Cuatro

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cassie.

Estábamos en un bar, Giovanna, Jaxon y yo.
Bebía una cerveza mientras intentaba ignorar las miradas de odio que se lanzaban ambos y que no se molestaban por ser discretos.

—¿Pueden dejar la guerra unos momentos? —hablé por fin y me miraron ceñudos.

—¡No hay guerra! —dijo ella para después ponerse a mi lado derecho—. Escucha, esta será la única noche que te acompañamos a hacer esto, solo debes buscar sexo para que te relajes y con eso deberá bastar...

—No te lo tomes como una tarea Cassie —la interrumpió Jax quién estaba a mi izquierda—. Disfrútalo, primero observa algún tipo que te guste y después vas por él.

Luego me empezaron a hablar al mismo tiempo y tuve que tomarme la cerveza de un sorbo para aguantarlos. Creo que fue mala idea traerlos a los dos.

Después de que casi estuve rogándole a Jax como por una semana entera, accedió a darme algunos tips para conquistar chicos y cuando Gio se enteró se enfureció tanto que quiso golpearnos, pero después para que yo no me quedara con Jax de maestro solamente, ella misma se ofreció a ayudarme también. <<Te llevará a la ruina con sus formas de conquista>>, había dicho ella.

—A ver. —Levanté mis manos para callarlos—. Déjenme buscar a mi futura presa —pedí y miré detenidamente el lugar. El bar no estaba lleno como los fines de semana, pero aún así habían varios chicos del campus.
Caminé unos pasos lentos y entonces lo ví. Su cabello negro estaba peinado hacia atrás con pulcritud y tenía una chaqueta negra con jeans y deportivas, nada mal, era buen prospecto, además se veía como alguien con quién podía tener una conversación interesante y que además se aseaba.

Regresé a dónde estaban mis amigos, que no me perdían de vista y les sonreí, —Lo tengo. —Lo señalé y Jax lo escaneó de arriba a abajo, pero Gio puso una mueca.

—No se ve muy confiable —comentó y alcé las cejas.

—¿Qué tiene de malo? —quise saber mientras lo miraba en busca de algo extraño, pero parecía inofensivo y normal.

—Bueno su peinado no habla muy bien de él —concordó Jaxon.

—Es horrible, parece que una vaca lo lamió.

No le veía lo malo, —Que va, ustedes de todos modos no estaban de acuerdo con esto, solo quieren desanimarme —acusé—. Iré con él —añadí acomodando mi cabello y caminé hacia él, pero entonces me regresé.

—¿Qué le digo? ¿Solo me acerco y digo hola? —hablé sintiendo nervios por primera vez y es que yo no era muy valiente en estos casos, de hecho con Derek él siempre fue el que estuvo detrás de mí antes de conquistarme.

—Bueno, podrías empezar mostrando algo de escote, después llegas y juegas con tu pelo de forma seductora y les sonríes coqueta mientras dices: hace mucho calor, ¿no creen? —contestó Gio y Jaxon puso los ojos en blanco.

—Bien con lo del escote pero mal con lo demás, te vas a ver desesperada.

—Estoy desesperada —dije entre dientes. Vamos que con el tiempo que había pasado sin acción ya me sentía virgen de nuevo.

—Solo sé espontánea, busca algún interés en común y eso bastará. Lo demás se dará por si solo —aseguró mi amigo.

—Me sorprende que tengas a tantas chicas detrás de ti con los aburridos tips que le estás dando —se metió ella.

—Bueno es que yo no tengo que hacer mucho, para mí es suficiente sonreír y existir —se burló y carraspeé para llamar su atención antes de que se pusieran a pelear de nuevo.

—Primero desabotónate estos... —dijo Gio abriendo los primeros cuatro de forma que mis pechos quedaron un poco a la vista—. ¿Por qué no te vestiste como en la fiesta de Steven? —regañó. No le veía lo malo a mi atuendo, llevaba una blusa blanca y unos vaqueros entallados negros con unas botas a juego de tacón.

—Ella solo se viste así cuando está con alguien de confianza —explicó Jaxon y me sorprendí, ¿se había dado cuenta de eso? Era verdad, cuando me arriesgaba con vestidos cortos y ceñidos solo era para mi pareja o alguien con quién sabía que no me sentiría incómoda, ni observada de forma sucia ni juzgada.

—De acuerdo, deseénme suerte —pedí con una sonrisa nerviosa e intenté armarme de valor mientras me dirigía hacia su mesa, quien estaba ocupada con otros tres chicos que debían de ser sus amigos.

Al parecer uno estaba contando algo gracioso porque todos echaron a reír, pero se callaron cuando vieron que me planté ahí enfrente.

—Hola linda, ¿qué te trae por aquí? —saludó uno de ellos, era rubio y me examinaba de arriba a abajo con ojos sucios que realmente me incomodaron mucho.

Observé al chico por el que había venido, también me miraba curioso y expectante, entonces caí en su reloj, era de Marvel. A Jaxon le facinaba y gracias a él y a sus cómics conocía bien del tema como para hacerme quedar bien.

—Me gusta tu reloj. —Fue lo primero que solté y me di una cachetada mental, eso había sonado horrible.

—Gracias, fue un regalo —comentó.

—A... —murmuré, sentía las manos sudar horrible, tanto que tuve que hacer respiraciones en mi cabeza para calmarme—. Estoy sola en la barra, vine para despejarme y ustedes parecen buenos tipos. ¿Puedo sentarme? —pregunté fingiendo tranquilidad.

Todos sonrieron y el chico de cabello negro me apartó una silla, eso me agradó, punto a favor.

—Bueno, somos Nick, Jonas, yo soy Tommy y él es Fred —presentó el rubio. Así que el chico del reloj se llamaba Fred.

