Diez

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cassie.

Cuando pasó el día yo regresé a casa antes que Jaxon. Quería preparar todo para la tarde de estudios y quería buscar las palabras adecuadas que usaría para proponerle un trato algo extraño.

¿Extraño? ¡Le quieres proponer sexo entre ustedes!

Palabras más, palabras menos. ¿Qué era lo peor que podría pasar? ¿Decirme que no?
Yo no perdía nada intentando.

Pero cuando llegó, mi valentía se fue a la basura y no pude decirle nada. Bueno, tienes hasta el final del día para tratar.

Después de comer, comenzamos a estudiar, como yo había encontrado la solución para que pudiera resolver los problemas, todo salió más fácil, ahora solo se le dificultaría aprenderse los conceptos y significados pero eso ya era pan comido; esperaba.

—Voy mejorando, y te lo debo a ti —dijo después de regresarle su cuaderno con todas las preguntas con palomita indicando que había acertado en la mayoría.

—No exageres. Es mérito tuyo, solamente que no estabas estudiando de la forma correcta para ti. Todos tenemos diferentes métodos. —Sonreí y miré el reloj en mi muñeca, era tarde ya.

Jaxon se puso de pie y estiró los brazos, —Estoy molido Cass, ¿Lo dejamos para el lunes? Sabes que mañana no podré hasta después del partido.

—Sin problema —solté pero me alarmé cuando comenzó recoger sus libros. Díselo, ahora o nunca—. Ah... Jaxon, quiero hablar contigo de algo —murmuré y jamás me sentí tan inquieta con algo, ni siquiera cuando hice mi examen para la universidad.

Él me miró expectante y lo tomé de la mano para obligarlo a sentarse en el sofá.
Jugaba con mis manos, unas que sudaban de forma asquerosa.

—¿Estás bien? —preguntó frunciendo el ceño e hizo ademán para levantarse pero lo detuve con la mano.

—Quiero proponerte algo —hablé fingiendo seguridad.

Me miró pervertido, —¿Es un trato indecoroso y por eso estás así? —se burló, estaba bromeando, el pobre iluso bromeaba sin imaginar que le había dado justo en el clavo.

—En realidad sí, eso es. —Se rió pero cuando vio que yo no le seguí el juego se puso muy serio.

—Al grano Beaton, me estás preocupando.

—Quiero que tengamos sexo sin compromiso alguno —admití y por dentro grité. Lo hice, se lo había dicho. Jaxon parpadeó varias veces y después se rió.

—Estás muy bromista hoy...

—Jamas había hablado tan en serio —contradecí y entonces su expresión pasó a una de preocupación inmensa.

—¿Te estás oyendo? ¿Estás ebria o algo así? No Cassie, eso no va a suceder entre tu y yo —afirmó poniéndose de pie para ir a su dormitorio, pero yo lo seguí.

—¿Por qué no? Ambos estamos solteros, no queremos relaciones por ahora y somos amigos, tendríamos confianza para decir lo que nos gusta del sexo y lo que no, podríamos quejarnos de algo sin temor a quedar mal —repliqué.

—¡Tu misma lo acabas de decir, somos amigos! —exclamó indignado—. No somos conocidos ni compañeros de escuela, eres como mi hermana Cassie —añadió e hice una mueca, eso último había dolido un poco.

—Si fuera como tu hermana no me habrías estado evitando el día que me emborraché y quise seducirte. Hubieras optado por decírmelo directamente sin tapujos y sin esperar a que yo te obligara a hablar —solté y enarcó una ceja.

—Si hacemos esto le estarías dando la razón a todos los que decían que éramos follamigos, además nuestra amistad, ¿eso no te preocupa? —murmuró incrédulo mientras se cruzaba de brazos afuera de su puerta.

—No tienen porqué saberlo, no seremos novios. De la puerta para acá, nadie podría saber lo que ocurre. —Tomé valor para tomar su mano pero me esquivó—. Nuestra amistad es fuerte Jax, tanto para decirnos las cosas que nos incomodan del otro a la cara, estamos seguros de nuestra amistad, no nos vamos a enamorar ni nada de eso —confié pero él no estaba ni un gramo más convencido que hace unos minutos atrás.

—Escucha sé que aún estás dolida por lo de Derek, probablemente estás buscando desesperadamente una salida para olvidarlo, como usar un clavo para otro clavo y esta no es la solución.

—No eres un capricho por despecho si es lo que trataste de decir. Lo que tuve con Derek es pasado superado. Quiero vivir mi sexualidad libremente sin ataduras y quiero disfrutarla, no funcionó eso con los idiotas de antes pero contigo es diferente. —En ese punto sentía que había logrado tener determinación y seguridad, ya no temblaba de nervios—. Era virgen cuando conocí a Derek, no tengo mucha experiencia y ya soy universitaria, quiero por primera vez en mi vida, actuar sin temor a ser juzgada.

—Y eso está muy bien, ¿Pero porqué conmigo? ¿Por qué es diferente?

—Porque confío en ti y eres apuesto y tienes experiencia. Puedes enseñarme cosas nuevas —contesté.

—No quiero que las cosas se pongan raras entre nosotros, mi relación contigo es perfecta así, eres la primera chica que tomo en serio para muchas cosas, no puedo simplemente usarte como uso a todas.

—¿Es porque no te parezco linda o sexy?

—Sabes que no es eso.

Déjalo, no vas a conseguir nada. Sigue buscando con otros.

—Bien —declaré al fin y él suspiró tranquilo—. Pero antes de dejar esta propuesta en el pasado, quiero que me beses —añadí y me puso una mueca, como si me hubiese salido otra cabeza u otro ojo.

—Pensé que ya dejarías el tema —se quejó.

—No te estoy pidiendo sexo Jax, te pido un beso, uno solo. Si no nos gusta, quiere decir que ir más allá es imposible para nosotros.

—Me rehúso.

—Hazlo y si me dices que no te gustó ni un poco, te juro que no volveré a decir nada y te dejaré tranquilo —prometí.

Jaxon pareció meditarlo y después soltó el aire retenido, —Vale, cuando veas que no pasa nada dejaras la estúpida idea. Hablo en serio.

Reprimí una sonrisa triunfal y asentí. Le tenía que dar un poco de razón a él, ¿Y qué si a mí tampoco me gustaba el beso? Y aquí estaba yo tratando de que tuviéramos sexo, quedando como una idiota.
Carraspeó con la garganta y se puso frente a mí con expresión ceñuda, mientras los nervios habían vuelto a mí.
Dios qué estoy haciendo, ¿Y si estoy cometiendo un error irreparable? Solo por algo tan banal como lo era el sexo. No te puedes echar para atrás.

—Debes ser sincero y decir si te gustó o no —susurré. Mi corazón empezó a latir con rapidez como si quisiera salir de mi pecho, mis manos comenzaron a sudar horrible.

No dijo nada y se acercó, tragué saliva con dificultad y por un momento me perdí en sus ojos claros, —que podía notar estaban inseguros con todo esto— luego sus labios carnosos. Entonces me di cuenta de qué era lo que atraía a las chicas, era todo él, emanaba un aire de conquista aplastante, y también resultaba muy hipnotizante.
Puse mis manos sobre su pecho y a pesar de la tela sentía su corazón latir como loco, como si imitara al mío, me puse de puntitas para alcanzarlo y cuando mis labios estaban apunto de tocar los suyos, él se alejó.

—No no puedo Cassie —soltó nervioso.

—¿Y porqué crees que no? Lo que pasa es que tienes miedo de que te guste —lo acusé.

—¡Claro que me va gustar besar a una chica linda! Es solo que...

—Cobarde —dije de golpe. Jaxon arrugó las cejas.

—No es verdad.

—Lo eres.

—No lo soy.

—Que sí.

—¿Quieres ver que no? Al diablo con todo —replicó tomándome por los hombros y uniendo sus labios con los míos.

No lo profundizó y se alejó a los pocos segundos.

—¿Ves? Ahí lo tienes, no sentí nada —se burló.

—¿Y eso fue un beso del casanova Jaxon Heils? Me sorprende que tengas a tantas chicas detrás de ti —declaré. Lo cierto era que yo estaba como loca por dentro porque si había sentido todo eso solo con un toque, podía imaginarme las posibilidades de t-o-d-o.

—Esa psicología inversa no va a funcionar conmigo, Beaton.

—Está bien tu ganas. Ese beso fue espantoso, tenías razón. —Me giré para irme a mi dormitorio para ver si mordía el anzuelo.

Lo hizo, me detuvo por la cintura y me puso contra la pared con sus manos a los costados de mi rostro.

—Eso no es justo —susurró mirando mis labios.

—No juego limpio, ya me conoces —respondí tomándolo de la nuca y lo atraje hacía mí.

El segundo beso fue devorador. Sus labios como sumos maestros, atacaban los míos sin descanso, su lengua se abrió paso y dejé que se rozara con la mía de forma sensual, mi atrevimiento me llevó a darle un pequeño mordisco en el labio inferior y cuando mis manos quisieron meterse debajo de su camisa, se detuvo; se apartó de repente como si mi toque le hubiera dado un electroshock o algo así.

Yo respiré hondo varias veces y lo enfoqué después, se veía mortalmente serio.

—¿Ves? No sentí nada —dijo con firmeza antes de meterse a su dormitorio y cerrar de un portazo.

¿Pero qué carajo? Eso había sido alucinante, había sentido tantas cosas en tan poco tiempo, lo peor es que quería más, quería todo.

Pero él no, acéptalo y vive con eso.

¿De verdad no sintió nada? Me era difícil creer algo así.
O yo era la única ilusa estúpida, a cuántas mujeres no debió besar él antes, quizá sí era cierto que no había sentido nada, quizá hasta yo besaba espantoso y por eso había salido huyendo.

Caminé un poco desorientada todavía a mi habitación y me dejé caer sobre la cama.

Muchas cosas habían pasado esa noche, y solo me habían servido para confirmar que efectivamente, quería tener sexo con mi amigo.

***

—Parece como si no hubieras dormido nada anoche, ¿pasó algo? No has comido nada —Mi amiga me observaba con preocupación.

Estábamos en la cafetería y habíamos salido a comer juntas, pero yo solo miraba mi emparedado de forma ausente, ni lo había tocado al igual que mi café.
Sí, estaba completamente ida, mi mente solo podía rememorar el beso de anoche.

Al parecer yo era la única afectada, ya que Jaxon se había levantado primero, se había duchado y se había ido antes que yo. No se había despedido ni nada. Probablemente estuviera molesto conmigo por ser tan terca y obligarlo a hacer algo que él no quería; yo había arruinado nuestra amistad y debía disculparme con él.
Me había comportado como una tonta caprichosa.

—Tierra llamando a Cassie —insistió, yo le sonreí un poco.

—Es que tengo un examen la próxima semana y no me va bien en la materia —mentí, Giovanna no me creyó pero no dijo nada l respecto.

—Esa no es excusa para que no comas algo, vamos. —Tomó mi emparedado y me lo tendió para que yo le diera un mordisco, obedecí y el sabor de los condimentos y la verdura se mezcló en mi boca.
Luego comencé a comer, decidiendo que intentaría hablar con Jaxon en la noche que llegara del entrenamiento, sabía que todo el día se la pasaría con el equipo.

—¿No castigaron a Jaxon por la pelea que le dió a Derek? —preguntó de repente y arrugué las cejas, era cierto lo había olvidado; pero si hubiese sido así yo creo que ya me hubiera enterado.

—Supongo que Derek todavía conserva algo de decencia y decidió no decir nada para dejar las cosas como están —comenté dándole un sorbo a mi taza.

—¿Puedo saber qué es exactamente lo que hizo? Bueno, Jaxon me dijo que pelearon en la fiesta pero nada más.

Eso me sorprendió, —¿Ustedes hablaron civilizadamente?

—No seas tonta, solo fue un comentario —se excusó. Yo había intentado mantenerla al margen porque sabía que si se llegaba a enterar de lo ocurrido, iría con Derek para gritarle o tratar de golpearlo.

—Digamos que él puso una ley sobre mí de que cualquier chico que intentara acercarse, se las vería con él. Arruinó mi cita de ese día y... Jaxon solo me defendió por ser un idiota —conté a medias.

—Ese estúpido, ¿se cree tu dueño o algo así? Vamos que los actos misoginos quedaron en el pasado —espetó—. Jax hizo algo bueno para variar —agregó desviando la mirada.

Entonces caí en cuenta de que mientras yo lo intentaba seducir, mi amiga muy probablemente seguía enamorada de él. Vas de pésima amiga a ser una traidora por tus conveniencias.

—¿Te sigue gustando? —quise saber, directa al grano y sin rodeos. Si me decía que sí, entonces aparte de disculparme con Jaxon, lo marcaría en mi mente para jamás volver a intentar algo así con él.

Giovanna se rió tal vez demasiado fuerte antes de negar con vehemencia, —Es un mujeriego Cassie, lo que me hizo no lo olvidaré.

—No te pregunté eso.

—Yo... —pausó—. No, todavía le guardo un poco de rencor y aunque sé que debería dejar el asunto atrás no puedo.

—De acuerdo. —Sonreí pero sabía que muy en el fondo a ella todavía le gustaba.

—Mejor cuéntame, ¿ya no tratarás de sumergirte en el mundo de sexo con desconocidos?

Resoplé con malhumor, —Eso no es para mí, probablemente envejezca soltera y con un montón de gatos —solté poniéndome de pie—. Iré a la biblioteca por unos libros para estudiar, te veré después —me despedí.

—¡Iremos juntas al partido, ¿oíste?! —me gritó y le asentí sonriente antes de tirar la basura de mi comida y dirigirme hacía el exterior.

Me desvié hacía el campo de fútbol, en días así, al equipo les daban permiso de faltar a las últimas clases ara concentrarse totalmente. Quería encontrar a mi amigo para disculparme con él, no podía esperar hasta la noche, la culpa me estaba carcomiendo por dentro.
Cuando me asomé, no los ví, probablemente estuviera en los vestidores estudiando estrategias de juego como solían hacer.

Suspiré rendida y di media vuelta para regresar, supongo que tendría que decírselo hasta más tarde.

—Ey, Cassie, ¿cierto? —el amigo de Jaxon venía hacia a mí, en sus manos llevaba un balón y portaba ropa deportiva—. ¿Buscabas a Jaxon? Si quieres puedo hablarle, está con el entrenador.

—No, no es urgente en realidad —me apresuré a decir—. Pero gracias —añadí con una pequeña sonrisa e hice ademán de irme.

—¿Cómo estás? —preguntó de repente—. Luego de lo de Derek y eso...

—Oh, bien —interrumpí entendiendo—. La verdad si no hubieras estado ahí no sé lo que hubiera pasado, y claro también Jax. —Asentí incómoda, no me gustaba tocar el tema.

—No fue nada. Me alegra verte mejor.

—Gracias, debo irme. Hasta pronto —dije para escapar.

—Oye. —Me detuvo otra vez—. Es obvio que irás al partido, todos irán. —Se rascó la nuca con nerviosismo.

—Sí supongo...

—Despues habrá una fiesta para celebrar nuestra victoria —comenzó a decir pero me reí.

—Eso es seguridad.

—Bueno debemos tener confianza en nosotros mismos —se excusó achicando sus ojos azules de forma amistosa—. Lo que intento hacer es invitarte a venir, probablemente irás con Jax pero yo te estoy ofreciendo salir conmigo —admitió y lo observé con sorpresa.

—¿Una cita? —resumí incrédula.

—En efecto, creo que esa palabra está mejor usada. —Sonrió antes de pasarse una mano para quitar un mechón de su cabello negro de la frente.

Lo sopesé unos minutos, bueno lo de Jaxon había sido un fiasco y debíamos dejarlo en el olvido y mandarlo kilómetros bajo tierra. Además no me iba a privar una salida con un chico apuesto, y era amigo de Jax, si era su amigo quería decir que no era un completo cretino.

—Claro, ahí estaré —acepté y ensanchó su sonrisa.

—¡Genial! Nos vemos Cassie —se despidió y entonces sí me escabullí del campo de fútbol.

Bien, quizá las cosas a partir de ahora no serían tan malas. Solamente debía disculparme con mi amigo y todo debía volver a la normalidad.

Rogaba por que fuera así.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro