𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟯

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

° ゚・˙‧‥‧。✧・゚: ✧・゚:° ゚・˙‧‥‧

𝟏𝟑. 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 • 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟐
。·° ゚・˙‧‥‧。· ✧・゚: ✧・゚:

-Estoy empezando a perder la paciencia -mascullo Valkan caminando de un lado a otro como león enjaulado. Fay, quien volvía a estar encadenada en ese oscuro lugar, lo seguía con la mirada.

- Entonces déjame ir -respondio ella y Valkan volteo a verla con una ceja alzada, como si se estuviera burlando de ella. Fay suspiró profundamente resignada.

Era claro que no la dejaría ir.

Ella poseia el cristal más poderoso del otro mundo y Valkan lo quería; ¿La razón? Fay lo desconocía, no obstante había algo que le decía que no se lo diera.

«Y aunque quisiera hacerlo, no puedo» se dijo a si misma.

Solo un miembro de la familia real de Splendorius podía poseer el cristal, y Fay descendía de aquella familia. Había sido un modo horrible enterarse que su madre era hija de los reyes, n obstante no dejo que eso la afectará en aquellos momentos.
Debía tener la mente en blanco para poder salir de ahí; Luego hablaría con su padre de eso, si es que lograba volver a verlo.
Aquel pensamiento hizo que bajara la cabeza.

Su padre...

¿La estaría buscando? Seguramente si, pero...

¿La encontraría? Ni siquiera ella sabía dónde estaba.

-Podrías volver a verlos -comentó Valkan acercándose a ella como si hubiera leído sus pensamientos-. Podrías volver a Alfea; lo único que tienes que hacer es entregarme el cristal.

-No puedo hacerlo -respondio Fay negando-. Y aunque quisiera, no puedes usarlo - intento ocultar su sonrisa, sin embargo Valkan llegó a vislumbrarla.

Valkan se alejo de ella y empezó a caminar lentamente por el cuarto. Su mente empezó a trabajar, pensando en algún modo de que él pudiera hacer uso del prisma.

«Necesito ser parte de la familia real» pensó.

Entonces una idea se le vino a la mente; Sonrió para si mismo y volteo a ver a Fay, quien al verlo tan feliz borro su sonrisa y lo miro con miedo.

-¿Por qué esa sonrisa? -pregunto ella.

-Solo hay un modo de que pueda hacer uso del prisma -dijo él y empezó a caminar de nuevo por la habitación pero sin dejar de verla; Fay se negó a despegar la mirada de la suya. Tenía un mal presentimiento-. Debo formar parte de la familia real, por lo tanto.... Contrarias matrimonio conmigo.

Silencio.

Silencio total.

Entonces Fay soltó una enorme carcajada que solo aumento la sonrisa de Valkan.

-¿Me estás jodiendo no? -dijo ella sin poder creerlo, pero al ver la seguridad en la mirada de Valkan, borro su sonrisa, de nuevo, y lo miro atonita-. ¡No pienso casarme contigo!

-No tienes opción, o te casas conmigo o, acabaré con todos lo que amas; tu padre, tus amigos, ese chico rubio...

Fay trago saliva y tensó la mandíbula; Valkan la estaba amenazado, por primera vez desde que había llegado ahí. Siempre parecía querer saber cómo es que ella tenía el prisma.

Quería saber cómo usarlo.

Pero ahora las cosas habían cambiado y al parecer Valkan no estaba dispuesto a perder más tiempo, y por la oscuridad en su mirada Fay podía estar segura que él cumpliría su amenaza.

Pero... ¿Casarse? Fay solo tiene 17 años. Era demasiado joven para eso.

Y sin contar que su corazón amaba a alguien más; Valkan no era feo, al contrario, era de rasgos atractivos. Pero aún así Fay no sentía nada por él. Cuando la beso dias atrás, se había apartado de él sobresaltada. Nunca se había imaginado que su secuestrador la besaría.

Estuvo apunto de golpearlo por su atrevimiento pero cuando lanzó el puño a su rostro este se desvaneció y Fay volvió a la oscuridad. No volvió a verlo hasta unas horas después, donde le pregunto cómo había conseguido el prisma, pero de nuevo Fay respondió que desconocía como llego a ella y valkan se fue. No regreso hasta horas después, o por lo menos para Fay fueron unas horas. Estando ahí en la oscuridad estaba desorientada en la cuestión del tiempo. No sabía si era de día o de noche, o cuánto tiempo llevaba ahí.