Miré de reojo a mis amigos, Giovanna me alzó los pulgares pero Jaxon solo nos veía con atención.

—Yo soy Cassie —me presenté después.

—¿Estudias en Stanford? Me parece haberte visto antes en el campus —preguntó uno de ellos y asentí pero entonces el que parecía ser Nick o Jonas, la verdad no recuerdo bien el de ellos dos me apuntó con el índice como si apenas hubiese descubierto algo importante.

—Eres la novia de Derek, el sub capitán del equipo de fútbol, ¿verdad?

Sonreí con falsedad, mierda.

Salíamos tiempo pasado —recalqué y el rubio sonrió.

—¿Estás buscando acción?

—No, busco amigos —mentí. Sí buscaba acción pero no con él. Mi interés de esa noche se había mantenido callado todo el rato así que decidí arriesgarme y me giré en su dirección—. ¿Te gusta Marvel?

Fred tenía una lata de soda en su mano, dejó de beberla y afirmó con la cabeza.
—Al parecer a ti también, ¿no? ¿Cuál es tu personaje favorito? —quiso saber.

—Doctor Strange —respondí sin dudarlo y Fred me sonrió lo que pareció algo genuino por primera vez en la noche.

—Bueno amigos, creo que la dama vino por Fred. Supongo que será mejor retirarnos —comentó uno de ellos y se levantaron, aunque el rubio, Tommy, nos observó algo molesto pero aún así se puso de pie.

—¿Te vas a quedar Fred? —interrogó y yo miré al chico sentado a mi lado, quien luego de unos segundos asintió. ¿Lo logré?

Cuando se marcharon Fred me pidió otra bebida y comenzamos una plática sobre los vengadores. Ya sé, no sonaba nada sexy o auguraba a que tendría acción, hasta que mencionó sus figuras coleccionables.
Era mi momento.

Me gustaría verlas —hablé poniendo algo de coquetería al tono de la frase, aunque lo cierto era que no, estaba segura de que nadie en el mundo podía igualar o superar la colección de Jaxon. Pero qué más daba, si accedía significaba que me invitaría a su habitación.

Fred pareció comprender y puso un billete de cincuenta dólares sobre la mesa antes de ponerse de pie. —Vamos entonces.

Por dentro hice mi baile de la victoria y aproveché para hacerles señas a mis amigos de que me iría. Giovanna me guiñó con una sonrisa, pero Jaxon señaló su teléfono.

Saqué el mío para leer su mensaje:

Ten cuidado Cassie, cualquier problema llámame por favor. (✓✓)
-Jax

Lo miré y le asentí sonriente. Es que estaba en serio feliz. No sé de qué estaban hablando mis amigos, esto era fácil y se sentía como un soplo de aire fresco. Sexo sin compromiso con desconocidos, era lo más genial que se le pudo ocurrir al que lo inventó.

•••••

De acuerdo, sexo con desconocidos era quizá la peor idea jamás inventada.

Después de que llegué a la habitación de Fred, —dormía en el campus—, su compañero no nos había dado nada de privacidad, aunque no es como que lo necesitara, o sea, él de verdad se tomó muy en serio lo de mostrarme su colección.

Así que ahí estaba yo, escuchando y fingiendo sonrisas de asombro cuando sacaba su Ironman de primera edición o su Thor o su spiderman con Venom, en fin.

Miré el reloj en mi muñeca y gemí por dentro al comprobar que habían pasado dos horas desde que nos habíamos ido del bar.

Sácame de aquí, te lo suplico. (✓✓)
-Cassie.

Le escribí a Jaxon, quien contestó en seguida preocupado y lo calmé antes de mandarle mi ubicación.
Fred ni se había dado cuenta de eso ya que seguía peleando con su compañero sobre qué era mejor, si DC o Marvel.

Gracias al cielo mi amigo no tardó y ya estaba tocando la puerta, una que yo abrí con suma rapidez.

—La pasé genial pero debo irme. Hasta luego —me despedí.

Fred solo se despidió con la mano y salí apresurada cerrando la puerta a mis espaldas.

—¿¡De qué coño hablas!? ¡Todos sabemos que Superman le ganaría a cualquier vengador sin dudarlo!  —Sus gritos se oían aún en el pasillo.

Jaxon y yo nos miramos antes de soltar una carcajada sonora.

—Ya veo cuál fue el problema. —Se rió a lo que yo bufé de mal humor.

—Apesto en esto —me quejé y él negó quitándome el bolso para llevarlo él en su hombro, si algo debía darle crédito es que siempre había sido caballeroso conmigo.

—Es tu primera cacería, es normal —comentó—. Aunque para la próxima escoge a alguien mejor —añadió y recordé al rubio, quizá si lo hubiera escogido a él todo habría sido diferente.

—Yo no tengo lo que ustedes llaman radar —recordé—. Además no sé cuando vuelva a intentar algo así.

—No es lo tuyo Cass y eso no es malo. Hay personas que pueden y otras que... pues no.

Eso, esas palabras me dieron en el ego, me detuve y lo encaré

—Piensas que no puedo hacerlo. —Lo apunté.

—Yo no dije eso...

—Lo hiciste —le interrumpí—. Pues, ¿sabes qué? Estás viendo a la próxima cazadora de conquistas amigo. —Le quité mi bolso y apresuré el paso al departamento.

—Pero Cassie, en serio no quise referirme a eso —insistió alcanzándome.

—Prepárate Heils, porque esto no ha terminado. Mañana sí lo lograré —advertí con determinación.

Me iba a rendir, pero que nadie se atreviera a decirme que no podía hacer algo, porque entonces yo le demostraría lo contrario.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro