𝕯𝗜𝗔 𝗧𝗥𝗘𝗖𝗘 ; cheap thrills

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Después de tanto, y aunque le cueste admitirlo, Shinobu tiene razón: Es un idiota de primera, y es que ¿a qué clase de persona con retraso se le ocurre salir a la calle en plena tormenta?

Sí, solo a él, pero tiene una razón válida por haberlo hecho, y es el chillido de un pobre e indefenso gatito llorando en medio de la lluvia. Giyuu siempre ha tenido un corazón débil por los gatos, al igual que Sabito, pero con los perros. Porque si hay algo en lo que NO concuerdan ni por error, es en las mascotas.

Él ama a los gatos, su novio, Sabito, ama a los perros, y para colmo, Sabito es alérgico es los gatos. Además de que, hay otros distintos factores por los que Giyuu y Sabito son polos opuestos en ese aspecto, pero que Giyuu no contaría porque estaría todo el día hablando sobre porqué prefiere mil veces a los gatos que a los perros.

-¡Achú! -Giyuu tapa su nariz en el momento que estornuda, y Sabito le pasa un pañuelo.

-Sigo pensando que nunca debiste salir en esa tormenta por un simple gato. -Sabito lo reprende, pero Giyuu hace un puchero molesto.

-Tú hubieras hecho lo mismo por un puto perro, así que cállate. -responde sin medir sus palabras.

Sabito respira profundamente y no contesta lo dicho por Giyuu, lo menos que quiere es discutir, sobre todo ahora, cuando ambos han pescado un resfriado por salir en el apogeo de una tormenta, Giyuu para buscar un gato, y Sabito para buscarlo a él.

«La ironía de la vida» murmura mentalmente Sabito, sorbeteando su nariz, lo que más odia de un resfriado, es eso, no poder respirar en paz.

-Iré a preparar té verde. -dice Sabito y se levanta del sofá, ambos están en la sala, no tienen ya ni fuerzas para ir a la cama.

Y más Sabito, siendo consciente de que Giyuu bañó al felino y luego lo metió entre las sábanas de su cama para abrigarlo, incluso mejor que él ¡y es inaudito! pero es el apartamento de Giyuu, y Sabito respeta eso.

Cómo dijo Sakonji: Su casa, sus reglas.

-Claro. -Giyuu se acomoda y enciende la televisión para ver algo.

Sabito camina hacia la cocina y abre la alacena, mirando los únicos dos empaques de té que quedan.

-Giyuu, solo hay dos cajas ¿quieres Sencha o Gyokuro? -pregunta Sabito, antes de dar un estornudo.

-Bueno, de vez en cuando es bueno darse lujos, así que Gyokuro. -menciona Giyuu y Sabito niega antes de comenzar a preparar el té.

Odia tener resfriado, normalmente, casi nunca se enferma, pero esta vez su pobre organismo no pudo soportar tanta lluvia y le pasó esto, enfermarse.

-Buen día, Mimi. -Sabito escucha a Giyuu darle los mañaneros a alguien, es por eso que se da vuelta para mirar quien es, y oh, que sorpresa tan NO agradable.

Es el gato de ayer, se acaba de levantar y se está estirando para comenzar un nuevo día, muy de mierda, por cierto.

Sabito vuelve a lo suyo y comienza a meditar en las palabras que le dijo Giyuu: "Hubieras hecho lo mismo por un puto perro". Le dolió, debe admitirlo, pero si es sincero consigo mismo, sabe que NUNCA saldría en plena tormenta por un perro... O bueno, a quién engaña, sí lo haría, pero como mínimo con un paraguas en manos.

Al menos si tiene un poco más de cerebro que Giyuu en ese aspecto.

Espera unos minutos más hasta que el té está listo y puede servirlo en dos tazas. Luego, cuando estaba dispuesto a caminar hacia la sala para dárselo a Giyuu, se detiene para mirar al felino dormido entre sus piernas. No pasará por ahí ni porque el mismo diablo se lo diga.

-Giyuu, debes venir por el té a la cocina. -habla Sabito y Giyuu se da vuelta para mirar a su novio.

-Sabito, tengo a Mimi en mis piernas y...

-No iré, tengo alergia a los gatos y no creo que me pagues el funeral. Y ahora que lo pienso, ni llorarías por mí porque fue un gato el que me mató. Que bello. -Sabito hace una mueca.

Giyuu frunce su ceño. -¿Disculpa?

-Disculpado. -responde Sabito y Giyuu lo mira con indignación.

-¿Cómo que disculpado?

-Me dijiste... ¡Achú! -Sabito estornuda.

-¿Achú? -pregunta Giyuu.

-¡No, idiota! Me dijiste: ¿Disculpa? Y pues yo te disculpé. Ahora ven por el té porque no lo llevaré. -Sabito sorbetea su nariz y le da la espalda a su novio.

Giyuu no dice nada. No puede decirle algo a Sabito ahora, por lo que molesto, deja con cuidado al gato en el suelo y se levanta a duras penas del sofá para caminar hacia la cocina.

Cuando agarra la taza de té, estornuda antes de beber un poco. Odia cuando tiene resfriado, pero odia más cuando Sabito se queda en silencio de esa manera.

-Sabito, nunca digas que no lloraría por ti si mueres. Obviamente tendrían que pagar dos funerales. -bufa Giyuu. No se imagina sin Sabito a su lado.

-Ajá.

Giyuu sorbetea su nariz y deja su taza de té en la encimera, luego, abraza por la espalda a su novio.

-Perdóname ¿sí? -susurra Giyuu- Y lamento ser irresponsable.

-Claro.

-¡Sabito! -se queja Giyuu, y el mencionado deja salir una breve risa antes de toser.

-Perdón, perdón. Solo no vuelvas a actuar de esa manera, al menos hubieras llevado un abrigo o cualquier cosa que impidiera que tuvieras resfriado. -Sabito se da vuelta y deja su taza de té verde al lado del de Giyuu.

-Sí, una disculpa por eso.

Sabito se queda mirando el rostro de Giyuu, su linda nariz respingada está roja por el resfriado, al igual que los párpados de sus ojos. Pero sin importar qué tenga, Giyuu se ve muy lindo.

-Ven aquí, amor. -menciona Sabito antes de agarrar la cabeza de su novio con cuidado y colocarla sobre su pecho.

-Sabito, no quiero dejar al gato sin un hogar.

«Y aquí vamos de nuevo» dice mentalmente Sabito. Giyuu si que sabe cagar los momentos románticos, pero bueno, lo sigue queriendo así.

-Cómo quieras, tú casa, tus reglas. Eso sí, no esperes mis visitas. -aclara Sabito, no desea morir tan joven y bueno.

-Eres malo. -gruñe Giyuu entre dientes.

-Solo soy sincero, bebé. -bufa Sabito.

Giyuu sorbetea su nariz y eleva su rostro para ver la cara de su esposo. Que al igual que él, tiene la nariz y ojos rojos por el resfriado.

-Sabito. -Giyuu susurra el nombre de su novio, con los ojos brillantes.

-Giyuu, no me mires de esa forma o te juro que no me importará que estemos enfermos. -menciona Sabito, sin apartar la vista de la mirada de Giyuu.

-¿Cómo te estoy mirando, Sabito? -pregunta Giyuu, rodeando con sus brazos la espalda de Sabito.

Sabito arquea una ceja y mueve su cabeza hacia el lado para estornudar, luego, vuelve a mirar a Giyuu.

-Con los ojos. -contesta Sabito y carraspea para evitar reír.

-¡Sabito! -Giyuu golpea su hombro pero suelta una carcajada, antes de dar un estornudo.

Sabito agarra el rostro de Giyuu y le da un beso rápido en los labios.

-No quiero mocos. -musita Sabito. Lo menos que quiere es quedar mal con Giyuu.

-Todos hemos comido mocos, Sabito, así que bésame que no me enojo. -responde Giyuu con una sonrisa juguetona.

-Sí, pero eso fue cuando tenía cinco años, pero si son los tuyos no tengo problema. -Sabito suelta una carcajada y Giyuu no puede evitar reír con él.

-Suena asqueroso. -Giyuu hace una mueca de asco fingida.

