˚。⋆୨O6. el estómago le gana a la razón ୧⋆。˚ ⋆

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capítulo seis.



























Ah, el tan esperado fin de semana por fin llegó. Por lo que Kusuo podría librarse de sus molestos amigos, ya que Nendo tenía que ir con su madre a quien sabe donde y Kaido se encontraba haciendo una maratón de uno de sus animes favoritos, gracias a eso, ese día no lo arrastraron a ir a ningún ridículo lugar. ¡Tenía tiempo para sí mismo! Habían tantas cosas que quería hacer en su habitación. Por ejemplo, tenía dos videojuegos nuevos que quería probar, también podría leer alguno de sus mangas pendientes que no pudo terminar o podría pedir a domicilio una gelatina de café. Lo menos que quería era salir al exterior.

Tendría un día normal, eso decidió. Se lo merecía después de tener una semana tan agitada, usando sus poderes para evitar pequeños accidentes o para ayudar a su amigos para que no se metieran en problemas, además de intentar mantener siempre un perfil bajo y sobresalir en la multitud. La vida de un psíquico es agotadora.

Mientras no saliera de su habitación en todo el día, cualquier cosa que hiciera estaría bien. Hasta podría holgazanear todo el día en el sofá mientras veía una película o alguna serie de misterio de las que tanto disfrutaba ver, podría ordenar una pizza y comerla él solito sin nadie que lo moleste.

Era el plan perfecto.

─Kuu-chan~ debemos ir al supermercado.

Y su día sin hacer nada se fue por la alcantarilla en cuestión de segundos. A la única persona que jamás le llevaría la contraria, que era capaz de decirle que hacer y que no hacer con total autoridad a pesar de no estar de acuerdo con ella no ponía resistencia a sus peticiones. La única persona que tenía total poder por encima suyo, que era capaz de mandarlo era su madre, Saiki Kurumi.

Kurumi era el único ser que tenía más poder que él, y no hablamos de poderes sobrenaturales, si no de mandarlo y realizar lo que ella pedía.

Ahora nuestro psíquico se encontraba enmedio del pasillo de verduras, viendo como dos señoras discutían sobre los altos precios que últimamente tenían los productos. Detestaba tanto estar en lugares tan concurridos de personas ya que cuando puedes leer la mente es bastante molesto oír todo el tipo de cosas que pensaban los demás, muchos de esos pensamientos no le importaban en absoluto, a veces quería poder desactivar su telepatía, pero cuando usaba aquél anillo para bloquear terminaba en situaciones demasiado inesperadas.

Tener telepatía tenía sus ventajas y desventajas.

«and now I'm pickin' her apart
like cuttin' her down will make you miss my wretched heart
but she's beautiful, she looks kind
She probably gives you butterflies.

ay, está rola me hace sentir que he pasado por tres rupturas y siete divorcios, te amo tanto olivia, aunque me haces llorar con tu música»

Sólo una persona reproducía música en su cabeza. Inesperadamente alguien conocido también se encuentraba en el mismo lugar que él, aunque su presencia no era desagradable en absoluto. Aún así mejor no se involucraba en su día, constantemente su vida estaba envuelta de todo tipo de situaciones algo desastrosas, por lo que un momento de paz era como una manantial de agua enmedio del desierto. No quería arrastrar a la chica a su desastroso mundo.

«ash, todo por no verle tres segundos más la cara al estupido de Makoto me ofrecí a venir aquí, no sé porqué no lo abortaron»

Saiki se había enterado por medio de los pensamientos de Hayami que ella y el hermano mayor de Kokomi no se llevaban para nada bien, eso era evidente en la forma en que se refería a él cada vez que lo mencionaba, hasta en sus pensamientos aparecían cosas mucho peores de las que decía. De hecho, se podría decir que ambos no se soportaban ni un poco, tampoco disimulaban el desagrado que les causaba el otro, si no fuera por las intervenciones de Kokomi cada vez que discutían, ambos terminarían tomándose de las greñas.