-Me darás el prisma lo quieres o no -le dijo Valkan cuando regreso. Sin embargo Fay no le respondió. Ni siquiera volteo a verlo-. Si quieres salir de aquí, lo harás....

Y volvió a irse.

Y así pasaron las horas en las que Fay no estaba consciente del tiempo. No comía ni bebía nada e ignoraban a Valkan en cada visita que le hacía. Hasta ahora...

-No puedo casarme -le dijo y Valkan la volteo a ver con una sonrisa abierta.

-Si puedes, cumplirás la mayoría de edad pronto y podrás hacerlo.

Fay negó con la cabeza.

-No te amo.

-No necesito que lo hagas ahora, con el tiempo lo harás -dijo acercándose a ella y acaricio su mejilla-Te dejaré pensarlo, volveré mañana y espero una respuesta positiva de tu parte - y desapareció.

Estuvo ahí, sola, lo que fueron muchas horas.
Su mente y corazón estaban en una batalla contra si misma; Por un lado su corazón se negaba aceptar aquel acuerdo. Por el otro, su mente le decía que si quería salir de ahí debía aceptar. Se quedó dormida pensando en eso y cuando despertó una nueva bandeja de comida estaba junto a ella. No obstante, la ignoró como en varias ocasiones había hecho.

-Come, te enfermeras si no lo haces -escucho a la chica.

-No pienso comer nada de lo que ustedes me den -mascullo Fay. Oyo un resoplido por parte de la desconocida.

- Como quieras.

Las horas pasaron, su estómago rugía pero Fay se negaba aceptar algo por parte de ellos.
Se volvió a quedar dormida y al despertar valkan estaba sentado junto a ella.

-Mi respuesta sigue siendo no -dijo Fay.

Valkan no dijo nada, simplemente la miró. Sus ojos de color rojo observaron cada detalle de su rostro. Sonrió ladeadamente, se levantó y desapareció.


-Fay, despierta... ¡Fay!

Abrió los ojos sobresaltada y observó al chico frente a ella. Abrió la boca sorprendida y levantó una de sus manos para tocar su rostro. Su piel calidad hizo contactado con la fría de ella.

Una oleada de felicidad la embargo.

-Sky -murmuró su nombre. Sky sonrió.

-Por fin te encontré, voy a sacarte de aquí -dijo el rubio. Saco su espada y de un golpe rompió las cadenas que la tenían presa. La ayudo a incorporarse pero Fay tropezó por la falta de energía. Esos días sin comer o beber algo la habían agotado y estaba débil. Sky pasó su brazo por su cintura y en la otra mano llevaba su espada.

Sky la guío hasta la oscuridad y no se detuvo en ningún momento. Fay sintió como su cuerpo se estremecia. Traspasar la oscuridad se había sentido raro, como si su cuerpo hubiera empujado un campo de aire frío.

Cuando salió lo primero que noto es que estaba en una cabaña. Se giro y vio una enorme esfera oscura detrás de ella. Ahí la habían tenido cautiva.

-¿Como me encontraste? -preguntó Fay.

-Silva reunio a varios grupos para la búsqueda. Hace unas noches me tocó hacer guardia mientras descansaban y vi alguien en el bosque -respondio saliendo de la cabaña-. Lo seguí hasta aquí y espere a que se fuera para poder entrar.

Fay frunció el ceño. ¿Tan fácil había sido encontrarla? ¿Acaso Valkan creía que no la buscarían?

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Han pasado tres días desde que desapareciste -le reveló Sky.

Fay quedó atónita; solo tres días habían pasado, pero ella sintió como si hubiera estado ahí una semana.

Ambos empezaron a alejarse por el bosque. Con cada paso que daba Fay sentía que su encarcelamiento había terminado.

Era libre y estaba junto a Sky.

Él estaba ahí con ella.

Él había salido a buscarla.

Su corazón dio un brinco cuando esos ojos azules voltearon a verla. Sky se detuvo y le sonrió.

-Te extrañe tanto Fay.

Fay sonrió también.

-Y yo a ti.

Lo que pasó a continuación ni siquiera Fay lo vio venir; Los labios de Sky se precipitaron hacia los suyos y la atrajo hacia él por la cintura. Fay abrió los ojos sorprendida no obstante no tardó en devolverle el gesto. Sería una gran mentira decir que no deseaba hacerlo. Todo ese tiempo encerrada había hecho que Fay lo extrañará.

