto ¿cuántas posibilidades existían que entre tantas la eligieran específicamente a ella? no podía ser que tuviera tan gran mala suerte ese día.

─Teru-san ¡Es tu turno! ─anunció Hairo con una gran sonrisa.

«OH, SHIT!»

Con desgano se colocó en posición, esperando la señal de partida, sentía como sus adversarias la miraban con superioridad y burla, Hayami hizo una mueca de desagrado como si hubiera pisado un charco y ensuciado sus tenis blancos, ante esto las demás se ofendieron, volteando la vista al frente, no consiguieron lo que querían, Hayami rodó sus ojos con disgusto. Sea hombre o mujer quien intentará intimidarla, no se dejaría tan fácil.

─¡Vamos Yamiiii, tú puedes! ¡Imagína que hay ofertas en tu tienda favorita! ─alentaba Sun con un par de pompones de color rosa con brillitos, sabía que cuando habían ofertas en tiendas de manga, ropa o en el supermercado, Hayami sacaba mucha energía para correr, olvidando todo su cansancio y pereza, no la culpen, ama las ofertas.

La presencia de la castaña al instante quitó su mal humor, levantó su mano y le saludó con una genuina alegría.

─¡Oye! No apoyes a la competencia, ellos son nuestros rivales ─le reclamó un chico de su clase, alzando la voz, asustando a Sun que era alguien sencible a los regaños.

«cagaste, idota»

El chico sintió un feo escalofrío recorrer su columna vertebral, el rostro de Hayami se había oscurecido en dirección a aquél chico, verla daba un poco de miedo, recuerden no hacerla enojar.
Al principio no le importaba ganar, ahora que ese pedazo de mierda se atrevió a regañar a su algodón de azúcar con patas por algo tan trivial, pondría de su parte para quedar en un buen puesto.

La carrera comenzó y con ellos los gritos de apoyo, Hayami sentía que le daría un paro cardíaco en cualquier instante, aún así no se rindió.

«imagina que uno de tus crush ficticios te está esperando en la línea de meta, imagina que uno de tus crush ficticios te está esperando en la línea de meta»

⟨que tipo de motivación tan rara, pero quién soy yo para juzgar los métodos de las personas⟩

Con esa motivación en mente apresuró su paso, dejando atrás a varias chicas que anteriormente le habían hecho burla, llegando en segundo lugar a la línea de meta. Sus piernas se debilitaron tanto que sentía que se iba a caer en cualquier momento, su respiración era jadeante que hasta el mismo aire le parecía pesado cada vez que lo inhalaba, no estaba echa para correr,  demasiada adrenalina en tan poco tiempo.

«en sus caras, bitches» ese fue su consuelo, haber dejado a las que intentaron hacerle burla tragando polvo, no llegó en primer lugar pero llegar en segundo no estaba mal. Después de todo el segundo lugar en cualquier cosa que hiciera siempre le iba a pertenecer, no importa cuánto esfuerzo le pusiera, ser la segunda era tan normal que se había acostumbrado.

⟨yare, yare, el día que no insulte será preocupante⟩

Los demás eventos transcurrieron con normalidad, la rivalidad entre clases y ganar era evidente, pero como Hayami ya había dado suficiente en la anterior carrera fue a buscar a Sun para ir a descansar un rato. No encontró rastro de ella, seguramente su clase la tenía atrapada, a diferencia de Hayami, Sun era bastante atlética y llena de energía, podría moverse de un lado a otro por horas y no se cansaría tan fácil como ella.

Sin más remedio regresó al lugar donde se encontraban sus demás compañeros. Al parecer Nendo era el que estaba compitiendo en una búsqueda del tesoro, pudo divisar que su compañero de cabellos rosados estaba a delante de ella, Hayami no sabía porque cada vez que lo veía tenía el impulso de hablarle, tal vez era porque la personalidad tranquila de Saiki le parecía bastante agradable y compatible con la propia. No le molestaría llegar a ser amigos.

