໒✦❫⋮ Bonito Rostro

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—¿En serio no estás molesto conmigo?

—No lo estoy, Taehyung. Ya te dije que el del problema no eres tú, sino Namjoon.

—Pero fue a mi a quien estuvo viendo.

—Sí, pero él debe evitar decir esas cosas. Al frente de él pasarán millones de chicos y chicas lindas, ¿Es justo que siempre tenga que verlos? —Seokjin dejó de hacer lo que estaba haciendo y miró al contrario con tranquilidad—. A lo que quiero llegar es, que independientemente de la persona que vea, debe respetarme primero a mi.

—Comprendo, pero igual me siento culpable. Ya sabes, fue por mi por mi culpa que pelearon de nuevo —hizo una mueca—. Si no hubiese cambiado tant-

—Hey, hey, hey. Detén tu discurso ahí. Tú no tienes la culpa, ¿Ok? Y este nuevo cambio de look que tienes te queda estupendo. ¡Hoy luces de maravilla! Así que nada de arrepentirte, y sigue usando esta ropa que logra que te veas más precioso de lo que ya eres.

Taehyung miró su atuendo; una franela de algodón negra, una camisa de cuadros, jeans claros y tenis blancos. Se sentía bien, y no dejaba de estar cómodo con su atuendo, e incluso había llegado a un acuerdo con Jungkook sobre no colocarle su horrible chaqueta del equipo de esgrima que ocultaba su ropa. Claro, que el mayor ahora revisaba su vestimenta antes de salir, y lo mandaba a cambiarse si no cumplía con sus reglas.

Era tonto, y enfadaba de sobremanera a Taehyung, pero esta rabieta se le pasaba cuando miraba la sonrisa complacida de Jungkook, y luego recibía un beso en su mejilla con un: "Precioso~".

Sí, estaba jodido.

—Ya, pero en serio, en serio, en serio no estás molesto conmigo —volvió a insistir, queriendo asegurarse de que su amigo no se encontraba mal con él.

Seokjin rodó los ojos y golpeó su cabeza con la brocha. —¡Que no estoy molesto! Además, si estuviera molesto no te estaría ayudando con tu maquillaje.

—Auch... —sobó la zona afectada—. Para ser un Omega eres muy rudo.

—¿Y quién dijo que para ser Omega es requisito ser delicado? —preguntó Seokjin con burla, concentrado en aplicar la tenue sombra de ojos—. La sociedad evolucionó, y ver a Omegas fuertes, Alfas sensibles, y Betas con características distintas es bastante común. Tú, por ejemplo, eres Beta, pero eres igual o más lindo que un Omega, y eres fuerte como un Alfa.

—Me gustaría ser completamente Omega...

Seokjin detuvo sus movimientos, y miró a Taehyung, quien seguía con sus ojos cerrados, con curiosidad. Su amigo tenía un afán por ser algo que no era, y de cierta forma le entristecía verlo de esa manera. ¿Por qué no se daba cuenta de lo increíble que era? A veces no importaba el animal que tuvieras, sino la persona quien realmente eres, y Kim Taehyung era alguien sumamente especial.

—Tú eres la mezcla perfecta entre Alfa y Omega, y muchos envidiarían ser como tú... —susurró dando los últimos retoques a su trabajo—. Quizás desde tu perspectiva no lo captes, porque estás cegado en que no eres lo que deberías, pero si te vieras desde los ojos de alguien más te encantaría lo que ves. Porque a mí me encantas tal cual eres, Taehyung, y no creo que necesites cambiar.

El chico abrió los ojos, y miró a Seokjin sin decir nada, con sus palabras dando vueltas en su cabeza. La mirada de Kim se veía sincera, y una sensación de saber que estaba haciendo las cosas mal lo estaba abordando, pero no podía parar ahora, no podía dejar en vano todo lo que había hecho para llamar la atención de Jungkook. Aún habían cosas que no había intentado, y que debía hacer hasta saber que ya era suficiente, que estar al lado de Jungkook sería algo imposible.

—¿Terminaste? ¿Ya puedo verme? —preguntó, desviando la conversación y haciendo como si no hubiera escuchado nada.

Seokjin hizo una leve mueca, antes de sonreír de lado y asentir. —Sí, ya estás más precioso que nunca.