Había extrañado verlo, abrazarlo, incluso besarlo. Había extrañado todo de Sky y por más que intentarás ocultarlo no podía.

Su corazón pertenecía al Rubio.

No sé separaron hasta que la falta de oxígeno llegó. Fay mantuvo los ojos cerrados, pego su frente a la de Sky y relamio su labio superior; pero entonces saboreó algo metálico y caliente. Abrió los ojos desconcertada y se separó atonita de Sky. De su comisura derecha escurría sangre. Su cuerpo se sacudió fuertemente y sus ojos perdieron brillo.

-¿Sky? -pregunto temerosa Fay y entonces el cuerpo de Sky se desplomó hacia el suelo. Detrás de él estaba Valkan y en mano traía una daga llena de sangre.

Sangre de Sky.

-¡SKY! -Bramo Fay y se precipitó hacia él. Reunio las pocas fuerzas que tenía para girar su cuerpo, se movió hasta poder la cabeza de Sky en sus rodillas, donde lágrimas de ella empezaron a caer en su pálido rostro-. No, no, no... ¡SKY!¡NO! - el chico apenas podía respirar. Sangre brotaba de su boca. Se giro a ver a valkan con un odio profundo-. ¿¡POR QUÉ LO HAS HECHO?! ¡ÉL NO TE HIZO NADA!

-Te encontró -respondio él-. Y no te puedes ir hasta que tenga el prisma.

Fay cerró fuertemente los ojos. Sentía como su respiración se aceleraba. Estaba molesta.

No, estaba furiosa.

-Puedo curarlo -le dijo él-. Tengo el poder de hacerlo, solo debes acceder a mi propuesta.

-¿Casarme Contigo? - cuestionó Fay. Valkan sonrió-. Estás loco.

-Puede ser -respondio él encogiéndose de hombros-. Pero siempre obtengo lo que quiero.

Fay suspiró profundamente y volteo a ver a Sky. Este apenas tenía pulso. Fay tomo su mano pero está estaba helada a su tacto.
Apretó los ojos, inhaló y exhaló.

-Esta bien, me casaré contigo -aceptó. valkan sonrió mostrando todos sus dientes.

Entonces todo se esfumó alrededor de Fay. El cuerpo de Sky se evaporó en el aire y volvió a estar encerrada en la oscuridad.

-¿Sky? ¡Sky! -lo llamo Fay, valkan apareció frente a ella y lucía molestó-. ¡¿Dónde está?! ¡¿Que hiciste con él?!

- ¿Por qué paraste de proyectar? -mascullo fríamente Valkan hacia la oscuridad.

-Alguien está cerca -respondio la chica.

Entonces Fay entendió todo.

-Fue mentira... Sky nunca estuvo aquí -Valkan volteo a verla sin expresión-. ¡Me engañaste! ¡Jugaste conmigo!

-Uno debe tomar las medidas necesarias para lograr sus objetivos.

Su repuesta solo la hizo enfurecer; Todo había sido una mentira. No había estado libre.

Sky no había estado ahí.

Sky no estaba muriendo realmente.

Todo había sido una ilusión para que ella cayera en su trampa.

Seguía siendo su prisionera.

Ante aquellos pensamientos, su irá fue incrementando tanto así que su magia empezó a manifestarse en sus manos. Y valkan lo notó.

Pero no logro actuar a tiempo.

Una energía indescriptible lo golpeó y lo dejo inconciente en el suelo. La oscuridad alrededor de ellos se disipó como si una burbuja de jabón se reventara. Fay alcanzó a escuchar como la chica grito de dolor y entonces Fay cayó en la realidad.

Había destruido la burbuja. Estaba en medio de una cabaña y la chica misteriosa estaba de rodillas frente a ella; Se sostenía la cabeza, oculta en una capa, y gritaba de dolor.

-¡Para! ¡Detente! -gritaba ella. Sin embargo Fay no hacia nada.

No obstante la voz de ella ya no estaba distorsionada.

Y Fay reconocío su voz.

Una leve presión en su sien izquierda fue la señal que necesitó para saber que había logrado penetrar en una mente; está trato de luchar para impedir que él entrara pero pero él tenía mucha práctica en esto por lo que no le fue difícil someterla. Vio lo que le hacía a Fay y peleó mentalmente para detener aquella ilusión.