No la culpaba, a él también le parecía alguien insoportable saca canas verdes por las veces que le dijo que se alejara de su hermana -lo cuál hacía constantemente pero su suerte de mierda lo arrastraba cerca de Teruhashi- así que comprendía muy bien el desagrado de Hayami a esa persona. Pobre Hayami, vivía bajo el mismo techo que un maniático obsesivo pervertido, así resumía Saiki a Makoto.

Cabe mencionar que una vez Hayami estaba asfixiando a Makoto con una almohada mientras él le apretada la garganta y si Kokomi no hubiera llegado a tiempo hubiera habido un entierro doble. Después ambos recibieron un buen sermón por parte de la chica perfecta por el compartiendo tan salvaje que tenían con el otro, prometiendo que harían un mejor esfuerzo por llevarse bien, no podían negarse a una petición hecha por la hermosa, gentil e inigualable Kokomi.

Cuando Kokomi ponía su cara llorasa no existía quien no se conmoviera y se culpara por el caer de sus lágrimas. Bueno, a menos que fueras Saiki Kusuo.

«vamos a repasar la lista una vez más.

1. arroz. ✓ me iré hacer unos ricos onigiris.

2. azúcar. ✓ para endulzar mis amargas mañanas por otro día que me toca andar soportando gente que está bien idiota»

ni que lo digas⟩

«3. cereal chocokrispis. ✓ parece popo de conejo pero aún así te amo cereal, gracias por existir.

4. mayonesa. ✓ para prepárame un buen sándwich y no darle a nadie.

5. harina. ✓ necesito preparar panqueques, amo los panqueques, que sería de mi sin los panqueques, los panqueques deben dominar el mundo, en otra vida fuí un panqueque. »

⟨yo cuando la gelatina de café ⟩

«6. bolsas de basura. ✓ debería meter a makoto en una de esas, es el lugar donde pertenece. su signo zodiacal es la basura.

7. toallas femeninas. ✓ lo más fundamental, ojalá no existiera la regla, ni los cólicos, ni las filas, ni yo.

8. fideos. ✓ tantas cosas que podría hacer con ellos, se me está abriendo el apetito, nopuedeser»

⟨la pregunta es ¿cuándo no tienes hambre?⟩

«creo que esto es todo y si algo falta ni modo, tienen bien sanitas sus patitas para venir a comprar»

Los pensamientos de Hayami eran bastante entrenidos como de costumbre, al concentrarse en escucharla específicamente a ella, los irritantes pensamientos de los demás dejaron de resonar en su cabeza, bajando un poco el mal humor que anteriormente tenía. Nuevamente una canción comenzó a sonar en la cabeza de la chica, no tenía mal ritmo, debía ser un clásico por las melodías que poseía, se le hizo agradable el escucharlo.

Sin nada más que hacer allí, Saiki abandonó el pasillo de verduras y se fue a buscar el de dulces, si iba a desperdiciar su día por andar acompañando a su madre en las compras, por lo menos se daría el gusto de alegrar su paladar con algo rico. Aún no tenía decido que compraría, se tomaría su tiempo para elegirlo.

Le parecía una tortura lo mucho que su madre se tardaba en hacer las compras, más cuando charlaba con cualquier persona que se encontrará en el camino. Era demasiada sociable para su gusto, más cuando comenzaba a contarles sobre él y lo querían emparejar con chicas que no le interesaban en lo más mínimo, diciendo el típico "yo tengo una hija de su misma edad, deberían conocerse" no y no, definitivamente no quería conocerlas.

Al llegar al pasillo se encontró con una enorme variedad de productos dulces y salados, teniendo todo tipo de formas y colores con distintos tipos de dibujitos al estilo kawai en sus envolturas. Pensó durante unos minutos cuál de todos se llevaría a casa, decidiendo llevar unos que tenían relleno de dulce de leche y un paquete de galletas con chispas de chocolate.

Cuando los tomó del puesto, una mano se posicionó en las galletas al mismo tiempo, tocandose por unos leves instantes. La persona contraria la quito rápidamente con incomodidad, como si hubiera tocado algo que contenía energía eléctrica y una descarga le lastimara los dedos.