Fue entonces que vió como se desplomó en el suelo tras que Nendo le quitó una de las antenas que llevaba en su cabeza. La mayoría se alertó, nadie esperaba que alguien se desmayara de la nada. Los primeros en preocuparse fueron los que eran cercanos al desmayado, Hayami también se acercó pero al ver la cara con la que había quedado al caerse, tuvo una carcajada interna. No la culpen, el chico había quedado con los ojos viscos viendo a la nada, la boca abierta y derramando un poco de saliba.

«parece que se echó tremendo viaje astral después de haberse metido una buena dosis JAJAJAAJA»

Ya saliendo de chiste, Hayami se preguntó si esas antenas que Saiki utilizaba eran algo importante para el bienestar de su cuerpo, así como las personas con asma necesitan un inhalador o como las personas con insomnio suelen tomar pastillas, esos objetos hacían que el cuerpo de Saiki se regulara para no desplomarse, sea la razón o el motivo debería esas cosas no deben separarse de él.

Le quitó la antena de la mano a Nendo y con cuidado se la volvió a colocar. Cuando Hayami colocó la antena del pelirosa en el lugar que anteriormente estaba, Saiki al instante recuperó la consciencia, levantándose de golpe y sintiéndose algo aturdido por lo que acababa de pasar.

─¡Parece que a vuelto en sí! ─festejó Kaido, sintiéndose más aliviado al ver a su amigo en pie.

─¿Te sientes bien? Te desmayaste cuando Nendo te quiero tu antenita. ─sin querer la voz de Hayami salió en tono bastante preocupado, hasta su cara reflejaba la inquietud que sintió al ver al chico desmayado.

⟨¡¿Acaba de decir que me la han quitado?! Pero bueno, ya que he estado sin ella por poco tiempo hemos evitado el peor de los escenarios⟩

Saiki asintió para dar a entender que se encontraba bien. La rueda de personas que lo rodeaban se dispersó al ver que el desmayado había vuelto a la vida. Nendo había perdido pero a este no le importó mucho ya que el bienestar de su amigo era más importante.

Concluyendo así los eventos de la mañana, ahora los alumnos podían tomarse un descanso para comer.

Hayami aún seguía preocupada por el estado de salud de Saiki, así que fue a buscarlo, dado por lo solitario que le gustaba ser, se hizo una idea de dónde podría encontrarse. En efecto, estaba sentando con su almuerzo en una de las muchas bancas traseras que habían en la academia P.K. A pasó relajado se acercó para comprobar su bienestar, se alertó al ver que la mano del chico temblaba un poco mientras sostenía los palillos.

─Si no te sientes bien deberías volver a casa ─se había movido de manera inconsciente, por lo que no notó en que momento agarró la mano del chico llevándose la atención de este en su persona, mirándose a los ojos por unos instantes, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, soltó la mano de Saiki con delicadeza.

«Hayami eres una idiota, lo vas a incomodar, ni si quiera eres cercana para tomarlo así»

Saiki no se esperaba ese repentino toque, pero podría decir que no le incómodo como había sentido con otras personas. Por el momento no tenía tiempo de pensar en las razones, lo importante ahora era que sus poderes estaban algo descontrolados y no quería crear más problemas a su alrededor.

No te preocupes, me siento bien.

⟨sone bastante convincente ¿no?⟩

Hayami lo volteó a ver, aunque la cara de Saiki no mostraba expresiones, algo en su interior le alertaba que solo lo decía para no preocupar a nadie. Soltó un suspiro y tomó asiento a la par del chico.

─Nomás mira como tú mano está temblando, ni siquiera sostienes bien tus palillos. Si me permites puedo ayudarte, pero solo si te parece bien ¿ok? ─aunque intentó sonar como si le diera igual, sus pensamientos eran todo lo contrario.

«debe estar hambriento y cansado después de tanto movimiento, si me deja ayudarle a comer me sentiría más aliviada»

⟨su preocupación es genuina, se vería mal que rechazara su ayuda⟩

Saiki sentía que estaría muy mal de su parte no aceptar el sincero acto de amabilidad de Hayami, además de que su presencia nunca le ha resultado tan sofocante, sería la tercera vez que sin querer recibiría ayuda de la de cabellos azul oscuro que no le había pedido nada a cambio por ello, tal vez Hayami no le causaba molestia  porqué la chica prefiere mantener un perfil bajo la mayor parte del tiempo, a excepción de cuando era provocada por otras personas y salía a la luz todos los pensamientos salvajes que tenía día a día.

Saiki asintió entregándole su lonchera de almuerzo, Hayami la recibió entre sus manos con cuidado, tomó los palillos con algo de comida y los llevó a la boca de su compañero quien comía con tranquilidad. Era la segunda persona que alimentaba en la boca, la primera como de costumbre era Sun, ella es la única que gozaba de esos privilegios, bueno, era la única ya que en estos momentos le daba dando comida a alguien más a parte de su risueña amiga.

«jajaja, come con más cuidado que yo, suni dice que muchas veces me dejó muy untadas las mejillas. no puedo evitar emocionarme al saborear la comida»

Saiki seguía en silencio, recibiendo los pequeños bocados que Hayami llevaba a su boca, una escena bastante íntima que solo ellos dos eran testigos de lo que estaban haciendo, cualquiera que los viera en ese momento creería que tenían una relación muy bonita de hace tiempo, cuando en realidad sabían pocas cosas del otro y sus interacciones habían comenzado desde hace poco. Saiki ya había comido la mitad de su lonchera, por medio de telepatía se dió cuenta que Hayami aún no había almorzado ya que tras dieron el anuncio se puso a buscarlo en vez de ir a buscar su propio almuerzo, lo menos que podía hacer en agradecimiento era compartirle la mitad.

Puedes comer la mitad.

—¿Eh? ─como habían estando tanto tiempo en un silencio que no fue para nada incómodo, escucharla "hablar" de la nada le sorprendió.

«¿tan muerta de hambre me veo?»

⟨maso, la mayoría de tus pensamientos en clase es cuanto falta para la hora del almuerzo⟩

─No te preocupes, él que debe recuperar fuerzas eres tú, yo no tengo tanta hamb ─ni siquiera pudo terminar de hablar cuando su estómago la delató por completo, se sentía tan avergonzada por lo poco disimulado que era.

⟨ajá sí, es mi estómago el que está rugiendo como si no hubiera comido en días, solo acepta la comida como agradecimiento por tu preocupación, no le des tantas vueltas⟩

«estomago traidor, me haces quedar mal, pipipi»

Saiki volvió a insistir a lo que Hayami ya no se pudo negar, no después de que su estómago la delató con tanto descaro, era débil cuando le ofrecían comida. Al primer bocado sintió como la energía que se escapó de su cuerpo después de andar de un lado a otro se estaba recargando de nuevo. Cerró sus ojos deleitándose con el exquisito sabor que se deshacía en su boca, volviéndose sus mejillas de un leve carmesí y pequeños brillos saliendo de su cabeza, amaba comer, eso era innegable.

«agradecida con la vida por la existencia de la comida»

Luego de ese tranquilo momento, ambos fueron caminando a una distancia prudente al lado del otro al lugar donde se encontraban sus demás compañeros de aula. Los amigos de Saiki se encontraban aún preocupado por su bienestar, diciéndole que debía regresar a casa si se sentía demasiado mal, pero luego de un discurso motivador que había dado Hairo se negó a dejarlos de lado, solo debía intentar controlar sus poderes.

Y así siguieron los últimos eventos, dónde la clase tres quedó en segundo lugar, no ganaron pero superaron a la clase dos, por lo que no tenían motivo para cortarse el cabello.

No fue un mal día, después de todo Hayami ya tenía asegurados esos puntos extras y de alguna extraña manera sentía que había dado un paso más cerca de Saiki, tal vez podrían llegar a ser amigos. No sabía que era exactamente lo que la atraía de él, de lo único que estaba segura es que quería conocerlo un poco más.


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