-Pero si de niños los comíamos es porque son ricos ¿no?

-¡SABITO! -Giyuu se queja y su novio le da vuelta, dejándolo de espaldas.

-Espero que el gato no se acerque -menciona Sabito, mirando de reojo al animal que duerme cómodamente en el sofá-. No te besaré en la boca porque no estamos en estado de compartir saliva, Giyuu.

-¿Entonces que haremos? -pregunta Giyuu.

-¿Qué quieres hacer tú? -responde Sabito con otra pregunta y mueve sus caderas hacia delante para frotar su entrepierna contra el trasero de Giyuu, que sonríe y lleva sus manos hacia la cintura de su novio.

-¿Tal vez follar sin siquiera darnos un beso? Es algo difícil. -confiesa Giyuu y estornuda.

-No te preocupes por eso, será rápido. -susurra Sabito.

Giyuu deja salir un leve gemido al sentir como el mibro de Sabito se endurece contra él, provocando que comience a tener su propia erección; Giyuu no está acostumbrado a follar de esa forma, no es natural que Sabito no lo bese, pero por ahora, tendrá que conformarse con ello si quieren coger.

-¿Aquí parados? -cuestiona Giyuu.

-No iré a absorber pelos de gato. -gruñe Sabito y Giyuu ríe.

-Como digas, ahora dame placer. -exije Giyuu y Sabito no se puede negar ante lo demandante que es su novio.

Sabito garra sus caderas para que Giyuu no se mueva y se mueve hacia delante y atrás, simulando leves embestidas. Giyuu gime, el pantalón de pijama no complica mucho el toque.

-¿Traes ropa interior? -pregunta Sabito, jadeando.

-N-no. -responde Giyuu, haciendo que Sabito se ría, pero no de gracia, sino de excitación.

Con una habilidad impresionante, Sabito baja los pantalones de pijama de Giyuu, que colabora sacando sus piernas de la ropa para tirar a alguna parte del lugar.

-Mira lo mojado que estás, Giyuu. -Sabito acerca su boca al oído de su pareja. No cree que suene sensual, porque el resfriado no ayuda mucho, pero de igual forma logra que la piel de Giyuu se erice por sus palabras.

-Mmm... Tócame, por favor. -suplica Giyuu y de inmediato, Sabito lleva su mano al pene mojado de Giyuu.

Giyuu muerde su labio inferior y arquea la espalda, en busca de más. Sabito le da lo que desea y mueve su mano hacia arriba y abajo, sacando raros sonidos de Giyuu.

-Amor... -la voz de Sabito tiembla, pero no de placer.

Es de risa, y Giyuu lo matará cuando lo note.

-¿Q-qué? -pregunta.

-Es que... Suenas raro. -confiesa Sabito, aguantando la respiración.

Giyuu mira de reojo a Sabito y lo asesina con su mirada. Solo haciendo que Sabito saque algún que otro suspiro, hace su mayor esfuerzo para no reírse.

-Cállate y continúa antes de que me vaya. -masculla Giyuu totalmente molesto.

-Perdón, perdón ¿en qué iba? Ah sí, en que te estaba masturbando. -Sabito recuerda y vuelve a mover su mano envuelta en el miembro de Giyuu, mientras vuelve a frotarse contra él.

Sabito observa a Giyuu gemir tan alto como puede, tensandose por cada embestida que le da contra la ropa. Siente que morirá si no lo folla ahora mismo, además, es algo rápido ¿no será tan malo, o sí?

Rápidamente, deja de tocar a Giyuu para bajar sus pantalones junto con su ropa interior. Su novio abre sus piernas y menea su trasero, tentando a Sabito, que no tarda en ponerse de nuevo contra él y darle una palmada en su lindo culo.

-Sabito... -susurra Giyuu, mordiendo su labio inferior- En la bolsa, allí hay lubricante, olvidé desempacarlo. -señala la bolsa que reposa en la mesada.

-Joder, lo hubieras dicho antes. -masculma Sabito y camina a zancadas hasta la bolsa de compras para sacar el lubricante, destapando el embase y echando una cantidad generosa sobre su mano. Luego, vuelve hasta Giyuu y presiona dos dedo contra su entrada.