Taehyung bajó del lavabo del baño del instituto para mirarse al espejo. Había acordado con Seokjin venir un poco antes de que empezaran las clases para que lo ayudara a maquillarse; cosa que había intentado en casa y lucía horrible, y como Seokjin acostumbraba a usar productos cosméticos para realzar su belleza, fue su primera opción. Aunque debía admitir que cuando le pidió ayuda pensó que su amigo no llegaría por pensar que estaba molesto con él, pero por suerte no había malentendidos.

—Woah... —jadeó en cuanto se miró al espejo, quedando encantado con la imagen que veía.

—Tienes un rostro hermoso, así que solo destaqué tus ojos, agregué BB Cream, rubor y labial —explicó su trabajo, sintiendo ternura por la mirada tan sorprendida de Taehyung al mirarse—. ¿Te gusta?

Taehyung asintió, y sonrió tímido. —Me veo muy bonito.

—Tú siempre eres bonito —aclaró—. El maquillaje solo realza tus facciones, pero incluso sin maquillaje luces bien —justo en ese instante el timbre de entrada sonó, así que Seokjin recogió sus cosas para meterlas en su mochila y acercarse hasta la salida del baño—. ¿Vienes?

—Ve adelantándote tú, yo te alcanzo luego.

Seokjin se encogió de hombros y salió por fin, dejando solo a Taehyung en el lugar. Se miró durante un tiempo, realmente complacido con lo que veía. Se veía y se sentía bonito, y estaba emocionado con la idea de que Jungkook lo mirara y le dijera lo mismo. Su corazón latió fervientemente, y rió avergonzado de sus pensamientos.

«Quizás desde tu perspectiva no lo captes, porque estás cegado en que no eres lo que deberías, pero si te vieras desde los ojos de alguien más te encantaría lo que ves. Porque a mí me encantas tal cual eres, Taehyung, y no creo que necesites cambiar.»

Su sonrisa se desvaneció al recordar las palabras que le dijo Seokjin, hasta tener una expresión triste en el rostro. Sacudió su cabeza y tomó su mochila. Se miró una última vez en el espejo y apuntó su reflejo con su dedo índice. —No te vas a dar por vencido. Perderás una y otra vez, pero lucharás hasta el final. Tú y solo tú sabes cuándo debes parar, y mientras tengas opciones lo intentarás una y otra vez. No te rindas, Kim Taehyung.

💜

El día pintaba ser bueno, y Taehyung tenía el ánimo muy arriba, manteniendo una bonita sonrisa en su rostro y la sensación de que las cosas podían salir bien por primera vez.

Había estado recibiendo muchos halagos durante la jornada, y si bien no era un chico egocéntrico, saber que las personas pensaban que él lucía bien lograba que su confianza se elevara de manera bonita. Se sentía bien consigo mismo, y era una sensación que muy pocas veces lograba sentir, así que estaba aprovechándola.

No había podido ver a Jungkook durante todo el día, pero eso no le había presentado problema alguno, ya que luego de enviarle un mensaje había quedado con este en la salida del instituto para regresar juntos a casa. Solo le bastaba con que Jungkook lo viera un instante, no pedía más.

A lo lejos pudo ver a su amigo bajar las escaleras, y alzó su mano para llamar su atención, lográndolo casi al instante y sonriendo cuando miró al mayor correr hacia él.

—¡Taehyungie~! —exclamó sin aire luego de la corta carrera que corrió, y posó una mano en su hombro—. Disculpa que no pude almorzar contigo hoy, pero los profesores nos exigen mucho a nosotros con la excusa de que es nuestro último año de clases.

Taehyung había olvidado ese detalle; era el último año de Jungkook en secundaria, y de ahí directo a la universidad. Con más razón debía lograr llamar su atención, y es que en la universidad encuentras a muchísimas personas, y el miedo de que su amigo por fin encuentre a alguien que lo cautive por completo estaba presente en aquel momento.

—No te preocupes, Kook —sacudió su mano, restándole importancia—. Por un día que no pases tu descanso conmigo no es inconveniente, pero mañana debes traerme un dulce para compensar tu falta.

Jungkook sonrió de lado y asintió. —Es una promesa.

Ambos emprendieron camino uno al lado del otro, comentando lo que habían hecho durante todo el día, y una que otra anécdota graciosa que venía a sus mentes, y aunque Taehyung escuchaba atentamente, por su mente no se iba el hecho de que Jungkook no había dicho nada sobre su maquillaje.

«¿Es que acaso no lo notaba? ¿No servía en burros?» quería respuestas.

Bien, debía hacer que Jungkook notará sí o sí su maquillaje, para que viera por fin lo bonito que lucía. Miró disimuladamente al contrario, quien estaba enfrascado en contar lo que habían hecho en el laboratorio de química, cuando se llevó una mano a la cabeza. —¡Oh, Dios! ¡Siento que moriré ahora mismo! —exclamó con pesar y dramatismo.

—¿Qué- ¡Taehyung! —gritó Jungkook cuando el menor se desplomó en su dirección, y lo tomó en brazos antes de que llegara al piso. Su corazón latía asustado, y miraba preocupado a su amigo, quien seguía en sus brazos como si estuviese desmayado. Se agachó con cuidado, y aún abrazando a Taehyung, tomó su rostro con su mano derecha—. Tae, hey, responde, por favor.

Taehyung se removió, abultando sus labios en un puchero, y abriendo sus ojos lentamente. —Mhm, ¿Q-qué sucedió?

¿Saben la escena en dónde Aurora despierta de su hechizo? Pues Taehyung quería recrear esa escena, intentado colocar la cara más bonita de todas al "despertar" de su pequeña descompensación.

—¿Que qué sucedió? ¡Te desmayaste, Tae! ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? —preguntó preocupado—. Me asusté mucho cuando te vi caer.

—Uh, lo siento, Jungkook...

El recién nombrado negó, y acarició la mejilla del contrario con suavidad. —No te disculpes, fue algo de imprevisto, ade- un momento —Jungkook arrugó su cara, y detalló más a fondo el rostro de Taehyung. Pasó un dedo por su frente, y luego lo miró, encontrando en el residuos de lo que parecía ser maquillaje—. ¿Estás usando algo en la cara?

Las mejillas de Taehyung se sonrojaron, y rápidamente se colocó de pie, como si no acabara de actuar como un moribundo hombre llegando a su muerte.

—Seokjin me maquilló un poco, ¿Me veo bien?

—¿Estás usando BB Cream? —preguntó y Taehyung asintió sin entender. Jungkook inmediatamente limpió su dedo y se alejó un par de pasos del menor—. Soy alérgico a la BB Cream; me hincho y me da comezón por todos lados.

«Esto debe ser una jodida broma» pensó al mirar a Jungkook alejarse de él con algo de miedo. Apretó sus puños y respiró hondo, intentando desviar el enfado que comenzaba a burbujear en su interior.

—No sabía que la BB Cream te daba alergia, ¿Alguna novia? —preguntó con falso humor, sabiendo que si Jungkook le decía que lo supo gracias a una novia se iba a desmayar de verdad.

—¿Qué? No, no —negó rápidamente—. No he tenido novia y lo sabes, y si tuviera ya te lo habría dicho. Mi madre la usaba, por eso lo sé.

Taehyung asintió, y se cruzó de brazos. —No respondiste a mi pregunta.

—No lo sé, Taehyung, ahora mismo no quiero ni verte —tapó sus ojos y se alejó otro poco—. En serio la paso muy mal cuando estoy cerca del BB Cream, y no me quiero enfermar.

Decir que aquello no lastimó a Taehyung es eufemismo, así que solo se dio media vuelta y caminó, dejando a Jungkook botado en el lugar. Ahora era él quien no quería verlo, porque sabía que lloraría en cuanto lo hiciera. ¿Tanto le costaba mentir siquiera? ¿Decirle que se veía bien solo por compromiso?

—¡Hey, Taehyung! ¡Espera!

—¡Me estoy alejando así no te enfermas por mi culpa! —exclamó de vuelta, ignorando los llamados—. ¡Te estoy haciendo un favor!

Apresuró el paso, sintiendo su sangre hervir de molestia y desilusión. Por suerte sus casas quedaban cerca del instituto, y ya estaban en la misma calle de su vecindario, viendo a los lejos su hogar. Caminó un poco más rápido para llegar, pero sintió un tirón en su brazo, girándolo y logrando que quedara frente a un sudado y agotado Jungkook. —¿Podrías esperarme? Caminas rápido —jadeó cansado.

Taehyung alejó su brazo, y retrocedió unos pasos para distanciarse de Jungkook.