«fuchi, toqué a una persona, debo desinfectar mi mano con cloro» pensó llena de asco sin levantar la vista, estaba más concentrada en el lugar dónde podría ir a lavar su mano. El contacto físico no era lo suyo cuando se trataba de personas desconocidas o de personas en general. Claro, existían algunas excepciones.

esperen un segundo ¿en que momento llegó aquí?⟩

La jóven que tenía cara de asco no era nada más y nada menos que Hayami. Aunque no era un problema el que ella estuviera allí, por los últimos acontecimientos en dónde tuvieron que pasar tiempo juntos, en ningún momento se comportó de manera molesta o sofocante, ni llamaba la atención de las personas como solían hacerlo los que lo rodeaban. Así como Hayami pensaba, así solía ser su actuar, no tenía doble cara como muchas personas que aparentaban ser lo que no eran, tal vez por eso es que a Saiki no le causaba tanta incertidumbre el hecho que esté cerca suyo.

Cuando Hayami iba seguirse quejando por lo recién ocurrido, se dió cuenta de quién era la otra persona, instantáneamente las facciones de su rostro se suavizaron, sintiéndose más aliviada de ver una cara conocida que era de su total agrado.

«falsa alarma, es antenitas, ya no necesito el cloro»

⟨¿deberia sentirme halagado? ya no puedo fingir que no la he visto⟩

─Antenitas, que sorpresa encontrarte por aquí ─Hayami le saludó a lo que su contrario asintió con la cabeza─. Puedes tomar ese paquete, yo elegiré de otro sabor.

«es el último de galletas con chispas de chocolate waaaa, pero él llegó primero... ¡Pero realmente lo quieroooo! madura mujer, no actúes infantil» se debatía internamente, aunque por fuera se mostraba desinteresada.

Era un gesto realmente amable de su parte y Saiki lo sabía. Hayami no se despojaba de su comida tan fácilmente, la había visto pelear en las filas de la cafetería de la academia para ser de las primeras en poder lograr servirse.

Por su lado, Hayami también se sintió algo extraña por su comportamiento, estaba retrocediendo en llevarse algo que quería comer y se lo estaba dejando libre a la otra persona, eso no era normal. Los milagros existen o de repente se sentía generosa. Da igual, no encontraba las horas para ir a comer parte de lo que compró.

Saiki que no tenía urgencia de comer galletas, extendió el paquete hasta Hayami para que se lo llevara, ella al principio se negó pero su abstinencia no duró mucho ya que sus deseos por comer le ganaron y terminó aceptando, colocándolo en la canasta de compras.

─Por cierto ¿vienes solo? ─cuestinó mirando alrededor, esperando encontrar al grandote o al loquito del centro. Eran los que siempre estaban al lado del pelirosa.

─No, en realidad vengo con mi ma-

─¡Kuu-chaaan! ¿mis ojos me engañan? ¿tienes novia? ¡qué gran noticia, debo contarle a tu papá! ─llevando ambas manos a sus mejillas, Kurumi se acercó a ellos con la esperanza de que sus suposiciones estuvieran en lo correcto. Realmente quería que su hijo tuviera una pareja, no quería llegar a ser una abuela demasiado vieja.

Tanto Hayami como Kusuo se atragantaron con su propia saliva, mirándose incrédulos por unos instantes y luego al frente, ni siquiera estaban tan cerca del otro para llegar a malinterpretar la situación, ni mucho menos daban indicios de ser pareja. La verdad era que viniendo de alguien como Kurumi que celebraba el hecho de que hiciera amigos nuevos, verlo "platicar" con una chica podría creer erróneamente que era su novia. Cegada por completo por la emoción del momento y no deteniéndose a analizar bien las cosas.

«alto allí velocista, ya me anda emparejando y ni un cafecito me ha ofrecido primero JAKAJSJD»

⟨yare yare, por lo menos se toma esta ridícula situación con humor⟩

Soy Saiki Kurumi, la madre de mi lindo Kuu-chan ─tomó las manos de Hayami entre las suyas. Su toque al ser bastante cálido y amistoso no llegó a incomodarla, es más, se sintió agradable.

─Mucho gusto, soy Teruhashi Hayami y lamento decepcionarla pero no soy novia de ante- ─corrijió al instante lo que diría, casi se le sale el apodo frente a la madre del chico y no quería que pensara que era maleducada, a veces lo era pero en otros contextos. Relajó su ceño, siguiendo con su hablar─, de Saiki. Somos compañeros de clase.

No era lo que Kurumi esperaba pero con eso le bastaba, la radiante sonrisa que tenía no se borraba. La madre de Kusuo no le toma importancia y sigue siendo igual de amistosa con Hayami, invitándola a comer a su casa de todas formas. Una de las debilidades más grandes de Hayami es la comida, dónde hubiera comida iría ella, por lo que comienza a tener una lucha interna sobre aceptar o rechazar la invitación.

Aún no se consideraba alguien tan cercana a Kusuo como para ir a comer como Pedro por su casa, tampoco sabía que pensaba él respecto a su inesperada visita a su casa ya que se encontraba sin expresión alguna como de costumbre.

Hayami era consiente de lo tedioso que puede ser que alguien llegue de sorpresa sin avisar.

«¡es comida gratis! debes aceptar»

«¿estás quedando más idota por desvelarte tanto? ni siquiera eres parte de su grupo de amigos para andar flasheando confianza de esa manera»

«es comida y gratis...»

«no hayami, usa la razón»

«la razón me dice que mi estómago lleno es más importante»

«mírate, parece que recogiste tu ropa del basurero, andas en harapos, un vagabundo y tú no son muy diferentes en estos momentos»

A Hayami no se le cruzó por la cabeza que se encontraría con alguien conocido y si lo hacía seguiría con su camino fingiendo que no lo había visto -claro, si hablamos de Sun o keiji la cosa cambia-, por lo que andaba puestos unos jeans flojos con pequeñas roturas al frente, una camisa oversize de color negro que se podría decir que tenía una mancha de cloro en una de las mangas que era tapada por un suéter que tenía varios agujeros en las mangas y para rematar andaba con sus tenis estilo converse más viejos y gastados que pedían a gritos un descanso, ni hablar de su cabello de dónde varios cabellos caían desordenados de un improvisado moño con su flequillo todo mal peinado. En resumen, toda su persona era un desastre.

Lo opción más lógica era no ir, no estaba ni un poco presentable para andar de visita en casa ajena y tenía varias bolsas de compras en sus manos.




Hayami a menudo se decía que era una pendeja, pero a veces se pasaba con sus pendejadas.

De un momento a otro se encontraba en la casa de su compañero Saiki, esperando en el comedor el almuerzo que le invitó la madre del chico, minutos atrás le ayudó a la mayor a guardar las compras y luego esta le pidió a su hijo que me hiciera compañía a Hayami por mientras preparaba la comida.

Hayami se sentía bastante sin vergüenza, jugueteando con sus dedos debajo de la mesa, apretándolos y rasgando el esmalte negro que sus uñas tenían. Parte de esa vergüenza quedaba en segundo plano cuando se trataba de comer.

«por muerta de hambre me pasan estás cosas»

Por culpa de su estómago estaba allí, la situación no era mala, la casa del pelirosa era bastante bonita ante sus ojos, no era criticona con las casa ajenas, si no que era observadora con sus estructuras y estilo con que las decoraban. Lo más importante es que la madre del chico era bastante agradable, no paró de hablar en todo el camino sobre todo tipo de cosas y entre ellas se encontraba las historias de su hijo y lo muy poco sociable que era pero que era un buen muchacho.

Mencionando que Hayami era la primera chica que iba a la casa de los Saiki.

El psíquico no tenía de otra más que hacerle compañía en la mesa a Hayami mientras su madre traía el dichoso almuerzo. Tal vez debería ser un poco cortés e intentar iniciar una conversación, pero la verdad es que no era muy bueno en ello, no sabía que decirle o sobre que hablar ¿música? ¿comida? en sus anteriores encuentros era la chica quien iniciaba hablando, pero en estos momentos se encontraba algo tensa por estar en su casa.