-Mmm... Ah -Giyuu cierra sus ojos sintiendo como su interior se ajusta a los dos dedos invasores en una deliciosa sensación.

No ha pasado mucho desde que Sabito y él han follado, de hecho, ayer, antes de la lluvia y el intento fallido de una escena romántica por culpa de la tormenta y el gato, su novio se deleitó con su cuerpo en el baño del centro comercial, así que no es mucho tiempo el que ha pasado.

Ojalá los guardias no hayan visto eso.

Pero tampoco es como que le importe que otros vean como él es el único que puede tener a Sabito metido entre sus piernas, adorandolo.

-Ah, huh... Mmm.

Sabito arquea sus dedos al encontrar la próstata de Giyuu, provocando que él deje salir un chillido agudo seguido de un estornudo por el placer; de inmediato, y sin estimular más, saca sus dedos del interior de Giyuu.

-Sa-bi-to. -musita Giyuu, meneandose, quiere sentir a Sabito hasta el fondo.

-Voy... Cálmate, bebé. -ríe Sabito al ver lo ansioso que está su novio por él.

Sabito agarra su miembro y lo desliza por el interior de Giyuu, lentamente, con paciencia y como si saboreando cada rincón del cuerpo de su tierno y caliente novio.

Cuando ha llegado hasta el fondo, se queda unos segundos esperando a que el interior de Giyuu se ajuste al tamaño de su pene, y luego, no espera siquiera a qué Giyuu le de luz verde para salir y volver a entrar en él.

-¡Sabito, sí, sí! -Giyuu grita emocionado. Su voz se alcanza más clara.

-Agarrate. -menciona Sabito, antes de volver a empujar.

Giyuu lleva su mano al cuello de Sabito, aferrándose a él tan fuerte como puede al percibir el arrastre del grueso miembro de su novio en su interior. Se siente jodidamente bien, aunque no deja de ser un incómodo por sus síntomas de resfriado.

-M-más. -pide Giyuu en un susurro, y Sabito gruñe.

-Oh bebé, se me acaba de ocurrir una idea. -sonríe Sabito, sorbeteando su nariz.

Giyuu quiere preguntar, pero no alcanza a hacerlo cuando Sabito deja de moverse hacia delante para esta vez, empujar hacia arriba.

-¡Sabi-to, ahhh, sí, sigue! -Giyuu gime en un sonido casi animal que provoca el choque de Sabito contra su trasero.

-Mmm... -Sabito jadea sin dejar de mover sus caderas y entierra su rostro en la espalda de Giyuu, deleitandose en como el interior de su novio estrecha su pene por cada embestida que le da.

Muy pronto, Sabito lleva sus manos hacia los muslos de Giyuu y levanta sus piernas, elevandolo y volviendo a embestirlo esta vez con más rapidez.

-¡Mngh! Así, no te detengas, por favor. -ruega Giyuu, sorbeteando. Por sus venas comienza a cruzar la llama líquida, cuando el miembro de Sabito alcanza un increíble punto que lo hace soltar un gemido ahogado.

Sabito no tiene piedad de él, comenzando a darle una cogida brutal cada vez que toca su próstata. Giyuu pone sus ojos en blanco cuando su novio gruñe, excitado, y se corre dentro de él, liberando la candente presión en la parte baja de su vientre y provocándose un grito junto con su propio orgasmo.

Ambos disfrutan de la estimulación. Sabito jadeando sin aliento cuando el interior de Giyuu se contrae, y Giyuu al sentir el líquido espeso en su interior.

Los dos se quedan en silencio por un momento, allí, quietos, hasta que Sabito baja a Giyuu y le permite pararse, sacando su miembro.

-Sabito... -musita Giyuu- Eso estuvo... ¡Achú!

Sabito aguanta una risa y besa la mejilla de Giyuu.

-Mejor ve a ducharte con agua caliente, Giyuu. -sonríe Sabito hacia su novio.

-Te amo, Sabito. -murmura Giyuu.

-Mmm... Mejor ve rápido o habrá una segunda ronda. -bufa Sabito con una sonrisa, sorbeteando su nariz.

-Voy. -Giyuu ríe un poco.

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