02 | susie

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𝕮apítulo 𝕯os ☪
Susie

—TENEMOS que decirles algo —insiste Selene, mientras Sabrina y ella caminan por los pasillos de su mundano instituto—. Ambrose dijo que deberíamos decirles que estamos siendo transferidas a un internado pijo en Connecticut.

—Estoy esperando el momento adecuado —responde Sabrina, haciendo que la bruja se detenga en seco.

—Brina, nunca habrá un momento adecuado para decirles a nuestros amigos que quizás nunca los volvamos a ver después de tu cumpleaños —señala Selene, bajando la voz—. Vamos, sabes que es lo mejor. Después del bautismo, serás una bruja completa, como yo. No envejeceremos tan rápido, e iremos a la Academia a tiempo completo.

—Y quiero todo eso, de verdad —asiente Sabrina, antes de hacer una pausa—. Sólo... qué tontería. Se supone que empiezas a echar de menos algo después de decirle adiós. Pero voy a echar de menos a nuestros amigos.

—Lo sé, yo también —admite Selene con una triste sonrisa—. Pero así es como tienen que ser las cosas.

Le da a Sabrina un rápido abrazo antes de ir a su primera clase, que es gimnasia. Es una de las primeras allí, así que se acerca a su casillero sólo para escuchar sollozos desde el otro lado del vestuario. Debido a la preocupación, Selene sigue el llanto, solo para ver que su amiga de pelo negro, Susie, está llorando. Entonces ella camina apresuradamente hacia Susie con los ojos abiertos.

—Su, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?

Susie sigue llorando mientras cierra la puerta de su casillero, sin poder hacer contacto visual con Selene.

—Me han subido la camisa.

Esto capta la atención de Selene, y su nivel normal de calma se disuelve rápidamente.

—¿Cómo? ¿Quiénes?

—Algunos jugadores de fútbol —Susie sacude la cabeza, sintiéndose avergonzada mientras Selene atrae a la chica a un abrazo. Los chicos molestaban a Susie, porque se viste como un chico.

Selene no puede evitar odiar a los chicos que molestan a Susie, porque ella es más fuerte que cualquiera de ellos. Al menos ella es fiel a quien es. Como Selene, que es abiertamente bisexual.

—No voy a dejar que se salgan con la suya, Su —le asegura Selene a su amiga antes de alejarse—. ¿Quiénes son?

—N-No puedo decírtelo.

Ella tiene el miedo reflejado en sus ojos mientras lo dice, y esto es todo lo que Selene necesita para consolar a la chica un poco más antes de marcharse furiosa a la oficina del director Hawthorne.

—Ah, buenos días, Señorita Blackwood —saluda el director Hawthorne cuando ve a la chica entrar en su oficina. Si fuera cualquier otra persona, probablemente se habría enfadado de que que irrumpieran en su oficina sin llamar. Sin embargo, esta no es la primera vez que Selene ha corrido a su oficina para contarle cosas que han sucedido y que no deberían haber ocurrido bajo ninguna circunstancia.

—Cuatro de tus jugadores de fútbol trogloditas le subieron la camisa a Susie Putnam, porque querían ver si era un chico o una chica —le informa Selene, con un fuego ardiendo en sus ojos.

—Vale, eh, Señorita Blackwood. Si me da sus nombres —el Sr.Hawthorne le hace un ademan con la mano, pero ni siquiera parece trastornado por la acusación de Selene—, los llamaré para hablar con ellos

—Susie no los ha dicho —dice Selene, sin que su mirada decidida vacile—. Pero le garantizo que sé quiénes lo hicieron.

—Bueno, ¿lo viste de primera mano? —el director levanta una ceja, y como ella no lo vio, sacude la cabeza—. Entonces tu suposición no significa nada.

—Mire, Susie no se siente a salvo en su instituto. Como director, ¿no se supone que debe hacer que sea seguro para todos y cada uno de sus estudiantes? —remarca Selene.

—¿Está sugiriendo que yo favorezco a algunos estudiantes sobre otros? —los ojos del director se abren, y después de un momento, Selene sacude la cabeza.

—Para nada —resopla la rubia rojiza con sarcasmo pero sin que se note—. No quiero ser irrespetuosa, señor, pero si se tratara de un jugador de fútbol en una situación similar, probablemente estaríamos teniendo una conversación muy diferente.

—No tengo tiempo para acusaciones tan ridículas —se burla el director Hawthorne, antes de que sus ojos se enfrenten a la mirada mortal de Selene—. Pero si es cierto que su amiga está tan asustada como dice, entonces usted, como amiga suya, podría sugerirle a la señorita Putnam que busque otro instituto.

Una vez que Selene le cuenta a Sabrina lo que le pasó a Susie, Sabrina decide idear un plan por su cuenta. Así que ahora, Selene y ella caminan con el novio de Sabrina, Harvey, y su íntima amiga, Roz, hacia a su mesa del almuerzo.

—Los jugadores son un síntoma —dice Sabrina mientras el grupo se sienta—. Pero la enfermedad va más allá, hasta los cimientos del instituto. Ahí es donde la combatiremos, con un club. Para mujeres jóvenes. Para reunirnos y apoyarnos. Donde podamos hablar de los problemas que se nos presenten y dar con soluciones proactivas.

—¿Te refieres a un club para acabar con el patriarcado blanco? —pregunta Roz, haciendo que Selene se vuelva hacia ella confundida.

—¿Eso sigue siendo una cosa?

—Exacto —Sabrina asiente antes de que Roz pueda responder—. Para movilizarnos y protestar si tenemos que hacerlo, para luchar si es necesario para defendernos. Y que Susie nunca se sienta sola, que ninguna lo hagamos.

—¿Y Hawthorne no se opondrá? —pregunta Roz—. El año pasado no me dejó fundar un club de Hijas de los Panteras Negras.

Ante esto, Selene sonríe.

—Yo me encargo de esto. Estará listo para el cumpleaños de 'Brina'.

Luego se vuelve hacia Sabrina con una sonrisa afectada, intentando decirle discretamente a la chica Spellman que tiene que decirle a Roz y Harvey que podrían no volver a verlos después del viernes por la noche. Sabrina nota la mirada de Selene, pero la ignora.

—Recordad, este año no haremos nada especial.

—¡Pero es que es muy especial! —exclama Roz, claramente molesta porque Sabrina no la dejará organizar una fiesta por su cumpleaños—. Cumples 16, en Halloween. Habrá un eclipse. Una formación cósmica así se merece una fiesta. Harvey, Selene, echadme un clave.

—Tengo que respetar los deseos de Sabrina —Selene se encoge de hombros antes de mirar a Harvey.

—Lo he intentado muchas veces, pero--

—Pero, tengo planes con mis tías y Selene —Sabrina interrumpe a su novio—. Organizados desde hace años. Es una tradición familiar super secreta de los Spellman de la que no puedo hablar, centrémonos en el club. ¿Cómo lo llamamos?



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