Llevaba dos días buscándola sin parar. Aquella conexión que había entre ambos lo guío hasta ahí, sin embargo no podía acercarse a la cabaña. Tenía un hechizo protector que solo permitía la salida; por lo que intento ayudar a Fay desde dentro. Haciendo uso de su magia, empezó a forzajear contra la fuerza de la persona en la que había entrado y debilitó su mente haciendo que la ilusión se rompiera.

Sintió como una irá crecía en él, pero ese sentimiento no era suyo.

Era de ella.

De Fay.

Entonces supo que haría uso del prisma mucho antes de que una luz entre amarillenta y anaranjada que salió por los cristales de las ventanas del lugar. Esta fue breve y sintió una punzada en la cabeza; seguía conectado a la mente de quien fuera que estuviera con Fay.

De nuevo intento sacarlo, pero él uso más fuerza.

«Para» escuchó que dijo una chica. «Detente»

Sabia que la estaba lastimando pero necesitaba sacar de ahí a Fay.
Escucho como la puerta principal de la cabaña se abría y una silueta femenina salió corriendo de ahí. Cruzo el campo protector sin problema alguno y salió corriendo hacia el bosque.

Él la siguió dejando el control de la chica. Quién estaba débil para seguirlos.

Por el momento.

Corrió lo más fuerte que sus piernas podían hasta alcanzar a Fay.

-¡Fay! -grito y ella se detuvo. Se giro a verlo, con la respiración agitada y lo miro atonita.

-¿Elliot?.

Él sabía que todo esto le resultaría muy desconcertante a su amiga; sin embargo no tenían tiempo, debían alejarse de aquel lugar cuánto antes.

-No hay tiempo para explicaciones, debemos alejarnos -le dijo tomando su mano para empezar a guiarla por entre los árboles. Fay se soltó y lo miro con desconfianza. Fue ahí cuando Elliot noto que tenía lágrimas en los ojos.

-¿Cómo sé que puedo confiar en ti? -le cuestióno-. ¡¿Cómo sé que no estás del lado de ellos!? -señalo en dirección de dónde había huido.

-Yo nunca te haría daño -le respondio-. Estoy aquí para llevarte de nuevo a Alfea. Prometo explicarlo pero debemos apurarnos o nos alcanzarán.

Fay lo miró, analizándolo al completo. Había algo dentro de ella que le decía que lo siguiera. Pero después de la traición que había pasado hace unos minutos no se sentía segura de confiar en alguien mas.

-Por favor Fay -suplico Elliot.

Fay trago saliva y asintió.

Juntos empezaron a correr por el bosque. Alejándose lo más que podían de aquel lugar; corrieron hasta llegar al pueblito más cercano de ahí, y una vez seguros buscaron un lugar donde comer. Elliot pago la comida y Fay se lo agradeció. Pidió tres diferentes platillos y cada uno se lo comió entero.

Elliot no dijo nada. Simplemente comió en silenció junto a ella. Una vez que ambos terminaron se dirigieron a una pequeña posada donde rentaron el único cuarto disponible; al entrar Fay se sentó en la orilla de la cama y empezó a jugar con sus dedos cabizbaja.

-Duerme un poco, haré guardia para ver qué no se acerquen -escucho que dijo Elliot.

-¿Sabes quienes son? -le pregunto en cambio ella. Escucho como él se detenía y se giraba a verla.

-Creo tener una ligera idea.

-¿Como me encontraste? -le preguntó.

-Es una larga historia y debes descansar.

-En ese lugar dormí bastante y tenemos tiempo -le respondió ella.

Elliot suspiró, abrió un poco la cortina de la ventana para echar un vistazo afuera y volvió a cerrarla. Se acercó a ella hasta sentarse a su lado.

-De acuerdo, te contaré todo pero no quiero que me interrumpas hasta que termine.

Fay asintió. Elliot suspiró profundamente antes de empezar a contar su historia:

No soy una persona normal Fay; no nací como los demás niños. No tengo una madre ni un padre. Tampoco tengo 19 años.

»Fui creado para proteger el prisma Lunar por la mismísima diosa Itzu... No digas nada, espera a que termine

Le dijo al ver qué la chica iba a replicar.

Mi deber es cuidar y proteger a la familia real de Splendorius puesto que ellos poseen el prisma; servi a los reyes y reinas que el reino ha tenido durante mucho tiempo. Siempre estuve ahí para resolver sus dudas respecto a la magia del prisma. Estuve ahí para enseñarles a usarlo.

»Y también estuve cuando fue robado y Splendorius cayó.