—No te me acerques, soy tóxico para ti.

—Vamos, no te molestes por eso. La última vez que me intoxiqué con BB Cream llegué al hospital, solo que en ese tiempo tú estabas de vacaciones y no te conté nunca.

—Entonces déjame ir para que no te pase nada. Tu salud es primero.

—¿Por qué te enoja tanto el tema? Tú eres alérgico a los mariscos, y no por eso te ando reclamando.

—¡Porque solo quería escuchar que lucía bonito para tí! —explotó finalmente, con su frente arrugada y sus manos hechas puños—. ¡Solo quería saber si me veía bien! ¡Todos me dijeron una y otra vez que lucía precioso, y por un momento lo creí! ¡Pero ahora tú vienes y me tratas como si tuviera lepra! ¡Eres un idiota, Jeon Jungkook!

Sin dejar que el mayor dijera palabra alguna, corrió hasta su casa directamente hasta su habitación, encerrándose en ella y enterrando su rostro en la almohada. Su llanto no se hizo esperar, y sus enormes lamentos eran amortiguados por el material.

No recordaba la última vez en que su corazón dolió tanto, y que su garganta ardía por tanto llorar. El día estaba siendo perfecto, ¿Por qué cambió tan de repente? En Omegas era tan común usar maquillaje, pero a él parecía irle mal en ese tema.

Ignoró los llamados de su madre, y permaneció en su habitación, lamentándose de todo lo ocurrido. Se entristecía cada vez que recordaba el suceso, y sorbía su aguada nariz cada vez que más lágrimas atacaban nuevamente.

Cuando el reloj marcó las nueve de la noche, fue cuando Taehyung decidió salir de su encierro. Había tomado un baño, y había sacado de su rostro todo rastro de maquillaje. Sus ojos se encontraban irritados, y tanto su nariz como sus mejillas estaban algo rojas por todo el llanto. Bajó las escaleras con cuidado y silencio, ya que a esa hora sus padres ya dormían.

Llegó hasta la cocina y se sirvió un vaso de leche, cuando el timbre sonó, tomándolo por sorpresa. Arrugó la frente, y dejó el vaso en la cocina, acercándose hasta la puerta para mirar por la mirilla, pero sin encontrar a nadie. Abrió la puerta con cuidado y miró a todos lados, encontrando la calle vacía. Dio un paso y tropezó con una pequeña cajita. La tomó en sus manos, y la abrió con curiosidad, encontrando varios productos de maquillaje.

Enarcó una ceja, y tomó una pequeña nota que se encontraba ahí dentro, reconociendo de inmediato la letra.

_____

Aquí te dejo maquillaje hipoalergénico; de esa forma podrás seguir luciendo bonito y yo no tendré que alejarme de ti para no morir en el intento.

Aunque si soy sincero, con o sin maquillaje, siempre serás el chico más lindo que he visto y nadie ocupará tu lugar jamás.

¿Podrías perdonar al idiota de tu amigo que te ama con toda su alma?
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Taehyung revisó cada uno de los productos, encontrando cierto de que cada uno de ellos decía ser cien porciento hipoalergénico. Un ruido llamó su atención, y levantó la vista, viendo a Jungkook parado a unos cuantos metros de él, con la mirada arrepentida como un cachorrito.

—Fui un tonto, lo admito —dijo luego de un rato en silencio—. Pero no me gusta estar molestos, ¿Puedes perdonarme?

El menor sonrió levemente, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas nuevamente. Dejó la caja en el suelo, antes de correr a los brazos de Jungkook en un reconfortante abrazo. El mayor lo apretó a sí mismo, y respiró aliviado de saber que todo estaba solucionado con Taehyung.

Dejó un casto beso en su cabeza, y luego uno en su frente. —Lo digo en serio, Tae, eres hermoso, y no necesitas de maquillaje, pero si tú quieres comenzar a usarlos entonces te apoyaré. Busqué los mejores productos para ti, y espero que te gusten mucho.

Taehyung no dijo nada, solo se abrazó con fuerza a Jungkook, no queriendo alejarse de él. ¿Cómo no enamorarse de su amigo cuando él tenía ese tipo de detalles para con él? Se sentía afortunado de tenerlo en su vida, y con más razón se prometió a sí mismo que lucharía por llegar a ser la pareja de Jungkook.

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