Era cierto que la mayor parte del tiempo intentaba relacionarse lo menos que pudiera con las personas. En otras situaciones optaba por ignorar a las personas para que decidieran irse por cuenta propia, importandole poco si lo tachaban de grosero o insencible, sin embargo, Hayami a pesar de tener un carácter complicado y enojón, con él se comportaba de manera calmada.

De cierta forma su compañía le era agradable, no tenía la necesidad de huir o alejarla.

─Sabes ─Hayami rompió el silencio que existía entre ambos, acomodando su cuerpo en el asiento. Kusuo puso su atención en ella─. Hoy se estrena una película que estaba esperando hace días, por eso andaba comprando botanas y refrescos. Tenía planeado comprar y largarme de nuevo a mi habitación para verla, pero esto no está mal, tú mamá es una persona bastante linda, debo admitir que fue un agradable cambio de planes.

A pesar de que al principio se estuvo regañando por la decisión que tomó, el trato que le dió Kurumi acabandola de conocer fue lo que en realidad hizo que quisiera aceptar la invitación. También le picaba la curiosidad por saber más sobre como era la vida de su compañero. Hayami tenía presente que desde hace tiempo el de cabellos rosas tenía parte de su atención, al principio no quería entrometerse tanto ya que la vida de los demás no era asunto suyo, pero mírenla, ahora estaba almorzando en su casa.

¿De qué trata la película? ─preguntó a su contraria en un intento de seguir la conversación.

Hayami no esperaba la pregunta, no obstante, se siente un poco feliz al ver interés en lo que le estaba diciendo, ya no era necesario decir cualquier otra cosa al azar para evitar el silencio. Colocando una de sus manos en su mentón y ejerciendo el peso de su cabeza en ella, comienza a relatarle sobre lo que vendría en la trama ya que era la animación de un manga que se leyó hace algunos años, haciendole un breve resúmen y dándole su punto de vista sobre algunos puntos de la trama y que pensaba de algunos personajes, mencionando a la vez una que otra teoría.

Kusuo pudo simplemente fingir que la escuchaba, en cambio prestó atención como la vez que fue al club de origami, observando las muchas expresiones que Hayami realizaba cada vez que le contaba. Al parecer tenía más que un rostro enojado o decaído cuando hablaba de algo que le gustaba.

─Todo mundo lo odia, pero yo lo amo. No comprenden lo profundo que es su personaje, que cada una de sus acciones tienen un significado. Él no va andar creando problemas porqué sí. No importa cuánto lo funen, mi opinión sobre él no va cambiar.

Hayami iba a seguir diciendo otras razones por la cuáles defendería a su personaje favorito de los haters, cuando en eso la madre de Kusuo llega con una olla llena de comida. Hayami se ofrece para ayudarle a servir los platos y ella acepta.

Agradecen por la comida y comienzan a comer. En eso, la alegre mujer le pregunta a Hayami como se comporta su hijo en la escuela, respondiendo que es un buen chico, que siempre está atento en clases y que nunca busca problemas, siendo alguien bastante tranquilo.

─A pesar de que no habla mucho es alguien amistoso, pasa rodeado de varias personas. Sobre todo por dos chicos que creo que ha de conocer.

─Oh, deben ser Nendo-kun y Kaido-kun. Ellos son tan encantadores ¿no lo crees?

la palabra encantandor no puede estar en una frase que estén esos dos, a menos que sea "son encantadoramente molestos"

─Supongo, la verdad es que he hablado poco con ellos. Aunque se ven que son buenas personas ─expresa con honestidad, llevando un bocado a su boca, disfrutando del sabor.

«la verdad es que ellos toman la iniciativa de hablarme de vez en cuando, si fuera por mí a la única persona que le hablaría del salón sería a kokomi. eso de ser sociable es muy agotador, no va mucho conmigo»

─Y dime querida ¿qué piensas de mi Kuu-chan?

Hayami no tardó mucho en contestar, la respuesta casi salió de manera automática de sus labios.

─Me agrada.

Saiki escucha sus pensamientos y concuerdan con lo que dice, Hayami tenía una perspectiva bastante positiva y bonita de él, lo cual hizo que su interior tuviera esa extraña sensación a la cual no encontraba una palabra adecuada para nombrarla.

El almuerzo siguió con Kurumi preguntándole todo tipo de cosas a las que Hayami respondía con tranquilidad, también le contó cosas acerca de su familia. El asombro de Hayami fue grande al saber que el papá de Saiki trabajaba en un editorial de mangas y que no se encontraba en casa por una urgencia que sucedió en su trabajo, también que tenía un hermano mayor en el extranjero que era un completo genio.

«antenitas tiene una familia bastante interesante, que genial»

⟨no dirías eso sí vivieras con ellos⟩

Después de comer, Hayami le ofreció su ayuda a la madre del psíquico a lavar los trastes, ella le dice que no hace falta pero Hayami insiste en hacerlo. Así ambas comienzan a charlar animadamente de nuevo. Hayami no era una persona que hablara mucho con personas que acababa de conocer, sin embargo, se sintió muy cómoda en compañía de la mayor, saliendo una que otra risa de su boca por las cosas que le contaba. Aquella mujer era sin dudas una gran madre que amaba incondicionalmente a su familia, Hayami podía notarlo por lo brillante que se veía cada vez los mencionaba.

─Muchas gracias por el almuerzo, estuvo realmente delicioso, usted cocina de maravilla ─con las bolsas de compras que le pertenecian a mano, Hayami hizo una reverencia para agradecer la calida tarde que pasó en su casa. Fue una buena decisión el obedecer a su estómago, disfrutó pasar parte de su tarde con la mayor y el psíquico.

Sí, Hayami y Kusuo también charlaron un poco más entre ellos, descubriendo que a los dos les gustaban los videojuegos de consola. Hayami diciéndole al contrario que un día deberían competir en alguno para ver quién era mejor, era bastante competitiva cuando se trataba de videojuegos.

─Querida, vuelve cuando quieras, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para tí, Kuu-chan y yo estaremos muy contentos de recibirte ─caminó hasta Hayami, levantando su mano en dirección de la muchacha y con mucho cariño le acarició la cabeza.

Hayami se quedó quieta en su mismo punto, inconsciente comenzó a sonreír bajando su cabeza tímidamente y un leve rubor se esparce por sus mejillas. El afecto físico solía incomodarle, pero está vez era diferente. La estaba tratando con tanta gentileza que sentía que lloraría en ese momento, no quería que la vieran actuar como una niña pequeña por esa muestra de afecto que para muchos es normal hacerlo y recibirlo, así que antes de que su sensibilidad saliera a la luz, le agradeció nuevamente por su hospitalidad y se apresuró a salir.

Allí es cuando Saiki escucha un pensamiento de Hayami que da mucho que pensar.

«ojalá mi mamá fuera así...»

El psíquico cayó en cuenta de algo importante, no sabía absoluto nada sobre los padres de Hayami, no sabía la razón por la cual vivía con sus tíos teniendo a sus padres vivos. Sabía solo cosas superficial de ella y la información que le brindaba su telepatía. Ella ocultaba algo, toda esa coraza dura disfrazada de un gran mal genio y un rostro como si acabará de probar un limón escondían algo que Saiki no podía descifrar ya que su cerebro bloqueaba automáticamente esos pensamientos, como si quisiera borrarlos o esconderlos para que se quedarán en ese lugar.

⟨no debe meterme dónde no me llaman⟩





















❰ 𝐝𝐚𝐧𝐢'𝐬 𝐧𝐨𝐭𝐞 ❱

una grande hayami, ya se ganó a la suegra sin hacer nada JSKSKD.

quería hacer una pequeña aclaración, mi fic no sigue la línea del anime por si algunas cosas le resultan algo confusas, tomo algunas cosas como escenas o situaciones que han pasado y las adapto a conveniencia, aún así no esperen que sea tal cual como el anime. me gusta hacer partes originales y tomar cosas del canon.

muchas gracias por todo el apoyo. espero que se encuentren muy bien <3.

sayōnara 🦋🌾

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