Tú madre, Ámbar, era una niña muy risueña y amable; jugaba con los otros niños del reino sin importarle que ella fuera de la realeza; cosa que a sus padres, los reyes de Splendorius, no les importaba. Ellos, al igual que ella, trataban a los demás como sus iguales. El pueblo los amaba.

Pero el hermano mayor de tu madre, Jolan... Él era diferente; El primogénito del rey Argus y la Reina Nerea fue un niño muy caprichoso, todo lo que quería lo tenía. Todo se le cumplía en el momento en el que él lo pedía; el Rey le advirtió a la Reina sobre consentir tanto al niño pero ella no lo escuchó. Amaba tanto a su hijo que solo quería verlo feliz.

»Pero esa felicidad fue lo que arruinó el Reino.

Los años pasaron, Ámbar se volvió una princesa bondadosa y respetable mientras que Jolan se volvió un príncipe vanidoso, caprichoso y desinteresado en su pueblo. Hasta que un día la Reina lo llevo a ver el prisma, él tenía 16 y a esa edad empezó su deseo de poder.

-Si tenemos esto, ¿entonces por qué no atacamos a los demás reinos? Podríamos conquistar el Otro Mundo -le dijo a su madre.

La reina, aterrorizada por la idea que acababa de tener su hijo, se lo llevó del salón y no dejo que volviera a entrar a ver el prisma. Me prohibió dejarlo entrar y así lo hice.

-¡SOY EL PRÍMOGENITO DE TU REY! ¡EXIJO QUE ME DEJES ENTRAR! -Me reclamó un día cuando le cerré las puertas del salón. Me negué rotundamente a dejarlo pasar. Tenía órdenes y además una corazonada.

Había algo en él que no me gustaba.

El príncipe se marchó de ahí molesto y le reclamo a su padre sobre mi. No obstante, el Rey no me dijo nada. Y eso solo enfureció más a Jolan. Pero entonces empezó a ver un cambio en él, empezó a participar en las asambleas del reino. Dio ideas para modificar las estructuras de los edificios para la protección de la ciudad.
Paseaba por las calles y ayudaba en los negocios que podía. Incluso le enseño a Ámbar a usar la espada.

El rey y la Reina creyeron que su hijo por fin estaba tomando el camino correcto. Pero estaban equivocados.

Una vez al mes, cuando la luna llena se alzaba en el punto más alto del cielo, organizaban una fiesta en el palacio para toda la ciudadanía y le agradecían a la diosa Itzu por todo; por brindarles su fuente de energía y su protección.

Fue durante esa celebración que Jolan se reveló contra el reino; durante meses estuvo conspirando con un hechicero para obtener el prisma y atacó a tu abuelo. Yo lo protegi, protegi al rey y a la reina. Pelee contra el príncipe hasta que algo llamo la atención de todos; fue como si cristal cayera del cielo.

El domo mágico que protegía Splendorius se estaba rompiendo y caía sobre todo el reino.

Fue ahí cuando me percate de que el prisma había salido del reino, y que solo había una persona que pudo haberlo sacado.

Ámbar había robado el prisma y había huido con él del reino. Jolan, al igual que todos, quedó desconcertado de aquello. De pronto unas figuras oscuras empezaron a entrar en el reino, me recompuse y lleve a los reyes dentro del Palacio para protegerlos. El cristal destruyó casas, aplastó a gente y empezó a derrumbar el palacio, sin contar que estábamos siendo atacados por sombras.

-¿Sombras? -preguntó Fay-. Creí que habían sido los quemados.

Primero fueron las sombras, después los quemados.

-Busca el prisma Elliot -me ordenó el Rey.

-Pero su majestad...

-Tu deber es proteger el prisma, no a nosotros -me dijo-. Mi hija no lo robó para hacerse con él, es imposible que ella hubiera hecho algo así. Encuéntrala, averigua la verdad y mantenla a salvo -me dijo.

Entonces me empujó y un trozo de pared cayó sobre ellos. Grité para pedir ayuda sin embargo todos estaba huyendo.
Le pedí a la diosa Itzu que cuidará a los reyes, si es que seguían con vida y entonces desaparecí de ahí y aparecí dónde el prisma estaba.

-¡Elliot! -exclamo Ámbar al verme-. Me has asustado.

-¿Por qué te llevaste el prisma? -le cuestione molesto y está retrocedió con miedo.

-Mi hermano lo iba a robar, lo oí en su cuarto hablando con alguien; querían robarlo para matar a nuestros padres y hacer que Splendorius fuera a la guerra con los demás reinos. No podía permitir eso.

-Pero al hacerlo nos condenaste a todos.

-¿De que hablas? -me pregunto. Solté el aire; durante todos esos años Ámbar nunca había sido instruida para usar el prisma; los reyes querían esperar a que cumpliera 16, pues sus poderes todavía no se manifestaban como las demás niñas que habían partido a Alfea; querían esperar a que fuera mayor para cargar con el peso del prisma.

- Al sacar el prisma del reino, el domo se derrumbó; Splendorius está siendo atacado y destruido en estos momentos -le dije.

Tu madre ahogó un grito e hizo que su caballo regresará por dónde había venido.

Pero fue demasiado tarde, cuando regresamos todo el reino estaba destruido. Los quemados rondaban por las calles buscando algún sobreviviente. Ambos tuvimos que huis de nuevo para buscar un Refugio.

Esa noche tu madre se derrumbó. Lloró y se culpo por lo que había hecho; había intentado salvar a su reino pero en el proceso lo condenó.
Le dije que no había sido su culpa, ella no sabía que pasaría si se llevaba el prisma; muy entrada la noche, Ámbar se quedó dormida y de su cuerpo irradio energía. Ahí supe que desarrollado sus poderes de Hada de la energía.

Los próximas días viajábamos hasta llegar a Solaria, donde Ámbar pediría ayuda a la Reina, pero en el camino nos topamos con Alfea, la escuela de hadas y especialistas y ahí tu madre conoció a tu padre y a una mujer que la cuido. Le enseño lo poco que sabía sobre sus poderes y la tomo bajo su tutela. Yo por otro lado preferí permanecer oculto en el prisma. Esté era un secreto de Splendorius y Ámbar lo entendió bien. No menciono nada sobre el prisma y dijo que su reino había sido atacado por los quemados. Ella solo había sobrevivido porque estaba en el bosque cuando ocurrió.

Nadie la cuestionó y le creyó; así que viví dentro del prisma los próximos 4 años, solo salía cuando Ámbar estaba sola. Incluso me ocultaba de ti durante tu primer año; no dejábamos que nadie supiera sobre mi existencia o la del cristal.

Era mejor asi.

Más seguro para todos.

Hasta que una noche Ámbar me llamo alarmada.

-¡Sabe que lo tengo! -fue lo primero que me dijo-. ¡Vendrá por él, mandará a las sombras!

-¿Cómo lo sabes?

-¡Estaba aquí hace un segundo! Baje a la cocina a tomar agua y lo vi en la oscuridad; me dijo «La princesa sigue con vida. Tienes algo que quiero» entonces prendí las luces y desapareció -me contó-. Elliot, viene hacia aquí. Debo sacar a Fay.

Recuerdas que Jolan conspiró con un hechicero para hacerse del prisma, pues este mismo estaba buscando a tu madre; esa misma noche Ámbar iba a sacarte del pueblo, pero el hechicero fue más rápido y sus sombras llegaron antes de poder irnos; el pueblo fue atacado, entraron a todas las casas buscando a tu madre.

-¡Debo hacer algo! -grito ella y se giro hacia mi y te entrego con apenas 3 años a mis brazos-. Sacala de aquí, llévala con Saúl.

-¿Qué vas a hacer? ¡No puedes quedarte!

-¡No dejaré que maten a mi hija! -y fue ahí cuando saco el prisma de su bolsillo y lo colocó en tu pecho. Este comenzó a brillar en sus manos y alcance a escuchar a Ámbar decirte:

«Fayra Silva de Splendorius, te nombró yo, Ámbar de Splendorius, como la próxima elegida para hacer uso del prisma; diosa Itzu, si me escuchas, protege a mi hija y lo último que queda del reino que alguna vez tu bendeciste»

Entonces ocurrió. El prisma se fundió dentro de tu pecho y yo obtuve mi cuerpo humano, pero con mis poderes; Esa noche tu madre dio la vida para que te sacará del pueblo y yo tomé la forma de una amiga de tu madre para entregarte a tu padre. Le conté que Ámbar se había sacrificado por todos y que tú estabas a salvo.

Ese día tu padre y tu se mudaron a los terrenos de alfea, y yo siempre permanecí cerca para cuidarte: me hice pasar por estudiante para protegerte y proteger lo último que tengo de mi familia.

Pues la familia real de Splendorius, tu madre y tu, son mi familia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro