(05)- Mikey

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Sus orbes azules analizaban el lugar en donde se encontraban, para ser un bar en donde se cometían demasiados comercios ilegales era demasiado lindo al igual que cómodo hasta cierto punto, claro esta.

Junto a ella se encontraba su esposo, el cual vestía algo completamente simple al igual que la mayoría de hombres en este lugar, al contrario de las mujeres (ella incluida)que portaban vestidos con escote muy exagerados o pegados al cuerpo revelando la figura que poseia cada una, provocando así algún tipo de orgullo a sus esposo de poder presumir una buena mujer a su lado.

Repugnante

- Volveré en un rato - hablo el pelinegro apretando su muslo con su mano - Mas te vale que cuando regrese sigas aquí Hanagaki.

Advirtió para después levantarse y caminar lejos de ella, perdiéndose entre las mesas y gente a su alrededor. Por su parte la temblorina comenzó causando que su pulso se acelerara un poco, no sólo por el hecho de aquella amenaza si no por estar en aquel lugar completamente sola rodeada de falsedad.

- Hola Hanagaki-San - hablaron a su lado haciéndola voltear, topando así con una mujer de cabellos rojizos y grandes labios pintados del mismo color.

- Ho-Hola - saludo intentando sonreír, cosa que no funcionó.

La chica pronto se sentó junto a ella, manteniendo en aquellos gruesos labios una gran y simpática sonrisa.

- Hace tiempo no te veía en estas reuniones - comentó tomando de su bebida - Y se que casi no hablamos pero puedo entenderte, a de ser difícil ser esposa de alguien como Kiyomasa.

Concluyó seguido de una risita que sólo hizo que un escalofrío se colara por todo su cuerpo, quería pensar que no era lo que imaginaba. Despacio coincidió miradas con aquella pelirroja, la cual la admiraba con emoción, esperando con claras ancias aquella pregunta.

- ¿Alguien como Kiyomasa? - cuestióno rascando con disimulo su cuello - ¿A que te refieres?.

La sonrisa en el rostro de la mujer creció más a la vez que se sentaba cada vez más cerca de la pelinegra de rizos.

- Ya sabes, eso de ser la chica linda de 20 años, y perfecta ama de casa es una mierda - bebió de su vaso, sin mirar a la ojiazul - Y más si lo único que recibes es una mísera salida al mes combinada con golpes gracias a su borrachera.

Su voz se sentía como si de veneno se tratase, su cuerpo pronto síntio como si la sangre desapareciera de su cabeza ante aquel comentario, a la vez que la molestia la invadió.

-¿Tu que sabes de mierdas?

- No es mi caso, asi que si me permites iré por algo - desidio irse, no le encantaba la idea de que Kiyomasa la viera conversando con aquella mujer.

No obstante la pelirroja la tomó fuertemente de la mano, impidiendo así que está siguiera su camino. La sonrisa en aquellos labios gruesos desapareció, creando ahora una mueca a la vez que sus ojos verdosos la comenzaban a mirar con algo de pánico.

- No te vayas - ordeno clavando sus largas uñas en su muñeca, de sus labios salió un pequeño quejido que por lo visto hizo reaccionar a la mujer ya que pronto está la soltó.

- Lo lamento pero no quiero continuar hablando con usted - mencionó esperando así alejarse de la pelirroja.

- Se que tienes miedo pero con eso no harás nada - hablo esperando alguna mirada de aquellos orbes azules - Kiyomasa no te hará bien niña y es por eso que quiero que -.

- No se de que habla - sonrió - Soy feliz en mi matrimonio así que le pido que se detenga.

Mintió, a pesar de que su corazón pedía a gritos decir la verdad su cabeza se negaba totalmente, intentando justificar que era lo mejor para todos.

-¿Porque lo es no?-

- ¿Acaso crees que sonriendo de esa manera te voy a creer? Solo, solo intento evitar que termines mal niña - suspiro seguido de asercar sus labios a la oreja de la menor - En cinco minutos iré con el, ahí saldrás de aquí más te vale correr lo más rápido que puedas fuera de este asqueroso lugar, te sugiero ir con algún conocido y largarte dé Tokyo.

Terminó, para luego alejarse de ella colocando aquella sonrisa en sus labios, su mirada se posaba en la nada, su mente se encontraba en blanco sin poder reaccionar a lo que esa mujer que solo llegó a conocer de vista le había comentado.

-¿Será verdad? O ¿Solo es un plan de Kiyomasa?-

Se preguntó por varios minutos, minutos que en total marcaron el tiempo dicho por la ojiverde. Rápidamente tomo su bolso negro, volteando hacia un lado topando así con la mirada de la pelirroja la cual solo guiño un ojo antes de seguir con su camino.

-¿Acaso si es verdad? ¿Puedo escapar?-

Una sonrisa sincera apareció en su rostro, viendo como la mujer susurraba por lo que intuía guarradas en la oreja del pelinegro, respondiéndole este de la misma manera. Sus ojos se posaron en la puerta vacía de aquel lugar, haciendo así que comenzará a caminar con disimulo hacia la salida.

Su pulso comenzó a acelerarse, a la par que su cuerpo daba pequeños temblores de la incontenible emoción que estaba sintiendo. Le era irreal que alfin Kami se estuviera apiadando de su existencia.

Las ganas de lanzar un grito de victoria aparecieron al verse ya en el estacionamiento del lugar, sus brazos se levantaron apuntando hacia el cielo a la par de que sus labios era apretados, evitando así una sonrisa.

Con rapidez comenzó a caminar lejos del estacionamiento, a la vez sacó su celular comenzando a poner aquel numero, esperando con ansias que en todos estos años no ubiera cambiado su número, ahora lo que deseaba era escuchar la voz de su dulce abuela.

- ¿Hola? ¿Quien habla? - escucho aquella voz detras del celular, su mano se dirijio a su boca a la vez que las lágrimas comenzaban a salir, mojando sus sonrojadas mejillas.

-Alfin, alfin volveré a estar con ustedes-

- Abue - no pudo decir más ya que tropezó con una persona haciendo que su celular callera al suelo rompiéndose la pantalla en aquel acto.

Festejar antes se le daba tan bien

Su mirada se posó en la persona con quien había chocado, topando así con un tipo de orbes negros y profundos que la admiraban con indiferencia. Sin pensarlo dos veces se levantó e intentó huir de ese lugar.

Sin embargo antes de poder avanzar unos brazos se colaron en su cintura impidiendo que siguiera, fue ahí en donde se dio cuenta que el tipo no venía solo.

- Hiro ¿Acaso ella no es la perra de Kiyomasa? - se burló con una sonrisa uno de aquellos tipos, recibiendo una afirmación del que la tenía sujetada.

Ante aquel reconocimiento sus ojos expresaron nada más que terror, por lo que comenzó a moverse en un vago intento de que la soltaran, intentó que fue en vano.

- Sueltame porfavor - rogó entre delicados sollozos que lo único que lograban eran las risas de aquel tipo así como la mirada indiferente del rubio.

- Así que la esposa de Kiyomasa - preguntó de la nada el ojinegro asercandose a ella, las risas pronto cesaron - Si es asi entonces ¿Que haces fuera del bar? Nadie saldría hasta después de mi llegada.

Su forcejeo se detuvo de inmediato, analizando las palabras del ojinegro, cayendo en cuenta de quien se trataba aquel chico. Las lágrimas dejaron de salir, a la vez que su ceño se fruncia un poco, si antes sentía miedo ahora sólo era enojo.

-Así que Manjiro Sano, tan imponente como me lo mencionaban-

- Mikey - susurro clavando sus uñas en el brazo en su cintura.

El mencionado asintió, abriendo su boca para comenzar a hablar, no obstante el grito molesto de un hombro fue lo que lo detuvo de seguir aquella conversación.

- Veo que noto tu falta de presencia muñeca - susurro lo suficientemente alto como para ser escuchado por la menor, misma que sólo lo miraba con enfado.

El tan conocido Mikey ordenó que la soltaran a la vez que tomaba su brazo con delicadeza para comenzar a caminar de regreso al bar, Takemichi al ver esto intento de mil formas soltarse de aquel agarre, aunque le fue imposible su fuerza ni en broma equivalía a la del mayor.

- Porfavor sueltame no quiero ir con el - rogó al ver a la gente fuera del bar gritando su nombre, intentando que el mayor la mirara con complación, obteniendo solo burla en aquellos ojos.

- ¡Kiyomasa! - grito ocasionando el silencio de aquella gente, a la vez de que el pelinegro corría hacia ellos con una mirada molesta en sus ojos.

- Takemichi - habló tomandola de la mano al llegar junto a ambos, sus orbes obscuros toparon con los del rubio haciendo de inmediato una reverencia, demostrando el respeto hacia su jefe.

- Será mejor que cuides a tu esposa Kiyomasa, ya sabes no sería lindo que algo le pasara - mencionó viéndolo con indiferencia, la pelinegra juro sentir como el agarre del mayor se intensificaba conforme el rubio hablaba.

- No se preocupe presidente, esto jamás volverá a pasar -.

-Y tubo razón, lo único que sí volvería a pasar sería el dolor de aquellos golpes mientras el único matraz era el nombre de aquel rubio-

-Mikey-

-Mikey-

Siquiera pensar en aquel nombre le provocaba molestia, aquel hombre que no tubo compasión con ella y la entregó a su "dueño" como si de un viejo zapato se tratara. Aquel hombre que sólo la observaba con burla e indiferencia ahora la miraba con admiración escondida con seriedad.

-Mikey, fuiste un maldito-

Despacio se levantó del suelo al ver como Kiyomasa se asercaba a ambos rubios, mientras limpiaba los rastros de sangre en su rostro gracias a los golpes de la teñida.

- Buen trabajo - fue lo único que dijo para después agachar un poco su cabeza frente a su presidente,el cual lo miro con seriedad para después pasar de largo.

Los orbes de la rubia vieron como el más alto de ambos se acercaba a él pelinegro para después levantar una de sus piernas estanpandola con el estómago de este, asiendo así que se encorbara gracias a la falta de aire.

- Kiyomasa ¿Desde cuando te volviste tan importante? - pauso mirándolo desde arriba, a pesar de que no se notará se encontraba muy molesto no sólo por aquella reverencia - ¿Encerio vas a recibir al presidente con tan mala reverencia?.

- L-Lo entiendo - hablo recuperando el aire, una sonrisa nació en los labios de la rubia al observarlo así olvidando completamente al rubio que se dirijia hacia ella.

Despacio sacudido su falda, levantando la mirada topando así con el rostro del mayor a centímetros del suyo, su ceño se frunció ante tan acto haciéndola ir hacia atrás callendo de espaldas en el proceso.

- ¿Cuál es tu nombre? - cuestióno con una pequeña sonrisa, se notaba feliz aun así Takemichi lo único que veía era aquella sonrisa de burla con la que la miró años en el futuro.

No iba a contestar, se negaba totalmente o era así hasta que recordó a Hina, oh Hina, nesesitaba conocer a Manjiro para que ella viviera.

- Hanagaki Takemichi - respondió.

- Ya veo Mitchy - la apodo, provocando una mirada de confusión en ella.

- ¿Mitchy?

- Eso es lo que Mikey dijo, así que Mitchy - habló el vicepresidente, respaldando a su capitán, el cual se agachó hasta quedar a la altura de la menor, colocando su mano en la parte trasera de su cabeza acercandola a su rostro.

- ¿De verdad eres de secundaria? - pregunto con diversión, sonriendo con lo que parecia felicidad genuina - Mitchy a partir de hoy ¡Eres mi perra entendido!

-¿Su perra?,maldito imbécil-





Y pues acá ya vimos porque conoce a Mikey. Nose si se quedó claro que ella lo conocía gracias a que Kiyomasa la golpeaba nombrando le a Mikey (ya sabemos que Kiyomasa odia a Mikey) así como ya quedó claro de que Mikey la devolvió a la caca que tenía por vida.

Chicos la nueva historia que sacare con respecto a los shipps han quedado en empate ShiniTake y ChifuTake así que hasta que uno gane JAJAJAJA.

La neta no tenía inspiración ni menos por unas cosas que les voy a comencionar pero no hay nada que Melanie Martínez no pueda arreglar.

Con respecto a la historia, pensé en cancelarla, no por mi falta de inspiración si no por lo comentarios que me han comenzado a llegar respecto a ella, diciendo que no hago nada más que normalizar la misoginia a la par que normalizó la violacion y la violencia doméstica que sufre la mujer.

Y sinceramente no hago nada de eso, toco delicadamente un tema importante como lo es la violencia doméstica, así como la violacion jamás eh puesto directamente lo que pasó ya que no me agrada escribir eso.

Lo que más me molesta es que yo eh puesto en la descripción que tocaba temas que podían ser sencibles (a pesar de que no los menciono directamente) no puedes entrar a una historia en donde ya te avisaron solo a criticar algo que repito ya te avisaron.

Tampoco deseo que piensen las niñas menores de 13 años que len mi historia que permitir estas cosas esta bien, no y talvez estubo mal no aclarar eso sin embargo no es parte de mi "trabajo" encargarme de eso.

Digo menores de trece ya que esa era la edad de las personas que me mandaron privado.

AÚN ASÍ NO PERMITO CRÍTICAS QUE NO SEAN CONSTRUCTIVAS, SI NO TE GUSTA EL SHIPPEO NO SE QUE HACES ACÁ, AL IGUAL SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE CONTENIDO NO TE OBLIGÓ A LEER MI HISTORIA, SI NO ES DE TU AGRADO SOLO SALTE Y NO HAGAS MÁS.

Dejando ya de lado esto quiero agradecer por todo, encerio los adoro.

💗Hasta el capítulo 06💗

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